Saito:

Me desperté estaba encadenado, unas personas nos tienen agarrados a todos, observó llaga una albina de ojos color verdes, tenía un traje azul marino, piel pálida, la observe de arriba a abajo y reconocí los zapatos.

- ¡¡Tu!! ¡Tú nos dormistes! - dije e intenté avanzar pero me retenían con fuerza.

- Querida Alice, ven conmigo - dijo y la mujer retrocedió, detrás de ella un castaño con ojos color rojo nos observaba - Díganme quién es la portadora del vacío, quién de ustedes puede generar la puerta del mundo - dijo él con una sonrisa siniestra.

- Louise, busca a Louise - se le escapó a Guiche, todos le miramos con enojo, acaba de revelar lo que el necesitaba.

- ¿Louise? Así se llama ella - dijo y yo me moví dispuesto a atacar, con mi esposa no - Estoy más que seguro que ella estará aquí - dijo y yo me moví más intentando zafarse.

- No, ella no está aquí y jamás vendrá, no tiene sentido que intentes detenernos - dije, en si Louise no sabía dónde estamos así que no había problema.

- Quién sabe, en una de esas viene a buscarla a ella - dice he indica detrás suyo.

- Princesa - dijimos todos, ella estaba atada al techo, con una cadena que la dejaba colgando, sus pies apenas tocaban el suelo.

- Saito-san, Tiffania, chicos - dijo ella viendo nos, al parecer sus muñecas le dolían, porque hizo una mueca.

- La guardia de Tristain vendrá por nosotros - dice Guiche mientras tiraba.

- Exacto que venga la guardia real con su princesa, la Mage del vacío - dijo y caí en que él sabía dónde se encontraba Louise, el enemigo sabía más de nosotros de lo que esperábamos.

- ¡No te atrevas a acercarte a ella! - dije con rabia, con ella no, que no se atreviera a tocar le ni un pelo.

- No te preocupes, yo no me moveré de aquí, ella vendrá a mí - dijo él sonriendo.

La mujer con nombre de Alice se acercó a Tiffania y a mí, nos creó un corte en el pecho a ambos, a Tiffania más cerca del abdomen, el corte que hizo fue mínimo pero logró que brotara sangre.

- Lo siento - susurra ella y el dolor vino a nosotros.

Caímos de rodillas, la sangre goteaba de nuestra herida, ambos collares brillaron y emitieron la señal de auxilio, debido al dolor físico que sentimos.

- ¡¡No!! - grité y quise evitar que las señales fueran enviadas pero no tuve éxito.

-"Duerman, duerman, que la luz los segara, duerman duerman o el vacío os poseerá"- cantaba la mujer de nombre Alice

- No otra, vez - dijo Guiche mientras caía dormido.

- Guiche no cierres tus... ojos... - dijo Montmorency mientras se acercaba para recostarse al lado de su novio.

- Ayuda - susurró Malicorne mientras caía dormido, Kirche opuso más resistencia, al igual que las guardias.

-"Duerman,duerman, que la luz los segara, duerman duerman o el vacío os poseerá" -Dijo por segunda vez y Kirche cayó dormida, las guardias también cayeron rendidas ante el hechizo.

- ¿¡Que les hicistes?! - dijo Tiffania viendo cómo dormían menos nosotros.

- El hechizo recitado por Alice duerme a todo ser que no maneje el vacío - dijo y entonces vi a Henrietta despierta, una incongruencia en sus palabras, había mentido.

- ¡No mientas! Como la princesa está despierta y ella no es portadora del vacío - dije enojado, odiaba está situación, deseaba estar con Louise, en todos lados menos aquí.

- No, es una excepción, pero no hablemos más, que nuestra invitada ya viene - dijo y un círculo mágico se formó frente a nosotros, arriba, estaba ubicado entre nosotros y ellos - Ya llegó.

- No - susurre cuando del círculo mágico callo alguien de cabellera rosa.

Su trasero había impactado contra el frío suelo, sus piernas debieron rasparse, porque como estaba vestida, mucho no la protegerán de los raspones, no se golpeo la cabeza porque sus manos lograron hacer un soporte.

- Ite - repetía ella mientras se acariciaba las piernas - Maldito sea no me advirtió nada - dijo levantándose para ver dónde se encontraba, Louise.

Louise:

El portal tuvo una leve turbulencia, se abrió y caí sentada, el dolor me recorrió con fuerza ¡Demonios! ¡Maldito Ian! No me advertiste del cambio del portal.

