Capítulo 9
-Bien Linky y Demency. Bienvenidos sean a este peculiar grupo de extraños seres con nombres de peculiar providencia – Connie se rio ligeramente. La chica estaba muy entusiasmada.
-¿Linky? ¿Demency? Que fácil es cambiar la última letra de tu nombre para que termine con "y" darle tono adorable ¡y vualá! Un apodo que te perseguirá hasta que encuentren uno mejor o peor, viéndolo de otra perspectiva – Comento Lincoln.
-Eso era muy innecesario – Añadió Dipper.
-Lo sé, precisamente, por eso lo comente – Lincoln soltó una risilla.
-A mí me gusta ese apodo. En especial el tuyo, esperma~ - Demencia le pico la mejilla al albino con su meñique. El chico solo la miro con una sonrisa.
Marco estuvo a punto de comentar algo. No obstante, se quedó con las ganas cuando Connie tomo la palabra.
-Bueno, dejémonos de tonterías por ahora. Necesito comentarles varias cosas respecto al grupo – Connie le dio una camiseta blanca al albino quien le agradeció y se la coloco.
-Adelante, explica lo que haga falta – Dijo Lincoln mientras tomaba asiento en el sillón.
-¡Sí, sí! ¡Dime que va a haber de comer! – Añadió la peliverde sentándose al lado del albino mientras miraba expectante a la chica de color.
-Primero que nada, los que faltan del equipo fueron por la cena, no deben tardar mucho – Al escuchar eso Demencia soltó un; "yupi".
-¿No habías dicho que estaban en una misión importante? – Cuestiono Lincoln con una ceja alzada.
-La cena es importante – El ente respondió a la pregunta que se había hecho su otro yo.
-La cena es importante – Irónicamente, Connie había respondido lo mismo que Bloody quien se jacto estrepitosamente.
-¡Ja!
-Solo esperemos que hayan traído las alitas de pollo – Comento Marco pensando en las dichosas alitas.
-¿Si recuerdas que gano la pizza sobre las alitas? – Dipper le recordó a su amigo.
-¡¿Qué?! ¡Pero si la votación termino 4 – 2 sobre las alitas!
-Te confundiste, es al revés
-¡Mierda!
-Tranquilo Marco, la pizza no es una mala opción para cenar – Connie le dio unas palmaditas a su amigo.
-Lo sé, pero yo quería alitas... ugh, bueno, mientras la pizza no sea de piña, todo bien – El muchacho hablo resignado.
-¿Qué hay de malo con la pizza con piña? – Pregunto Lincoln extrañado. A él le gustaba la pizza con piña y no entendía el porque la gente se empeñaba en decir que era horrible.
-A mí también me gusta – Añadió Demencia mirando a los demás.
Antes de que Marco entrara en un interesante debate con los nuevos integrantes del grupo que muy seguramente duraría más de una hora con las 1001 razones que el joven con poderes eléctricos daría del porque la que la pizza con piña no era buena, Connie interrumpió todo.
-No, nos desviemos del tema. Dejaremos este debate para otra ocasión, Marcy~ – El chico solo chasqueo la lengua mientras su compañero se burlaba de él.
-Bien. Para empezar con este "procedimiento". Les dije hace un rato que ustedes deberán encontrar a su compañero de equipo restante para completar este subgrupo. Nos organizamos de esta manera para poder abarcar mucho más especio en cualquier misión que realicemos. Cada uno de estos subgrupos los catalogamos con un nombre. Mi grupo, es decir, Marco, Dipper y yo somos el equipo Alfa. Los que fueron por la cena son el equipo Beta y ustedes serán... el equipo Omega.
-Suena bien para mí – Lincoln no tenía ningún problema con esa organización.
-Mientras no se refiera a que seamos los más débiles del grupo. Nos basta
-Para mí también – Demencia tampoco tuvo problemas.
-Perfecto. No se preocupen mucho sobre el cómo encontraran a su compañero. Ya se los diré yo cuando sea el momento, que es más fácil de lo que imaginan – Con una sonrisa socarrona, Connie empezó a acariciar el rostro de Demencia.
La chica peliverde no entendió el porqué de eso. Las manos de Connie recorrieron ágil y suaves el rostro liso de la nueva integrante del grupo. Pronto, las manos de la chica de color bajaron a su cuello, de ahí a los hombros, luego bajo a los pechos, la espalda, su abdomen y el resto del cuerpo. Demencia pudo perfectamente haberla empujado o golpeado, sin embargo, no lo hizo, solo se dejó llevar ante el toque tan "eléctrico" de Connie.
Todo ante la muy atenta mirada de los chicos quienes no despegaban ni un momento la vista de las acciones de la líder de grupo.
-¡Ay sí, mamí~! – Sin descaro alguno, Demencia dio gemido. La manera en la que Connie la tocaba le causaba placenteros escalofríos. Sin lugar a dudas, la chica tenía un toque mágico.
La morena solo sonrió descaradamente. Disfrutando no solo de la expresión de placer que tenía la nueva. Sino también las caras anonadadas, desconcertadas y hasta torpes que los chicos daban a esa peculiar escena.
Tras un rato más de las caricias se detuvieron una vez llegaron a las rodillas para la frustración de Demencia quien gozaba plenamente de esa inesperada "muestra de afecto", por llamarla de algún modo.
-¿Y eso porqué fue? – La cara que Lincoln tenía puesta era una completa maravilla en la opinión de Connie quien se rio al verla.
-¡Hey a nosotros también! – Bloody solo exigía su ensalada de caricias. Lincoln no dijo nada para contradecirlo.
-¡Aaayyyy! ¡¿Por qué te detuviste?! Con lo rico que se sentía... – La expresión de la peliverde podía describirse como decepción pura. – Ya estaba a nada de quitarme la ropa...
-Aún estas a tiempo para quitártela – Marco añadió mirando fijamente a Demencia con una expresión bastante socarrona, la chica casi de inmediato soltó una risa.
-Luego, hombrecito, luego~ – Con una sonrisa y un guiño de ojo sugestivo. Marco se sonrojo. Él chico ni siquiera pensó que fuese a reaccionar de esa manera ante su comentario.
-Yyyy... ¿A qué vino todo ese numerito que montaste? – Pregunto Lincoln mira a Connie quien se rio por lo bajo.
-Para tomar medidas
-¿Medidas? ¿Para qué?
-Para poder darles esto con precisión – La morena mostro el traje negro que llevaba puesto. Los rostros del albino y la peliverde se arrugaron en confusión. – Verán estos trajes que llevamos puestos son hechos a base de mi piel.
-Eso... es asqueroso, pero a la vez bastante intrigante – Admitió Lincoln que miro interesado a Connie.
-¡Entonces si puedes hacer trajes de tu propia piel si puedes tener dos vaginas!
-¿Qué puedo decir?, mi habilidad hace que sea versátil para todo – La chica inflo su pecho orgullosa de sí misma.
-Ya, tampoco te des tantas palmadas en la espalda – Comento Dipper rodando los ojos, a lo que su amiga lo fulmino con la mirada.
-Idiota – Dio un bufido y devolvió su atención a los nuevos del grupo. – Les explico, como ya les mencioné puedo alterar cada célula de mi cuerpo a voluntad, así que la moldee pensando en algo resistente que sea capaz de aguantar una pelea de igual a igual con otro de mi misma talla, pero que a la vez fuese cómoda. Con ese pensamiento mi cuerpo actuó y como una serpiente mude esa piel. El resto solo es cuestión de volverlo a unir, cosa que yo misma hice.
-Ya entiendo, es para evitar quedar desnudo luego de una pelea como nos pasó a Demencia y a mí – Concluyo Lincoln.
-Efectivamente, a parte estas prendas especiales te dan un poco más de resistencia a golpes. ¡Ah! Y también son muy fáciles de lavar de cualquier mancha – Eso lo último lo añadió con tono de vendedor de productos por televisión.
-Menos de la jalea – Añadió Marco.
-Sí... menos de la jalea – Carraspeo esa frase con lentitud. Si algo era claro en Connie era lo orgullosa que podía ser. Recalcarle cosas pequeños fallos le molestaba bastante.
-Como sea, el punto es que con el tacto de mis manos puedo saber con precisión cada medida, cada aspecto de tu cuerpo para poder moldear estas ropas, para mayor comodidad. El resto solo es dejar que mi cuerpo se adapte a las medidas y ya de ahí solo tardo como veinte minutos en tener lista la ropa.
-¡Wow! Yo solo puedo quemar gente y cosas – Demencia tenía que admitir que se sintió algo obsoleta a comparación de Connie. Sin embargo, la chica loca tenía claro que nunca cambiaría su poder por ningún otro, ya que adoraba quemar cosas.
-¡Tsk! ¡Podemos hacer cosas mejores que esa! – Bloody gruño. El ente y el propio Lincoln sintieron lo mismo que Demencia.
-Ojalá... – Lincoln susurro por lo bajo al oír a su otro yo.
-¿Disculpa? – Connie y el resto de personas que se encontraban ahí también pudieron escuchar lo que dijo Lincoln gracias a su audición inhumana.
-Nada, solo un comentario de la estúpida voz en mi cabeza.
-Esta bien. Lo que sea. Ya tengo las medidas de Demencia, solo faltas las tuyas. Mi cuerpo ya se puso a crear otra piel que mudar. Así que en lo mientras voy a tomar tus medidas – Sus palabras fueron corroboradas cuando su piel morena empezó a oscurecerse más de lo que ya estaba.
