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Capítulo XVIII

Especial G20: 2/2

Durante todo el día, Taeyeon había lanzado indirectas a su sobrino menor, así como a su supuesto ex-amante.

Demás está decir, que ambos estaban más que incómodos.

—Díganme, chicos— habló la marquesa durante la cena de aquella noche, haciendo que ambos voltearan.

—¿Si, tía?— preguntó SeokJin, poniendo su servilleta de seda a un lado de su plato.

Tanto él como Taehyung oían lo que la marquesa tenía para decir, expectantes.

—¿Cuánto hace que ustedes son amigos?— preguntó, con una sonrisa en sus labios.

Ambos se miraron, uno desde el otro lado de la mesa.

—Bueno, de-desde que llegué aquí a Seúl ¿por qué?— fue la respuesta nerviosa del menor, concentrado en su cena.

—Se ven bastante cercanos y, al mismo tiempo, lejanos— la marquesa recalcó.

Ambos se miraban tanto más nervioso que antes. Era obvio que la marquesa se percató.

—E-es que... han habido...— el titubeo de su castaño sobrino fue interrumpido.

—¿Por qué no hablas tu?— la marquesa preguntó al barón, que se miraba nervioso.

Si bien la Marquesa Kwon era una dama delicada y refinada ella lograba intimidar.

—N-no considero que estemos tan lejanos como lo afirma Su Excelencia— respondió, algo más seguro de sus palabras.

Taeyeon sonrió ampliamente al escuchar aquello, tomando la mano de su lindo Jinchi.

Sentía un gran alivio al saber que su primo no tenía tantos problemas como pensaba con el de cabellos plateados.

—Claro, como suelen decir los franceses: les amis montrent leur amour dans les moments difficiles, pas dans le bonheur ¿sabías?— una pronunciación perfecta del francés, el idioma que tan bien dominaba.

Entre otros, por supuesto, ya que solía viajar mucho.

Sin embargo, SeokJin no logró comprender ni una palabra.

—"Los amigos demuestran su amor en momentos difíciles, no de felicidad"— Heechul lo tradujo con gran facilidad.

Claro, si desde su infancia se le habían inculcado aquellos saberes aristocráticos. Como los idiomas europeos.

—Es un dicho muy bonito— admitió el castaño, bastante avergonzado por no saber ni una palabra de francés.

Sin embargo, volteó a mirar a Taehyung sonriéndole desde su asiento en el lado opuesto.

—Puede decirse, también, que es cierto en algún sentido— el castaño admitió, con una leve sonrisa dirigida al otro.

La marquesa observaba como ambos se miraban y no podía comprender por qué la había llamado Heechul.

¡Lucían tan enamorados!

—Pero, por otra parte, nunca dice ese dicho que los amigos son los que se causan entre si los "momentos difíciles".

Solo con ese comentario algo melancólico de su sobrino, ya comprendió el por qué.

El orgullo de su Jinchi.

Si bien éste lo había dicho en manera también como auto-reproche por sus acciones, su sentir era más que claro.

—Mi opinión es que todos, en la vida, tienen culpa tato en la alegría como en los males de ellos a su alrededor— sentidamente, como su auto-reproche, fue el comentario bastante sabio de Taehyung que cortó el silencio.

Jin lo observaba tiernamente, en su mirada había solamente amor, pero Taehyung sabía el dolor que llevaba su corazón.

—Puede apreciarse que usted es un caballero bastante sabio Barón Kim— alabó una muy impresionada marquesa.

—Muchas gracias.

Sentada en la cabecera de esa decorada mesa, enfrentada a su sobrino Heechul, ambos se miraron por un momento.

Era una mirada que hablaba de todo, especialmente, era la mirada con la que transmitía cada uno su sentir.

Heechul estaba entristecido al ver como su primito lloraba a causa del que él tambíen supo creer el amor de su vida.

Taeyeon podría ver cualquier cosa, menos el sufrimiento de uno de sus amados sobrinos.

