MORT

—¿Qué demonios quieres? No tengo tiempo para estar aquí. Mientras tu estas aquí, tu hija está allá afuera siendo torturada por Jack. —le grito en su estúpida cara.

—Se cuánto te importa, por eso quiero que veas algo. Hace casi un año, han estado llegando cartas anónimas, no abrí ninguna de ellas. —habla desde su escritorio. Toma el control de la tv, y luego, vuelve a abrir su boca— lo que había en esos sobre eran videos, videos de Alba.

Pulsa un botón y un video comienza a reproducirse en la pantalla. En él se ve como le inyectan algo y luego la desatan, varios hombres entran a la habitación y…

¿Qué demonios le hacen a mi mujer?

Jack, Jack, Jack. Te voy a despellejar vivo.

—Antes de que explotes en ira, te quiero dar la ubicación de ella para que la vayas a buscar.

Lo observo, y, sin pensarlo dos veces me le lanzo encima y coloco un cuchillo en su cuello. —No quiero pensar que todo este tiempo sabias donde estabas y dejaste tu culo apestoso en este lugar.

—Te equivocas, acabo de recibir la información. — observa con los ojos bien abiertos el arma, pero sin miedo. Todos sus hombres apuntan a mí.

Alejo el cuchillo. Regreso a mi posición. —Dime donde está. La voy a buscar.

—Vas a ir, pero con mis hombres. La vas a traer aquí. —aclara.

No respondo a sus palabras. Ordena a sus hombres a que preparen un auto y que entren algunas personas.

— ¿Ya está todo listo? —habla un joven de cabello castaño— Me presento de forma oficial. Soy la mano derecha de mi tío, me llamo Edhem Brown y soy quien lo conecta con la zona negra.

—Viejo, en serio te gusta trabajar con niños. Eres un pedófilo de mierda —aborrezco.

—Y supongo que debes de saber quién soy. —habla la rubia.

—Elena Martin, la puta mejor pagada. ¿Qué se supone que haces aquí?

—El viejo pago mi deuda a costa de un favor, y, aquí estoy para cumplirlo.

—Mort, no te voy a decir lo que tienes que hacer, pero sabes que no hago nada sin un plan. —habla el viejo— El lugar donde la tienen es en un campo de concentración que a penas y funciona, ese lugar lo debes conocer mejor que cualquier otra persona, pero no sabemos el estado en el que se encuentra Alba, lo más seguro es que vea el rostro de alguien que no le haya hecho daño, alguien con quien pueda confiar, por eso la he traído a ella. Mi sobrino se va a encargar de traerla a salvo sin interrupción por tu parte.

Me voy tras escuchar sus palabras, me subo en el auto y detrás de mí los perros limpia botas del anciano.

¿En serio cree que se la voy a devolver? Ella es mía, viene conmigo a donde sea que vaya. Esa mujer solo tiene lugar a mí lado y conmigo. Y en cuanto la encuentre, no voy y a dejar que nada ni nadie la separe de mí. Antes muerto, viejo, muerto.

Llegamos al lugar y todo está lleno de hombres. En silencio, avanzamos entre las destruidas construcciones que hay en el campo abierto. Me acerco a la casa principal, pero no tengo modo de asesinar a los guardias de la entrada sin ser visto primero.

—Una pistola —ordeno y uno de los tipos me la entrega.

Relajo la respiración y apunto hacia uno de esos hombres, disparo y cae al suelo. El otro guardia se pone alerta, pero antes de que avise a alguien por radio, un tiro llega a su cabeza.

—De nada. —dice la rubia.

Sin problema alguno llegamos hasta la entrada. Entro solo, y, a medida que aparecen los lacayos de Jack, los voy asesinando.

Doy la señal para que los demás entren. Sigo avanzando por todo el lugar hasta llegar a la última puerta. La abro, y no hay nadie.

— ¿Pensaste que te lo pondría tan fácil? Es una trampa. —Dice Jack desde mi espalda, sonríe complacido de la situación al pensar que me tiene acorralado, entre sus manos.

— ¿Crees que no lo sé? —lo observo justo detrás de mí, tiene una pistola. Me apunta con ella.

— ¿Entonces, que haces aquí? Ella murió. Yo mismo la maté. Cumplí su más grande sueño. —ríe ante sus palabras.

Camino a paso lento hasta donde está, un disparo llega a mi hombro, pero no detengo mi avanzar. El dolor es algo irreconocible para un asesino como yo, o, para un tipo como él, es algo que aprendimos de pequeños en este mismo lugar, a no sentir dolor.

Incluso, pudiese matar a todo el mundo que no sentiría nada más que satisfacción, pero matarla a ella, eso es mi privilegio, es la entrada a mi paraíso y por ello es que voy a ir al infierno, porque prefiero morir antes que asesinarla. Ella lo es todo para mí y si alguien se atreve a hacerle algo, juro que lo mato y por eso, es que estoy acá, para matarte Jack.

—Mátame antes de que llegue a tí, sino quien va a
morir eres tú.

— ¿Por qué no aceptas de una buena vez que perdiste lo que más anhelas?

Vuelve a disparar, esta vez cerca de mi rostro. La bala no me da, pero rosa mi mejilla.

Me detengo cuando la pistola queda justo en mí pecho. Un disparo y muero.

Nota:

¿Que va a suceder?