" No era mi deber hacerlo"

Me respondió el muy desgraciado, me levanté del suelo luego se limpiar y sacudir un poco mi ropa, ahí me percate que vestía distinto, no recordaba haberme cambiado la ropa.

- Y ¿Esto? - pregunté en un susurro para mí, quería que solo Ian me escuchara.

"Es tu momento Louise de Hiraga"

Me dijo Ian y observé al frente, un hombre que tenía pinta de villano me observaba, a su lado una mujer, sentí como mi corazón se aceleró, pero no lograba entender porque, observé el collar de la mujer era una gota celeste con un diseño de hoja alrededor, hermoso la verdad, pero seguia sin entender porque me sentia asi.

- Bienvenida portadora del vacío - dijo el levantándose de su asiento.

- Es un placer estar aquí - dije con sarcasmo, era evidente que no era así.

- Louise - dijeron tres voces, miré al frente y vi a Henrietta colgada, parecía cansada.

- Princesa - dije quise acercarme pero la mujer se cruzó.

-"Cadenas" - Susurro la tal mujer y yo temblé al sentir ese polvo lanzado con el hechizo, sentir como me rodeaba.

"Reconozco más o menos esa voz, aunque no sé bien de donde "

-. También se me hace conocida, pero no entiendo, nunca antes la había visto - dije confundida.

Cuando dejé de temblar sentí un peso en mis manos estaba encadenada a una piedra enorme, por más que quisiera tirar de ella no podía, era más pesada que yo.

- ¿Como - dije y al momento vi a Saito y a Tiffania en la misma posición mía - ¡Saito! ¡¡Tiffa-chan!! - quise empujar para acercarme, pero sentía como me cortaba las muñecas - Argh - por el dolor que sentí, voltee la mirada a la cadenas me cortaban, la sangre goteaba, caí al frío suelo, el ardor estaba siendo molestoso.

- ¡Louise! - grito Saito él también comenzó a tirar de sus cadenas.

- ¡No te muevas Saito! - le grité, sentía desesperación, las cadenas eran mágicas, cuanto más se mueven más se van apretando, más corta - Mientras más te muevas más te aprietan - le dije y Tiffania suspiro, Saito dejó de moverse.

- ¿Te encuentras bien Louise? - dijo preocupado, de cierta forma él igual se preocupaba por mi.

- Si - dije mientras me ponía de pie otra vez - ¿Cual es tu motivo para tener a Henrrietta encarcelada?

- Ella no está encarcelada, los únicos aquí que tiene cadenas son ustedes - dijo y nosotros nos mirábamos, confusión, eso siento ahora.

- Henrietta-san, ven con nosotros - dijo él y Henrietta camino ella nunca estuvo atada, las cadenas eran una ilusión y su cansancio una actuación.

- Princesa - dije susurrando, ahora no sabía bien qué sentía.

Si confusión o desesperación, quizás una mezcla de ambas, pero quien no, todo lo que había vivido, todo fue provocado por una ilusión.

- Lo siento, Louise-san, Saito-san, Tiffania perdone me - dijo Henrrietta ganándose a su lado, se tocaba las manos nerviosa.

- Princesa - susurré dolida.

La rabia me estaba consumiendo, esto no podría ser real, los chicos corrieron peligro, yo me deje humillar apreté los puños cargada de rabia, ¿Odio? No podía sentirlo por ella, eso era lo que más dolor me provocaba.

Saito:

Observé a Louise, neblina la rodeaba, sus ojos ya no eran color rosa, eran rojos, no sabía si era por la rabia o mi imaginación me jugaba una mala pasada, entendía el enojo, la princesa había jugado con nuestros destinos, pero comenzó a desprender un aura oscura, muy oscura, me hizo temblar, esta no era la Louise que conocía.

- Louise - susurré y la neblina se concentró en el corazón, temí por su vida.

- Ian ¡¡Sal ya!! - grito Louise y la neblina se movió frente a ella

Comenzó a moldearse en la silueta de un hombre, se disipó dejando ver, una cabellera albina y ojos rojos ¿Quién demonios es el? Louise, ella ya no estaba atada, se encontraba detrás de aquel hombre.

El chico liberaba un polvo color fucsia ¿Quién demonios es el? Y ¿Por qué salió del corazón de Louise? Esto es muy confuso, sentí pena, rabia y celos.