Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

• Pánico •

Solo quedan cinco meses y medio para que el contrato culmine. He querido disfrutar plenamente de este tiempo que nos queda para llevarme cada momento que hemos pasado juntos en mi mente. Quiero conservarlo aquí; aunque esté consciente de que no buscamos lo mismo. 

Martín no ha regresado a la casa. No sé qué pasó con él, pero por alguna razón, siento que ya debieron ponerlo en libertad y es su madre quien busca protegerlo, pues ni a ella se le ha visto el pelo.  

El proceso aún está en curso. Lo único que recibí por correo fueron los documentos del divorcio, oficialmente ya no estamos casados. Al menos algo se ha adelantado. 

No he sabido de Rebecca; fui a visitarla tres semanas después del parto a la casa, para conocer al bebé y asegurarme de que todo estuviera bien con ella, pero su casa tenía un letrero de que estaba a la venta. Además, la he llamado, pero su teléfono aparece apagado. Incluso intenté contactarla por sus redes sociales, pero sus páginas fueron eliminadas, es como si se la hubiera tragado la tierra. 

Liam regresó a Europa, pero se fue sin despedirse, ni siquiera le avisó a su hermano de frente, lo hizo por llamada telefónica. 

Desde esta mañana he estado con una acidez terrible e insoportable. Tomé medicinas antes de reportarme a trabajar, pero no me han aliviado del todo. 

A la hora de almuerzo, siempre debo estar con Kyllian, pues no hace otra cosa que verme comer, pero hoy no me sentía bien como para comer algo fuerte. Aun así, por su insistencia, terminé haciéndolo, arrepintiéndome al instante. 

No quería decirle que sentía náuseas, pues la hora de almorzar para él es sagrada y ya me pasó el hecho de que no me tomé el café que me trajo en la mañana por la misma acidez. 

No pude comer más. El plato lo dejé a medias y es que siempre pide demasiada comida. Cualquiera diría que busca engordarme. Siento que gracias a eso he subido más de peso. Hay tantos olores mezclados en el aire que solo empeoran mi malestar. 

—Estaba muy bueno, pero no puedo más. 

—¿Todavía la acidez? 

—Sí. 

—Pasemos por la farmacia. Probablemente lo que tomaste esta mañana sea un medicamento de esos baratos que no sirven para nada. 

Kyllian me llevó a la farmacia y me sorprendí conmovida por notar su preocupación en encontrar un medicamento que pudiera ayudarme. 

No sé cómo logré soportar las náuseas en su presencia. El caso es que, lo había logrado. Ahora todo lo que me mortificaba era la acidez. Por eso me tomé las pastillas tan pronto subí a su auto. 

Durante el resto de la tarde, él estuvo bien al pendiente de que estuviera sintiéndome mejor. Tanto así que, aunque intentaba no demostrarlo, cada vez lo sorprendí observándome, pues es que su intensa mirada no pasaría desapercibida ante nadie. 

Me dio varias indicaciones antes de regresar a casa de cómo combatir la acidez e incluso me dio una manzana bastante grande y bonita, de esas bien dulces y sabrosas, la cual no dudé en darle varios mordiscos cuando llegué a casa. 

Debo bañarme y prepararme bien. Esta noche, como todas las demás, nos encontraremos en su apartamento y necesito estar en condiciones. No creo que vaya a darme un día de descanso, aunque, para ser honesta, soy yo quien ansío que llegue la noche. 

[...]

Como me he sentido mejor de la acidez, luego de las medicinas, decidí comer algo ligero que no fuera a provocarla de nuevo, pero esta vez quienes se aparecieron fueron las náuseas. El olor de lo que estaba cocinando invadió mis fosas nasales e instantáneamente tuve que correr hacia el baño y tirar absolutamente todo lo que había comido al mediodía. Hace mucho tiempo, más bien, años, que no vómito, pero es lo peor que existe. 

Me enjuagué la boca, mirando a través del espejo el calendario que colgaba en la esquina de la pared. No están los círculos. ¿Acaso no he pasado la página del mes?

Me acerqué al calendario y noté que sí había cambiado el mes, lo que no estaba era la presencia de los círculos y esas marcas que suelo hacer cuando hay eventos importantes o simplemente cuando quiero llevar el conteo de mis días. 

¿Cuándo fue la última vez que tuve mi periodo? 

Retrocedí en el calendario rápidamente, dándome cuenta de que han pasado mucho más de tres meses en que mi periodo no baja. 

Mis ojos se agrandaron y retrocedí hasta que mi espalda chocó con la pared. 

Suelo ser irregular, pero jamás había tardado más de dos meses en tener mi periodo. 

Mi corazón latió frenéticamente al traer una idea loca a mi cabeza, pero que es imposible. 

«Deja de pensar en tonterías, Rachel, no te dejes engañar», eso me repetía a mí misma, en el afán de créermelo, pero las dudas y la curiosidad me llevaron más lejos. 

Salí a la farmacia más cercana, con un miedo terrible de que alguien me reconociera o me viera comprando estas pruebas de embarazo. 

Regresé a la casa, haciéndome la primera prueba y guardando la segunda, pues para darme un choque directo con la realidad, lo mejor es que sea una vez. 

Pasé varios minutos dudando en ver el resultado. Tomé en mis manos la prueba y sentí un ligero desbalance, del cual tuve que sujetarme del lavamanos. 

¿Qué es esto? ¿Cómo pasó?

Siempre soñé con este momento, de poder tener en mis manos una prueba positiva. Había pensado que una noticia o un milagro de esta magnitud, sería una alegría y gozo infinito, y por dentro tal vez lo sea, pero lo que sobresalía entre ellos era el miedo.

No sé cómo ocurrió, si aún no he asistido a ningún especialista, él también dijo que había tomado medidas preventivas. 

¿Podrá ser un error? Debe ser un error. 

Abrí la otra prueba, haciendo el mismo procedimiento y recibiendo el mismo resultado; un positivo bien definido y legible. 

Mi cuerpo era un manojo de nervios. Estaba aterrada. Me pegué a la pared, deslizando mi espalda y dejando caer mi trasero en el suelo. Sus palabras en aquel entonces fueron varias puñaladas atravesando mi pecho. 

Yo no he estado con nadie más; solamente con él. Pero el detalle es que él me lo dijo. Él no quiere hijos, los detesta y ambos confiados de que algo así jamás ocurriría, estuvimos haciéndolo sin protección todos los días. En estos meses no ha habido un solo día en que no hayamos tenido sexo. 

Dios mío, estoy embarazada. Yo no quiero renunciar a este milagro, pero no quiero que le pase algo por tomar una mala decisión. 

No puedo contarle la verdad o seguramente me obligará a abortar y quizás está en todo su derecho de hacerlo. 

¿Qué hago? ¿Y si huyo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro