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En una mañana completamente nublada a las afueras de un poblado un joven de escasamente 25 años se encontraba huyendo para salvar su propia vida de una trifulca enfurecida, los rocíos de los pinos y los abetos chocaban contra su blanco rostro el cual fue hengullido con una rapidez la cuál solo se pudo percatar el movimiento de las hojas que delataban su dirección
Vamos tengo que escapar de aquí, *unos minutos despues* *disminuyendo la velocidad* *agitado* uff.... creo que por fin los e perdido la próxima vez no tendré tanta suerte, tanto correr me ha dado un poco de hambre, sera mejor que empiece a irme hacia mi casa
Las hojas de las plantas se movían y retorcían al ritmo que el joven movía sus piernas, unas cuantas plantas soltaban un dulce y refrescante aroma mientras que otras solo dansaban hasta quedar completamente quietas, el joven siguió caminando hasta un acantilado que dividía dos grandes trozos de tierra y plantas que absorbían tranquilamente un poco de la resolana que las nubes dejaban pasar, a la mitad del acantilado se encontraba un tronco tan grueso como el guijarro, en su parte superior estaba cubierto por una capa de musgo de color verde intenso que dejaba al descubierto unas huellas de zapatos que el tiempo se había encargado de dibujarlas dejando en claro que esas huellas eran recientes
Solo quiero llegar a mi casa y olvidarme de todo esto, no puede ser que eso me paso a mi, yo que solo quería ayudarlos con sus animales, solo cometí un pequeño error o bueno eso dicen ellos pero que culpa tengo yo que más de la mitad de las vacas del pueblo hayan muerto
Los pensamientos del joven lo acompañaron durante todo el camino mientras se adentraba cada vez más al bosque dejando que sus piernas hagan el mismo camino desde hace tanto tiempo que estas lo hacían de manera inconciente. Unos extraños ruidos lo sacaron de sus pensamientos un par de sollozos que provenían de el interior de unos arbustos
¿mmm? quien estaria haciendo esos ruidos?
Con la intención de averiguar que era lo que causaba esos sollozos se acercó con cautela y con una vieja navaja en la mano derecha para defenderse de cualquier animal que lo quisiera convertir en su cena creo que de aqui venian los ruidos inclinandose de manera precavida estiro la mano hasta alcanzar una ramita de madera que se encontraba tirada en el suelo para introducirla en unos arbustos, al comprobar que sus temores sobre algún depredador que quisiera llamar a sus víctimas con ruidos de dolor eran erróneos aparto las hojas de los arbustos para obtener una mejor visibilidad, cuando sus ojos marrones lograron ver del otro lado de las ramas logro ver a un niño en pocision fetal siendo cobijado por un pequeño arbusto que lo cubría pulcramente de la brisa del bosque
¿Que hace un niño aqui? ¿y por que esta llorando? ¿donde estaran sus padres? y una ultima pregunta ¿como fue que llego hasta aqui?, Será mejor que me lo llevé a casa se acercan las lluvias y unas cuantas hojas no serán un buen refugio para un pequeño.
Cargándolo delicadamente entre sus brazos para evitar que el pequeño se despertara camino por el bosque durante unas cuantas horas, el cielo se torno de un color anaranjado intenso indicando que ya era lo suficientemente tarde como para que la vista se empezará a acostumbrar a un futura penumbra entre árboles y arbustos frondosos.
Cuando el joven llegó a un pequeño rriachuelo, el borboteo del agua corriendo apresuradamente levanto al pequeño niño que se quedó completamente inmóvil ante la figura de una persona desconocida que lo cargaba despreocupada mente mientras avanzaba en un terreno desconocido y posiblemente hostil
Tu...tu quien eres?
El miedo y la curiosidad lo paralizaba a tal punto que era casi imposible completar una frase sin tartamudear
Eres un amigo de mis papás?
El chico detuvo por unos momentos su caminata y lo vio a los ojos encontrándose con unos penetrantes ojos marrón obscuro que pedían a gritos una explicación sobre lo que estaba sucediendo.
No, solo soy un chico normal que caminaba hacia su casa cuando te encontré entre unos arbustos, estabas llorando y te iba a llegar a mi casa para que pudieras descansar y luego pudiéramos ir a buscar a tus padres
Los ojos del pequeño niño se empañaron de una tristeza profunda y tan grande que dejó de sentir los brazos del joven y se imagino en medio del mar, solo y en plena oscuridad, cuando reunió la fuerzas necesarias para generar una oración sin murmurar llegaron a un choza de madera, el pequeño niño la observo con los ojos muy abiertos, desde su vista aquella choza se veía como la casa más grande que se pudiera a ver construido.
El joven lo dejo en el suelo y se encamino hacia la puerta para poder entrar, esté la abrió y espero a que el pequeño niño pasará.
Vamos, entra aquí afuera está haciendo mucho frío como para que te quedes ahí, te prepararé algo de cenar y un poco de té para que puedas dormir
El joven encamino al niño dentro de la casa, guiándolo a una pequeña mesa de madera que contaba con cuatro sillas a su alrededor, frente a la mesa se encontraban dos muebles que parecían estar hechos de una especie de madera un poco carcomida por la humedad no mucho más grandes que la mesa.
