Avanzo por los pasillos de la institución hasta llegar al baño de las chicas. En cuanto atravieso la puerta me adentro en uno de los espacios personales que hay para hacer las necesidades.

Respiro profundo ante todas las cosas que comienzan a abundar mi mente, debo de tranquilizarme. En cuanto mi respiración toma el ritmo que le corresponde, pienso en la decisión que he tomado y en las palabras que he dicho.

No puedo dejar que una buena acción, sexo o intentos de ayuda nublen mi visión. Debo de aceptar que la persona con la que estoy durmiendo es un asesino. Aunque la verdad, siempre supe lo que es, solo que con el tiempo me dejó de dar miedo al punto de sentirme cómoda a su lado.

He decidido ayudar a esa señora. He decidido alejarme de este enredo que se ha convertido mi vida desde el momento que Mort entro en ella. Las cosas que obtengo a cambio de entregarlo es la ayuda del FBI para encontrar a mi madre y eso es todo lo que necesito.

En cuanto Mort sea entregado a manos de la detective, mi vida va a comenzar a ser la misma de antes, aburrida pero normal. Mi escuela será pagada por el gobierno en cuanto repita el último año. Me van a entregar un apartamento donde voy a poder quedarme sin depender de la ayuda de nadie, además de que voy a poder trabajar debido a que dentro de una semana cumplo la mayoría de edad.

Solo debo de entregar a Mort, a fin de cuentas, un asesino es un asesino.

Siento un murmullo lo que me hace escapar de mis pensamientos. No digo emito ningún sonido ya que no quisiera que me vieran en este instante. En situaciones como estas, la soledad es la mejor compañía.

-¿Escuchaste sobre quien vino a la escuela hoy? - dice una de las chicas.

-Si. La he visto. Sigue con el mismo aspecto degradado de siempre.

-Aun no comprendo que fue lo que le vio Jordan a esa. Hasta su nombre es horrendo, pobre, sin sentido alguno. Alba ¿Quién en su sano juicio llama así a alguien?

Escuchar aquellas palabras me hacen sentir una sensación de repudio. El estómago se me revuelve y una pequeña lagrima se escurre por mi mejilla. Aunque no me importe lo que otras personas piensen o digan de mí, escucharlo de los propios labios, en secreto, es... No tengo palabras para describirlo.

Unos minutos de silencio por su parte me hace relajarme ante mis propios nervios, sin embargo, un balde de agua fría me hace caer en la realidad en cuanto siento millones de papeles, pomos plásticos, javas de nylon caen encima de mí.

Unas carcajadas resuenan por todo el baño haciéndome ver lo ridícula y patética que es toda esta mierda. Aunque sucedan millones de cosas, las personas no van a cambiar, siempre van a ser las mismas. Gente del montón, o más bien, de la basura, porque eso son ellas, basura.

-Al fin estas con las cosas de tu clase. - habla una de las chicas desde el otro lado de la puerta.

No intento tan siquiera suprimir el enojo que siento en este instante. Mi cerebro no procesa nada, solo unas palabas son las que escucho una y otra vez por parte de mi voz interior.

Muera, mueran, mueran.

Tengo suerte, o eso quiero hacerme creer al saber que los instrumentos de escritura que me proporcionaron antes del examen aún estén conmigo en el bolsillo delantero de mis pantalones.

El lápiz casi nuevo, con la punta a penas usada me hace verlo con intensidad en el momento que lo sujeto con fuerza. ¿Qué voy a hacer? No lo sé. Pero estas perras van a dejar de molestarme.

Abro la puerta y veo el rostro de dos chicas a las cuales no he visto nunca en mi vida. Una de ellas posee el cabello largo y castaño mientras que la otra es dueña de una corta cabellera negra. Ambas están recostadas al lavabo mirando de forma fija mi rostro.

Me quedo en absoluto silencio en cuanto salgo, solo las miro de forma fija. ¿Cuál de las dos me ha hecho esto? Es lo que quiero saber, pero, aunque haya sido una, las dos son culpables.

-Fue una buena idea hacerte entender que no formas parte de este lugar, nunca lo has hecho. El mundo no está diseñado para personas... -no permito que termine la frase.

-Como tú.

La sonrisa que completaban su rostro de autosuficiencia se desvanece. Y sin esperar nada de mi parte se acerca a mí con intenciones claras de golpearme, sin embargo, agradezco ser un poco más alta que el promedio por lo que antes de intentar algo, me analiza de arriba abajo.

Levanta su mano dispuesta a hacer lo que tiene en mente, no obstante, en cuanto veo su mano en el aire, aprovecho para clavar el lápiz con toda la fuerza que poseo.

La sangre comienza a caer al suelo, pues el lápiz perforado su mano de tal manera que me parece increíble. Nunca pensé que podría suceder algo así solo con un instrumento de escritura.

- ¿Sabes lo que acabas de hacer? - balbucea nerviosa la chica que tengo en frente al ver su mano- No te imaginas de lo que soy capaz. Esto lo vas a pagar bien caro.

-¿Ah sí? Estoy esperando verlo. -indico ante su absurda amenaza- Si no tienes más nada que decir, me voy.

-Pero... ¿Qué demonios pasa contigo? - expresa finalmente la otra tipa- ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? Esto es...

-No me interesa lo que sea. ¿Acaso pensaron que me quedaría quieta mientras me joden la existencia solo porque un estúpido nunca te miro?

No dicen ni una sola palabra. Se quedan en silencio ambas y eso me hace recordar a Mort, antes cuando hablaba y yo hacía silencio por el miedo que le tenía debió sentirse así. Ahora es al revés, soy yo la que controla la situación de todo, la que tiene cada cosa bajo sus manos y que puede hacer lo que quiere en varios sentidos. Soy quien tiene el poder y eso se siente jodidamente bien.

"Falta algo" digo antes de irme y me acerco a ellas nuevamente. Sonrió con suficiencia antes sus rostros de desesperación.

Supongo que esto es lo que pasa cuando pasas mucho tiempo con un asesino llamado Mort.

-Se me queda mi lápiz.

Llevo mi mano hasta el lápiz que aun esta encajado en la mano de la joven y lo remuevo un poco causando algunos gritos de dolor por su parte.

Aunque este mal, escucharla chillar me hace sentir bien, feliz.

Finalmente saco el utensilio y lo observo a detalle captando la sangre que hay en él.
"Ahora no puedes acusarme, la evidencia me la he llevado" - Digo antes de marcharme de tal escena.

Antes de desaparecer de la escuela, busco a Elena con la intención de pedirle algo. En cuanto la veo, me dirijo hasta donde está.

-Necesito que borres el video de la cámara del baño. - susurro para evitar que las demás chicas que la rodean escuchen mis palabras.

-¿Por qué tengo que hacerlo? ¿Ha sucedido algo que deba saber?

-En cuento lo veas lo sabrás.

-Vale. Como digas. - dice finalmente- Por cierto, ten cuidado con la nueva directora.

-¿Por qué lo dices? - pregunto curiosa.

-Solo digo. Yo no sé nada.

Siempre hace lo mismo. Ella sabe más que muchas personas, tiene conexiones y formas para poder saber todo sobre alguien, pero es difícil que abra el pico sin obtener algo a cambio. No obstante, si me está sugiriendo que tenga cuidado lo hare. A final de cuentas, soy la que menos sabe en esta situación.

Nota:
¿Que piensan sobre Elena?
Pista: Ella sabe más de lo que aparenta. ¿No creen?