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Capítulo XIX

Despierto debido a la intensa luz que se cuela por la ventana. Observo a cada lado de la habitación y no encuentro a nadie.

Creo que es mejor no verlo.

Me levanto de la cama y en cuanto estoy de pie, mis piernas tiemblan.

Ignoro el dolor y me dirijo al baño, lugar donde encuentro ropa y zapatos nuevos los cuales utilizo después de asearme.

Avanzo a paso lento por toda la casa hasta llegar a la sala principal.

A solo centímetros de la puerta, mi huida es interrumpida por la última persona que quiero ver en este instante.

— Pensé que tendrías la decencia de despedirte.

No tengo el valor de girarme y mirarle a la cara. No puedo. No después de lo que ha sucedido entre nosotros.

—Quiero ir a ver a mi madre.

Siento como avanza hasta donde estoy. Al igual que yo, no me observa a la cara, sin embargo, me toma del brazo y me lleva hasta el enorme comedor.

En la mesa hay un delicioso desayuno preparado junto a jugo de naranja.

—Come.

Ordena con su típica voz gruesa y demandante que eriza toda mi piel.

Acepto sin poner objeción. Consumo todo lo que hay preparado hasta no dejar nada.

—Me voy. — aviso antes de levantarme del asiento.

—Te acompaño al hospital.

—Puedo caminar. Me gusta caminar. — intento dejar claro las pocas ganas que tengo de estar a su lado.

Sonríe de lado al notar mi intención. Se levanta de su lugar y avanza hasta quedar a mi lado. Su cuerpo invade mi espacio personal posicionando su rostro a solo centímetros de mi cuello.

—¿Crees que puedas caminar hasta el hospital en ese estado? Yo opino que no.

Su respiración calmada hace contacto con la piel sensible. Tan solo ese pequeño gesto basta para recordar todo lo sucedido anoche. Pensar en cómo pedí que me tomara entre sus brazos es razón suficiente para que mi rostro se convierta en un tomate por la vergüenza.

—No quiero verte y menos después de lo que sucedió. — confieso finalmente logrando su separación.

— Sé que querías eso tanto como yo.

—No. No quería nada. Solo me dejé llevar por el momento y porque no sé controlarme. No me gusta estar cerca de ti, preferiría no hablarte, no mirarte, tenerte lejos y que dejaras de atormentarme. — exclamo, aun sin mirarlo.

— Aunque me pidas que me aleje no lo voy a hacer. ¿Sabes por qué? Por la simple razón de que sin ti no puedo existir. Desde que te vi te convertiste en una jodida obsesión. Te volviste el centro de mi oscuro y sangriento mundo por lo que no voy a detenerme hasta que yo sea lo mismo para ti.

—Lo siento, pero nunca serás eso para mí. No soy una enferma como tú qué disfruta matar a las personas…

Mis palabras son interrumpidas por sus agresivos labios que se apoderan de mi boca con una destreza impresionante.

Aprieto con fuerza su labio inferior logrando herirlo. Se separa de mí con un poco de sangre en su boca la cual saborea con un rostro complacido.

— Quieres negar quién eres, pero tus acciones te lo impiden. —su mano viaja por mi cuerpo hasta la cintura— Disfrutaste ser la única que sobrevivió el día de la feria. —lleva sus dedos por el borde del pantalón que llevo puesto— Sentiste satisfacción cuando acabé con la vida del padre de Jordán al igual que cuando quemaste vivo a tu falso padre...—su mano sigue avanzando hasta llegar a mi trasero, no pierde la oportunidad y aprieta este con fuerza— Conmigo no tienes que fingir, no tienes que ser quien no eres. Acéptate a ti misma y acéptame a mí.

—No recuerdo nada de lo que dices. Sé que los mataste porque en este lugar eres el único que podría hacerlo.

—Tienes razón. Acabe con la vida de todos ellos, pero fue para protegerte y no me arrepiento. No me importaría matar con mis propias manos a medio mundo si eso significa que tú vivas.

— ¿No te das cuenta que no quiero nada de eso? No comprendo cuál es la razón de que te acerques a mí. Eres un asesino, ¿Porque no me matas?

—Porque no puedo. – se separa un poco sin dejar de mirarme.

— Exijo respuestas. Necesito saber todo lo que está pasando. Quiero saber porque te aferras tanto a mí, cuáles son tus motivos, tus intenciones. Necesito saber porque todos quieren matarme. —exijo.

Estoy al borde de un colapso. Ya no tengo razón. Voy a llorar, pero no delante de él.

Me separo lo suficiente y me alejo a la velocidad que mis piernas me permiten. En cuanto estoy fuera de su casa las lágrimas brotan con fuerza.

