Siento un tacto frío. Es como si algo se estuviera moviendo encima de mi piel. Esto es tan extraño.

Abro mis ojos y lo primero que observo es una serpiente encima de mí. Ese reptil recorre todo mi cuerpo inesperadamente desnudo.

Desesperada, busco con la mirada a cierto chico para pedir ayuda, pero al ver su rostro cubierto de satisfacción me convenzo de que es imposible.

Los ojos negros de Mort me vigilan desde una esquina de la habitación. El aura que emana desde ese lugar me da escalofríos.

No sé en qué piensa, sin embargo, estoy segura de que esto es obra suya.

Hago un esfuerzo por levantarme y huir de la serpiente, no obstante, estoy atada de manos a la cama.

—Por favor ayúdame — hablo en tono suplicante, pero no obtengo respuesta de su parte.

Intento mover mis pies con la intención de asustar a la serpiente y lograr que se aleje, empero, solo logro hacer que se mueva en dirección a mis piernas.

El animal comienza a arrastrarse de manera descendiente por mis caderas llegando a rozar mi entrepierna hasta llegar a mis pies.

Asustadiza, cierro los ojos esperando una mordida, en cambio, eso no sucede.

Decido mirar. Y no me arrepiento, pues capto como la serpiente es tomada por la cabeza y lanzada al suelo con furia, enojo.

Dirijo la mirada a la cara de Mort quien contempla mi situación con cierto placer, pero a la vez distingo cierto disgusto.

—¿Por qué hiciste eso? ¿Qué crees que haces? ¿Porque quitaste mi ropa y me amarraste a la cama? — reclamo indignada por la exposición de mi torso desnudo.

—Verte así, me gusta.

Sin decir otra palabra, se arrodilla encima de la cama posicionando cada una de sus piernas a cada lado de mi cuerpo. Se acerca poco a poco hasta quedar a centímetros de mi rostro.

Me mira de una manera diferente, no con cariño o amor, más bien, desborda un deseo carnal y salvaje que me hace estremecer.

— Déjame saborearte, besarte, tenerte y hacerte mía, solo mía y de nadie más.

Quiero que todo tu ser me pertenezca y de esa manera justificar mi enferma obsesión por ti.

Hago silencio. No encuentro palabras para responder a su pedido y al no escuchar nada de mi parte, me besa.

Atrapa mis labios en un lento beso que descarga angustia, anhelo, deseo y una pasión reprimida, por lo que, sin pensar, lo acepto y sigo sus movimientos a la par.

Mueve su mano en un suave tacto por toda la piel de mi pecho hasta tocar uno de mis senos. Con delicadeza ejerce un poco de presión en la punta de este y lo acaricia con la yema de sus dedos.

De forma inesperada, detiene el beso sin aumentar la distancia que nos separa y dice:
—No soy ese tipo de persona. No puedo ser delicado o romántico, ese no soy yo y lo sabes. Si nuestras vidas fueran un cuento, yo sería el villano, no el príncipe.

Vuelve a robarme el aliento con un beso completamente diferente al de hace un momento. Ahora todo se siente más fuerte, más intenso y más apasionado.

Puedo sentir como introduce su lengua en mi boca y saborea todo en busca de roce con la mía.

Después de unos segundos logro seguir su ritmo. Saboreo sus labios captando la suavidad de estos lo que me conduce a morderlo con delicadeza.

En respuesta repite mi acción, sin embargo, utiliza más fuerza causando una leve herida en la parte inferior de mi boca.

Puedo sentir que sangra por el ardor que se genera, no obstante, sin intención de detenerse lame el lugar de donde proviene el pequeño sangrado y vuelve a devorar mis labios como si no importara nada más.

—No tengo claro muchas cosas, pero en este momento, justo ahora, quiero permitirme ser del villano de mi historia.

Esas palabras bastaron para que deje de pensar en el mundo, y, para que Mort, me devore viva.

Sus manos no detienen su recorrido y se pasean por toda la parte inferior de mi cuerpo hasta bajar lo suficiente para acariciar las caderas.

Sin permiso alguno estas bajan hasta mi entrepierna y un leve roce bastó para volver a lastimarme el labio en un intento fallidode callar un gemido.

No puedo ver su rostro, empero, estoy segura de que le satisfizo sentir la respuesta de mi cuerpo.

Su boca baja por todo mi cuello dejando mordidas y marcas producidas por sus besos. Se detiene en mis senos, los cuales están muy sensibles y ansiosos esperando su tacto.

Antes de chupar, lame alrededor de ellos y muerde la zona más sensible. La saborea, masajea y aprieta para luego hacerme experimentar un pacer mayor en cuanto lo adentra en su boca.

De manera inesperada, se separa y aleja caminando hasta el closet de la habitación. Por un momento pienso en que su plan es este, incitarme y luego dejarme en esta vergonzosa situación, no obstante, regresa a paso apresurado desabrochando los botones de su camisa. Puedo notar que en su mano posee algo nuevo, una cinta negra.

—No preguntes nada, solo has silencio y disfruta, cherie.

