Perra.
Bueno, este capitulo será visto de dos maneras. Desde la visión de la manada y la de Stiles. Lo siento, lo necesitaba.
Stiles se rió fuertemente al escuchar todo lo que su manada había hecho con tal de mantener seguro al padre de su alfa.
—Chicos, somos familia—afirmó divertido—no tienen que cuidar a mi padre para que los quiera.
Todos los hombres lobo hicieron pucheros un poco enojados por no dejarles seguir sus instintos protectores. Aunque Derek sólo se cruzó de brazos y suspiro pesadamente.
Derek miró a Stiles, como si no quisiera decir lo que estaba pensando.
—Stiles...—llamo tranquilamente esperando que su alfa le hiciera caso.
—¿Sucede algo, Derek?—él castaño miró a su beta con curiosidad.
Habia estado contando a su manada y hacían falta Erica y Boyd. Los bonos de manada estaban intranquilos. Stiles ya lo había notado esa mañana, como si algo andará mal. Espera poder ver a Erica y Boyd para calmarse. Pero a segundos de que su manada invadiera su casa, lo supo. Lo entendió perfectamente, Erica y Boyd no estaban, estaba enojado, furioso. Muy en el fondo no dejaría que los demás betas lo vieran enojado, no quería hacerlos pensar que ellos eran incompetentes.
—¿Estás enojado?—susurro mirando a los ojos del chico castaño.
—No, no, no estoy enojado...
La voz se le hundió, y la mirada de Peter le hizo saber que estaba al tanto. Se arrodilló del dolor mirando con desesperación hacia sus betas. Derek parecía en pánico, pero fue él que más se controlo junto a Peter para poder sostenerlo.
—Mis betas—sollozo por lo bajo ante la mirada sorprendida de su padre y sus amigos, su familia—Peter, Derek, mis betas—suplico adolorido.
Peter abrazo a Stiles, mientras Derek le anclaba por las manos. Sus dedos dudaron cuando sostuvieron las manos del Hale menor.
—Calma cariño—la voz normalmente arrogante de Peter se volvió tan suave y dulce que no parecía el mismo lobo siniestro de hace meses o del supermercado que amenazó a la chica Argent—están bien, solo adoloridos. Los buscaremos, lo prometo.
Isaac se agachó intentando llegar hasta su alfa para abrazarlo. Había un dolor en el fondo de su corazón que sólo le parecía cada vez más doloroso cuando el alfa gritaba, lloraba, suplicaba hacia los que no estaban.
—Stiles...—llamo preocupado por ser reprendido.
Los ojos de color whisky se colocaron en su figura. Pero no había reconocimiento en ellos, hasta que lo abrazo para relajarlo.
No podía desmoronarse tan fácilmente en estos momentos. Algo en su pecho le gritaba que todo era culpa de Gerard Argent.
Isaac estaba preocupado totalmente por su alfa, al igual que el resto de integrantes de la manada. Derek intentó ser amable, pero estaba sintiendo el dolor de su alfa tan profundo en su corazón que no estaba seguro de poder soportarlo.
—No puedo dejarlos—hablo lentamente intentando razonar un poco entre sus sentimientos mezclados—Peter, no puedo dejarlos. Necesito ir por ellos.
Peter arrullo de manera suave mirando a todos los presentes. Había escuchado que en la noche los miembros de la manada tenían un juego importante, Stiles no estaba esperando a que este tuviera lugar. Pero él Hale mayor no creía que pudiera soportar su lado salvaje si encontraba a quien tuviera a los chicos. Tiro del bono de la manada que lo mantenía unido a su pareja, siendo cálido, suave y reconfortante para él chico castaño que parecía al punto del colapso.
Los demás se unieron al abrazo luego que Stiles se relajo entre los brazos de Isaac y Peter, que parecían estar ronroneando como un gatito para adormecer al chico.
Él castaño se aflojó notablemente entre los brazos de su pareja, rodeado del olor de casi toda su manada. Había tirado lo suficiente para calmar el lado alfa del castaño y había transmitido la suficiente paz a través del vínculo como para él chico terminará durmiendose. También podía ser el estrés que le estaba pasando factura.
—¿Estará bien?—cuestionó Noah mirando como su hijo era cargado por Peter hacia su habitación.
—Eso depende mucho de Stiles—aclaró Derek intentando pensar racionalmente.
Boyd no estaba, él era el segundo al mando del Alfa. Lydia era la mente maestra de los planes, solo quedaba esperar que el resto de los cachorros la escucharán cuando diera órdenes. Era muy probable ya que el Alfa demostraba un terror un poco absurdo a la pelirroja cuando está se enojaba.
—¿No deberíamos faltar al juego hoy?—preguntó Scott preocupado por sus compañeros de manada.
Derek negó mirando al primer beta, suspiro cansado al ver como los demás estaban igual de nerviosos. Excepto Lydia que parecía ser que estaba pensando en todas las posibilidades de acción en menos de un par de minutos. Siempre le sorprendería la velocidad de pensamiento de la pelirroja y el castaño. Junto a Peter, aunque siendo sinceros su tío era más enigmático que Daton mismo y eso a veces le ponía de nervios.
—No—la pelirroja negó mirando al Sheriff que buscaba relajarse un poco—Stiles necesita que todos actúen con normalidad. Él no, nos hubiera dejado ver que tanto le afectaba si no fuera porque tiraron de los bonos de la manada—aseguró tranquilamente la chica abriéndose pasó por la sala para ir a la cocina por comida.
—¿Estas sugiriendo que nos quedemos sentados sin hacer nada?—Exclamó Scott nervioso.
—No—Danny negó un poco—lo que Lydia esta queriendo decir es que debemos actuar normales.
Jackson asintió apoyando a su mejor amigo. Mientras Derek seguía ha Lydia por algo de comida.
—Ella está pidiendo que usemos la cabeza—Jackson se alejo del camino para prepararle algo de comer a Noah—, ¿quiere comer algo?—preguntó el beta recibiendo la atención del hombre mayor.
—Piensa un poco Scott. Esto es seguramente obra de cazadores y Stiles pudo verlo—le explicó suavemente al hispano—debemos fingir normalidad. No saben quienes están en la manada, pudieron secuestra a Isaac—señaló al chico rubio de rizos que salía de la cocina hacia la habitación de Stiles—o cualquiera de nosotros que no estuvieran cerca. A Lydia claramente no la tocarían, eso sería muy obvio.
—Lo sé, pero puedo sentir el dolor de Stiles, podría morir o eso siente Stiles.
—Todos lo estamos sintiendo, pero venga. Vamos a asegurarnos que la manada no se caiga por el momento—empujó llevando al beta hacia la cocina con todos los demás.
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