Capítulo XVII
Especial G20: 1/2
SeokJin se encontraba en sus aposentos, observando todo el gran jardín desde su balcón al estar ataviado en su bastante ligero salto de cama.
El día anterior había sido uno casi mágico para el castaño, y sentía que aquel podría serlo aún más si con Taehyung, los dos se reconciliaban.
—Mi pareja— suspiró aquella palabra que el de los cabellos plateados había empleado al definir su relación.
El castaño sonrió mientras se inclinaba sobre el barandal, a punto de caerse.
Pero logró tomar una flor del cerezo bajo el balcón, y tomó su fragancia sonriente.
—Mi pareja— suspiró con esa misma sonrisa, mientras que acercaba la flor a sus labios.
Nunca se cansaría de decir y repetir aquella palabra.
Se había transformado en su palabra preferida.
—Tomaré el desayuno con los demás, Nayeon— respondió, a escuchar a alguien entrando a sus aposentos.
—¿No te has vestido aún?— la voz de su primo, en cambio, le causó un sobresalto.
—¡Oh, primo!
SeokJin entró presuroso a su habitación, cubriendo aquel hombro que había quedado descubierto por su bata.
Había tenido mucho calor en el trascurso de la noche, pero no sabía el motivo.
Y, sabiendo que nadie iría, no pensó en más que en quitarse la camisa de satén.
—¡Para colmo sin camisa!— se lamentó Heechul, como esa reina del drama que siempre ha sido y siempre será.
Jin se sintió un tanto apenado, pero aún así le sonrió.
—Bueno, es que tenía calor y planeaba darme un baño— el menor contestó tímidamente, ante lo cual su primo se miró aún más ofendido.
—¡Son las diez de la mañana! ¿Qué, no recuerdas eso que te comenté ayer?— preguntó, de sobremanera exagerado.
Jin pensó cuidadosamente, ya que no recordaba nada.
Heechul, de hecho, estaba un tanto alterado puesto que no había recordado comentarle aquello a su primo.
Pero, apelaría a esa memoria un tanto defectuosa del otro.
—No, primo, lo siento— algo sonrosado, le confesó.
Heechul, por supuesto, fingió exasperación ante eso.
—Tendremos una importante, importantísima visita hoy— el mayor le recordó frustrado.
Bueno, mejor dicho, se lo dijo por primera vez -- pero Jin no necesitaba saber eso.
—¿Quién vendrá?— preguntó el menor mientras que corría tras el biombo para así poder desvestirse antes del baño.
Heechul era su primo, no era cualquier otro hombre. No se mostraría desnudo frente a él, pero tampoco existían tantos recatos entre ellos.
—No es lo importante quién, sino que vendrá. Punto— con un tono autoritario que pocas veces usaba, el marqués dijo.
Jin estaba más que intrigado ahora, pero debía acatar las ordenes de su primo.
—¿Te molestaría?— preguntó desde detrás del biombo.
—Por supuesto. Solamente te pido que te apresures— y con eso, el azabache salió.
Éste, una vez en el corredor, se recargó contra la puerta y suspiró aliviado.
—¡Gracias a Buda ni siquiera se dio cuenta!— sonrió, antes de marcharse a sus aposentos para cambiarse.
《¿Quién vendrá?》 entretanto, se preguntaba SeokJin cuando se hubo despojado de su bata.
Pero, al sentarse dentro de la tibia agua de la bañera, todos sus pensamientos regresaron a cierta persona con el cabello más plateado que la luna.
—Taehyung— suspiró, con la sonrisa plasmada en el rostro sintiéndose enamorado.
Si era por el vapor del agua a la que se había metido, o era otra cosa, no tenía idea.
Solo sabía que, de pronto y al solo decir su nombre como si de "ábrete sésamo" se tratase, Jin comenzó a sentirse presa de unos calores insufribles.
—Taehyung~— suspiró en un suave gemido de sedosa voz.
Sintiendo sus manos acariciar bajo el agua, esa suavidad de sus aterciopelados muslos, se sentía a punto de estallar.
Sin siquiera tocar donde sería esperado, un agudo gemido se le escapó —¡Ah! ¡Tae~!
Ya ni le importaba la visita, lo único que le importaba era la enorme vergüenza que sentía por haber usado a su pareja a fin de darse vulgar placer.
—Barón Kim, perdóneme— el castaño sintió desbordarse un par de lagrimas ante aquello.
《Quizás, éste calor fue por el verano que se acerca》 pensó, intentando excusar sus actos, mientras salía del agua.
Perfumado, hostigado por un gran remordimiento, húmedo por el baño, Jin se sentó sobre su cama envuelto en una bata color blanca.
—Milord ¿puedo pasar?— esa voz desde detrás de la puerta, pertenecía a Nayeon.
—Adelante.
La doncella cerró las puertas tras de si, dedicándole al lord una cortés reverencia.
—¿Milord estará listo pronto? El marqués desea saber— ella preguntó lo que el nombrado le había ordenado.
SeokJin suspiró frustrado, con su abanico en mano, tratando de disipar sus calores.
—Si no sé quién viene ¿cómo sabré qué ponerme?— con los esponjosos labios fruncidos se lamentó en voz alta.
—Bueno, el marqués siempre quiere que todos se vean muy bien ante cualquier visita— la castaña respondió, animando al contrario a vestirse.
SeokJin entrecerró sus ojos al observarla atentamente.
—Sabes ¿verdad?— preguntó, mejor dicho, afirmó.
—¿Cómo podría?— Nayeon se defendió rápidamente.
—Me parece que siendo parte del personal de servicio es la manera más fácil— frustrado por no saber, Jin siseó.
—¿Y, acaso, ser el familiar del señor de la casa no lo es?— la castaña le retrucó.
Pronto, cayó en la cuenta del enorme error que ella había cometido por su bocota.
—Perdóneme, Milord— hizo una reverencia tan profunda que su frente casi tocaba sus rodillas, exageradamente.
SeokJin blanqueó los ojos por aquel comportamiento —¡Ya! Solo ayúdame a vestir.
Nayeon asintió presurosa, y se marchó a buscar un chaqué.
No sabía quién vendría, pero esa le parecía la mejor opción.
—¿Milord prefiere color frío o color pastel?— ella preguntó, mostrando diferentes colores de chalecos y rocheu.
—Si nuestro ilustre invitado misterioso no me juzgará, el rosado quiero— tomó ambas prendas de aquel color.
Rosado era su color preferido, pero, debido a cierta gente de mente cerrada, optaba por el azul en público.
—Milord lucirá hermoso— la imágen del color acentuando sus sonrosadas mejillas y sus labios la hacían sonreír.
—Muchas gracias— sonrió el castaño antes de disponerse a cambiarse tras el biombo.
—Seguramente, a Sir Jeon le gustaría mucho verlo así— la doncella susurró para si, con sus manos llenas de ropa.
Una vez que SeokJin se hubo vestido en el elegante chaqué, se presentó en aquel salón en donde su primo recibiría a su misterioso invitado.
—Perdón por la demora— se inclinó en una reverencia tras entrar al elegante salón.
—No te preocupes, primo— se lo oía mucho más tranquilo al responder el marqués.
Taehyung se encontraba allí, también, algo que causó una gran vergüenza y un sonrojo.
—Milord ¿está bien?— el de cabello plateado preguntó al ver cuan sofocado lucía.
Intentó tomar su mano, pero los recuerdos de aquel baño le hicieron a Jin apartarla.
—Si, gracias— le contestó, de manera escueta, el mayor.
Heechul, desde su asiento, lo interpretó como otro gesto de hostilidad y suspiró.
SeokJin no podía mirarlo a los ojos ¡todo por su culpa, de su cochina lujuria!
Taehyung se sentía dolido al verlo desviar la mirada cada que intentaba encontrarlo.
《¿Habré hecho algo mal? ¿Se habrá arrepentido?》 pensó el de cabello plateado, un tanto decepcionado por aquello.
—Ha llegado, Su Excelencia— informó, al entrar al salón, el mayordomo Kyuhyun.
—Gracias, Kyu— le guiñó un ojo discretamente, haciendo que se sonroje levemente.
SeokJin corrió hacia aquellos grandes ventanales para así, lograr hechar un vistazo a la persona recién llegada.
Dos impecables Mercedes del elegante color negro estaban aparcadas frente a la entrada del Palacio Kim.
—¿Quién eres?
Del segundo, emergieron dos hombres que se miraban tan jóvenes; muchachos, casi.
—¿Son sirvientes?— aquella pregunta fue susurrada por Taehyung desde detrás.
Su caliente aliento detrás de su nuca lo hacía estremecer.
—Eso parece— susurró como respuesta el castaño mayor.
Del primer vehículo, el chofer mantuvo la puerta abierta así una hermosa dama de blanco pudiese bajar.
《¿Será ella?》 ambos, dentro de si, se preguntaron.
Sin embargo, hubo otra dama que emergió del mismo auto, a la cual todos dedicaron una respetuosa reverencia.
—¡Debe ser ella!— SeokJin se notaba emocionado como un niño en el día de Navidad.
—Siéntate, Jinnie— ordenó el marqués azabache, con una aterciopelada voz. Se miraba bastante calmo.
Entretanto, en la planta baja, todo el personal se hallaba en filas desde la entrada hasta la gran escalera de mármol para recibir a la invitada.
—La Marquesa Kwon— fue la manera en la cual Kyuhyun la anunció solemnemente.
Los miembros del personal se reverenciaron ante la llegada de dos elegantes damas y dos criados siguiéndolas.
—¿No han venido a recibirme en persona?— preguntó, algo decepcionada, la fina dama.
—Su Excelencia será recibida en el piso superior— informó el mayordomo, mientras que guiaba a la nombrada.
Los criados de librea así como las doncellas se reverenciaron ante el pasar de la dama.
En el salón, los menores no se aguantaron su curiosidad.
—¿Quién es? ¿Quién es?— los dos menores le rogaron, como un par de niñitos.
—La Marquesa Kwon— dicha invitada fue anunciada en ese momento por Kyuhyun.
—¿Tía Taeyeon?— preguntó, confundido, el castaño con su ceja enarcada ante aquello.
La tía lucía igual de hermosa que siempre, ataviada en un ceñido vestido con chaqueta rosados con un fascinator en color negro.
—Mi pequeño Jinchi— abrió sus brazos con una brillante sonrisa en su bello rostro.
SeokJin amaba a su tía, pudo notarlo el menor en como se transformaba su expresión.
—¡Tía Taeyeon!— corrió a los brazos de la nombrada, no le importaba ni el decoro al ella ser una marquesa y la esposa de un parlamentario.
—¡Mi bebé Jinchi, siempre tan hermoso y dulce!— lo alabó la marquesa, acariciando aquel sedoso cabello castaño.
—No tenía idea que usted era quien nos visitaría ¡estoy tan contento de volver a verla!— expresó un Jin rebosando con incontenida felicidad.
Taeyeon le propició un golpe leve en uno de sus hombros.
—¡Tonto! Sabes que no debes tratarme por usted, me hace sentir anciana— era igual de coqueta que su bello sobrino.
—Bienvenida, tía— saludó el mayor con una reverencia, y seguido de un abrazo.
—Mis dos sobrinos— Taeyeon admiró, detenidamente, a los hermosos muchachos —¡Han crecido tanto!
La marquesa desvió la mirada levemente hacia el Barón Kim antes de acercarse a ambos.
—¿Es él?— preguntó, curiosa, en un susurro a sus sobrinos.
—Pues claro, tía— respondió de igual manera, Heechul.
—Tía ¿lo sabes?— preguntó, nervioso y confundido, Jin.
La Marquesa Kwon rió como respuesta, antes de dar unas palmaditas sobre su mejilla.
—Por favor, amor, ofendes a mi persona. Soy Taeyeon, por supuesto que sé lo que sucede con mis sobrinos, aunque no esté con ustedes.
En eso tenía razón, ella era la persona más perspicaz que el castaño hubiese conocido.
Si alguien llegase a tocar solo un cabello a sus sobrinos, ella lo sabría. Y la venganza, sería peor que terrible.
—Barón Kim, es un placer— saludó con una sonrisa, antes de extender su mano al barón como las damas europeas.
—Su Excelencia, bienvenida— con una reverencia, se sintió un tanto sorprendido ante el gesto de la marquesa.
Tomó su delicada mano y, en su dorso, posó un beso. Como hacía con su sobrino... pero el de cabello plateado no podía evitar pensar que nunca más podría hacer aquello.
—¿Martini, tía?— preguntó, al guiarla a una cómoda bergère, el mayor de sus sobrinos.
—La pregunta ofende— fue la respuesta de la marquesa con una pícara sonrisa.
Kyuhyun, con una reverencia, se marchó para prepararle el cóctel a la marquesa.
Entonces, todos notaron a esa dama de blanco aún de pie en la entrada del salón.
—¿Señorita Seohyun?— preguntó el marqués, cuando reconoció a la bonita castaña de tailleur blanco.
—Su Excelencia— respondió suavemente la nombrada con una reverencia a éste.
Seohyun era la amiga al igual que la dama de compañía de confianza de la marquesa.
—Es un placer volver a verla; espero que haya cuidado bien a nuestra querida tía— sonrió el azabache mientras le hacía un gesto para sentarse.
—Tía ¿puedo preguntar por qué has venido?— cuidadoso, inquirió SeokJin mientras que tomaba sus manos.
—¿Qué acaso no puedo visitar a los sobrinos más hermosos del mundo?— respondió con una pregunta, cubriendo ese pequeño detallito.
Naturalmente, ella estaba allí por el pedido de Heechul con intención de reconciliar a su lindo sobrinito Jinchi con ese otro muchacho.
Había regresado dos semanas antes de sus vacaciones en la Costa Amalfitana -- todo sea por sus sobrinos.
—Eh, niños— los dos menores tornaron su atención hacia el marqués —¿Por qué no van a supervisar el almuerzo?
Sin importar que esa tarea les pareciera nimia, aceptaron el pedido. SeokJin se despidió de su tía cariñosamente antes de marcharse con Taehyung.
Taeyeon se tornó más seria al ver cerrarse las puertas.
—Cuéntame todo, Hee— pidió en un tono más autoritario, la silenciosa presencia de la otra dama no la cohibía para nada cuando de la felicidad de sus sobrinos se trataba.
¡Hola, amigos!
Inició el G20 y esta mañana hubo un sismo... ¿será una señal de Dios?
Bueno, en fin. Este capítulo fue un tanto más corto, aún así, me pareció completo.
¿Qué les pareció la llegada de la tía Taeyeon? Si desean saber, mi inspiración fue la Sultana Hümaşah.
Destuur!
Markiz Kwon Hazretleri!
😀😀😀
Como siempre digo, ustedes me harían muy feliz con un comentario o una estrellita, y agradezco a todos los que le dan una oportunidad a la historia. Gracias.
Nos vemos la próxima.
¡Besos!
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