Acerca la cinta negra hasta mi cara y luego me venda los ojos. No logro ver nada, ahora solo me puedo guiar por mis otros sentidos.
Siento un material gélido y duro ser rosado por la piel que cubre mi estómago de arriba abajo. No estoy segura que es, no obstante, causa cierta sensación en mi interior. Tal vez… excitación.

—Abre la boca —ordena de un momento a otro y sin más, obedezco.

Posiciona su dedo pulgar en mi labio inferior y luego lo introduce en mi boca moviéndolo de un lado para otro.

De forma inesperada coloca el objeto entre mis labios y lo lamo. Paso la lengua por todo el borde hasta una pequeña punta filosa que posee y comprendo de que se trata, es su cuchillo.

Percibo como se acerca, como huele mi piel para gravarse el olor en su memoria. Baja sin previo aviso logrando ponerme la piel aún más sensible hasta llegar a cierta zona húmeda.

Un placer nunca antes sentido corre por mi piel al sentir sus labios besarlo y luego deslizar su lengua de forma vertical de tal manera que logra humedecer más mi entrepierna.

Cierro un poco las piernas dando a entender que me ha gustado cierta acción a lo que, sin mencionar palabra, lo vuelve a repetir.

Saborea mi humedad y muerde con cierta delicadeza mi punto más sensible logrando que se me escape un fuerte gemido de los labios.

Al escuchar mi satisfacción acaricia mi clítoris e introduce uno de sus dedos preparándome para recibir otro.

La satisfacción que siento proporcionada por Mort sobrepasa los límites de lo que mi cuerpo ha experimentado hasta el momento.

Poco a poco sus dedos me van conduciendo a un intenso orgasmo que detuvo por el simple hecho de hacerme sufrir.

En medio de mi agonía escucho:
—Mírate Alba, sintiendo placer en manos de un monstruo como yo.

Esboza una sonrisa complaciente que me hace sentir como si hubiera perdido el juego. Un maldito juego que tiene a mi cuerpo jodidamente caliente y que solo exclama por ese exquisito placer que me hace sentir.

Imagino los pensamientos de Mort al ver mi cara de impaciencia y frustración y las palabras que suelta me lo confirman.

—Alba voy a entrar.

De una embestida seca siento como mi virginidad se esfuma dándole paso a un leve dolor que con el aumento de su ritmo se va haciendo más y más placentero hasta que se desvanece por completo.

Mis gemidos empiezan a retumbar por la habitación mientras Mort viene y va sobre mí como si le hubieran cumplido su más grande sueño.

Su boca secuestra rápidamente uno de mis pezones el cual mordisquea con ligera tosquedad dándome sensaciones eléctricas por todo el cuerpo, de un momento a otro sus manos me sostienen de la cintura dándolemás fuerza a sus monstruosas embestidas que me dejan sin aliento, yo estoy en las nubes a pesar de la situación.

Después de que mi dolor desapareciese se sientemás intenso y cuando estoy totalmente sometida al placer le escucho decir: "Alba date la vuelta"

Por un lado, me encuentro un poco escéptica, pero accedo a la petición de Mort.

Él inmediatamente levanta mis caderas dejándome es una posición un poco vergonzosa para mí. Se produce un silencio tortuoso que esconde el deseo de controlarse de Mort, el cual perece al escucharse dentro de las cuatro paredes el eco de una sonora nalgada. Esto provoca tanto en él como en mí el desenfreno y la lujuria.

Introduce su miembro lentamente y abre su boca para comunicarme:
—Quiero que lo sientas, que aprendas de memoria que tu tortura durará hasta tu muerte.

La ultima letra de la frase desencadena lo mejor y lo peor, pues sé que estoy perdida, sin embargo, cuando Mort agarra mi cabello y comienza a moverse nuevamente comprendo que he cavado mi propia tumba, no obstante, ya da igual.

Mi respiración se complementa con la suya y entre mis gemidos puedo escuchar los de él, eso me enciende aúnmás lo que me hace ceder y decirle al monstruo que continúe, que lo haga más fuerte, que me haga suya.

La avaricia de Mort se hizo sentir en mi cuerpo cuando el orgasmo llega estremeciéndome de pies a cabeza. Estoy exhausta.

Sale de mí y siento sus pasos en la habitación acercándose. Estoy segura de lo que prosigue y lo escucho, el tono de su voz es demandante y algo desesperado.
—Abre la boca y termina lo que empezaste.
Por segunda vez soy obediente como corderito y lo hago.

Prácticamente está follando mi boca. Su miembro es enorme. Mis lágrimas se salen y mi garganta duele.

"Alba, saca tu lengua".

Esa frase marca el momento ya que segundos después llega su eyaculación. Todo su semen estaba sobre mi cara, es la primera vez que bebo del diablo y no voy a mentir, lo disfruto.

Nota:
Espero que le haya gustado el capítulo!
Es algo que estábamos esperando desde hace tiempo y no voy a mentir, es mi favorito hasta el momento.

Muchas gracias a mi Narya quien cooperó con las escenas de este capítulo, sin ella esto no sería tan genial. 💗

Gracias por leer hasta aquí, espero su apoyo.