5 | Escucha a tu corazón
A veces un silencio es capaz de transmitir más que mil palabras.
Violet era consciente de que James era un chico de pocas palabras. Era su mirada, sus gestos, los que hablaban por él. Pero de alguna forma se sentía agradecida por la confianza que había depositado en ella. Es muy difícil expresar tus sentimientos a alguien que ni siquiera conoces, y más aun cuando estos te atormentan tanto.
Ambos permanecieron abrazados durante unos cuantos minutos. Ninguno dijo nada. Pese a estar sumidos en un completo silencio, se sentían en paz. Violet sabía que James necesitaba un apoyo en esos momentos, y James encontró en Violet la mano a la que sostenerse cuando se estaba ahogando.
—Gracias —Fue la voz de James la que rompió el silencio—. No tenía ni idea de lo que necesitaba soltarlo.
Violet se separó de él. Le dedicó una pequeña sonrisa, y aunque había logrado que James se sintiera mejor, por su cabeza aún rondaban varias preguntas.
—Yo... —No sabía cómo retomar la conversación. No quería ser entrometida, pero necesitaba saber para entender—. No me has explicado cómo fue el accidente.
—¿Quieres escucharlo?
Violet no se dio cuenta, pero en la voz de James se vislumbró una pizca de miedo. Había cargado con la culpa tanto tiempo, y pese a que su madre ya no le veía como antes de la muerte de Elliot, exponerte por completo a alguien, era una situación que no había enfrentado todavía.
Esta asintió.
—No voy a juzgarte. Tan solo quiero saber qué paso.
Entonces James le contó todo. Desde el viaje que él y Elliot iban a emprender, pasando por la discusión que tuvieron el día de la partida, hasta los roces durante el trayecto, y por último el momento en que todo cambió. Le relató lo que pasó por su cabeza justo minutos antes de sentir como todo se tornaba negro a su alrededor, y del shock inicial cuando despertó en la cama de un hospital.
—¿Dónde está mi hermano? —preguntó James en cuanto vio que se hallaba recostado en la cama de un hospital. Giró la cabeza hacia un lado, pero la cama contigua a la suya estaba vacía.
Una enfermera le estaba revisando que tuviera bien colocada la vía de la mano, pero él se encontraba con la mirada perdida. Por su cabeza tan solo pasaban las imágenes del accidente. De pronto sintió una presión en el pecho, como si se estuviera ahogando. Le costaba respirar, pero pese a eso, volvió a preguntar.
—¿D... Dónde está mi hermano?
La enfermera no contestó a su pregunta, y volvió a anotar algo en una libreta.
—Será mejor que descanses, muchacho. Cuando estés más tranquilo y en mejor estado, hablaremos de tu hermano.
Días después se enteró que Elliot había muerto. No pudo ir a su funeral porque se encontraba recostado en una cama de hospital luchando por su vida. Él, que había sido el causante del accidente, era el único de los dos que tenía la opción de vivir.
Un par de lágrimas se deslizaron por la mejilla de Violet.
No tenía idea de cuánto dolor y cuánta culpa podría cargar James, pero sí sabía que vivir durante tanto tiempo con esa mezcla de sentimientos era una tortura. Poco a poco te vas consumiendo en tu soledad, hasta quedar un vacío del cual eres incapaz de salir.
—No me merezco lágrimas por lo que hice, Violet. Ya pagué mi culpa estando dos años en la cárcel, pero ahora, después de haber salido de aquel lugar, creo que el peor castigo posible es el de vivir con estos recuerdos.
—No actuaste bien, y creo que Elliot tampoco lo hizo. Pero tienes la capacidad de ver tus errores. No puedes pasarte toda la vida atormentándote por ello, ¿sabes?
James se encogió de hombros.
—Supongo que en eso tienes razón.
—La tengo. ¿Crees que tu hermano te odia? —James no supo qué responder. Elliot siempre fue una persona difícil de leer, y tal y como quedaron las cosas entre ellos, no sabía a ciencia cierta los últimos pensamientos de su hermano hacia él—. Escucha a tu corazón.
Hizo lo que ella le indicó. Colocó una mano en su corazón y dirigió la mirada a la tumba de su hermano. Se le formaba un nudo en la garganta cada vez que leía su nombre en ese trozo de piedra. Tan frío. Tan vacío. Sin vida.
—Habla —Le animó Violet dándole un suave apretón en la mano—. Te sentirás mucho mejor cuando sueltes todo lo que llevas dentro.
James se armó de valor y comenzó a hablar:
—Ni siquiera sé por dónde empezar... Te echo de menos, Elliot. Lo hago cada vez que cierro los ojos y me sumerjo en un sueño profundo que se rompe cuando las imágenes del accidente cruzan por mi cabeza. El otro día... —Rebuscó en el bolsillo del pantalón y sacó la foto que descubrió en el álbum del que iba a ser su primer viaje juntos—. La encontré en tu habitación... —Apartó la mirada hacia Violet—. No puedo.
—Claro que puedes, James. Tan solo toma un poco de aire cuando sientas esa presión en el pecho. Respira y sigue.
Después de un par de minutos volvió a retomar su discurso. Pese a que el nudo seguía ahí, decidió seguir el consejo de Violet y cuando se empezaba a ahogar, paraba unos segundos y continuaba.
—Es de los últimos recuerdos bonitos que tengo contigo, Elliot. Cada día me pregunto cómo serían las cosas si fuera yo el que se encontrara bajo tierra. No te odiaría, hermano. Espero que tú tampoco sientas eso por mí. Puedo vivir con la culpa de haberla cagado aquel día, de no haber impedido tu muerte, pero no sé si puedo vivir con tu odio. Ojalá desde donde estés me escuches. Te quiero, Elliot.
Ninguno de los dos habló durante los siguientes minutos. James estaba procesando todo lo que había dicho y Violet era consciente de que el chico necesitaba algo de tiempo para asimilarlo todo, así que le dio su espacio.
—¿Te sientes mejor? —preguntó al cabo de unos minutos. James tenía la mirada perdida, como si su cuerpo formara parte de este mundo, pero su mente se hallara viajando por otra dimensión.
—No creí que pudiera llegar a decir esto, pero lo estoy. Creo que necesitaba algo así desde hace mucho tiempo. Gracias. —Esa última palabra fue casi un susurro, pero Violet la escuchó con claridad.
James no se esperaba lo siguiente, por eso se sorprendió cuando sintió los brazos de Violet rodeándole. Le estaba abrazando. Por un momento sintió esa paz que llevaba tanto tiempo buscando.
Por un instante fugaz la soledad abandonó su cuerpo.
¡Hola!
Me hace muy feliz cada vez que llega el miércoles y publico un nuevo capítulo de esta historia, le tengo mucho cariño.
Aquí abajo os dejo varias preguntas:
¿Qué os ha parecido el capítulo?
¿Qué os hicieron sentir las palabras que le dedicó James a su hermano?
Este capítulo, sin duda es mi favorito. Se me revolvió algo cuando tuve que escribir la escena de James, así que espero haber conseguido que os toque el corazón como a mí.
¡Nos vemos la semana que viene! 💘
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