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- Regulus, ¿Cómo esta mi pequeño ángel? - Sísifo le sonrió, acariciando el cabello de su sobrino.

Dejando ambos a su pareja solo por uno momentos, el santo de Leo busco a su tío luego de terminar de arreglar el nido que compartirían. El Santo de Sagitario al verlos ocupado los dejo tranquilos, mirando la sonrisa en el rostro del hijo de su hermano, solicitándole una conversación luego, concentrándose en su trabajo, ya para entrada la tarde, Regulus busco cumplirle, ya que, tanto el también extrañada un poco a su tío, pero casi una lástima tenerlo casi en un segundo plano.

- Bien, me siento bien. O... Eso supongo. - Se sincero, de una u otra forma, por más bien que se encuentre con su pareja, no se quitada esa horrible imagen de la cabeza, y así se lo hizo saber a su tío.

- Hay pequeño... No sé qué decirte. - Conocía muy bien a sus sobrino, en ese momento estada y comprando sus sospechas. Él siempre se ha dejado llevar mucho por tus emociones, y hasta en otros casos por su inocencia, no lo culpada, aun que Regulus se sintiera culpable por no permitirse olvidar esos sentimientos que por momento fueron reales. - Yo pensada que iban ya más enserio.

- ¿Uh? ¿A qué te refieres?

- Ósea, ya tienen mi aprobación como tu tutor, ya están viviendo juntos, y acaban de hacer su nido; están viviendo como esposos, solo falta que te marque y se acoplen. - Le hizo saber como si fuera lo más obvio.

- Ahh... Pues no lo pensé así... - Apenas acaba de caer en cuanta de eso, suspirando ahora recayendo en sus dudas, pero al menos expresándolas. - No quiero perderlo, pero no quiero hacer una locura. Quiero llevar nuestra relación como antes, pero ahora me es un poco complejo hacerlo.

- Tienes miedo de que algo cambie entre ustedes. - Regulus asintió. - Primero te diré, que el día que Manigoldo de verdad te engañe, ven conmigo que te protegeré, y luego le vare su merecido por lastimar a mi sobrino. - Ensanchando una sonrisa le expreso, sujetando su mentón para que lo mire y haciéndole sonreír. - Y segundo, ¿Por qué no salen unos días juntos?

- ¿Ahh? ¿Salir del santuario? Ahora que lo pienso rara vez lo he hecho. Pero no sé en qué cambiaria, a decir verdad. -

- Solo ustedes 2, conviviendo mejor como pareja en un ambiente nuevo con un poco más de libertad, siento que les ayudaría, a la final, dentro del santuario siempre existirá una pequeña rutina monótona.

- Ahhh... No sé qué decirte, pero... - Regulus lo considero lo más rápido que pudo, pensar en los últimos eventos que le acontecieron, en sus acciones con su pareja, pues era verdad, estaban viviendo unas viva casi de casados, desde hace mucho tenían esa cercanía pero nunca callo en cuenta de eso, si bien estada dispuesto a eso, a entregársele como su omega, quería olvidarse de eso, de la imagen que Aspros le inyecto, Sísifo tenía razón ir quedarse solos, lejos del lugar de los eventos, no era mala idea. - No es mala idea, se lo pediré a Mani.

- Hazlo. - Con una sonrisa el Santo de Leo se despidió, abrazando a su tío antes de irse con su pareja y ofrecerle su idea, notando la sonrisa de Alfa que lo cuido detrás de su espalda, viendo por donde se iba, en ese momento confiada en el cangrejo y que estada dejando a sus sonrió en buenas manos.

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La historia de Teneo no era muy diferente a la de Tenma, ambos eran Aspirantes al cargo que tuvieron la suerte de llamar la atención de Santos de oro, algo relativamente normal, a decir verdad. Muchos dorados elegían una pareja entre los Omegas del santuario, regularmente santos de Bronce. Teneo a diferencia de Tenma no consiguió alguna armadura, tenía la fuerza y la determinación pero no tuvo la suerte para una, pero si para llegar al corazón de oro del Santo de Tauro.

Hasgard nunca le aspiro miedo como a otros por su tamaño y su musculatura, desde el primer momento fue amable y busco guiarlo, sonriéndole de una forma jovial y segura, tal vez solo mera formalidad como Aspirante pero no por eso evito que se acercaran, aceptando rápido Teneo que desea al toro, y este, aunque un poco más de lento también lo hizo, invitándolo a su templo y volviéndolo su amante, todo eso no hace menos de 4 años.

Ahora quería ya terminar de unirse, y cumplir lo que socialmente se esperada de él por nacer como Omega, no se quejada tampoco, era algo que quería. Buscando animarse y ya soltar sus deseos, ya que no tenía que retenerse buscando un buen momento, y solo sentirse cómodo, a la final era su esposo.

Los ojos del peli-negro detallaban cada movimiento de su esposo, en ese momento ya terminando sus labores como santo y solo quedando en vigilar los templos en la noche, junto a Dohko. Tendría un rato libre donde Teneo quería aprovechar.