-No vayas a disfrutarlo demasiado, pretty boy~ – Carraspeo la chica acercándose más y más al albino.
-Lo mismo digo, hot girl – Lincoln no se dejó intimidar por esa linda chica y devolvió el piropo.
Con una leve risa por parte de Connie, Demencia y Marco ante el mote que el albino dio. Dipper por su parte solo levanto una ceja levemente sorprendido.
Justo en el momento en el que Connie toco el cuello de Lincoln. Justo ahí, sucedió algo inesperado. Sucedió en un parpadeo, incluso puede que menos.
De un momento a otro Connie se encontraba pegada a la pared. Sin embargo, eso no se debió a un golpe o a un empujón. No, eso fue obra de la misma Connie quien se había alejado lo más que pudo por puro instinto del albino.
La chica sudo frío, todo paso tan rápido. Sus ojos brillaban intensamente, completamente alertas de cualquier movimiento. Su respiración se detuvo completamente. Sus músculos se encontraban tensos, listos para un enfrentamiento. Todo su cuerpo le gritaba a la chica que se alejara del albino.
Sin embargo, Connie no fue la única que sufrió de eso. Por puro instinto de supervivencia fue que los demás se habían alejado de Lincoln completamente atentos a cualquier cosa. En una alerta máxima. Inconscientemente había activado sus poderes.
Y el propio Lincoln no se quedaba atrás. Él, a diferencia del resto. No se alejó, al contrario, se acercó más a Connie. Ni el mismo Lincoln supo cuando fue que se puso de pie. Ni tampoco supo cuando fue que su sangre salió de su cuerpo o cuando se movió serpenteante y amenazante en distintos hilos de sangre.
Sus ojos brillaban con mucha intensidad. Fue por un instante que estuvo a punto de atacar a Connie. Todos lo sintieron, y todos se prepararon para eso. Afortunadamente, Lincoln supo controlarse a último mili-segundo.
El aíre se puso mortalmente helado, ya fuese por la tensión del momento o por lo propios poderes criogénicos de Dipper.
Hubo un silencio sumamente incomodo donde nadie dijo nada. Solo miraron fijamente al responsable de ese momento tan tenso.
Lincoln inhalo y exhalo con la intención de relajarse. Tomo unos cuantos segundos pues la sensación tan salvaje y caótica seguía presente dentro de sí. Poco a poco logro calmarse hasta que pudo regresar su sangre dentro de su cuerpo.
Finalmente, todos volvieron a respirar. En especial Connie, quien soltó un profundo suspiro de alivio.
-Mierda... – Fue lo que la morena susurro, que dejo de sentir esa abrumadora presión sobre de ella.
-¡¿Qué demonios fue eso?! – Dipper grito conmocionado hacía el albino.
-Yo... no... no lo sé... – Todo fue demasiado rápido hasta para seres inhumanos como ellos.
-¿Estas bien, Connie? – Le pregunto Marco a su amiga, mientras se acercaba a ella.
-Sí, yo... estoy bien – Connie aún sentía sus músculos tensos.
-Pensé que se iba a armar otra gran pelea contra Linky, pero pudimos detener eso, aparentemente – Demencia, pese a que estuviera loca, sabía que había un gran riesgo. Algo bastante fuerte y abrumador dentro de Lincoln.
El albino solo se quedó mirando sus manos temblorosas. Tragando saliva, el chico busco a su otro yo. Sin embargo, por más que miro a su alrededor no lo encontró por ningún lado.
-Casi – La voz extremadamente profunda de Bloody resonó dentro de la cabeza del albino. Pareció provenir de cerca, pero a la vez de todas partes. Los ojos de Lincoln enfocaron su reflejo atreves de un espejo que colgaba en una de las paredes del lugar.
Ahí se vio a sí mismo. No obstante, había algo muy resaltante y fue que su ojo izquierdo estaba completamente rojo. Su boca entreabierta que deja ver un poco de sus colmillos mostro que los colmillos del lado izquierdo también crecieron un poco. Lo suficiente como para ver la clara disparidad entre los colmillos del otro hemisferio.
Con un profundo escalofrío recorriéndole de arriba abajo su cuerpo parpadeo y esa imagen de sí mismo "fracturada" desaparecieron y todo volvió como antes.
-¡Hey! ¡¿Estas escuchando siquiera?! – Cuando escucho la voz de Marco fue que el resto de sus sentidos regresaron.
-¿Qué? – Fue lo único que pudo pronunciar.
-¡Aggh! Tenía razón, no escuchaste una mierda de lo que te estábamos diciendo – Marco se quejó golpeándose el rostro con su palma.
Connie viendo que lo desconcertado que estaba Lincoln, dio un suspiro y se acercó a él. – No te preocupes, tampoco dijimos muchas cosas, más allá de preguntas que no obtendrán respuesta por el momento – Pese a que se acercó bastante al albino, no se atrevió a tocarlo. Aun así, trato de reconfortarlo.
-Está bien – Lincoln sintió una mezcla de vergüenza e incertidumbre. – (¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué paso esto?)
-¡Je! Solo demostramos nuestra superioridad a esa perra presumida – Bloody, quien súbitamente regreso al lado del albino. De inmediato, la atención de Lincoln se posó sobre su otro yo.
-(¡¿Tu fuiste el que ocasiono esto?!) – Exclamo Lincoln a su otro yo.
-Nosotros lo hicimos – Fue la respuesta del ente quien miro a Lincoln con una sádica sonrisa.
"Nosotros" "Nosotros" "Nosotros" "Nosotros" "Nosotros" "Nosotros"
"Nosotros" "Nosotros" "Nosotros" "Nosotros" "Nosotros" "Nosotros"
Esa palabra resonó dentro de Lincoln. Recordó, brevemente las palabras de su maestro. Acerca de que Bloody era parte de sí mismo. Cuando Bloody nunca se refería como un solo individuo, siempre hablaba como si fuera parte de un conjunto.
Ese conjunto era Lincoln.
Ahí fue donde el albino comprendió que eso lo ocasiono él solo. De manera inconsciente, pero al fin y al cabo lo ocasiono.
Todos guardaron silencia al percatarse de que el albino hablaba con su voz interior.
-Lo siento, eso fue culpa mía – Lincoln se disculpó de corazón. – No sé que me paso, todo fue tan rápido, solo actué por instinto.
-Tranquilo, todos hicimos lo mismo. Solo evitemos que eso vuelva a ocurrir pronto, ¿te parece? – Connie siguió con su intención de confortar al nuevo, pues genuinamente Lincoln se sintió mal de lo que hizo. Y se podía notar por su expresión afligida.
Expresión que paso a ser una de vergüenza con Connie – Gracias – Fue lo único que pudo pronunciar el albino, no se sentía capaz de ver a los ojos a la chica.
-Sin problemas – Connie no tuvo problemas en aceptar sus disculpas. Sin embargo, mil y un, preguntas rondaban por su cabeza. Y no solo en la de ella, sino también en la de todos.
-(¿Por qué esto no sucedió cuando pelee con él? ¿Por qué justo ahora que lo toque fue paso todo? ¿Por qué fue que todos sentimos eso? ¿Acaso tiene algo que ver con el número en serie? O quizás... sea algo relacionado con su verdadero nombre y alguna especie de jerarquía basada en nombres de seres divinos) – Estas fueron muchas de las preguntas que recorrían la mente de Connie. Preguntas similares circulaban en las cabezas de los otros tres. – (Lo único claro hasta el momento es que Lincoln es mucho más especial de lo que creí) – Esa termino por ser la conclusión de la morena.
Hubo un silencio que fue bruscamente interrumpido cuando abrieron la puerta súbitamente, alertando a todos.
https://youtu.be/1FDpUKJ9Qx0
-¡Llegamos! – Fue el grito femenino que salió al momento en el que la puerta se abrió dejando ver a una linda chica morena.
-¡Hey! ¿Qué ocurrió aquí? – Pregunto otro chico de piel blanca y rubio al ver el desastre que había por ahí, más los nuevos chicos que se encontraban ahí.
Detrás de esos dos surgió otra chica de cabellos morados y tez pálida. Ella no dijo una palabra solo miro todo en un frío silencio.
-¡Por fin llegaron! Estaban tardando más de lo debido – Marco comento un tanto aliviado de que gracias a la súbita llegada de sus amigos los restos de aquel momento tenso se esfumaran por completo.
-No nos culpes a nosotros, literal había un señor que se andaba peleando con el cajero, gritando cosas como; ¡Dame mi pizza, imbécil! – Fue la respuesta del chico, que llevaba consigo tres cajas de pizza.
-Eso hasta que Gaz se hartó y lanzo al tipo de la pizzería, literalmente – Fue lo que comento la morena. La identificada como Gaz, quien al parecer era la de pelo morado, dio un bufido.
-Al parecer aquí hubo mucho alboroto también – Fue el comentario de la chica morena. Su mirada se paseó por el lugar hecho girones hasta que termino en los dos nuevos integrantes de la banda. – Ustedes deben de ser los nuevos, ¿no es así? – La chica se acercó junto al rubio animosamente al albino y a la peliverde.
-¡Un gusto en conocerlos, hermana y hermano! Yo soy Luz, mi número en serie es [8] y mi nombre demoniaco es Leviatán – La identidad como Luz les saludo animadamente tomando las manos de ambos y sacudiéndolas hiperactivamente.
Luz era de tez morena, ojos heterocromáticos como Marco siendo estos Naranja en el ojo izquierdo y Azul en el derecho. Cabello corto con un flequillo que subía. Unos centímetros más bajita que Connie. Vestida con una sudadera morada con las mangas cortadas, por debajo la prenda especial de Connie. Pantalones cortos grises y una vez más, la prenda especial de Connie por debajo de los pantaloncillos. Tenis blancos y unos lindos aretes con forma de media luna.
-Yo soy Finn. Mi número en serie es [9] y mi otro nombre es Behemoth. Me encantan los perros y las aventuras – Fue como se presentó el chico rubio, ahora identificado como Finn.
Finn era tan alto como Marco. De tez blanca, ojos verdes. Cabello rubio corto hasta la nuca. Vestido con una chaqueta azul, pantalones de mezclilla, tenis negros y muy seguramente las prendas especiales de Connie por debajo.
-La que está ahí toda callada es Gaz. No habla demasiado – Luz fue la que presento a la susodicha. La peli morada los miro fijamente sin decir una sola palabra. – Su número es [5] y su otro nombre es Azazel. Aunque no lo demuestre, ¡también está feliz de conocerlos! – Eso último lo añadió Finn.
Gaz a diferencia de todos los presentes era la más baja en cuanto estatura. Siendo un poco más baja que Dipper quien era el que más se le acercaba. Vestida con una camisa negra rasgada, una blusa morada por debajo y nuevamente, la prenda especial de Connie por debajo. Con pantalones negros y botas violetas. Ojos fríos y profundos color avellana. Finalmente, una tez extremadamente pálida y fina.
La chica solo observo en silencio a los nuevos sin cambiar en lo absoluto su impasible expresión.
-¡Oh! Ustedes son el otro grupo. ¡Un gusto! ¡Yo soy Demencia! Mi número es [13] y mi otro nombre es Baal. Estoy loca – Tras dar esa pequeña presentación, la peliverde asintió cual canino.
-¡Uuuuwww! ¡Que adorable eres! ¡Me agradas! – Fue lo que dijo Luz antes de darle un fuerte abrazo a Demencia, quien lo correspondió de inmediato.
-¡Tú también me agradas Lucecita! – Fueron las cariñosas palabras de Demencia quien estrecho aún más su abrazo con la morena.
-¡Hey! ¡Yo también quiero un apapacho! – Exclamo Finn con deseos de también recibir un poco de amor.
-¡Pues ven aquí, bro! – Fue la respuesta afirmativa de Luz, que extendió un brazo invitando al rubio a unirse.
-¡Claro! ¡Ven aquí hombrecito! – Demencia tampoco estuvo en desacuerdo e hizo lo mismo que su nueva amiga.
Con los ojos iluminados en emoción y con un grito de emoción, Finn se unió al cariñoso abrazo entre las dos féminas.
-Creo que se llevan bien – Comento Marco viendo al trío.
-¿Tú crees? – Dipper fue sarcástico, pero, aun así, no pudo evitar sonreír ligeramente.
-Las cosas van a ser más interesantes con ella en el grupo. Muuuy interesantes – Connie comento animadamente.
Inclusive Lincoln se sintió mucho mejor. Ya no se encontraba avergonzado, al contrario, ahora sentía un inmenso alivió.
Definitivamente toda la tensión se había esfumado.
Tras un minuto entero de cariño fue que Finn poso su atención al otro miembro nuevo de la pandilla.
-¿Y tú, cómo te llamas, hermano? – Lincoln casi salto por la inesperada [Al menos, para él] pregunta tan repentina de Finn.
-Eh... Un gusto. Yo soy Lincoln. Mi número en serie es [1] y mi otro nombre es Lucifer – Lincoln devolvió el saludo de Luz robóticamente. El albino todavía se encontraba avergonzado por lo sucedido anteriormente.
-¡¿Eres el número uno?! – Tanto Luz como Finn se quedaron impactados. Inclusive la expresión de Gaz cambió a una de sorpresa. Era claro que ninguno de los tres esperaba encontrarse al número uno.
-Pues... tal parece que lo soy jejeje – Nuevamente las miradas de todos se posaron sobre él.
Hubo un silencio incómodo. Lincoln no tenía ni idea de decir para romper este silencio. Afortunadamente para el albino Connie hablo.
-Si, bueno. Ellos dos son nuestros nuevos miembros. Tanto Demencia como Linc están en el mismo grupo, el Omega.
-¡Sí! Espero poder conocerlos mejor y descubrir juntos nuestro... err... ¿pasado? ¿origen? ... Eso – La mente de Lincoln tuvo un pequeño corto circuito debido al nerviosismo.
Una cosa nueva que el albino descubría de sí mismo. Sus recién descubiertos nervios ante ser el centro de atención.
-No nos gusta como nos mira – Aquel nuevo autodescubrimiento era compartido por el ente. Que miraba enfadado a resto de personas en el lugar. – En especial la de esa perra. ¡¿Qué tanto nos miras?! – La molestia de Bloody fue dirigida a Gaz que miraba al albino de una manera rara.
Lincoln sintió ese piquete molesto que tanto irritaba a su otro yo. Esa mirada tan penetrante y a la vez molesta que provenía de la chica de cabellos morados.
-¿Sucede algo? – La molestia cada vez era mayor. Y esa pregunta fue completamente dirigida a Gaz.
La mirada de la chica no cambió, aun cuando todos notaron que esa pregunta se la hacía a ella. Sin embargo, Gaz no se dejó intimidar y su mirada era incluso más intensa que antes.
-¡¿Qué?! – Ya completamente molesto por esa mirada, Lincoln confronto a Gaz acercándose a ella.
-Eh, Tranquilos – Intento calmar Connie. Luego de aquel evento de antes con el albino, ahora le tenía más precaución de lo que pudiera pasar.
El rojo intenso choco con la fría avellana. Ninguno se dejó intimidar. Connie estuvo a punto de intervenir nuevamente, pero Gaz hablo.
-Sígueme – Fue la simple palabra que salió de la boca de la peli morada. Se dio la vuelta y camino a la puerta. El resto de sus compañeros se sorprendieron enormemente.
-¿Disculpa? – Lincoln por el otro lado se molestó un poco más por esa respuesta tan cortante.
La chica solo se detuvo en la entrada y sin voltear volvió a hablar. – Te dije que me siguieras – Respondió fríamente.
-¿Exactamente para qué? – Lincoln levanto una ceja interesado.
-Para saber que tan fuerte eres, Lucifer – Con eso dicho salió de la sala.
-¡Tsk! Bien, con gusto – Con un chasquido de lengua Lincoln siguió a la chica decidido.
El resto se mantuvo en silencio dándose miradas entre sí.
-¡Yuju! ¡Se van a armar los putazos! – Con ese grito de emoción Demencia siguió a los dos chicos afuera.
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https://youtu.be/MCE3e1-jNHw
El lugar donde el grupo de niños demonio se encontraba era a las afueras de Detroit. Aún era de noche y estaba rodeado por un frondoso bosque. Al fondo aún se podían distinguir los edificios de la ciudad.
El albino había seguido a la peli morada unos cuantos kilómetros alejados de la pequeña guarida que los Avanged Sevenfold tenía.
Por supuesto que no había venido solo ellos. El resto del grupo los seguía de la misma manera en el que los próximos contendientes iban. Es decir, en silencio, completamente inmersos en sus propios pensamientos.
-(¡Tsk! Esa chica que se cree, ¿la reina del mundo?) – Lincoln aún seguía molesto. En todo el camino no intento apaciguar su gran molestia en contra de la Gaz. Por alguna razón, ni siquiera intentaba calmarse. La forma en la que Gaz lo había mirado lo irritaba de sobremanera. – (¡Le voy a enseñar quien es el rey aquí!) – Inclusive esos pensamientos eran completamente desconocidos y extraños para Lincoln.
Nunca antes había pensado de esa manera. Nunca trato de mostrarse superior ante nadie. Aunque lo fuera. Pero por alguna razón se sintió extrañamente ofendido por Gaz, irritado con esa mirada tan penetrante. Esa mirada tan milimétrica y meticulosa que lo juzgaba en cada aspecto.
-Como si nos viera como si no fuéramos nada, ninguna amenaza para ella. ¡Perra! – Bloody no estaba mejor que Lincoln. La sensación de sentirse inferior e indefenso fue algo que los disgusto enormemente.
Esta era una sensación que Lincoln hacía mucho tiempo no sentía y que había olvidado el cómo se sentía. Cuando el albino aún vivía con los Buttowski siempre tenía esa sensación cada que lo miraban. En especial con su hermanastro Brad. Detestaba eso. Sin embargo, la diferencia con aquella ocasión es que termino fatal para esa disfuncional familia, ahora ya no era cosa de simples humanos. Era alguien con el que se podían medir de igual a igual.
Ángel VS Ángel.
Con un bufido fue que Lincoln trataba de poner en orden todos los pensamientos que tenía en estos momentos. En su mayoría, cegados por el enojo y la irritación.
Todo eso fue cortado bruscamente cuando Gaz se detuvo. El resto también se detuvo, estando a una considerable distancia de los dos combatientes.
-Aquí esta perfecto – Fueron las frías palabras que le dijo Gaz al albino.
-Ya era hora – Lincoln arrastro esas palabras. Inclusive el tono tan monótono y frío de Gaz lo estaba irritando.
Hubo un silencio que solo duro unos segundos, pero gracias a toda su molestia acumulada a Lincoln se le hicieron eternos esos segundos. Apretando más fuerte sus puños, podía sentir como la sangre hervía, de manera literal, dentro de su cuerpo.