Bloqueo los pensamientos, no obstante, todo lo que siento no lo puedo eliminar. 

Sigo mi rumbo hasta el hospital el cual está casi vacío. Antes de adentrarme en sus paredes limpio las lágrimas. Me dirijo a la habitación de mi madre quien aún duerme inconsciente de todo lo que sucede a su alrededor.

La observo detenidamente y los pensamientos que tanto he retenido surgen haciendo una guerra interna.

Deseo entender todo lo que dice, sus acciones para conmigo y que es lo que nos conecta, pero no está decidido a hablar.
Y yo no estoy dispuesta a quedarme sin saber.

No pretendo alejar de mi cabeza que lo sucedido es un error, sin embargo, no puedo negar que cada tacto de su piel con la mía está grabado en mi memoria y que no lo voy a olvidar.

Cada vez que cierro los ojos veo su rostro complacido observándome con una sonrisa amplia y perversa, viendo como me pone a temblar del placer con solo hablar.

Me es una tortura recordarlo todo, me da miedo. No quiero pensar en el placer que he sentido, me niego aceptar que me ha gustado.

No, no me ha gustado. Me ha encantado.

No obstante, no puedo esconder el hecho de que él no es alguien sano. Está mal de la cabeza, no tiene sentimientos, es un asesino, un desastre. Tampoco puedo olvidar que es un obsesivo, pero ¿Que hago con esta angustia en mi pecho que dice que solo me protege? ¿Por qué quiero saber más sobre él cuando debería de alejarme?

¿Cuál es su objetivo?

Es tan absurdo que me niegue a mí misma lo que es tan claro como el agua.
Pero, aunque el desee que sienta lo mismo, que sea a su manera y que lo acepte, nunca lo voy a hacer.

—Pueblerina.

—¿Si? — respondo en cuanto mi cerebro reacciona.

— ¿Cómo estás? — pregunta con su típico tono engreído, pero al mismo tiempo amable.

—Nada bien, Edhem. — expreso junto a un suspiro.

Siento su mano encima de mi cabeza. No es exactamente una caricia pues es un gesto tosco.

—Comprendo cómo te sientes, pero tenemos que hablar. Sé que estás pasando por un mal momento y te vengo a ofrecer ayuda.

— ¿Tú? — rodeo mis ojos ante sus palabras.

— Pues sí, yo. — Sonríe de medio lado— Tengo mis razones para ayudarte y una de ellas es que no me gusta ver personas con dificultades y yo no hacer nada.

—No es tu problema, pero gracias. — hago un corto silencio mirando de forma fija su rostro— Aunque, hay algo que puedes
hacer por mí.

—¿Si?

—¿Me ayudas a estudiar? — musito en tono suplicante.

—Es cierto, los exámenes son pronto. ¿Ya tienes pensado con quién irás al baile?

—No voy a ir.

—Tengo pensado invitarte. ¿Me vas a rechazar?

Asiento con la cabeza y nos quedamos en silencio.

Al pasar el tiempo, Edhem decide irse. Vuelvo a estar sola junto al cuerpo sin habla de mi madre. Varias enfermeras vienen y van por la habitación revisando sus signos vitales, ayudando con su aseo y otras cosas.

Decido pasar por la administración del hospital con la intensión de platicar acerca de los gastos del hospital. Mi madre tiene un seguro médico, no obstante, al no saber cuánto tiempo va a estar en cama no estoy segura si se cubre por completo.

—No tiene de que preocuparte señorita. Su cuenta ha sido pagada desde hace mucho para recibir la mejor atención y habitación de este hospital.

—¿La pagó él verdad? — cuestiono, furiosa.

—No sé a qué se refiere. Solo me interesa cobrar, soy el administrador no el médico.
Quiero responderle, quiero abofetearlo por omitir información, pero no debo de hacerlo. Tengo que comportarme.

Sin más que decir me alejo de ese señor
indignada. Su manera de hablar es tan irritante.

Llegó hasta el lugar dónde se encuentra mi madre y observo la cama vacía. Negando a creer lo visto, reviso toda la habitación sin encontrar a nadie. Corro por todos los pasillos en su busca, pero no la encuentro.

—¿Sucede algo señorita?  — Pregunta el médico encargado de su cuidado.

—Mi madre. Mi mamá no está aquí, desapareció






Nota:
Estoy intentando cumplir con el plan de publicación que prometí.
Espero que le esté gustando la historia.
Recuerden que pueden buscar contenido de la historia en mi perfil de Instagram.

Quisiera saber: ¿Cuál es el personaje que más les ha gustado hasta el momento?

Los leo. 💗

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