especial: aniversario (parte 1)
Holi este especial está hecho debido a mi aniversario en Wattpad, hoy cumplo un año de haberme unido a la página de Wattpad, obvio no en esta cuenta, pero en la otra si, en esta cuenta cumplo un año, pero contando las anteriores tengo,3 años en esta hermosa pagina, para sepan algo importante, este especial que no tendrá nada que ver con la historia principal, es más como un Flash back que no influye mucho en la actualidad, quizás a futuro si influya pero de momento no,
además podría ser de dos partes o posiblemente tres, sin nada más que decir, ¡Empecemos!
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Saito:
Recordé el momento en el que Louise y yo cruzamos el portal para ver a mis padres, fue un momento tan importante para nuestra relación, que no es fácil de olvidar.
Llegamos a Tokio y bueno, le mostré a Louise el centro comercial, había mucho que ver, pero subimos las escaleras mecánicas, la observaba atento, ella miraba todo asombrada, habían brillos en ellos, cosa que me encantaba.
- Saito mira, es hermoso - me decía viendo a todo lados.
Si bien el centro comercial era distinto pero me importa poco eso, solo quería que ella lo viera, que conociera mi mundo, que fuese parte de él también como yo lo era de el de ella.
- ¡Mira allá! - dijo corriendo a ver una Boutique, sonreí, siempre es lo primero que ven, al lado de esta una tienda de mascotas - Que lindos - dijo viendo en el vidrio, los cachorros y gatitos se acercaron para ver a Louise a través de la ventana, le hacían cariños y locuras para llamar su atención, cosa que lograron.
- Vamos, aún hay mucho que ver - le dije y le extendí mi brazo, se alejó triste.
- En algún momento te daré alguno - le dije al verla, sus ojitos brillaron, realmente tierna y hermosa.
- Más te vale cumplirlo - me dijo y sonrió.
La guíe por todo el centro comercial, vi la hora, a esta altura ambos deberían estar en casa, me dirigí con rumbo a casa, me detuve, amo los Dangos, le compré uno a Louise, era color rosa y el mío era color azul, nos lo comimos, ella se mancho un poco, le limpie su mejilla con mi dedo, lamí la azùcar que había estado en su rostro antes y ella se sonrojo, me reí ante su reacción.
- Moo ¡Idiota! - me gritó sonrojada y yo solo le sonrió, la amaba con locura, tanta que me daba un poco de miedo.
Pasamos por el bazar en donde la esfera me capturó hace tiempo, me trajo tantos recuerdos, realmente no me planteaba mi vida sin ella, ya no podía, estaba tan conectado a ella, gire mi vista hacia una esquina y una idea se cruzó, no perdería esta oportunidad.
- Mira Louise - le dije y agarre su mano, la conduje a una máquina para capturar un peluche - Mira - le dije y comencé a jugar.
Ella me miraba atenta y asombrada, capturé dos Dangos que van en los bolsos, estaban unidos por un hilo, los podíamos dejar juntos o separarlos, lo que me pareció lo mejor para la situación.
- Que increíble - me dijo contenta, yo saqué nuestro premio y la observé atento.
- ¿Quieres intentarlo? - le dije y ella miró la máquina algo indecisa.
- Puedo intentarlo - me dice y yo pago para que ella lo intente, espere a que se decidiera a comenzar el juego.
La observé atento, se paró frente a los botones y observo todo indecisa, entonces recordé que ella no sabe cómo jugar, quería explicarle pero otra idea tomó más poder en mi cabeza, me posicione en su espalda y paso mis brazos por sus lados, con la intención de tomar la manilla y prepararme para tocar los botones, ella se sobresalta cuando mi cabeza dio con su hombro.
- ¿Saito?- dice algo confundida, me observa de reojo y le sonreí.
- Déjame ayudarte - le digo y ella se sonríe.
Con mis manos tomé las suyas y la ayudé con la palanca, sabía que debía concentrarme en la máquina, pero no podía, no totalmente, cuando ya casi obtiene el sobre que eligió, la solté y rodee su cintura, a modo de cariño, ella terminó el juego sola.
- Vaya, vaya Hiraga-kun - dijo una voz masculina, no recordaba muy bien su voz, pero al parecer me conocía.
No lograba hacer la reconexión de su voz con algún rostro, parecía enterrado en algún punto de mi memoria, pero se me hacía conocido y bastante, me giré y vi a mi peor enemigo, mi némesis de toda la vida, quien no quería toparme nunca más con él, pero aquí estaba, frente a mí, con una sonrisa de superioridad y burla, no podía odiarlo más.
Louise:
El me soltó y yo me agache a recoger mi premio, siguiendo lo que Saito había hecho antes, era un sobre con una pulsera de las cositas que comimos minutos antes, las esferas de azúcar, eran muy dulces, pero no podía recordar como me dijo que se llamaba, me giré despacio para hablarle.
- ¿Oye? Saito dime ¿Cómo era que.. - dije volteando pero me encontré con él y otro chico de más o menos su edad, solo se miraban, lo que me dejó confundida - ..se llaman? - dije y ambos me miran serios, al parecer él no había notado mi presencia.
- Pero ¿Quién es ella Hiraga-kun? ¿Es tu novia? - pregunta el otro joven, me mira y yo me escondo detrás de Saito, me había sentido intimidada, no supe por que - Pero que tímida, me agrada - dijo y Saito elevó su brazo lo suficiente como para cubrirme
- Tu no te le acercaras - dijo enojado, frunció el ceño de manera abrupta.
Se estaba controlando, lo sabía, lo observe detenidamente, preparada para intervenir de ser necesario, ya había notado que no se llevaban bien, porque Saito desprendía irritación, molestia y desesperación.
- Tu no puedes controlar lo que hago yo - hizo una pausa para observarme - o ella - me observó coqueto, miré para otro lado incómoda, realmente me sentí incomoda.
Saito:
Su sola existencia me causaba desagrado e irritación, es una bestia horrible, su boca se abría sólo para generar caos, muchas veces me había vuelto envuelto en sus problemas, aprendí de mala forma como debía parar eso, alegando me, evitandolo, pero siempre me encontraba, podía enfrentarlo solo, porque no tenia nada mas para hacerme daño, pero tuve que toparme lo con Louise. Había intentado aguantar pero al verlo con esos ojos cargados de deseo por mi esposa, me hizo reventar.
- No te le acercaras y no lo harás jamás - dije mientras apretaba los puños.
Él me miró retadoramente, avance dispuesto a golpearlo, íbamos a pelear, a puño limpio, sabía que ganaría porque había cambiado al viejo Saito, tendría problemas con la policía, pero estaba dispuesto a borrarle esa sonrisa burlona que tenía.
- ¡Saito! - grita Louise y yo me detengo, me giró hacia ella, veía el miedo en sus ojos negó levemente - No lo hagas ¿Si? No lo vale - me dice ella acercándose hacia mi - Vamos, vamos a ver a tus padres - me dijo y yo caí a sus pies otra vez, la adoro tanto, ella me extendió su mano y yo la tomé - Vamos a casa - me dijo y yo le sonreí, mi mano acarició levemente su mejilla.
- Menos mal te arrepentis te o sentirías el poder de mis puños en acción - dijo el maldito arrogante - Sabes jovencita, soy bueno en muchas cosas también, podría hacerte ver estrellas - dijo coqueto, me gire molesto.
Ese mal nacido, ahora sí se la parto, Louise me tomó de la mano y me detuvo.
- Yo me encargo - dijo ella y tomó su varita, como le dábamos la espalda él no podía ver lo que hacíamos - "iF berur tho" - recito Louise, ambos nos volteamos y vimos sobre él que se abrió una especie de agujero.
- ¿Eso con que conecta? - le pregunto confundido, extrañado.
- Ya verás - me dice y caen desechos del alcantarillado.
- ¿Cómo lo? - le pregunté confundido.
- Digamos que vi una imagen parecida en Hilkedia, sólo que aquí es más ¿Moderno?- dijo ella y yo la abracé muy emocionado.
- Gracias - le dije y la levanté de la cintura - Le ahorraste un puño en su cara - le dije burlandome y ella me pegó un codazo, lo que me hizo bajarla
- ¿Quién me dijo que los problemas se resolvían con guerra? - dijo ella mientras retomamos nuestro camino.
- Oye, la diferencia era que no debía morir gente inocente, pero ese tipo de inocente no tiene nada ¿No viste como me provocó? - dije mientras recordaba cómo le coqueteaba a mi esposa descaradamente frente a mi.
- Saito, lo único que buscan es provocarte - dijo Louise y se detuvo, yo choque con ella por ir distraído en sus palabras.
- ¿Qué ocurre? - le pregunté confundido.
- Tengo mucho miedo - dijo y yo la observé - Y ¿Si no les caigo bien? ¿Tal vez mi personalidad no les agrada? Puede que nuestros orígenes sean un problema para ellos y... - es curioso, no tiene miedo de enfrentarse a una guerra inminente pero teme conocer a mis padres.
- Louise - susurré, estaba siendo vulnerable.
Mis brazos pasaron por sus costados, la rodeé, la abracé y la apreté contra mi pecho, quería que mi calor fuera suficiente para calmarla, pero la conocía, debía hablarle o no pararía de darle vueltas al asunto.
- Dime quién no querría tenerte de cuñada, te enfrentas a guerras, das tu vida por los que amas, eres capaz de pelear por tus ideales, tu sentido de justicia es invaluable y eres capaz de alejarte de un ser querido si eso le salva - dije y la observé, mi pecho se oprimió.
Recordé lo que había ocurrido hace unos días, lo de mi envío a Japón, solo, quiso evitar un sacrificio que sabía que yo haría, nunca me explico si fue por eso o porque sabía que todo fracasara y no quería que me viera envuelto en eso.
Louise:
Saito me estaba animando, lo cual de cierta forma funcionó puesto que me calme, pero las ideas aún permanecieron en mi Cabeza
- Yo soy el afortunado de tenerte a mi lado y ahí te mantendré - Me dijo y rei.
- Bien vamos - dije y caminamos hasta una casa que decía.
"Familia Hiraga"
Tome su mano dudosa y él acercó su mano al timbre, trago saliva y lo apretó, ya no había vuelta para atrás.
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