Gaz solo observo todo analíticamente. Observando cada detalle del cuerpo de Lincoln. La peli morada pudo notar como de manera espontánea algunas partes del cuerpo del albino brillaban en color carmesí. Inclusive su cuerpo empezaba a desprender vapor.
-Wow, ¡cabeza de semen está que arde! Y mira que soy yo la que dice eso – Demencia exclamo sorprendida. Le sorprendió bastante ver como es que la sangre del albino ebullía de esa manera hasta el punto de brillar.
El resto no dijo nada. Cosa que extraño a Demencia quien se esperaba más charla por parte de sus nuevos compañeros.
-Eh, ¿Qué paso? ¿Por qué tan callados? – Cuando la peli verde se volteó para mirar a su grupo vio como cada uno activo sus poderes de una manera peculiar.
Connie desapareció sus oídos y su piel pareció volverse más gruesa.
Dipper se cubrió de una pequeña capa de hielo alrededor de todo el cuerpo.
Marco por su parte, mantuvo un capto eléctrico a su alrededor. Era todo un destello de chispas.
Finn literalmente creo una armadura hecha de tierra y roca bastante gruesa que lo hizo más alto de lo que por sí ya era.
Luz creo una especie de armadura como Finn solo que hecha completamente de agua.
Demencia no entendió porque había hecho eso y cuando iba a preguntar un horrible, penetrante y ensordecedor zumbido. Fue tan abrumador que de inmediato hizo sangrar sus ojos hasta hacerlos reventar junto a sus oídos. Demencia lo único que pudo hacer fue sostener su cabeza con fuerza, mientras apretaba los dientes que a percepción de la chica se había cada vez más blandos y frágiles.
Unos segundos antes de eso, Lincoln se había cansado de esperar. Ya no pudo aguantar más esa mirada sobre él. En una explosión de velocidad, no tardo ni un segundo cuando se abalanzo contra Gaz.
Un potente y demoledor puñetazo iba dirigido a la cara de Gaz con toda la intención de arrancarle la cabeza de un golpe. Sin embargo, algo ocurrió. Un invisible muro fue con lo que el puño de Lincoln choco. De inmediato, el albino se percató del insoportable zumbido en su penetrando cada rincón de su cuerpo.
Una fuerza abrumadora lo inmovilizo por completo. Todo su cuerpo vibraba y temblaba de una manera anormal, estaba al borde de estallar. Con un gran esfuerzo, Lincoln miro a Gaz quien en ningún momento quito esa mirada fría y analítica sobre él.
Estuvieron así durante 3 segundos. Segundos que al albino se parecieron horas de pura tortura.
Cada musculo de su cuerpo al borde de estallar. Sus huesos fracturándose de la gran presión. Varios de sus órganos para este punto habían estallado probando grandes hemorragias internas.
Cada sentido del albino había sido abrumado por completo. Su visión se había oscurecido cuando sus corneas explotaron al no soportar más esa presión. Lo que podía sentir era la poderosa vibración a la que estaba expuesto. Inclusive podía sentir dentro de sí mismo como es que la sangre se movía gracias a la gran vibración de su cuerpo. Sus oídos habían estallado desde hace un buen rato y lo único que podía escuchar era un insoportable zumbido.
Lincoln estaba a completa merced de Gaz quien seguía impasible. La tortura continuó unos segundos más. Para este punto, Lincoln estaba bañado en su propia sangre. Tanta había sido la presión n su cuerpo que obligo a su sangre a salir.
Finalmente, Gaz hizo otro movimiento. Levanto su brazo izquierdo, en frente de la cara de Lincoln, apunto sus dedos índice y medio. Y trono los dedos.
La tremenda explosión sónica pudo escucharse perfectamente a 30 kilómetros a la redonda. El cuerpo de Lincoln no resistió tremenda explosión de sonido y prácticamente se deshizo en pedazos, solo para salir volando.
Esa explosión solo duro un segundo. En un solo segundo gran parte del lugar había sido completamente arrasada.
El resto que se había protegido ante la defensa sónica de Gaz lentamente empezaron a deshacer sus defensas. Demencia tampoco tuvo tanta suerte, pues también había salido volando con aquella explosión.
-¡Creo que exageraste bastante! – Le grito Connie a Gaz.
-Un poco, quizás... - Fue la suave respuesta de la peli morada con decepción en su voz.
Iba a dar un paso hacía sus compañeros. Sin embargo, algo sucedió. Todos lo notaron, lo que pudieron ver apenas y fue visible, inclusive para sus ojos.
Gaz fue la única que lo vio con claridad. Lo que pudo ver fue a Lincoln, o lo que se estaba construyendo de él en esos instantes. Ya que parte del torso, el brazo derecho y parte de la cabeza de Lincoln que aún se estaba regenerando vino arrasando a una velocidad de 342.2 metros por segundo.
Fue solo un instante, pero los ojos sorprendidos de Gaz chocaron con el único ojo del albino, que se encontraba lleno de furia. La quijada del albino esta apretada hasta el punto de romper los dientes que se estaban regenerando.
Su puño que aún se regeneraba estaba cerrado con fuerza. La sangre que Lincoln dejaba atrás aún lo perseguía para volver a su cuerpo y así poder regenerarse por completo.
Pero eso no le importo a Lincoln, no le intereso ser solo un torso con un brazo. No le interesaron sus heridas o cualquier clase de dolor que pudiese estar sintiendo. Lo único que cruzaba por su cabeza era simple; ¡Golpear con todas sus fuerzas a esa perra!
Aquella barrera que había inmovilizado a Lincoln antes, había sido totalmente rota. Pues estaba conformada por sonido y las vibraciones del aíre. Sin embargo, nada de eso importo pues Lincoln había roto aquella barrera. La barrera del sonido.
Esa barrera fue la única defensa que Gaz tenía su favor. Al ser rota, solo le quedaba recibir el golpe en todo el centro de su rostro.
Como fue de esperarse, el golpe tremendamente brutal que Lincoln le dio a Gaz pudo escucharse a más de 50 kilómetros a la redonda. El golpe vino con tanta fuerza que la cabeza salió desprendida y pegada al puño del albino con una aterradora facilidad.
Por pura inercia y fuerza de velocidad fue que Lincoln se siguió derecho. Arrasando con todos los árboles que se le pusieran en frente. Dejando atrás el cuerpo decapitado de Gaz que solo se tambaleaba de un lado a otro hasta que cayó inerte al suelo.
Lincoln solo pudo detenerse cuando paso los cinco kilómetros y lo hizo gracias a una gran roca. Detrás del albino su sangre todavía lo perseguía.
El resto se quedó en total shock. Ni de chiste esperaban tremendo despliegue de fuerza y velocidad. Mucho menos que sucediera tan rápido. Solo miraban anonadados toda la destrucción que ambos contrincantes dejaron a su paso.
-¿Qué demonios fue lo que ocurrió? – Dipper hizo la pregunta que cruzaba por las mentes de todos en esos instantes.
-Estoy bien, gracias por preocuparse – De manera sorpresiva una voz sumamente sarcástica surgió atrás de ellos. Provenía de Demencia que llevaba consigo una cara de molestia absoluta mientras aún estaba regenerando sus piernas y parte del estómago.
Los demás se quedaron en silencio. Sin saber que decir. No fue hasta que escucharon como es que el cuerpo decapitado de Gaz se levantaba mientras regeneraba su cabeza a un paso algo lento de lo acostumbrado.
Cuando termino de regenerarse se llevó la mano al rostro para empezar a frotárselo frenéticamente. – ¡Aún pudo sentir su puño en mi cara...! – Gruño la chica con irritación, más que nada por la sensación que por el golpe.
-¡Aún no hemos terminado! – Lincoln volvió a escena. Con su cuerpo completamente regenerado y totalmente desnudo. Camino firme hasta Gaz listo para continuar con su pelea. El albino se había calmado considerablemente luego de tremendo golpe, pero, eso no quitaba que aún cargaba consigo una gran molestia.
Sin embargo, para la sorpresa del albino. La peli morada empezó a reír. Con una gran sonrisa puesta en sus labios que se arrugaba gracias a los constantes frotes de su mano contra su rostro.
-¡JAJAJAJAJA! – Esa risa saco completamente de onda al albino. No entendió porque la chica había comenzado a reírse divertida. – Mierda... Ese golpe en verdad lo sentí y lo sigo sintiendo. Eres mucho más interesante de lo que pensé al principio. Jejeje... – La chica solo se dio media vuelta dándole la espada a un anonadado Lincoln.
-¡Espera! ¡¿No íbamos a seguir peleando?! – Exclamo Lincoln.
-No es necesario. Ya me mostraste lo que querías. Si lo que buscas es una revancha, quizás algún día te la de – La chica continuó caminando y sin detenerse, volteó la cabeza para mirar a Lincoln – Hasta entonces, esperemos llevarnos bien, Luci~ - Con ese pequeño mote cariñoso Gaz se retiró dejando a atrás a no solo un anonadado Lincoln sino también que al grupo entero en shock.
-Wow, esa chica tiene estilo – Fue el comentario de Demencia cuando Gaz paso de regreso a la guarida del grupo.
Trans unos segundos de silencio, Lincoln apretó con fuerza su puño, no con ira, sino con frustración. Cerro los ojos y se llevó la mano al rostro. –(¡¿Qué mierda le pasa a esa mujer?!) – Fue su pensamiento.
-Pues esa perra está loca – Fue la sencilla respuesta de Bloody quien estaban tan frustrado como Lincoln.
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Lincoln venía saltando de edificio a edificio. Su cabello se movía erráticamente gracias a la velocidad a la que se movía. Los profundos ojos rojos del albino estaban concentrados hacía el frente, analizando el siguiente salto que debía dar, ni tuvo que preguntar a sus nuevos colegas por donde tenía que regresar, pues ya había ubicado el camino de regreso a casa, era como un GPS que calculaba la ruta a su destino. Su cuerpo se movía casi por inercia, como si estuviese en modo automático. Sus oídos ya recuperados escuchaban miles de corazones a kilómetros a la redonda.
Luego de que su pequeña riña con Gaz decidió que había sido suficientes cosas por esta noche. Tras hablar y quedar de acuerdo con su nuevo equipo de verse mañana [Y de pedirles otra muda de ropa] regresaba apresurado a su hogar. Sin embargo, aún con todo su cuerpo y sus sentidos enfocados su mente estaba en otro asunto.
-(¿Suena bien decir que fueron hombres topos los que me mantuvieron ocupado?)
-Meh, eso ni Ricardo se lo creé. Y eso que él cree en espíritus como La llorona – Fue la respuesta de Bloody.
-(Maldición...) – Dio un suspiro. – (No tengo una buena excusa para que justificar estar casi 4 horas desaparecido. Conociendo a Ricardo, habrá regresado a la casa, la habrá preocupado a ella y se habrá marchado a buscarme)
-Definitivamente algo que haría ese idiota
-(A decir verdad, no lo culpo. Quiero decir, son las 4:56 de la mañana. Estamos desaparecidos para él desde hace cinco horas) – Con todo lo ocurrido recientemente, lo último que pensó fue en mirar la hora y ver lo tarde que era.
-Tremenda puteada nos van a meter apenas lleguemos – Bloody habló con molestia en su voz, aunque más que molestia era cansancio.
-Totalmente – Dio un último suspiro. Ya casi llegaba a casa.
Deteniéndose en un edificio miro el gran edificio departamental. Era moderadamente grande con sus diez pisos de alto, aunque eso no impedía que se pudiera notar que no eran departamentos de la más grande calidad.
El albino observo cuidadosamente. Todas las luces estaban apagadas. Se fijo que en el departamento donde residía la ventana que daba a la escalara de emergencia, esta se encontraba abierta. Se concentro para escuchar cuantas personas había dentro, solo había una persona dentro.
Sabiendo de quien se trataba y ya conociendo que aún se encontraba despierta por todo su movimiento ansioso, dio un suspiro y dio un gran salto. Aterrizo en la escalera de emergencia y con cuidado de no despertar al resto de residentes, entro por la ventana.
No entraba por la entrada principal. Primero porque a estas horas estaba cerrada. Segundo, porque lo último que el albino deseaba es que se metieran ladrones por su culpa, a parte que con lo oxidada que se encontraba la puerta del edificio, alertaría y despertaría a todos dentro.
Cuando estuvo dentro trato de ser lo más silencioso posible. Camino unos cuantos pasos hasta donde sabía que se encontraba el interruptor de la luz.
No hubo ningún percance hasta el momento. Encendió la luz y de inmediato escucho los pasos corriendo hacía él.
Cerro los ojos y espero.
No tardó mucho en sentir un golpe bastante fuerte para un humano.
-Estoy en casa... – Canturreo suavemente sobándose la zona golpeada. Al voltearse se encontró con una mujer de 1.69, cabello rubio y corto hasta la nuca. Piel ligeramente morena, con su pijama hecha girones. Con un sartén abollado en sus manos. Y unas grandes orejas en sus bonitos ojos marrones. Sobra decir que la expresión de enojo que llevaba consigo era increíble.
-¡¿TIENES IDEA DE LO PREOCUPADA QUE ESTABA, PEDAZO DE ALIMAÑA?! – Con la misma fuerza le dio otro golpe con el sartén al albino. Este no se movió, ni se quejó, solo la observo paciente. - ¡¿DÓNDE MIERDA TE ENCONTRABAS?! ¡¿ACASO EL IMBECIL DE RICARDO VIENE CONTIGO?! ¡ESE ESTÚPIDO SOLO ME ESTRESA! ¡PERO TÚ...! ¡¡¡CASI ME MATAS DE AMARGURA!!! – La mujer siguió golpeando al albino quien no dijo nada en su defensa. Frustrada y llena de angustia, fue como la chica continuó con su pequeño ataque de furia. Aunque realmente el único afectado era el sartén que en este punto se había deformado de todos los golpes dados.
Tras unos segundos más donde la mujer rubia dejaba salir todo su veneno atreves de sus gritos y golpes, poco a poco la mujer empezaba a cansarse. Sus ojos de poco a poco fueron ablandándose. Sus golpes cada vez fueron más débiles, hasta que por fin soltó el sartén que callo pesadamente contra el suelo.
La chica tomo de los hombros al albino mientras respiraba pesadamente. Apretó los hombros del muchacho con todas las fuerzas que le quedaban. Miro con cansancio y rabia al chico. Sus pies temblaron y perdieron fuerzas. Antes de que cayera Lincoln la sostuvo cuidadosamente. Hincándose en una rodilla la miro preocupado.
-¡Roxan! ¿Estas bien? – Su tono expreso toda la preocupación que sentía. La chica solo lo miro exhausta.
Lo miro directamente a los ojos. Esos ojos tan preciosos y a la vez intimidantes la miraron con genuina preocupación. La rubia solo cerro los ojos y susurro.
-Gracias a Dios estas bien... – Con eso la identificada como Roxan cayo dormida presa de todo el cansancio y estrés que estuvo sintiendo.
-¡Roxan! – Lincoln exclamo preocupado.
-Esta agotada. Mira la bien – Fueron las palabras de Bloody quien miraba atento el cuerpo de Roxan.
Lincoln se fijo más y miro sus manos. Sus dedos estaban rojos e irritados, sus uñas estaban un tanto flojas y chorreaban pequeñas gotas de sangre.
-Mierda – Lincoln coloco su dedos índice y medio en la nuca de Roxan. En cuanto tocaron el cuello atravesaron su carne, casi sin oposición. Sin embargo, solo entraron la punta de sus dedos y la mujer no sintió dolor pues continúo dormida. – No se tomo sus medicamentos. Esta super estresada. Maldición... – Con una maldición a sí mismo por tener la culpa de esto la levanto con cuidado dispuesto a llevarla a su cama.
La noche era fría y ella se encontraba caliente. Si continuaba exponiéndose a la fría ventisca que se colaba por la ventana se enfermaría. Así que rápidamente la llevo a su cama, la abrigo con dos cobijas y se mantuvo a su lado.
Miro el reloj inalámbrico al costado de su cama y miro que ya eran las 5:26 a.m.
Dio un pesado suspiro.
-Y aún queda avisarle a Ricardo de que estoy bien – Lincoln se levanto y cerro cuidadosamente la puerta del cuarto de Roxan. Cerro la ventana de la cocina y tomo el teléfono que había en la cocina. Estuvo marcando el número del celular de Ricardo hasta que se percato que el dicho celular se encontraba a un costado suyo.
– Dame un respiro – Ricardo había dejado su celular.
-Y aún falta contarles todo a esos dos – Añadió Bloody cosa que hizo que el albino suspirara nuevamente.
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- Recuérdame ¿Por qué estoy aquí otra vez? – Lincoln miro desinteresado la casa Loud. Se encontraba un poco dormido, recién se había despertado de su sueño bastante largo de casi once horas. Ladeando ligeramente la cabeza, esta trono y Lincoln suspiro de satisfacción.
-Nos pagan para enseñar matemáticas – Contesto Bloody con el mismo desinterés que su otro yo.
El albino se tallo un ojo mirando aburrido la entrada de la casa Loud. Había llegado como veinte minutos antes de la hora que le habían dicho las gemelas, pero aún así, estaba tentando de ir por una bebida energética para despertar completamente.
-Meh, creo que olvide mi cartera – Reviso sus bolsillos y efectivamente, había olvidado su cartera. Lo único que llevaba consigo eran las llaves de su departamento y su celular. – Bah, espero que no les moleste si me sirvo café – Con eso dicho camino tranquilamente hasta la entrada.
Toco el timbre y no tardo mucho cuando abrieron la puerta. Quien lo recibió fue Luan que no se veía muy bien y al momento de ver de quien se trataba su cara se arrugo en incomodidad.
-(Ya ni se esforzó en ocultarlo) – Lincoln pensó mirando la expresión de la castaña, mantuvo su cara inexpresiva por un segundo, luego cambió a una cara un poco más animada.
-Buenos días. Vengo a ver a las gemelas – Saludo tranquilamente. La chica arrugo un poco su rostro.
-Hueles a metal – Declaro arrugando su nariz, el olor característico del hierro era bastante notable en Lincoln. Este se sorprendió de las palabras de la chica y se olía comprobando lo que decía.
-Lo lamento, venía de trabajar un poco de mecánica con las partes de un auto – Se excuso. Fue lo mejor que se le ocurrió tratando de verse avergonzado, cosa que en parte sentía, solo que todavía se encontraba dormido como para que toda esa emoción lo golpeara.
Luan levanto una ceja. Ella no pudo identificar si metía o decía la verdad. Independientemente de lo que fuera a Luan no le interesaba.
Lincoln se miro rápidamente a los alrededores para intentar cambiar de tema. Miro por un momento las manos de la chica, estaba rojas y un poco hinchadas en ciertas partes.
-¿Eres alérgica a algo? – Pregunto el albino.
