Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXVI

Llegamos en frente de su auto, me baja y sin darme chance para hablar abre la puerta y me empuja hacia adentro.

Mi cuerpo cae en el asiento trasero y él sin perder tiempo se abalanza sobre mí.

—Hoy has sido muy desobediente, mereces un castigo por eso. ¿No es así, cherie? — susurra en mi oído.

Evito encararlo y trato de esconder la mirada lasciva que está enmarcada en mi rostro, pero el acto fracasa cuando siento su fuerte agarre en mis mejillas obligándome a mirarlo, lo cual no es más que una reacción que desencadena tragedia, una serie de besos violentos y húmedos repartidos por mis labios y cuello.

Me abandona bruscamente cerrando la puerta trasera del auto dejándome con el lívido por las nubes. Toma asiento en su lugar habitual y abre la guantera en busca de algo mientras yo babeo internamente. Intento jalarlo hacia mí con desespero, acto que es inútil sabiendo que es mucho más fuerte que yo.

Encuentra lo que buscaba y vuelve al asiento trasero de regreso.

—¿Mi cachorra va a ser obediente? —  me dice con un tono exigente, pero sarcástico.

Muevo mi cabeza afirmando su solicitud y calmando un poco su presente enojo.

Deja lo que trae a un lado y rasga el escote del vestido para mordisquear mis pezones de forma más liberal mientras su mano se dirige a mi empapada entrepierna. Mueve mi ropa interior a un lado e introduce dos de sus dedos sin mi consentimiento y comienza a juguetear con la zona más sensible que poseo.

Siempre sabe cómo tocar mi cuerpo, los puntos exactos donde se estremece y desborda gratas sensaciones de placer.

—Abre más tus piernas, Cherié.

Ordena y mi estúpido cuerpo le hace caso sin pensarlo dos veces, no obstante, para mi sorpresa, remplaza sus dedos con el objeto que tiene en manos.

La cabeza dando vueltas no me permite pensar con claridad, solo quiero que me haga sentir suya una vez más, sin embargo, de solo ver esa cosa aseguro de que no va a ser así.

Introduce un objeto de color rosado, mediano tamaño en mi entrepierna logrando la salida de algunos gemidos.

— Créeme que te lo pensarás dos veces antes de volver a dejarme solo. — sonríe con suficiencia al ver mi condición actual— Otra cosa, tienes prohibido quitarlo.

Para finalizar la acción, toma mis manos y las amarra con un pedazo de cuerda.

Comienza a conducir de camino a casa mientras recibe la mirada de odio, desprecio y deseo que le dedico a través del retrovisor.

Todo el trayecto ha estado acompañado de una serie de gemidos que he intentado de suprimir al ver la sonrisa que pone cada que escucha uno de ellos.

Por suerte el camino es corto. Estaciona justo al frente y me vuelve a cargar en su hombro.

Entra, azota la puerta y casi muero de vergüenza al ver las empleadas francesas que aún trabajan en la cocina.

—Preparen algo de comer para la señorita.

Todas asienten y se ponen manos a la obra, al mismo tiempo que el inútil que me lleva me suelta con brusquedad contra la silla lo que causa varias expresiones de odio en mi rostro.

Me desata para que pueda comer y, por si fuera poco, se pone a juguetear con las velocidades del maldito vibrador que tengo metido entre las piernas.

Esto es más difícil de lo que pensé.

Intento comportarme decentemente a pesar de la situación ya que las empleadas llegan a servir mi comida, no obstante, Mort no me la pone fácil. Es notable la excitación que debe sentir al saber que tiene el control y que otros lo están viendo, sin embargo, yo no le voy a dar la satisfacción que busca.

Trato de comer todo lo posible sintiéndome incómoda, pero extasiada. Las empleadas se retiran cuando acabo, mientras que él toma mis manos y las vuelve a atar.

Me tiene un poco harta la maldita cuerda.
Volvemos a lo mismo, me vuelve a elevar como si fuera un saco de papas para dirigirse directo a la habitación.

Me tira sobre la cama y entre besos sigue reprochando cosas a las que no les prestó atención.
Intento quitar su ropa, pero mis torpes movimientos gracias a mis manos atadas no me lo permiten y aprovechándose de eso, me voltea y quedo en su posición favorita.

Levanta mi vestido y se pone a interactuar con el juguete lo que provoca que mis pliegues se dispersen más de lo que ya están.

—Mort... — pronuncio su nombre en un gemido intentando captar su atención — no me tortures más, por favor.

Al escuchar mis palabras, siento como retira el juguete de mi interior para luego ordenarme sentarme en la esquina de la cama.

—¿Por qué te escapaste? — pregunta levantando una de sus cejas.

—Pareces un niño con miedo de perder su juguete favorito. — rodeo mis ojos ante la intensidad del tema.

—Al parecer quieres volver a ser castigada. — sonríe con indiferencia. Sabe que tiene el control.

No respondo, prefiero no hacerlo. No tengo claras las palabras que pueden salir en este momento de mi boca. Los tragos aún causan revuelo en mi cabeza y el calor que emana mi cuerpo por lo antes sucedido me hacen darme cuenta por la poca conciencia que me queda, que hacer silencio es lo mejor.

—No quiero que vuelvas a salir de esta casa. Si necesitas algo solo avisa a la chica que tienes a tu cargo. — ordena como si fuese mi dueño —

—No eres nadie para decirme que puedo o no hacer. — expreso enfadada por sus palabras.

—Tal vez. Puede que no sea nadie ahora, pero para mí lo eres todo, Cherié. No puedo perderte. — pasa una de sus manos por mi mejilla con cierta delicadeza.

—No soy una muñeca de porcelana que se rompe si la tocas, no quiero que pienses que me voy a morir si me dejas sola. Puede que me causaras miedo en un principio y que intentara huir de todo, pero ya no es así. Tengo que afrontar mis problemas yo sola y comenzar a protegerme sin tu ayuda.

—Solo quiero que te quedes dónde estás. Déjame protegerte del mundo entero sin importar si debo de dejar mi vida en ello. — susurra con una voz que nunca he pensado que pudiese salir de sus labios, suave, calmada y melancólica.

Me quedo en silencio, pues no tengo palabras para responder. Aun no comprendo a qué se refiere, solo puedo asegurar que mi cabeza da más vueltas que hace un rato.

Mi estómago me hace sentir asco y ganas de vomitar, pero no creo poder llegar a tiempo al baño.

Sin poder llegar a alguna solución sobre el malestar que comienzo a sentir, todo es expulsado de un momento a otro.

Es vergonzoso, lo sé, pero no puedo evitarlo. Mi interior desea expulsar lo que he comido hace un rato de la forma más rápida posible sin importar que Mort quede sucio por eso.
—¡Joder! — exclama asqueado por la escena.




Nota:
Pobre Mort.
Debido a que he estado ausente, hay actualización doble. Sigan al próximo capítulo. ;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro