Cuando llegaron al lugar, vieron al joven, abriendo una trampilla de madera. La chica abrió la boca de par en par. Ariel la miró divertido.

- ¿Qué? ¿Ahora te lo crees o no?

Lucía no contestó, seguía mirando perpleja al agujero que en un principio parecía sin fondo.

- Vaya... - musitó Fran- es increíble - sonrió.

- ¿Verdad? Yo cuando lo vi me quedé igual - se echó a reír.- Nunca me imaginé que esto estuviera aquí durante... - no pudo acabar la frase, por que el instinto aventurero de la joven hizo que se adentrara en aquel "búnker".

-¡ ¿Pero a dónde vas loca?! - gritó el muchacho. Miró al mayor y musitó. - Que conste que esto no es culpa mía.

- Claro claro... - dijo sarcástico el otro, divertido. -¿Vamos? - si adentró, antes del que el más pequeño pudiera contestar.

Ariel suspiró. << Luego soy yo el "prisas">> pensó y, sin más remedio, entró. Adentro estaba muy oscuro. Fran sacó su teléfono móvil para utilizar su linterna.

- ¿Estamos todos? - preguntó Luci, como si nada. Fran asintió e iluminó a Ariel, quien miraba a la chica enfadado.

- ¡¿Cómo se te ocurre tirarte así, sin más?! - gritó, y el eco hizo que sonara más fuerte asustando a la joven.

- Yo.. lo siento, ¿sí? - lo miró triste y a la vez asustada, el eco la había asustado.

Ariel se quedó callado. Miró a Fran y le indicó con la cabeza que era mejor empezar a caminar. Él le entendió y se puso en cabeza, ya que era el único que tenía linterna. Caminaron un poco investigando si había algo más que una pared que, en un principio, parecía interminable.

- ¡Ahí! -señaló la chica a unos dibujos en la pared. Los chicos se la quedaron mirando. - ¿Qué?

- Solo son dibujos, enana - se burló el más joven. Aunque fuera más joven, era más alto que la muchacha. Ésta solo rodó los ojos.

- No sólo son simples dibujos... supongo que las sirenas no saben de esto.- iba a protestar pero ella siguió hablando.- Son dibujos celtas.

- ¿Celtas? ¿Eso no es el equipo de fútbol? - preguntó Fran. Lucía soltó un suspiro.

- ¡No bobo! A ver... los celtas se suponen que son nuestros antecesores... ya que vivieron en Galicia. Estos dibujos representan cazas... mitos... y..¿libros?

Ariel miró el dibujo, era verdad. Había libros, pero no de esa época.

- ¿Ese libro no es "Cantares gallegos" de Rosalía de Castro? - preguntó el menor confundido.

- Sí... Es raro... - Lucía tocó el libro y una puerta se abrió, dejando un pasillo lleno de antorchas en la pared. Miró a Fran.- Creo que no necesitamos la linterna.

- Me da que no -el mayor empezó a reírse , pero al instante se calló, ya que la puerta por la que habíamos entrado se cerró.

Tragaron saliva. Alguien los había encerrado.