-Ehhh no, ¿Por qué lo dices? – Pregunto confundida.
-Tus manos están rojas e irritadas – Le señalo sus manos a lo que la chica las miro y se quedo sorprendida. No se había dado cuenta hasta el momento de lo mal que estaban.
De inmediato oculto sus manos atrás de ella. – ¡Ah eso! No tengo idea de lo que paso, quizás fue por culpa de un mosquito – Respondió tratando de evitar el tema. La chica supo casi de inmediato el porque sus manos se encontraban de esa manera.
Ayer se puso histérica cuando no encontró sus pastillas de la alegría que compartía con su hermana, Luna. Su hermana se encontraba sobria y dormida así que no tenía idea de donde estaban o si alguien las había tomado. Llena de ansiedad la chica se la paso rascándose a forma de tic nervioso por lo que inevitablemente termino por irritar su piel. Esa noche no había dormido casi nada, razón por la cual aún se encontraba en pijama y con sueño.
-E-En fin, ¡Las gemelas se iban a bañar, si quieres puedes esperar en la sala! – Con eso dicho, Luan se apresuro a subir las escaleras, evadiendo a Lynn que bajaba las escaleras. La chica se quedó confundida.
-¿Lana se baña? – Eso fue lo único que realmente lo dejo anonadado.
-Al parecer es como un gato, lo bañas una vez al año
-Eso supongo – Murmuro eso último cuando miro a Lynn acercándose con un marcado ceño fruncido.
-Ahí viene la pesada... – Aviso Bloody mirando como es que Lynn se acercaba.
-¡¿Qué demonios haces aquí?! – Exclamo la chica deportista con voracidad escupiéndole un poco de saliva al albino quien cerro la puerta tranquilamente tras haber entrado.
-Vine a hacer de maestro de matemáticas para con las gemelas. Ah, y buenos días para ti también – Dijo mientras se limpiaba la saliva que la manga de su chaqueta.
-¡Pues puedes irte retirando ya que ellas no necesitan eso! – Declaro cruzándose de brazos.
-¿No necesitan qué? ¿Un maestro de matemáticas?
-¡No! ¡No te necesitan a ti! – Declaro señalándolo. – Así que largo – Dijo volviendo a abrir la puerta para que se fuera.
-Lamento decir que no puedo hacer tal cosa. Ellas necesitan confirmarme eso para poder irme, así que lo siento, pero tendrás que aguantarme por un rato – Ante sus palabras Lynn crujió los dientes en molestia.
-Ya te dije que no te necesitan, ¿Qué les va a enseñar un mocoso como tú? – Casi escupió las palabras de la manera tan despectiva en la que dijo eso.
-¿Y tú les vas a enseñar matemáticas? – Alzo una ceja, curioso ante la actitud tan decidida y tosca de la chica.
-¡Así es! ¡Tengo casi 16 años, así que cualquier cosa que les estén enseñando pue-...! – Fue interrumpida por Lincoln.
-¿Cuánto es la raíz cuadrada de trece? – Pregunto rápidamente a lo que Lynn se quedó pensado.
-¡3! – Fue su respuesta.
-Casi, es 3.61 – Lynn iba a volver a hablar, pero fue nuevamente interrumpida por Lincoln. - ¿Cuánto es la mitad de un 1/3?
-Ehhh... pues... 1/4 – Eso más que sonar como una respuesta, sonó como una pregunta.
-Mal, la respuesta 1/6 – Lynn apretó los puños, iba a hablar, pero por tercera ocasión fue interrumpida.
-¿Cuánto es 34x76?
Lynn se quedó pensativa durante dos minutos hasta que respondió apresurada. – ¡2584!
-Correcto, tú nivel de matemáticas no está mal – Lynn iba a insistir de que se fuera, pero nuevamente Lincoln no la dejo hablar. – Para lo que puede ser tercer grado – Se encogió de hombros y se burló.
Lynn apretó los puños, con muchas ganas de golpearlo. – ¡Eres un...! – Antes de que pudiera hacer cualquier cosa, escucharon a alguien bajar las escaleras.
Ese alguien fue Rita quien se quedo paralizada al mirar al chico albino que se encontraba con su hija.
-Oh, ¡Buenos días, Sra. Loud! Ayer usted se desmayo cuando nos conocimos, un gusto verla mejor – Rita tardo en reacción ante el saludo cordial de Lincoln.
-Ehh, ¡Si claro! ¡Lamento mucho lo de ayer! Venía muy agotada por el trabajo y con una familia tan ruidosa pues solo colapse je je je – Se rio nerviosa y apenada, bajo las escaleras apresurada para posarse frente al albino.
-Soy Lincoln por sí lo olvido – Se volvió a presentar tranquilamente.
-Sí, ya sabía, mi esposo me dijo como te llamabas luego de despertar. ¿A qué vienes aquí? – Pregunto demasiado curiosa.
-Vine porque las gemelas me contrataron para ayudarlas a estudiar para su examen de matemáticas
-Oh, err... está bien, creo
-Que buena madre, acepta como si nada el hecho de que sus hijas hagan tratos con extraños – Bloody se rio divertido.
-Según me dijo su hija Luan se encontraban bañándose, no sé si podría avisarles que ya llegué – Explico tranquilamente.
-¡P-Por supuesto! Dame unos momentos – Inhalo y luego exclamo. – ¡NIÑAS, SU AMIGO LINCOLN YA ESTA AQUÍ! – Fue el gran grito que dio para volver a retomar el aire.
-¡Esta bien mamá! – Fue el grito al unisonó de las niñas. De inmediato se volvió al albino que le sonreía ligeramente.
-Se lo agradezco, Sra. Loud – Agradeció relajado a la matriarca Loud.
-Para nada, toma asiento, siéntete como en tu casa – Señalo al sofá con una sonrisa un tanto condescendiente con el recién invitado.
-Muchas gracias, espero no ser de mucha molestia – Con eso dicho se fue a sentar al sofá.
-Para nada, espero que no te moleste todo el alboroto que hay por aquí – Fue su respuesta mientras lo seguía apresuradamente.
Lynn por su parte se quedo pasmada. La habían ignorado completamente, y no únicamente eso, Lincoln se había burlado reiteradas veces de ella. Apretando sus puños con rabia mientras maldecía en su interior al albino. Para no tener que ver al chico por su casa, la castaña se decidió ir a dar una vuelta en su bicicleta. Esperando que para cuando volviera el albino ya se habría marchado.
-(Algún día me las pagaras, mocoso engreído) – Pensó mirando fijamente a Lincoln que se encontraba conversando con su madre. Sin decir nada más salió de la casa sin que nadie le prestara atención.
-Entonces... ¿Cómo conociste a mis hijas? – Interrogo Rita mirando al albino de arriba abajo como llevaba haciendo desde que lo miro por primera vez.
-Fue en el parque hace ya un tiempo. Primero me encontré con Lana y nos llevamos bien, luego conocí a Lola y pues creo que me soporta, así que no esta tan mal – Rita se quedo un tanto sorprendida. No le sorprendía que Lana se llevara bien con las personas, después de todo, la niña siempre fue muy sociable. De quien sí se sorprendió fue que se llevase bien con Lola. La princesa siempre había sido bastante vanidosa y creída por lo que normalmente con esa actitud nunca llegaba a agradar realmente, y al ser una niña tan engreída casi siempre terminaban desagradando la mayoría de personas, siempre afirmado; "No estar a mi altura".
-Wow... Y... ¿De dónde vienes? – Volvió a preguntar, interesada en el chico sentado a su lado.
-Vengo de Detroit, llegue hace ya unas cuantas semanas – Respondió tranquilamente.
-Ah, ¿Y por qué te mudaste aquí? – Volvió a preguntar.
-Por lo tranquilo que es, ya no aguantaba el ritmo de la ciudad – Respondió nuevamente.
-Supongo que fue una decisión de tus padres, ¿no?
-No realmente, verá... soy huérfano – Al decir eso Rita pareció alterarse, cosa que Lincoln noto de inmediato.
-¡Ay, lo siento mucho, no quise...! – Fue interrumpida por Lincoln.
-Descuide, no lo sabía. No hay problema – Respondió tratando de tranquilizar a la mujer.
-Entones vienes con otro familiar, ¿no es así? – Volvió a suponer.
-En realidad, no tengo familiares cercanos hasta donde sé – Cuando vio la cara de arrepentimiento de Rita, volvió a hablar – Pero no se preocupe, no es que no tenga familia, ya tuve la fortuna – En su mente, su otro yo añadió.
-Y la desgracia
-De haberlos conocido, vine con un tutor, así que no tiene por qué alarmarse – Tras decir eso, recordó brevemente a su equipo y en general a toda su especia. Era lo único de lo cual se podría considerar parte de su familia biológica. Y eso último acerca del tutor se lo había inventado completamente, pero el albino no vio necesario que Rita supiera eso.
-Menos mal... – Dio un suspiro, aliviada de no haber dicho algo malo. Luego se reincorporo, aún más interesada en su invitado. – Dejando eso de lado, ¿A qué es escuela vas? – Rita cada vez se ponía más y más insistente con conocer al albino, lo cual, realmente no tenía nada de malo, pero Lincoln podía notar que las intenciones de Rita no eran completamente las de conocerlo. Aún así, le siguió la corriente.
-No voy a ninguna escuela. Estudio en casa y trabajo – Respondió. Lincoln nunca sintió real interés en ingresar en una escuela, prefería estar afuera haciendo más cosas en lugar de estar encerrado durante ocho horas, sentando en una banca escuchando una y otra vez cosas que ya sabía.