—¿Por qué no nos retiramos a tomar café al salón?— cuando la cena se dio por terminada, preguntó el segundo mayor de la mesa.

—Por supuesto— sonrió Jin, a pesar de estar satisfecho con el delicioso postre de recién.

Pero, siempre que su primo lo invitaba para tomar café tras una deliciosa cena, SeokJin no perdía oportunidad con todos los dulces que se ofrecían.

—¿Habrán ttok*?— preguntó ilusionado como un niño, sin importarle que dichos dulces eran más apropiados para un casamiento u otra ceremonia que una sobremesa.

Heechul suspiró y Taeyeon les sonrió a ambos dulcemente.

—Haré que lo preparen— le aseguró el marqués a su más que entusiasmado primo.

—¡Muchas gracias!— abrazó a su primo, aún sentado, por el cuello antes de marcharse al salón adyacente a esperar.

Taeyeon entonces, vio aquella como su oportunidad.

—Quisiera hablar con usted... en privado, de ser posible— le ordenó suavemente mientras se inclinaba hacia Taehyung.

El mencionado lucía bastante confundido, más aún, cuando notó que el Marqués Kim se había ido tras su primo.

—Por supuesto, Su Excelencia sería un honor poder conocer a la tía amada de Lord Kim— el aludido le dedicó una gran sonrisa cuadrada.

La marquesa se sorprendió al ver como reaccionaba el otro; hubiese pensado que estaría nervioso de hablar con la tía de su ex-amante.

—Entonces, no tiene ninguna reserva conmigo, supongo— ésta preguntó tácitamente y le dedicó una pequeña sonrisa.

Esta sonrisa escondía tanto su incertidumbre al igual que su curiosidad para con el barón.

Ciertamente, era un personaje intrigante. Y muy apuesto.

—Para nada, Su Excelencia, es un placer platicar con otra de las tantas personas que aman también a Lord Kim— con su habitual sonrisa, el de cabello plateado le confesó.

Taeyeon se sorprendió con oír aquellas palabras ¿acaso dijo que "amaba" a su sobrino?

—Sé lo que Su Excelencia está pensando ¿cómo puede amar a mi sobrino y no demuestra tal cosa?— se miraba un tanto melancólico al menor, eso dio rienda suelta a esa curiosidad innata de la marquesa.

—¿A qué te refieres?— optó por preguntar poco a poco, ya que lo notaba algo afectado.

Taehyung suspiró.

—Yo lo lastimé mucho, no me importa si él también lo hizo, porque yo lo hice primero— confesó, bastante dolorido, el de cabellos plateados.

—¿Qué fue lo que le hiciste a mi lindo Jinchi?— preguntó la marquesa, con tono bastante amenazador.

Taehyung se sintió cohibido al escucharla, pero decidió que ella debía conocerlo todo.

—No creí en su palabra y eso me llevó a acusarlo de serme infiel con... bueno, con el que podría decirse mi enemigo— admitió, intentando no mirar a la contraria por miedo a ese fuego en sus ojos.

Su reacción, sin embargo, fue un tanto inesperada, cuando solamente suspiró.

—¿Jinchi te fue infiel?— con una ceja enarcada, preguntó, aunque sabía la respuesta.

Había escuchado sobre miles de relaciones y matrimonios que acabaron por sospechas sobre supuestas infidelidades; sería una enorme pena si su sobrino sufriese lo mismo.

—Para nada, pero eso pensé y lo aparté de mi— el tono de el barón de cabello plateado era melancólico, adolorido —Lo lastimé demasiado.

Taehyung escuchó a su amor riendo con su primo y sonrió, a pesar de su tristeza.

—Es el amor de mi vida, no le causaría daño adrede... pero, el orgullo todo lo nubla— fue así como el menor terminó su confesión a la marquesa.

Taeyeon, entretanto, lo había observado atentamente por la duración de aquella plática o confesión unilateral.

Taeyeon no podía dudar de la veracidad de sus palabras, sus sentimientos estaban sobre la mesa. Y parecían sinceros.