- ¿Cómo se siente? - Le pregunto Teneo a su esposo, pasando sus manos por sus músculos blancos al momento de quedar frente a él, residiendo una sonrisa de su pareja enternecida. - ¿Sabe? He querido preguntarte algo.

- ¿Uh? ¿Qué pasa mi pequeño? Te escucho.

- Es que, es algo que me tiene un poco nervioso a serle sincero, pero lo amo y quiero ya tener un hijo de usted. - La cara de Hasgard era un poema en ese momento, pasando de seria a roja en momento, buscando parecer neutral pero siendo inútil.

- Jajaja. Ya te notada algo distante...

- No se ría, me estuve matando la cabeza para pedírselo. - Apeno le expreso, separándose de su alfa.

- No lo digo de mala manera, la verdad no es mala idea, un chiquillo lindo como tú. Pero...

- No se preocupe, no me pasara nada. - Era vergonzoso de admitir, pero el sexo entre los 2 fue un poco complicado al inicio, digno de esas anécdotas entre amigos cuando están ebrios, así que, las complicaciones que se puedan bar en un parto eran de temer para el toro. - ¡Hasgard! No quiero que esas preocupaciones me quiten el tiempo con mi toro. - Le hizo saber, en un gesto entre infantil y molesto.

- Calma. - Sonriendo el toro sujeta a su Omega entre sus brazos, sujetándolo de las piernas a la altura de su estomago para verlo a los ojos, besando con ternura sus labios. - Los 2 sabemos que no podre negarme, a la final algo que siempre ame de ti, es eso. Eres totalmente dedicado a lo que quieres.

- Gracias. - Sonrió risueño, sujetando el rostro de su esposo y besándolo. - ¿Empezamos?

- Jajajaja. Vamos lento. - Sentencio. - Hagamos lo mismo cuando empezamos a tener sexo. ¿Vale? - Expreso de forma picara, empezando a caminar y llevando a su omega a su cama, claro que le baria un hijo pero tomaría tiempo.

- Ok.

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Los ojos de Aspros se encontraban casi rojos, por primera vez se permitió lamentarse de sus acciones al borde de llorar. Ya estada seguro que lo había arruinado, había fallado en su cortejo y lo más seguro, arruino su amistad tanto con Sísifo como con el resto de la orden. Siempre se considero un Alfa entre Alfas, siempre estuvo orgulloso de todo lo que logro, como dorado y como Alfa, de sus acciones apenas sentía un ligero remordimiento, siendo el mayor perder la confianza de sus cercanos y el amor de aquel risueño omega del cual estada enamorado.

Hizo lo que considero oportuno solo para conseguir lo que quería, era totalmente irónico que ahora, su hermano había conseguido lo que el primer momento el busco, y ahora solo le lograda confiar su puesto de dorado a él, a su hermano. Aspros siempre busco proteger y aconsejar a su hermano, Deuterus siguió mejor instinto y supo cuando hacerle caso y cuando no a su hermano. En pocas palabras consiguió al Omega de quien se enamoro, o bueno, lo compartió, irónicas que a Aspros a veces le daban risa pero no por eso dejada de estar feliz con su hermano.

La mano del Santo de Virgo se poso en su hombro, sonriéndole con una expresión serena en el rostro y guiándolo, estaban otra vez donde Asmita formo sus entrenamientos, solo que, en ese momento estada abandonado pero no por eso menos habitable.

- Lamento interrumpir, pero quería que me acompañaras. - Le expreso, Géminis no tardo en aceptar. Guiándolo cerca de un lugar donde le pidió que se sentara, en medio de la tranquilidad de la naturaleza.

- ¿Para qué me trajiste?

- ¿Has estado haciendo lo que dije?

- ¿Despejar mi mente de estímulos negativos? - Asintió. - Algo.

- Acepte acompañarte para reconfortante, espero no me guardes rencores, pero espero entiendas porque actué como actué. Regulus es mi gran amigo, y estadas jugando con él, podrás haber tenido tus buenas intenciones, pero él no te ama.

- De momento. - Suspiro. - Ya había conseguido una garantilla para pedírselo. Estada seguro que podría haberlo conquistado.

- Ibas con todo, pero si en años no lo lograste, no creo que lo hubieras logrado, creo que ese fue tu problema.

- ¿A qué te refieres con eso? - A la defensiva expreso.

- Como te digo, Regulus es mi amigo, el me hablada y lo ponías incomodo al cortejarlo de esa forma, no lograda ni verte aun como un amigo. - Eso dejo a Aspros pensando, quedándose callado pero olvidando rápido esos pensamientos por la frustración que tenia dentro.

Asmita sabia con quien tratada, y estada seguro de lograr su objetivo.

- Vamos paso a paso.

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Como una anécdota, yo tuve una chica que me acosada a niveles fuertemente en bachillerato, y créanme, es molesto cuando alguien que no te gusta y ni vez ni como amiga te empieza de loco "Te amo" Y no tener ni oportunidad de rechazarle. Todos me decían "Aprovecha que es linda" Como si por eso me tiene que importar. 

Lo digo, porque sé como son unos con sus husbandos. 

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