-Oh, bueno eso es... curioso, pensaba que quizás podrías estar en la misma escuela donde estudian mis hijas. En fin, ¿Cómo te has sentido en Royal Woods? – Pregunto.
-Bien, me agrada bastante la tranquilidad que hay por aquí – Respondió.
Esa y muchas otras preguntas fueron las que Rita empezó a hacerle al albino. Parecía que quería saber todo acerca de él. Lincoln se pregunto en su interior si la mujer no tenía otras cosas que hacer, como para quedarse a conversar con un mocoso.
-Y la perra sigue y sigue... ¡ugh! Que aburrido – Bloody se quejó.
Llevaban un buen rato conversando o, mejor dicho, preguntando y respondiendo. Rita no era particularmente la mujer más sutil de todas, ya que termino por hacerse bastante obvió que quería conocer muy a fondo al albino. Cosa que Lincoln se empezaba a cansar, había estado casi todo el tiempo dándole verdades a medias o directamente le respondía con una mentira. Lincoln no quería ser grosero con la mujer, ya que, al fin y al cabo, él era el invitado mientras que ella era la anfitriona.
Afortunadamente sus suplicas no tardaron en venir cuando de las escaleras apareció una castaña bastante desaliñada y sin buen olor bajo de las escaleras y fue hacía la sala interrumpiendo la conversación que estaban teniendo Rita y Lincoln.
-Buenos días maaa – Saludo perezosa mientras se sentaba en el sofá.
-Por dios Luna, podrías haberte bañado o arreglado – Comento Rita arrugando la cara por el mal olor de su hija.
-¿Para qué?, Si es viernes – Declaro estirándose.
-Es domingo – Le respondió su madre.
-¿En serio?, Pues mejor incluso jajaja – Se rio, pero un repentino dolor de cabeza corto su risa.
-Al menos puedes saludar a nuestro invitado – Rita negó. Por su parte, Luna se sorprendió y fijándose detrás de su madre vio a Lincoln.
-Hola dude, soy Luna, linda chaqueta – Saludo con una sonrisa despreocupada.
-Gracias, soy Lincoln y lindas pecas – Devolvió el saludo.
-Gracias, ¿No has visto el control por ahí? – Le pregunto. Lincoln se fijo y negó. - ¿Dónde estará? – Comenzó a buscarlo torpemente, se notaba a leguas que estaba sobria.
Rita suspiro. Odiaba ver a su hija de esa manera y le producía una gran vergüenza que alguien más la viera de esa manera.
-Lamento mucho el comportamiento de mi hija, solo digamos que ahora no esta en buen estado – Respondió tratando de excusar a su hija.
-Lo sé, no se preocupe, ya la conocía – Respondió cosa que sorprendió a ambas mujeres.
-¿De verdad? – Le pregunto Luna curiosa.
-Sí, me llamaste abuelo y luego te quedaste dormida en el suelo. Yo fui el que te llevo a la cama – Respondió relajadamente.
-Esta hasta más apestosa que ayer – Declaro Bloody mirándola con cierto desagrado.
-Hey, que agradable, espero hayas disfrutado de la vista Little gentlemen – Le respondió con cierto tono de picardía.
-¡Luna! – Le reclamo su madre. No se encontraba nada feliz con lo que su hija insinuaba, ni mucho menos que haya aparecido borracha frente a desconocidos.
-¿Qué?, Solo le estaba agradeciendo, se llama gratitud ma – Respondió molesta la castaña mientras rodaba los ojos.
Lo último que deseaba Rita era ponerse a discutir con Luna, menos aún con visitas en la casa.
-No se preocupe por eso Sra. Loud, tampoco podía dejarla ahí tirada en el suelo (Estorbaba bastante el paso) – Declaro, pensado eso último para sus interiores.
-Vez mamá, es solo un agradecimiento por su buen acto de caballero – Rita suspiro, frustrada por la actitud tan despreocupada y chocante de su hija.
Justo en ese momento bajo Lori quien ya se encontraba aseada, caminando hacía el sofá con su vista completamente metida en su celular.
Pasando de largo a Lincoln y sin siquiera dar los buenos días a los demás se sentó en el sillón al lado del sofá.
-¡Lori! Puedes saludar por favor – Pidió la mujer. Sin embargo, sus suplicas quedaron en oídos sordos cuando Lori la ignoro completamente.
-Y yo soy la grosera, ¿no? – Comento Luna al mirar a su hermana mayor, sin darle demasiada importancia siguió buscando el control.
-Como odio que sea así... – Susurro para sus adentros. La mujer a veces sentía las ganas de arrebatarle su celular para esconderlo donde nunca pudiera encontrarlo.
Dando un suspiro, sabiendo que no terminaría ganando nada, regañando a Lori se volvió al albino dispuesta a conocerlo mejor.
-Bueno, Lincoln, ¿Qué más...? – Antes de que pudiera hacer una pregunta más. Una fuerte explosión se escucho arriba. Cosa que alarmo a todos.
-¡LISA! – Para Rita fue obvió saber quien fue la responsable de aquella explosión. Lincoln solo ladeo la cabeza, curioso acerca de eso.
Al poco rato se escuchó los llantos provenientes de Lily y los gritos de Leni acerca de arañas, seguidas de las carcajadas eufóricas y desquiciadas de Luan.
Justo en ese momento Luna encontró el control de la televisión. - ¡Lo encontré! – Declaro, cuando sin esperárselo, se le fue arrebatado por Lori.
-¡Oye! ¡¿What at hell is wrong with you?! – Le reclamo. Pero fue ignorada cuando Lori prendió la tele.
A diferencia de su madre que se quedo de brazos cruzados, Luna no lo hizo y le arrebato el control a su hermana.
-¡Oye, yo estoy viéndola! – Declaro ofendida y molesta.
-¡YO estaba por verla antes que tú! – Dijo, pero le volvieron a arrebatar el control.
-"Estabas", termino pasado, así que ahora yo voy a ver – Cambió de canal, pero solo pudo hacer ese cambio pues una vez más Luna le arrebato el control.
-¡Tú estabas en tu celular a mí no me vengas a joder! – Exclamo y cambió de canal. Solo que esta vez cuando Lori trato de arrebatarle el control, Luna lo tomo con fuerza.
-¡Tú estas demasiado sobria y tu mierda en la cabeza como para prestarle atención! Así que... ¡Dámelo! – Grito molesta.
-¡Lo mismo digo, hermana! – Tras decir eso empezaron a forcejear por el control, creando más caos del que ya estaba.
Rita cerro los ojos esperando que esto no pudiera ponerse peor cuando escucho a las gemelas bajando las escaleras gritándose la una a la otra, en otra de sus típicas peleas.
-¡Te dije que Betty es mejor que Jessie! – Grito Lola forcejeando con su gemela.
-¡No Jessie es mil veces mejor que esa pastora! – Grito Lana jalándole los cabellos a su gemela.
-(Así que esto es a lo que se referían con esto de casa del caos. Que pintoresco) – Pensó Lincoln un tanto divertido por lo que estaba ocurriendo.
-Al final, no nos vendieron humos como esperábamos – Bloody también se rio, escuchando todos los gritos del lugar. Ambos habían esperado algo así.
Eso hasta que llego Lynn pateando la entrada bastante herida y sosteniendo su bicicleta destrozada.
-¡¡LUAN!! – Fue el rugido lleno de furia de la castaña y en cuanto se escucho ese grito pararon las risas de Luan. Gracias a su super oído, Lincoln logro escuchar la maldición que soltó Luan arriba. – ¡En cuanto te pongas las manos encima te voy a hacer pedazos, loca! – Declaro para subir la escalera buscando a su hermana.
-Olvídalo, es más hardcore de lo que creíamos – Se rio Bloody. La única que faltaba era Lucy, pero Lincoln sabía que ella se encontraba en los ductos de ventilación haciendo quien sabe qué.
Rita por su lado no esta nada entusiasmada como lo estaba su invitado. Al contrario, un increíble dolor de cabeza empezó a golpearla. Cerro los ojos apretando los dientes, sintiendo una vena palpitar en su frente.
-¡Cariño! – Justo en ese instante bajo Lynn sr con una toalla amarrada a su cintura y otra a su pelo, cargando consigo en un brazo a la pequeña Lily que seguía llorando asustada y con su piel color azul [Esto último debido a la explosión de Lisa] y en la otra mano llevaba su celular.
-¡¿Ahora qué?! – Reclamo Rita sumamente irritada mirando a su marido que se intimido ligeramente.
-Hola Sr. Loud. Un gusto verlo de nuevo – Saludo con una sonrisa amistosa.
-¿Lincoln? ¿Qué haces...? Sabes qué, luego me dices el porque estas aquí, pero tengo que hablar con mi esposa – Dijo Lynn sr al muchacho que se encogió de hombros.
-Pásame a Lily primero – Dijo Rita extendiendo las manos, de inmediato Lynn sr le paso a su hija a su esposa que trato de calmarla. Cosa que pareció hacer efecto pues la niña iba calmándose. – ¿Qué ocurrió? – Pregunto cansada.
-Me llamaron las tres niñeras. Ninguna acepto y ya no sé a quien más llamar para que cuide de las menores y que vigile a las mayores – Dijo Lynn bastante preocupado de esa situación. El matrimonio no estaba pasando por un buen momento económico, así que necesitaban trabajar el doble para poder seguir adelante. Sin embargo, no tendría tiempo como para estar con sus hijas para cuidarlas y realmente necesitaban una niñera que pudiera hacerse responsable de ellos. La mayores no ayudaban en nada, por lo que ninguna era apta como para estar a cargo de la casa.
