Capítulo treinta y dos
Último capítulo
Atenas
—Atenas.
Caigo hacia adelante, saliendo del círculo de equilibrio. Los hilos se rompen y soy arrojada lejos de las figuras que simbolizan a los Dioses.
Cassio me atrapa y me sostiene entre sus brazos. Mi mirada cansada se detiene en su cuerpo sin armadura, las mangas de su camisa negra remangadas hasta los codos y los primeros botones desabrochados. Sus manos llenas de anillos envuelven mis caderas.
—¿Cuánto tiempo? —pregunto.
—Un mes y medio en la tierra.
Chasqueo la lengua. Para mí han sido aproximadamente dos horas. Para mí pareja probablemente haya sido demasiado tiempo. Al verlo con el cabello revuelto y los ojos brillantes, sé que no puedo repetir este experimento.
—No volveré a intentarlo —prometo.
Él sonríe, hundiendo su nariz en mi esponjado cabello. Algunas veces, cuando ambos estamos solos en nuestra habitación, Cassio peina rizo por rizo para calmarse. Los últimos meses han sido caóticos. Aunque la guerra entre Dioses duró muy poco tiempo, la brecha fué lo suficientemente larga para impactar en la humanidad durante el tiempo en que estuve ausente.
Los devotos a Vair se niegan a seguir a nuevos Dioses y arman disputas por territorios que ya no les pertenecen aún cuando su Dios ha sido condenado a ser parte de las estrellas por la eternidad. La tierra, por otro lado, tuvo consecuencias tras ser sumida en las sombras por meses. Aunque los humanos que usan la magia de la naturaleza han ayudado a restaurar el equilibrio de la flora y fauna, y con ella la magia de Astor, mi trabajo es duro.
Encontré una solución rápida a través del círculo del equilibrio. Entrando en el centro hacia la figura que me representa y uniéndome a los hilos que me conectan a los dioses directamente, distribuyo la magia y la superviso. Me conecto a sus esencias y a la tierra.
Aunque efectivo, requiere de bastante tiempo y mi pareja también me necesita. Las almas son alegres y todo está en calma, pero lo que antes era un pequeño pueblo lleno de almas que cambiaban una y otra vez hacia una nueva vida se ha convertido en un reino enorme. La expansión ha sido un cambio duro para Cassio, el territorio de las almas crece cada vez más y más pronto de lo que esperamos, tendremos ante nosotros una civilización que se da después de la muerte.
—¿De qué me he perdido? —pregunto.
Cassio me toma de la cintura y me alza hasta que nuestras miradas se encuentran en la misma altura. Sus ojos son una mezcla de gris y negro y su magia recorre el aire. Le sonrío, tomando su mandíbula entre mis manos.
—He aprendido algunas cosas —dice.
—¿Cómo cuáles?
Él sonríe, una sonrisa llena de picardía.
—Te mostraré después, me he estado muriendo por besarte.
Sus labios se encuentran con los míos y su agarre se aprieta sobre mi. Correspondo a su beso con las mismas ansias. Mis dientes se hunden en su labio inferior antes de que tome el control y domine el beso. Siento nuestro lazo aún más profundo de lo que alguna vez fué y el hecho de que esté ahí me satisface.
Lo que queda de la guerra puede arreglarse, los problemas de los Dioses y la tierra. Puedo arreglar todo eso, puedo aprender a reparar las consecuencias. Sin embargo, no creo jamás poder reparar mi corazón roto si alguna vez pierdo a Cassio. Mi pareja y mi mejor amigo. Mi compañero y mi apoyo.
He jurado no hacerlo sentir traicionado, excluido o perdido y he recibido el mismo juramento. He probado ser digna de amor y he recibido la misma demostración. Así como aquella vez, prometí estar de su lado. De nuestro lado.
Siento la devoción que me profesa en cada beso, en cada caricia y en cada sonrisa. Sé que lo amo porque es inevitable no amar a alguien que te aprecia en cada segundo del día. Cassio sacrificaría al mundo por mí y eso me es más que suficiente.
—Aprendí lo que es el matrimonio —susurra cuando nos separamos —. El matrimonio de verdad.
Alzo una ceja y sonrío.
—¿La ceremonia?
—Los votos de amor eterno.
Cassio me baja suavemente y vuelvo a estar sobre mis pies. Tan pronto como mi vestido roza el suelo y mis pies descalzos están estables, él se arrodilla completamente. Saca de su pantalón una pequeña caja y me enseña aquello que para él significa compromiso. Su cadena.
Junto al dije de cuervo ha sido colocado uno en forma de flor. Pequeños cristales púrpura están incrustados en él. La cadena llena de grabados de plumas sigue intacta y toda la pieza parece delicada y preciosa.
—No necesitamos una ceremonia para ser parejas. —Él sonríe —. Definitivamente no. Pero tú madre era humana y todas las mujeres antes de ti también lo eran y como humanos, el matrimonio representa una unión sagrada.
» Eso es lo que significas para mí. Eres sagrada, Atenas. Eres mi mundo, eres el sol y la luna. Mi existencia empieza y acaba contigo. Mis votos son reales, mi promesa es real. Prometo ser fiel a tus sueños, prometo amarte hasta el último rastro de mi magia y prometo adorarte como mereces ser adorada.
Él saca la cadena del estuche y se pone de pie. Sus dedos rozan mi cuello y siento como la abrocha mientras nos miramos a los ojos. Lo miro sin palabras, con el amor que nadie nunca me había enseñado atrapado en la garganta. Nunca supe que se podía amar así, que me podían amar así.
—Cassio —susurro con la voz temblorosa — Eres mi Dios, mi mundo y mi pareja. Soy tu alma y prometo serlo hasta que mi magia se extinga. El futuro a tu lado es la mejor visión que tendré en mi existencia y cada minuto añoro ser la persona que seré a tu lado. Prometo ser fiel a tu amor, prometo amar tu devoción.
Enredo mi mano en su cuello y lo atraigo hacia mi. Nos besamos con dulzura, con amor. Lo beso con calma, me tomo el tiempo que merece el simple acto de amar a este hombre. No tengo prisas, el futuro está a la vuelta de la esquina y es tan impredecible como siempre.
Sé con certeza que lo único constante es el hombre que me besa.
†††
Nota de autora: Tengo muchísimas palabras en este momento, pero las dejaré para los agradecimientos.
A ti, que estás leyendo este último capítulo ahora, quiero darte profundamente las gracias.
¡Nos vemos en el epílogo, los extras y mucho más! Por favor, no saques la historia de tu biblioteca.
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