Aún no sé cómo sentirme con respecto a mí misma. No sé qué debo de pensar pues en estos momentos puedo alegar que soy feliz al saber que no tengo alguna relación consanguínea con ese hombre, sin embargo, me resulta algo extraño.

Supongo que no es del todo alegre el saber que en toda mi existencia he estado oculta de la verdad.

Mi madre ya descansa tranquila en su habitación y yo estoy recostada en mi cama pensando en lo revelado. Por más que lo desee no puedo alejar mis pensamientos de todo esto.

Siento mi celular vibrar y lo tomo sin deseo observando el mensaje recién llegado.

>>Te espero a las 7:00pm.

Joder.

¿Ahora qué hago? Nunca he estado a solas con ningún chico y de solo pensar en eso me pongo nerviosa.

Me levanto a una velocidad abismal y me doy un corto baño, coloco ropa nueva y me esfumo de casa. Sin darme cuenta ya estoy parada en frente de la puerta de Elena. Es la única que me puede ayudar.

Sin pensarlo muchas veces toco el timbre. Segundos más tarde, abre un hombre medio desnudo y me invita a pasar.

— Busco a Elena. — escupo con rapidez ante la incomodidad de su presencia.

— Eliza mi amor, buscan a tu hija.

— ¿Quién?

Se asoma una mujer de cabello rubio a la puerta. Esta parece haber estado bebiendo y por su apariencia semidesnuda parece como si junto al hombre estuvieran haciendo cosas indebidas.

— Eres la amiga de mi hija. Espera, ahora la llamo.

Se aleja de la puerta junto al hombre y luego de unos minutos llega la joven solicitada.

—¿Sucede algo?

Respiro profundo ante la estupidez que vengo a pedirle.

— Si, el estúpido de Edhem me exigió que fuera a su casa si es que quiero los papeles y nunca he estado a solas con nadie por lo que te pido que me acompañes. — balbuceo, mis mejillas arden de la vergüenza— Por favor.

— ¿Tienes miedo de ese tonto? — sonríe con burla ante mi pedido.

— ¿Me vas a acompañar o tengo que ir sola?

— Ok. — rodea sus ojos.

Cierra la puerta con cuidado y camina a mi lado.

No mencionamos palabra en todo el camino y en cuanto llegamos al frente de su casa, siento como los nervios se apoderan de mi cabeza.

— ¿Puedo saber exactamente a qué hemos venido?

— Él tiene los papeles que me hacen falta, los del tal Albert. Habíamos hecho un trato, pero me engañó.

— ¿Le tuviste que contar algo sobre...? — deja la palabra en el aire. Se a quien se refiere.

— No exactamente, pero deduzco que es bastante inteligente y lo comprendió. Le dije que había alguien más, que era un chico y que este asesino por diversión. A cambio el me ofreció unos papeles que alegan que el tal Albert Ed Brown es esquizofrénico.

— Omitiste varias cosas como lo de tu buena relación con él.

— ¿Que esperabas que le contara? ¿Que siempre me está acechando un psicópata? Está claro que no lo iba a hacer.

— Será mejor que no ofrezcas más información y que robemos lo que nos interesa.

— Estás mal de la cabeza. ¿Crees que tomaré la carpeta a escondidas?
— No te lo estoy pidiendo, es lo que vamos a hacer.

Toca el timbre de la casa impidiendo una respuesta de mi parte y en menos de un minuto esta es abierta por el protagonista de nuestros diálogos.

— Buenas tardes. — expresa con confianza.
Se mueve a un lado permitiendo nuestro paso. Observamos con detenimiento su casa y detallamos cada esquina o adorno de esta. Se nota que vive con bastante lujo ya que todo lo que conforma la sala debe de valer una fortuna.

— Muy intrigante su estilo de vida, joven Brown. — habla Elena con total desconfianza.

— Es la vida que merezco y que mis padres me ofrecen, cosa totalmente contraria a ti. ¿No crees, Elena Martin?  — dice con aspereza.

— ¿Podemos simplemente hablar? — interrumpo su cruce de miradas.

Cada cual cambia la dirección de su mirada alejando las ganas de seguir discutiendo.

Caminamos escaleras arriba dirigidas por el joven hasta llegar a su habitación.

Me siento incomoda, esta situación no me agrada en lo absoluto.

— Bonita habitación. — dice Elena caminando alrededor de esta observando todo con detenimiento.

— Lo sé, y, si mal no recuerdo, creo haber dicho que viniera Alba. Nunca mencioné el nombre de Elena. ¿O sí?

— Lo que tenga que decir lo puede hacer delante de ella. Al igual que tú sabe todo lo que está sucediendo.

Asiente algo incómodo y toma algunos papeles los cuales comienza a mover a medida que sale palabra de su boca.

— Sé bien que me has omitido información, razón por la cual yo he hecho lo mismo.
Quiero que termines de contarme que pasa a tu alrededor o de lo contrario nunca tendrás estos papeles.

Suspiro pesadamente y miro de reojo a Elena quien solo se cruza de brazos dando a entender que lo que escoja estará bien.

—No hay mucho que contar. Cómo te explique ayer, hay alguien que asesina sin ningún tipo de escrúpulos pues me ha hecho saber múltiples ocasiones que se siente bien haciéndolo. No puedo decirte la manera en que lo hace o que métodos utiliza, tampoco puedo decirte su nombre, edad o cosas parecidas porque lo único que se es disfruta amenazarme. — expreso con algo de temor.

— ¿Han tenido algún tipo de contacto físico?

—Si.  — revelo sin mirarlo a los ojos.

—¿Ha dicho que te va a matar si comentas algo? — intenta formular una pregunta— ¿Te amenaza?

— A veces, pero siempre dice que no es capaz de matarme. Sé que es estúpido y que suena extraño, pero es lo que habla cada vez que hace acto de presencia.

— Vale. — responde con una expresión de extrañeza.

Me alcanza los papeles con cuidado y antes de dejar irme me dice algo en un tono bastante extraño.

— Lo que vas a ver ahí no es oficial, más bien es familiar. Esto no se encuentra en los registros de la policía, son cosas que he averiguado por mí mismo y que por ende se todo lo que hay dentro. No te asombres, pues todo es verdad.

Sin prestarle mucha atención a sus palabras, salgo de su casa junto a Elena quien solo deja pequeños insultos hacia Edhem.

En todo el camino no soy capaz de articular palabra. Toda mi cabeza está centrada en la carpeta. Imagino todo lo que debe de estar escrito aquí. Sé que en cuanto lea su contenido todas mis preguntas tendrán respuestas.

Llego a la puerta de mi casa, miro a mi compañera y suspiro con cierto nerviosismo. A pesar de conocerla hace poco, es la única que sabe todo lo que está pasando. Además de que no la puedo alejar.

— Abre la puerta rápido, ya quiero saber que tanto dice la carpeta.

Hago caso a sus palabras y abro la entrada de mi casa encontrando una escena espeluznante que me hace perder la completa razón y cordura. Grito, desgarro mi voz en una sola palabra: mamá.

Nota:
A partir de ahora la historia se va a poner más interesante todavía y vendrán sucesos súper importantes.
¿Que importancia tiene Albert?
Feliz noches festivas.
En Instagram estaré publicando contenido relacionado con la historia. :')

Disculpen la demora :)