—¿Cómo pensabas que harías un bien al apartar al supuesto amor de tu vida, sin darle una oportunidad?— a pesar de su pensamiento anterior, aún se mostraba suspicaz.

Después de todo, éste había lastimado a su sobrinito.

—Realmente, no pensé; como dije anteriormente, el orgullo nubló mi juicio— torciéndo la servilleta entre sus manos, se miraba nervioso.

—Cuando uno pretende una relación, todos sentimientos personales pasan a segundo plano, ya que se consideran mucho más importantes los sentimientos del otro— con determinación en su hablar, expresó la marquesa.

Taehyung asintió en silencio, pero la tía de su bello amado no había acabado.

—¿Crees poder hacer algo así por aquel que llamas el amor de tu vida, o tu orgullo pesará más que él?— preguntó ella, con una mirada helada.

Taehyung era tanto o incluso más orgulloso que SeokJin y conocía los resultados de eso casi de memoria.

Un orgulloso en pareja con un otro más orgulloso que él, era la receta para el desastre.

—Lord Kim es alguien dulce e incapaz de dañar a otros; si él se siente en su corazón capaz de perdonar mis idioteces, me cambiaría hasta el color de mi cabello— admitió, mostrando una sonrisa ensombrecida.

Taeyeon nunca había oído tal descripción amorosa de Jin de alguien que no formara parte de su familia.

Se notaba, entonces, que éste lo amaba demasiado.

—¿Crees que podrías soportar lidiando con su familia?— esa era la pregunta de rigor, para saber sus intenciones.

—La familia de Lord Kim me ha parecido de lo más tierna, desde el marqués con su gran corazón, como Su Excelencia con su manera de proteger a su sobrino a toda costa— con una gran sonrisa cuadrada, el de cabello plateado respondió

Taeyeon asintió con la cabeza lentamente; pensativa.

—Veremos, entonces, si usted es digno de recuperar el amor de SeokJin— sentenció con un tono cortante encaminándose hacia el salón donde estaban sus sobrinos.

Taeyeon, cuando el contrario no podía verla, sonrió ante su sinceridad, esa sinceridad del corazón puro que poseía.

Definitivamente, era digno de su sobrino Jinchi -- además de orgullosos, ambos eran dulces de puro corazón.

—¿Está todo bien, tía?— con una dubitativa sonrisa en sus labios, SeokJin preguntó.

Taeyeon negó rápidamente al escuchar la preocupación del menor, tomando asiento.

—No te preocupes, Jinchi, solo es el cansansio del viaje— con eso se excusó la marquesa.

Sin embargo, mientras que le servían su café, ella se volteó para hablar secretamente con su castaño sobrino.

—Las infidelidades, e incluso las sospechas, pueden causar mucho dolor ¿no crees?— esa afirmación lo descolocó.

—¿P-perdón?

Taeyeon acarició la mejilla de su sobrino —Sabes que todos cometemos errores, si, eso es humano, pero también unos pocos tienen la capacidad de perdonar, y eso es divino.

Jin no podía comprender a lo que su tía se refería ¿por qué comenzaba a hablarle de eso tan abruptamente?

—No entiendo por qué tu me dices todo ésto, tía, aunque si son bonitas palabras— Jin le remarcó a la marquesa.

Ella evitó blanquear los ojos, por respeto a su sobrino.

—Eres una persona de buen corazón, Jinchi, y también el barón ¿ahora si entiendes?— la marquesa sonrió de lado al ver la expresión del rostro de su sobrino menor.

¿Acaso su tía estaba allí para ayudarlos a reconciliarse? Jin no podía creerlo cuando miró a su primo, quien le guiñó un ojo mientras comía uno de los coloridos pasteles de arroz.

—¿Tú también, tía?— casi no podía creer la traición de ésta, que solamente sonrió.

¿Tú también, Brutus?*— se burló la nombrada mientras bebía de su humeante café.