Lori ni se molestaría en cuidar a sus hermanas, Leni era incapaz de tener autoridad, Luna estaba fuera de las opciones para empezar, Luan terminaría abusando de su autoridad como pasaría con Lynn, así que en consentimiento de ambos padres ninguna podría llevar a cabo esa responsabilidad.
-Maldición... ¿Ya llamaste a la chica Robinson? – Pregunto preocupada.
-Ya, pero también lo rechazo – Dijo angustiado el hombre.
-¿Qué hay de la Pingrey?
-Esta ocupada en una competencia, a parte que sabes lo mal que se lleva con Lori – Eso último lo susurro mirando a su hija mayor.
-¡Rayos! – La frustración no hacía más que aumentar para Rita. Sin duda no estaba siendo un muy buen día que se diga.
Ambos adultos se quedaron en silencio cada uno pensando en las opciones que les quedaban o pensando de alguna manera de resolver el problema que tenían.
Lincoln quien había escuchado absolutamente todo lo que había dicho se quedo reflexionando acerca de ello, empezando una discusión con su otro yo.
-(Debería ofrecerme para eso)
-Sería divertido, hacía tiempo que no veíamos tanto caos
-(Quizás, pero con toda honestidad me da mucha pereza tener que lidiar con las locas mayores. Prefiero lidiar con las locas menores)
-Habría que poner esa condición
-(Seh, ¿Por qué no?, Así también podre ganar unos cuantos billetes, que pasar tanto tiempo en ese arcade le está costando caro a mi cartera) – Con una decisión tomada y encogiéndose de hombros, se levanto y fue con los padres Loud.
-Disculpen, Sr. Y Sra. Loud, no pude evitar escuchar el problemilla que tiene y quisiera ofrecerme como niñera para las menores. – Ambos adultos se quedaron sorprendidos. Y no solo ellos, pues Lana y Lola detuvieron su pelea al escuchar eso, también Lily quien más o menos entendió lo que dijo. Inclusive Lincoln pudo percibir que Lucy se altero cuando propuso eso.
-¿D-De verdad? – Pregunto Lynn sr que se quedo anonadado. Lo mismo ocurrió con su esposa que se quedó sin palabras.
-Claro, nada más les estaría cobrando 100 dólares por ello a la semana – Comento tranquilamente el precio. El patriarca Loud se rio nervioso.
-Mira que te parece si discutimos el precio de... – Fue interrumpido cuando su esposa hablo.
-¡Te daré 300 si las cuidas a todas! – Con esa declaración paralizo a todos. A Luna y a Lori que detuvieron su pelea. A Lynn jr. Y a Luan que se detuvieron en seco. Inclusive sorprendió a Lisa que bajaba con una temerosa Leni.
-Trato hecho – Contesto sin dudarlo. Ni siquiera se lo pensó, el albino solo tuvo que escuchar ese buen precio para estar convencido.
-A la mierda eso de la pereza JAJAJAJAJAJA – Se carcajeo al mirar la expresión de todos los presentes.
-(Es un buen dinero que ganar, a parte, podría ser divertido) – Le respondió a su otro yo.
-Cambiamos de opinión más rápido de lo que cambiamos de calzones JAJAJAJAJAJAJA
-¡Bien, problema resuelto querido! – Dijo Rita con un mejor ánimo.
De inmediato las distintas reacciones no se hicieron esperar.
Lori, Luna, Lynn y Luan no tardaron en empezar a reclamar por esa decisión. Leni miro todo curiosa y a la vez ignorante de lo que acababa de ocurrir. Lily solo abrazo más a su madre con temor de sus hermanas que se encontraban muy agresivas. Lisa por su parte chasqueo la lengua, se acomodo las gafas y regreso a su cuarto. En cambio, las gemelas eran las únicas contentas, tanto, así como para abrazarse y saltar juntas de la emoción.
-¡Silencio todas! ¡La decisión ya está tomada y no se aceptarán quejas respecto a eso! – Sentenció Rita firme.
-¡Pero mamá! – Le reclamaron las cuatro al unisonó.
-¡Pero nada! Ninguna de ustedes es apta para la responsabilidad. ¡Ninguna! Así que no aceptare ni una sola queja más, ¡¿Entendieron?! – Con eso las adolescentes cayeron y se retiraron a regañadientes cada una mirando al albino con desagrado.
A Lincoln no le afectaron nada esas miradas, así que les sonrió un poco burlón y se encogió de hombros. Cosa que solo hizo aumentar la molestia de las mayores. Cuando estas subieron a sus habitaciones echando humo, Lincoln alcanzo a ver como Lucy lo observaba fijamente. Él solo le guiño un ojo y la niña se fue rápidamente. Lincoln solo se rio ligeramente por eso.
En ese momento se le acerco Leni.
-Bueno... Por lo que entiendo tú vas a cuidarnos, así que... ¡espero que nos divirtamos mucho! – Declaro alegremente, conforme con esa decisión. Ya sea por su positivismo o por su estupidez.
-Espero lo mismo dulzura – Contesto igual de alegre que Leni.
Por su parte Lynn sr se acercó a su esposa. – Amor, ¿Estas segura de esto? – Pregunto intrigado. No sabía porque su esposa fue tan apresurada en tomar esa decisión.
-Si te soy honesta, no lo sé, pero... siento que puedo confiar en él – Tantas preguntas que le había hecho y que todavía quería hacerle, más toda la precisión, estrés y ansiedad de esos momentos tan caóticos fue lo que ocasiono esa decisión tan apresurada de la matriarca Loud. Ella todavía necesitaba saber más de él y esto era la perfecta excusa para poder conocerlo mejor y para poder resolver la duda que se arremolinaba en su corazón.
-Bueno, Lana, Lola vayan sacando sus libros y libretas. ¡Es hora de estudiar matemáticas! – Con esas palabras las gemelas perdieron toda emoción.
~0~
Les juro que no es mi intención actualizar casi 3 meses una de mis historias, pero es que en ese tiempo tuve un bloqueo espectacular que hacía mucho tiempo no me pasaba, en verdad que sufrí ese bloqueo. Agrégale mis dos exámenes parciales y pues se jodio.
En fin, ya estamos de vuelta. Y esperemos que sea así por mucho más tiempo, ya que no quiero saber de bloqueos. Como sea, tengo algunas cosas que comentar respecto a este capítulo y a otras cosas de esta misma historia.
Primero que nada, siento que me pase de verga haciendo tanto flashback, les juro que nunca espero que me salgan tan largos, al menos en el anterior cap tenía la misma cantidad de palabras acerca del flashbak y lo que no era flashback, pero aquí quizás abuse un poco xD
En fin, normalmente las partes del flashback terminan siendo las más interesantes, al menos por ahora.
Ya por fin di a conocer el resto de integrantes del "Avanged Sevenfold", para los que les quedé duda son: Luz (The Owl House), Finn (Hora de aventura) y Gaz (Invasor Zim).
Otro nuevo personaje que agregue fue este nuevo OC llamado Roxan que va a ser muy importante para Lincoln, probablemente el más importante de los OC que vayan a salir en esta historia [Ya sea que actúen como personaje secundario o como antagonista].
En cuanto lo que no es flashback, pues ya era momento de tener esa interacción con Rita. A parte de que ahora que Lincoln será un niñero de gran parte de su tiempo, podrá tener mucha más interacción con las hermanas Loud, cosa que se venía atrasando bastante, pero a partir de ahora van a interactuar muchísimo más.
Cosa que también me venían pidiendo xD
Créanme que las cosas se podrán mejores. Ya que hasta me emociona todo lo que puedo hacer en esas relaciones con los Loud. A parte del Loudcest que va a terminar siendo, la pregunta es... ¿Con qué hermana será? Xd
El que adivine, le doy un premio~
Ah, Otra cosa que quiero avisarles y es muy importante para esta historia en concreto.
AVISO IMPORTANTE
He decidido que cuando llegue al capítulo 15 de esta historia, me voy a regresar al principió para arreglarlo. Es decir, voy a hacer los remakes a los primeros caps.
Creo que no es sorpresa para nadie que lea mis notas de autor que detesto profundamente los primeros capítulos, me parecen muy malos, y me da pena tener que decir que esta historia ni es recomendable para que más gente la lea.
Ya que, en mi opinión, una historia debe de atraparte desde el principio para que puedas seguir con la trama, ya que si no lo hace la terminas dejando y eso es lo que creo que pasa con esta historia.
No tanto el que no la lean, ya que para mi sorpresa es muy bien recibida tanto en Fanfiction como en Wattpad, inclusive con sus capítulos malos. Aún así, no me gusta dejar esas cosas así.
Me paso con The TV Lost House [Independientemente de lo que termino siendo] quería que fueran buenos capítulos.
En fin, la cosa es que me quedan 5 capítulos que hacer para regresarme al inicio para arreglarlo. No hay mucha ciencia.
Una vez haga eso, por fin podré considerar esta historia como buena. Arreglando el desastre del principió, más aún cuando ya sé exactamente a donde y como quiero llevar esta historia.
Maldición, aún me quedan más cosas que hacer en esta obra y en el resto, que muy seguramente termine siendo mi historia yandere [Aunque seguramente termine por hacer un blog bien largo hablando de las partes animadas de Jojo's] y ya de ahí mi colección de Shots.
Sin nada más que agregar, se despide Dark-Mask-Uzumaki.
Bye~
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