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Capítulo 12- Pasado

Despertar rodeado de aquellos grandes brazos cada día le gustaba más, Jungkook era tan calientito en aquel frío lugar que sin pena se abrazo más al pelinegro mientras hundía su cabeza en su pecho para sentirlo más cerca.

— Hoy amaneciste muy empalagoso — dijo burlón el alfa.

— Siempre tienes que arruinar el momento — se quejó el moreno más no se separó — ¿Qué me harás de desayunar?— preguntó mientras giraba su vista al mayor.

— Sabes anteriormente los omegas eran quienes se dedicaban a la cocina y los alfas solo disfrutabamos de los deliciosos alimentos  y bueno yo soy muy tradicionalista — contestó burlón.

— En eso tienes razón y creo que te apoyo, pero lamentablemente yo no soy un Omega así que párate y hazme algo de comer estoy hambriento — decía a la vez que lo empujaba para que saliera fuera de la cama, aquella misma que Jungkook había hecho solo para él pero al cual no dudo en invitar pues le agradaba dormir pegado junto aquel cálido cuerpo.

— Ok iré pero con una condición — el moreno se detuvo mientras lo veía.

— Te escucho.

— Quiero que está noche salgamos, quiero llevarte a un lugar muy bonito.

Namjoon se quedó pensativo obviamente quería aceptar pero algo dentro de él seguía diciéndole que todo eso estaba mal.

— Ok aceptó pero no quiero nada de cosas gay entendiste — el alfa sonrió en grande al oír la respuesta.

— Por supuesto que no habrá nada de eso, solo romanticismo — dijo mientras salía a la cocina para preparar algo delicioso para su preciada pareja.

Después de almorzar Nam se dedicó a lavar los platos sucios para luego  emprender camino a casa de Taehyung, las últimas semanas se habían hecho grandes amigos y claro que debía contarle acerca de su cita.

En cuanto el Omega le abrió se preocupó pues este lucía algo pálido —¿Qué tienes Tae?— preguntó apenas entró.

— No es nada Namie algo no me debió caer bien en el estómago y no he dejado de vomitar — se quejó mientras se sentaba esperando al humano.

— Pero antier que vine estabas igual, sabes deberías decirle a Jimin que te acompañe con los médicos de aquí o curanderos.

— Estoy bien lo juro, además creo saber lo que tengo.

Justo cuando iba a preguntar su puerta fue tocada dejando ver a Jimin y Hoseok tras ella.

— Buenos días pequeños miren lo que les traje — de una canasta Hobi sacó muchos pastelillos los cuales se veían deliciosos.

Tae no era muy amante de lo dulce pero apenas los vio se lanzó a comer uno tras otro mientras Jimin lo veía asombrado.

— Come despacio Tae — pero este lo ignoro.

— Y qué cuentan — está vez fue Hoseok quien preguntó — empezaré yo, saben este pequeño cachorro no me ha dejado dormir lo suficiente me hace levantarme al baño casi casa media hora.

Los otros rieron al escuchar las anécdotas de Hoseok, para Nam aún era extraño ver un embarazo masculino pero trataba de ocultarlo.

— No te imaginas lo que yo daría por estar en tu lugar Hobi, mi sueño siempre fue tener un hermoso cachorro o cachorra, llenarlo de besos y cuidarlo siempre, hacer mi propio nido — admitió avergonzado Jimin.

—¿Ustedes hacen un nido?— al ver que los otros omegas afirmaban fue que Nam continuo hablando —¿Y no es peligroso? Digo los pájaros tienen experiencia pero ustedes o es que acaso ¿También ustedes vuelvan?

Al escucharlo una fuerte carcajada se dejó oír de parte de los mayores — Estás equivocado pequeño, si hacemos un nido pero no en los árboles, sino más bien en la recámara, justo en nuestras camas y no...no son como los de los pájaros, estos más bien tienen las prendas de nuestros alfas.

—¿Por qué?— seguía dudoso.

