Capítulo VIII
Abro los ojos y contemplo un ramo de rosas, las cuales lucen hermosas. Parpadeo lentamente y con cierta pesadez, ya que aún el sueño está presente en mí.
Sale un leve bostezo de mi boca lo que hace que abra más los párpados. Observo a detalle el color de la habitación y la manera en que está decorada, dándome a entender que no estoy en mi casa.
En cuanto mi mente procesa todo, me levanto rápidamente observando la ropa que traigo puesta la cual se compone por un pijama de color blanco con rayas moradas.
— Al fin despertaste — Reconozco esa voz.
Miro fijamente la figura que se encuentra posada en la puerta. Inmediatamente, reparo su rostro y forma de vestir. Trae puesta una falda de color rosa que hace juego con su blusa. El cabello lo lleva recogido en una perfecta coleta que resalta su sencillo pero brillante maquillaje. No puede ser alguien más, es esa chica.
— ¿Que hago aquí?
— ¿No recuerdas nada? — pregunta confundida mientras se encamina hasta en frente mío.
— ¿Que debo de recordar? — Me levanto poniéndome de pie para quedar cara a cara.
— Nada. Solo que pensé que sabías porque te desmayaste ayer en el baño de la escuela.
— ¿Me desmayé? — Hago una leve mueca, extrañada— ¿Porque no me llevaste a mi casa?
— Claro, te llevaba a tu casa y en cuanto la señora Valentina abriera la puerta, le iba a decir: "Hola señora me encontré a su hija en el baño de la escuela desmayada y se la traigo porque no quiero ser la próxima después del director". — Finge una voz más chillona que la habitual.
— ¿De qué estás hablando? ¿El director qué? ¿Qué tiene que ver el director en eso? No entiendo nada. ¿Me puedes explicar?
— Tu eres quien debe dar explicaciones porque si piensas un poco soy yo la que está corriendo peligro. — Se cruza de brazos, suspira esperando alguna respuesta.
— No entiendo nada ¿Vale? Y para que quede claro, no soy lo que estás pensando. Ni siquiera sé que es lo que me está pasando o porque siempre siento un vacío, como si olvidara algo. —Confieso.
Estoy desesperada, no sé cómo enfrentar las suposiciones de ella cuando ni siquiera yo sé lo que sucede.
— ¿No has intentado investigar algo?
— Es que... Cuando intento saber qué es lo que sucede aparece ese chico y... — me quedo en silencio.
— ¿Y qué? ¿Acaso te tiene amenazada? ¿Has tenido contacto con el asesino?
— No sé y tampoco tengo porqué confiar en ti.
— Nena, aterriza — Levanta su dedo índice y lo mueve de arriba a abajo— Si no fuera por mí, estarías aún en la escuela tirada y en cuanto llegara la policía te hubieran tomado como la culpable del asesinato del director y de su hijo. Soy tu cómplice en caso de que seas la culpable así que estamos juntas en esto. ¿Entiendes?
— Creo que es mejor que hagas como si esto no hubiera sucedido y ya. Así no quedarías implicada. — afirmo con simpleza.
— No puedo. Si tú eres la asesina yo soy tu cómplice no me harás daño, en cambio, si es ese chico, podemos desenmascararlo y demostrar que no tienes nada que ver.
— Dos cosas: la primera, yo no soy la asesina y segundo, ¿Que ganas tú con todo esto? — la observo desafiante, hay algo extraño. No me trago su cuento.
— Es obvio que no es por Jordán, me importaba más mi gato que él. — rodea sus ojos— Digamos que con todo esto gano suspenso, aventura, miedo, adrenalina entre otras cosas.
— No estamos en Rápidos y Furiosos —reprocho con enojo ante su estúpida excusa
— Esto no es una simple diversión, la vida y la tranquilidad de este pueblo están en juego.
— Para ti es así, pero para mí no. —juega con su cabello restándole importancia a mis palabras— Solo te voy a ayudar.
— Quédate fuera de esto —exijo, hastiada de su actitud desinteresada.
— Si me dejas fuera, le digo todo lo que sé a la policía. —amenaza descaradamente.
Su desfachatez me deja sin palabras. Es una estúpida. Se toma la vida de las personas como si nada y no le interesa en lo más mínimo que hayan muerto cuatro personas en tan poco tiempo o estar cerca de mí, principal sospechosa. Solo le interesa pasársela bien, con diversión y suspenso como en una película, porque es obvio que esto para ella no significa nada más que eso, una diversión.
Repito, es una perra con todas las de la ley.
Suspiro, acorralada y sin más que hacer. Solo me queda aceptar. —Vale, solo
Asiente mostrando una tierna y falsa sonrisa. Se dirige al armario y saca la ropa que traía puesta ayer.
— Llame tu mamá en la noche y le avise que te quedarías conmigo. Tus tenis están debajo de la cama. Cuando termines baja a desayunar. — En cuanto termina sus palabras se voltea y sale por la misma puerta por la que entró.
Camino en dirección a la puerta que está justo en frente de la cama y la abro para adentrarme entre las paredes del baño, las cuales eran del mismo color que las del cuarto. Maldita fanática del rosa.