—¡No puedo creer esto!— con una ofendida exclamación, se puso de pie para marcharse.

Era en ese instante, mientras salía ofuscado del salón, que Taehyung entraba luego de su largo rato de reflexión.

—Tan típico de él— Heechul sonrió, aún concentrado en la oscura bebida contenida en la taza de porcelana francesa.

Taehyung decidió seguirlo en silencio, puesto que sabía que no iría a sus aposentos.

Taehyung resultó no estar tan equivocado, después de todo, puesto que podía ver al lindo castaño entre los cerezos.

Lo malo era que él tenía que treparse a ellos para llegar a estar cerca de Jin, quien si se encontraba en sus aposentos, pero en el balcón.

—Lord Kim... ¿s-se encuentra bien?— preguntó el barón de cabello plateado, intentando no caerse de la rama.

SeokJin suspiró hondamente, inclinandose hacia adelante.

Su frente tocó el barandal del balcón como María Antonieta, derrotado en todo frente.

—Quisiera decirle que si, pero me temo que ni siquiera yo lo sé ¿cómo es eso posible?— sin levantar la mirada, preguntó.

Taehyung pensó por un rato y sonrió, intentando trepar más cerca del balcón.

—Su familia solo pretende su bien, hacen todo lo que les es posible para verlo sonreír— con un tono aterciopelado, el de cabello plateado explicó, o intentó explicar —Su sonrisa es muy bonita ¿sabe?

SeokJin, sonrosado, le regaló su típica sonrisa tímida.

—Y no lo digo porque eso me beneficie a mi, en lo absoluto, Milord— se defendió el barón aunque de ningún ataque.

—Verlo sonreír a usted es una dicha para mi también; usted es como aire fresco— confesó el mayor, sonriendo.

Pero, luego reparó en lo que había dicho ¿qué demonios significaba "aire fresco"?

—No se avergüence— sonrió Taehyung ante el colorado de las mejillas del contrario.

Se miraron por lo que ambos sintieron como horas, pero el de cabello plateado pronto lo rompió al cortar un par de las flores de la rama donde él se había sentado.

Blanca es la luna en sus ojos y blancas son las flores en sus manos. Permítame compartir su pesar para, así, ver juntos las blancas estrellas— recitó sonriente, depositando dichas flores en sus manos.

SeokJin se sentía volar entre las nubes con su poema.

—Sé que no es tan bueno, aún así, mi madre sostenía que las cosas más bonitas son las que hace uno mismo— confesó un tanto sonrosado debido a su inexperiencia para componer poemas in situ.

—Fue hermoso.

Taehyung estaba dispuesto a marcharse, luego de haberle dado las buenas noches.

Pero, Jin lo detuvo al llamarlo haciendo que se voltee y, así, quedase frente a frente con el rostro del lindo castaño.

Jin se había inclinado sobre el barandal para estar aún más cerca de Taehyung.

—¿Qué...?

—Permítame, barón.

Y allí, con la luna como único testigo, los labios de ambos se fundieron en un tierno beso.

Por primera vez en lo que les parecieron décadas o siglos a ambos, Jin y Taehyung dieron un largo beso.

Como Romeo y Julieta.

¡Hola, amigos!

Los argumentos de Taeyeon me suenan medios... chotos ¿no creen?

Pero, a los bifes...

¡SE BESARON POR FIN! Otra vez, claro está... es todo tan romántico en mi mente.

Como hoy acaba la cumbre, también acaba el especial y con un broche de oro como es el beso TaeJin 😀

Defino dos ítems y listo ¿si?

*Ttok: dulce tradicional en la cocina coreana hecho de arroz glutinoso.

*¿Tu también, Brutus?: una de las frases más "célebres" que se le atribuyen a César, cuando fue apuñalado hasta por Brutus, su amigo, antes de ingresar al Senado.

Como siempre digo, ustedes me harían muy feliz con un comentario o una estrellita, y agradezco a todos los que me dan una oportunidad.

Nos vemos la próxima.

¡Besos!

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