Capítulo XXVII
Mis ojos se van abriendo debido al delicioso olor que me invade las fosas nasales. El agotado cuerpo que me pertenece, comienza a moverse hasta quedar sentada frente a la figura de un chico bastante peculiar.
¿Y esa ropa? Esa fueron las primeras palabras que atravesaron mi cerebro en cuento veo su aspecto.
Lleva consigo una camisa blanca no típica de él, un pantalón ajustado a su cuerpo que logra resaltar su figura. Es imposible no quedar embelesada ante esa fachada.
Los recuerdos de la noche pasada empiezan a llenar mi cabeza haciéndome ver lo ridícula que he sido.
-Ayer... creo que me pase de tragos. - susurro, avergonzada.
-¿Tienes idea de lo peligroso que es este jodido pueblo para que salgas de ese modo y a ese tipo de lugar?
-Este pueblo hasta hace un tiempo era el más normal del mundo. No tenía nada de diferente. Ahora es todo... ¿Quién diría que aquí pasa más de lo que se ve?
-Solo date un baño. Apestas.
Asiento ante sus palabras dispuesta a quitar este mal olor. Me levanto de la cama para dirigirme al baño y en cuanto me encuentro a solas dentro de este, me despido del hermoso vestido de Elena.
Después de una relajante ducha, vuelvo a recobrar el sentido de mi jodida vida y decido terminar con mi aseo personal. Me arropo con unas prendas que encuentro en el mismo baño y salgo.
Avanzo por los pasillos de la enorme casa hasta llegar a la cocina donde está el desayuno preparado. En una de las esquinas se encuentra la chica que debe de encargarse de la limpieza.
- ¿Dónde estáMort? - pregunto confundida ante la soledad de la mesa.
-Acaba de ir a trabajar. - responde inmediatamente.
-El señor dejo dicho que debe de ir a la escuela. Hoy es su examen final.
Mis ojos se abren como platos al escuchar esas palabras. No tengo idea de que hacer, pues, aunque asista no voy a poder hacer nada. Con todas estas cosas que han pasado no he tenido tiempo de ir a la escuela o ponerme al pendiente.
Tomo una tostada de la mesa y me la llevo a la boca con rapidez dispuesta a no perder más tiempo. Salgo corriendo por toda la casa hasta llegar a la calle principal donde sin esperar un minuto, la atravieso en dirección a la escuela.
En cuanto llego, veo a Elena y a Edhem teniendo una conversación sin caras extrañas. Me acerco a ellos y saludo con normalidad, aunque algo agitada debido a la corrida matutina.
-¿Vienes a presentar tu nombre? - pregunta Elena con cierto tono de burla.
-Literalmente sí. - respondo sin intención de caer en su juego.
Suena la campana y todos comienzan a entrar a sus
respetivos salones, acción que yo repito. En cuento estoy cómoda en mi habitual asiento y todo se encuentra en silencio, una hoja con preguntas es colocada encima de mi mesa. Tomo el lápiz que traje conmigo y coloco mi nombre con confianza para luego alejarla de mí.
Dos horas más tarde, suenan las campanas que marcan que se ha cumplido el tiempo mínimo para entregar el examen. Me levanto del asientoy coloco la hoja en frente del profesor quien antes de irme, me anuncia que la nueva directora desea hablar conmigo.
Confundida por cierta petición y sintiendo cierta incomodidad, me dirijo a su despacho con la esperanza de acabar con todo esto lo más pronto posible.
A pesar de la extraña sensación que atraviesa mi cuerpo al estar parada frente a esta puerta, decido tocar y anunciar mi entrada. En cuanto me encuentro encerrada en este lugar, mi respiración comienza a agitarse. Siento como si me estuviera ahogando.
-Usted es Alba. ¿Verdad? - su voz me aleja de los pensamientos asfixiantes.
-Si.
Hace una señal con su mano derecha indicando que avance y me acomode en el asiento que está justo en frente de ella. Obedezco sin mencionar palabra y luego examino a la señora que pareciera analizar mi comportamiento.
-Tu padre murió, tu madre está desaparecida y no tienes donde vivir. Me pregunto ¿Qué has estado haciendo este tiempo? O ¿Qué es lo que está haciendo la policía de este pueblo al dejar jovencita como tú a su suerte cuando aún faltan tres semanas para su mayoría de edad?
-Me pregunto lo mismo. - expreso, sincera.
-Quiero que seas sincera conmigo y me digas que es lo que pasa en tu vida.
-¿Por qué tengo que decirle? - cuestiono confundida ante sus palabras.
-Voy ser sincera contigo porque necesito tu ayuda, pero todo debe quedar en esta misma oficina.
Me quedo en silencio sin aportar alguna respuesta ante sus palabras sin sentido.
-No soy la directora de esta institución, soy policía. Más bien, investigadora.
Toma una placa del bolso que se encuentra encima del escritorio y la revela. En ella está escrito el nombre de Hannah Laurent y en letra mayúscula se encuentra la insignia de FBI.
- ¿Qué hace una persona como usted en este pueblo de locos? No creo que quiera acabar con toda la corrupción que hay, no ahora.
-No estoy aquí para eso. Tienes razón. Tengo otros motivos mayores tales como llevar preso a un... ¿Asesino?
Decir ¨asesino¨ es decir de forma inmediata, Mort.
-No entiendo a qué se refiere.
-Te he llamado aquí porque eres la persona que ha estado involucrada en casos bastante extraños a los cuales la policía ha ignorado. Además, tengo algunas imágenes que te han captado junto a un hombre de cabello negro. ¿Sabes de quien hablo?
-Supongo... - dejo las palabras en el aire.
-No sé en qué situación estas como para callar información, pero te vengo a pedir, más bien a suplicar tu ayuda. No tienes idea de la magnitud de esta situación y peligro al que estas expuesta.
-Pues dígame usted que es exactamente a lo que me estoy exponiendo.
-Lefebvre, es una organización de tráfico de drogas y blancas, sin embargo, no es cualquier organización, es la más grande de todo el continente. El líder es MaxelLefebvre, pero además de él, está su hijo quien no es mafioso por el momento.
-¿Entonces qué es?
-Asesino. No sabemos su nombre, no tenemos una foto de su rostro porque es el más cauteloso de todos. Ese hombre fue criado desde niño para matar y en un futuro va a heredar la organización de su padre. Estoy segura que va a dar más problemas de los que ya tenemos.
No puedo articular palabra. Mis ojos se clavan en su rostro serio, su mirada penetrante pareciera atravesarme la piel hasta llegar a los huesos.
-Por tu silencio puedo decir que esto es algo que ya sabias.
Elena me ha ayudado a conseguir información sobre Mort. No me sorprende en lo más mínimo que sea un mafioso, que asesine a las personas a sangre fría, o trafique drogas o mujeres, lo que no comprendo es como criaron a alguien desde pequeño para asesinar personas. Hay tantas cosas que aún no se sobre su vida, me siento una intrusa. El me conoce por completo, sabe todo de mí, pero yo apenas y se pronunciar su nombre.
- ¿Qué es lo que quiere exactamente?
-Quiero que me ayudes a tenderle una trampa al heredero Lefebvre.
Nota:
¿Que creen que hará Alba?
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