El pequeño niño se sentó en una de las sillas apoyando una pierna en el asiento para apoyarse, sus ojos que todavía se encontraban abiertos de par en par iban de un lado a otro de la habitación, observando cada pequeño detalle que sus ojos le permitían ver, las paredes de esa habitación se veían de un tono café oscuro retocadas con pequeñas manchas negras, en una esquina, colgado, se encontraba lo que era una pequeña cabeza de un animal totalmente desconocido para él, pero sin duda la simple idea de toparse con aquellos cuernos tan largos y puntiagudos en la noche fue lo único que necesito para sacarle un pequeño gemido de temor, tratando de olvidar esa cabeza que posiblemente era solo de decoración siguió observando todo lo que se encontraba en las paredes de aquel comedor, sin darse cuenta un pequeño plato de forma circular paso frente de él y se pozo delicadamente en la mesa, este soltaba unos pequeños hilos de humo blanco que sin duda delataban que el contenido estaba caliente, sin esperar más tiempo el pequeño tomo una cuchara que se encontraba a su alcance y la sumergió en el líquido caliente del plato, rápidamente llevo la cuchara llena a su boca, el contacto del líquido caliente con su lengua fue tan reconfortante que solo se detenía para beber un poco de agua en un vaso de cristal, la sensación de un poco de comida caliente que le recorría la garganta en una noche fría iluminada únicamente por la luz de la luna que de vez en cuando era obstruida por pequeñas nubes.
El chico se sentó frente al otro lado de la mesa, frente al niño, lo observo comer con tanta velocidad que se preguntó cuánto tiempo había pasado en el bosque, cuanto tiempo había pasado antes de que probara un poco de comida caliente. Sorbiendo lentamente la sopa con una cuchara el chico no pronuncio ninguna palabra en varios minutos, sumergido en sus pensamientos no se dio cuenta que el niño se había ido de la mesa con dirección a la cocina, a pesar de que esta estaba a pocos metros de la mesa era obvio que no alcanzaría la olla de metal que reposaba sobre unos tubos de metal que la apartaban del fuego abrasador.
Tratando de bajar la olla de metal el niño se recargo en la madera de la cocina y golpeo la olla en un intento de bajarla, la pequeña olla se tambaleo sobre las barras de metal tirando un poco de sopa caliente en el suelo. Cuando su plan no surtió efecto se vio en la penosa necesidad de pedirle a aquel chico que el veía como un desconocido si podría servirle un poco más de comida, tirando lentamente de la playera del chico logro hacer que este saliera del trance que se encontraba.
¿Qué pasa?, ¿Quieres un poco mas?
El niño con un poco de obviedad en sus palabras respondio afirmativamente, a pesar de que en alguna parte de su vida le habian dicho que no aceptaran nada de desconocidos era la unica oportunidad de saciar su hambre, y por que no confiaria de ese hombre, el le ofrecia un techo, comida, agua para refrescar la garganta.
Después de acabar de cenar, la luna se encontraba en lo mas alto del cielo, indicando que ya era lo bastante noche como para que seguir despiertos fuera una buena idea, el chico encamino al niño hacia las escaleras que se encontraban cerca de la puerta de entrada, parecían salir de una pared que estaba pintaba del mismo tono que toda la casa, las escaleras parecían ser de un tamaño mediano, de un color café tan oscuro que parecía ser negro, estas descansaban en la parte superior del primer piso, con un barandal que llegaba desde el primer escalón hasta el último, con tubos que parecían salir por cada escalón, cuando el niño comenzo a subir las escaleras con un poco de cautela, pensando unos segundos antes de subir cada escalón, el chico subió las escaleras de manera confiada, subiendo los escalones cada vez mas rápido, cuando este termino de subir los escalones volvió la mirada hacia donde estaba el niño. Al ver que apenas estaba en los primeros escalones bufo con exasperación e irritabilidad ¿Por qué tenia tanto miedo de subir unas simples escaleras? ¿Acaso nunca había subido unas escaleras en su vida?
¿Vas a subir las escaleras o no? O te quedaras toda la vida ahí, ya es demasiado noche como para que te estes tardando en cosas tan sencillas, si alguien te estuviera persiguiendo ya hubieras sido a la primer persona que atraparia, necesito que subas para poder enseñarte cual sera tu habitación, claro, si quieres estar aquí o si no eres libre de irte no te obligare a estar en esta casa
Aún con miedo el pequeño niño subió las escaleras, esta vez con más rapidez y sin tambalear hasta que llegó al último escalón que conectaba el pasillo con las escaleras. Con los ojos examinó ambas partes del pasillo sin girar la cabeza. A su costado izquierdo tenía una puerta de madera un tanto carcomida por algunos animales tan pequeños que serían muy difíciles de ver a simple vista. Del otro lado se extendía un pasillo oscuro del cual solo relucian dos puertas iguales a la primera, una estaba pegada a la pared la cuál contenía las escaleras y la otra que estaba más oscura por la falta de luz se encuentraba al fondo del pasillo marcando el fin de este.
Tu cuarto será el del pasillo en la primera puerta, por lo general este pasillo tiene un foco que debería de prender, mañana lo arreglaré, bueno hasta mañana.
En el cuarto tienes todo lo necesario para dormir
Con un gesto rápido el chico se despidió del niño y se metió en el primer cuarto que el niño había visto, cuando la puerta se cerró el niño quedó en un silencio absoluto siendo cobijado únicamente por los pequeños rayos de luz lunar que provenían de la ventana, sin otra opcion se encamino hacia su nuevo cuarto dispuesto a descansar un rato.
Sin prestarle atención a la decoración de la habitación cerró la puerta con seguro y se recostó sobre su nueva cama. Está era suave y acogedora, como si se hubiera recostado sobre una de esas nubes que circulaban por el cielo al ritmo del viento.
Unos segundo después de haberse acostado cerro sus delicados ojos y se durmió profundamente
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