— Recuerda que nosotros nos guiamos por ciertos aromas, bueno el olor de nuestro alfa nos hace sentir protegidos como si lo tuviéramos junto a nosotros, así que cuando tienen que salir optamos por hacer uno, es cuestión de instinto en realidad.

— Vaya eso no lo sabía, ustedes son muy extraños en realidad — admitió divertido haciéndolos reír.—¿ Ustedes han hecho nidos?

Tae negó pero Jimin afirmó — Cuando salía con.....— más no dijo el nombre para no incomodar al humano — bueno cuando tenía pareja trataba de hacer siempre nidos, me parecían muy cómodos y a él le gustaban— admitió avergonzado.

— Es que los nidos vuelven locos a los alfas, digamos que su instinto sale a flote en cuanto los ven — está vez habló Hoseok. — Bueno lindos omegas — pero Nam lo miró — y humano es hora de irnos, hoy hay recolección de café y eso es aún más tardado.

Tae se quejó pues quería descansar pero aún así todos emprendieron camino, está vez Nam fue de pareja con Jimin, el Omega le agradaba mucho aunque no dejaba de sentirse culpable por la separación de este con Jungkook.

— Jimin puedo preguntarte algo — el rubio afirmó — ¿Jeon aún te gusta?

El mayor se quedó cayado mientras asimilaba aquellas palabras — Quiero ser sincero contigo Namie, Jungkook me gusta mucho no se cuando deje de existir ese sentimiento pero la realidad es que me gusta bastante pero soy un buen perdedor, él ya te eligió a ti como su pareja.

Namjoon sintió un gran alivio en sus palabras más su boca tuvo vida propia — A mí no me interesa Jungkook y creo que jamás lo hará — admitió enseguida sintiendo un dolor en su pecho — Si quieres puedo ayudarte a que regreses con él.

Jimin estaba asombrado por aquellas palabras — Namie realmente me siento alagado por tus palabras pero se que eso sería imposible, a Jungkook le gustas mucho y no sólo eso, incluso su lobo te eligió y contra eso no podemos hacer nada, se que para ustedes los humanos es diferente pero en nuestro mundo si un alfa te elige como su mate ya no hay vuelta atrás, el destino se encargará de unirlos siempre.

— Jimin pero yo soy humano y además los hombres no son de mi agrado— dijo dudativo.

—¿Estás seguro Nam? Lo pregunto porque los últimos días te he visto más pegado con kookie, quizás tú no lo quieras cerca pero tú corazón si— después de aquello el rubio se alejó pues vio como Tae estaba sentado al parecer se había sentido mal nuevamente.

Cuando la noche llegó Jungkook ya tenía la rinda preparada para el moreno el cual enseguida se dio un baño para después colocarse su ropa y darse un ligero arreglo pues recordaba que Jungkook lo había invitado a salir.

—¿A dónde iremos?— preguntó en cuanto salió viendo la espalda firme del alfa, le asombraba lo grande que está era y más al no llevar nada encima

— He preparado una linda velada, iremos a cenar junto al lago, se que hace algo de frío pero te traje esto — decía a la vez que le entregaba un hermoso abrigo.

— Ok iremos a cenar pero quiero recordarte que solo hacemos esto como amigos — el alfa rió al oírlo pero solo afirmó a la vez que ponía aquella prenda para cubrir su pecho.

Nam podía admitirlo Jungkook era muy guapo pero hoy especialmente se había preparado más en su aspecto.

Al llegar al lago se sorprendió pues justo a lado de este había una bonita manta decorada con velas y un lindo ramo de flores, además de que el lugar también era iluminado con antorchas y velas dando un aspecto muy bonito y romántico.

— Dijimos que nada gay— bromeo el moreno pues no quería admitir que aquella sorpresa era la más hermosa que hubiera tenido pues jamás nadie le había hecho algo así.

— Te dije que sería algo más romántico ya sabes, cosas de amigos — se burló el pelinegro pues podía ver lo nervioso que Nam estaba.

Tomando la mano del moreno fue que juntos emprendieron camino hasta estar sentados en aquella manta la cual al acercarse pudo darse cuenta que había varios platillos, carnes, verduras y postres, todo se veía muy rico.

—¿Tu lo preparaste todo?— preguntó asombrado pues eran muchas cosas.

— Casi la mayoría pero he de admitía que Jin y Yoongi me ayudaron.

—¿En serio, Yoongi? Pero si yo no le caigo nada bien — se rió mientras tomaba aquel vaso transparente que tenía una bebida extraña pero que le recordaba mucho al alcohol fermentado casero.

— Quizás no le agradas pero soy su pequeño hermanito y haría cualquier cosa por verme feliz y bueno justo ahora tu eres mi felicidad Namjoonie — aquel apodo sacó un leve sonrojo en el menor.

— Es ho-ora de comer — dijo con un leve tartamudeo haciendo reír al alfa.

— Claro que sí así que disfruta de cada alimento — con ayuda ambos comenzaron a servirse mutuamente y cuando aquellos platillos tocaron sus bocas quedaron impresionados.

— Woow todo está delicioso — admitió el rubio mientras comía más.

Jungkook quien veía aquello no pudo evitar sentirse feliz pero sobre todo orgulloso, casi podía sentir como su lobo se pavoneaba con la cola muy elevada  al ver como su linda pareja comía y comía sin cesar disfrutando de lo que él le había preparado.

Después de la comida continuaron con los postres, y bueno recostandose en aquella manta fue que se pusieron a platicar.

— Me gustaría que te abrieras más conmigo Nam, he notado como con Tae, Hoseok e incluso Jimin hablas y hablas y conmigo casi siempre sin peleas o estamos bromeado.

— No tienes porque ponerte celoso— dijo divertido — Sabes estoy de buen humor y creo que esté vino tiene algo que ver así que pregunta y prometo contestar tus dudas.

— Ok háblame de tu vida en la ciudad, cómo eras allá.— el alfa había girado su cuerpo pues quería seguir mirando a su bonito moreno.

— Era un hijo de puta — río al esucharse decir eso pues ahora podía ver todo más claro — No era una buena persona Jungkook y no creas que estoy orgulloso de eso, sino todo lo contrario, creo que el destino se encargo de castigarme al traerme aquí.

—¿Porqué lo dices?— aquello le había dolido.

— Era un desgraciado con las chicas, las usaba a mi antojo, incluso perdí la cuenta de todas ellas, de algunas ni siquiera recuerdo su cara o su nombre, solo me las cogía y al otro día las votaba.

Su semblante ahora era más serio — ¿Y por qué lo hacías ?

— No hay motivo realmente — mintió pero al ver aquella cara de Jeon continuo hablando — Bueno quizás se deba a que quería romper con aquellos estúpidos rumores sobre mi.

— No entiendo debes explicarte.

— En la ciudad o mejor dicho en la ciudad donde vivía eran muy prejuiciosos, todo el tiempo tenía las miradas encima de mi, cualquier persona en realidad las tenía, todos te juzgan y apenas haces un pequeño acto que va en contra de sus pensamientos primitivos te condenan.

— ¿Tu hiciste algo malo?— Jungkook quería entender al moreno pero claro que detendría sus palabras si llegaba a verlo incómodo.

— No, pero para ellos lo fue y eso ocasionó que siempre se me juzgará.

— Puedes hablar Nam yo prometo escucharte.— al ver la sinceridad en aquellos enormes ojos continuo su fragmento.

— Yo estaba apenas en el jardín de niños, quizá tenía entre cuatro o cinco años cuando eso pasó, un día conocí a un nuevo amigo, se llamaba Christopher, era muy alegre y divertido, le gustaba mucho jugar a las escondidas o a los atrapados, un día después de muchos otros  sentí que mi corazón se alegraba mucho al verlo, él me comprendía no como los otros niños que siempre me llamaban raro, el caso es que un día le confesé que lo quería mucho y bueno él me dijo que también me quería, así que nos abrazamos y desde ese día fuimos inseparables.
Todos sabían que éramos mejores amigos incluso fuimos a la misma primaria, pero al ingresar a primer grado algo cambió pues Chris ya no dejaba que le hablara a nadie más, solo quería que estuviéramos juntos. El caso es que un día de clases normales y aburridas me dijo que lo acompañara pues había descubierto un lugar secreto, obviamente yo lo seguí pues éramos amigos, al lugar que me llevó era la bodega de los conserjes, estando ahí me dio galletas y dulces pues decía que le gustaba mucho ver mis hoyuelos cuando me alegraba. Cuando íbamos a salir fue que Chris me detuvo él era un poco más alto que yo y me abrazo con mucha fuerza para después decirme que me quería mucho yo le respondí que igual lo quería y fue ahí que me dijo que quería hacer algo que hacían sus papás para demostrarse amor.— las lágrimas habían comenzado a bajar pues Nam sabía que podría ser juzgado también por Jeon.

— Si te lástima podemos parar — pero Nam negó debía sacar toda aquella frustración y tristeza.

— Yo le dije que si, así que no supe en que momento Chris me había besado la mejilla, yo me reí pues se me hizo tierno pero después se acercó a mis labios, fue un beso fugaz solo un pequeño piquito, ambos nos reimos por la travesura quizás inocente pero después volvió a repetirlo y fue ahí que el conserje entró y nos vio. De inmediato llamaron a la maestra y después a nuestros padres. Hubieras visto mi papá se veía tan molesto y avergonzado pero eso no fue lo peor, sino que Christopher me culpó a mi diciendo que yo lo había forzado y que era un raro marica, eso me dolió mucho y aunque quise negarlo mi padre me tomo con fuerza del hombro para que me cayara mientras mi madre me veía con ojos llenos de miedo como si yo fuera algo extraño en este mundo.
Después de eso me cambiaron de escuela pero eso no impidio que los rumores sobre mi se acrecentaran, tanto que tuvimos que irnos incluso de ciudad pero uno no puede alejarse jamás de los demonios del pasado y estos volvieron alcanzarme sin embargo ahora yo ya era todo un hombre no un niño, por lo que quise dejarles en claro que no era un marica.

—¿Por eso te acostabas con ellas?

El moreno afirmó avergonzado— Entre más mujeres me llevaba a la cama más les podría hechar en cara lo hombre que era, incluso llegué acostarme con mujeres que estaban ya comprometidas y una que otra casada con algún infeliz que me hizo la vida de cuadritos.

—¿Y qué hay de tu relación con tu padre?

— Cómo crees que se sintió, obviamente me regañaba pero podía ver en su cara el orgullo por saber que me enredaba con aquellas chicas.

—¿Y qué hay de ti, lo disfrutabas ?

El semblante del moreno cambió— Me gustaba claro, eran hermosas y tenían un sexy cuerpo, siempre me gustaron morenas y con pechos grandes he de admitir, pero me acostaba con todas por igual sin hacerles el feo.

— Pero....— lo interrumpió el pelinegro al ver como Nam evadia la pregunta.

— Siempre sentí que algo faltaba — dijo con melancolía — jamás llenaron esa espectativa en mi.

— Quizás te faltaba amor.

— Puede ser, pero bueno ahora estoy aquí contigo — dijo con desánimo.

— No quiero forzarte a nada Nam, incluso ahora al escucharte quiero disculparme quizás he sido algo intenso.

El moreno se levantó para quedar sentado mientras veía al alfa aún recostado — Si eres muy intenso Jungkook y hasta acosador más no de los agradables sino de los que asustan — admitió mientras el pelinegro bajaba la mirada avergozada.— Pero a mí retorcida cabeza le gusta, le agrada que por primera vez alguien de ese paso, sentirse seguro y cuidado  y no preocuparse por qué hacer.

Ambos se miraban con mucha intensidad— Me gustas mucho Namjoon más no quiero forzarte.

— Quizás debas hacerlo— los ojos del alfa se agrandaron — soy un maldito hijo de puta pero justo ahora quiero ser forzado porque soy tan cobarde que jamás lo admitire no sin unas copas encima.

—¿Qué no admitiras?— preguntó mientras se levantaba y se sentaba igual que el moreno.

— Que me gustas Jungkook.

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