Unas horas más tarde...
— Señorita Valentina, con todo el respeto que usted se merece, quisiera pedirle que deje a su hija ir conmigo. — Hace puchero.
— Antes de la medianoche aquí — Habla mi mamá rendida por su insistencia.
¿Cómo llegué a esto? Bueno, resulta ser que después de desayunar e ir para mi casa, la señora Valentina tuvo la gran idea de que pasáramos el día juntos. Me he resignado a ver películas con ella, comer palomitas, almorzar y comer. Ahora es exactamente las 7:00 pm y se le ocurrió ir a dar un paseo. No queda más opción que hacer lo que me dice, pues tiene un plan para conseguir información. — ¿La dejaría quedarse en mi casa?
— Bueno, no es común que Alba traiga personas a casa así que mientras este con alguien, me tranquilizo.
Todo por el plan, todo por información. —repito en mi interior.
— Bueno, vámonos —dice, emocionada. Me agarra la mano y tira de esta para empujarme con ella hasta la salida.
—¿Me puedes explicar de una buena vez cual es el supuesto plan? — cuestiono hastiada de toda esta farsa.
— Solo vamos a ir a buscar pistas. Iremos primeramente en donde ocurrió lo de Jordán y después a ciertos lugares. —rodea sus ojos.
— ¿A qué lugares? En este pueblo no hay mucho donde ir.
— ¿Que tanto conoces el pueblo? Joder aquí hay de todo. — hace una pequeña pausa—Escucha con atención, después de rebuscar en la escena del crimen iremos a un Casino, a una tienda de armas y por último al Body shop.
— Espera un momento — Intento analizar la situación— ¿Hay un body shop en la ciudad? ¿También un casino y una tienda de armas? —abro mis ojos más de lo normal, estupefacta por la información.
— ¿En qué mundo vives, Alba? — Coloca su mano enfrente de su cara formando una posición dramática.
— En mi propio mundo... — Hago silencio y trato de recordar su nombre— ¿Cómo te llamas? —Pregunto.
— Elena. Soy Elena Martin, tu compañera del crimen.
Comenzamos nuestro camino hasta el lugar en donde fue la feria, es decir, donde comenzó todo.
En cuanto llegamos, nos dimos cuenta de que todas las atracciones, carritos de comida y carteles ya no se encuentran.
Todo está completamente vacío, solo se percibe un espacio oscuro.
Sin darnos por vencidas, nos dirigimos al supuesto casino al cual nos dejaron entrar sin ningún problema.
¿Cómo lo hicimos si somos menores de edad? No sé, pero al parecer esta chica tiene una extraña influencia.
— Voy a dar una vuelta. Espérame por aquí. —informa antes de desaparecer.
Todo está iluminado con preciosos y elegantes lámparas. Los juegos se hallan por todos lados y los hombres solo piensan en apostar, beber y estar cerca de mujeres hermosas. Me siento como una cucaracha ante semejantes vestimentas y maquillajes.
Un aviso con antelación y tal vez no estuviera hecha un desastre.
Siento una fuerte presión, como si me estuvieran observando, analizando. Busco con la mirada por todos lados, pero no encuentro nada irregular.
— No tengo paciencia — Recalco en cuanto la veo llegar.
— Solo demoré 60 minutos. — responde evitándome.
— Una hora. — Aclaro— ¿Que estabas haciendo?
— Buscando información.
— ¿Y lograste saber algo? — Pregunto ansiosa.
— Pocas cosas. Pero debemos ir a otro lado para hablar.
Al finalizar sus palabras salimos de este despampanante lugar y nos encaminamos al parque el cual está totalmente vacío. Nos sentamos en uno de los pequeños bancos de hierro que llenan el espacio y ahí comienza a hablar.
— No pude conseguir mucha información, pero hay algunos datos importantes. — Me mira fijamente, el entusiasmo que se refleja en sus ojos me llenan de curiosidad— Desde hace unos 16 años ocurrieron asesinatos así de misteriosos, pero la persona que los hizo está en un manicomio que queda a las afueras del pueblo.
— ¿Solo eso? — Cuestiono, extrañada.
— No. Otra de las cosas de las que me informé es que ese hombre es hermano del Jefe de Policía, John Brown.
— ¿Ese hombre pudo haber salido del manicomio?
— Es imposible, el señor ya no debe tener ni cordura. El asesinó a 7 personas y nunca nadie supo nada de que él era el asesino, pero cuando estuvo frente a la octava persona se apuñaló a sí mismo.
— Es decir que hay alguien que sobrevivió a él. — Comienzo a atar cabos— La pregunta es, ¿Quién será esa persona?
—Es... — susurra dudosa de lo próximo que dirá, pero asiento preparada para escucharlo todo— Esa persona que sobrevivió es Valentina, tu mamá.
*Fin del Capítulo*
Quiero informar que en mi perfil se Instagram pueden encontrar imágenes semejantes a los personajes.
Es todo, me despido.
Disculpen la demora
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro