Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9: El cuarto campeón

La mayoría de los alumnos madrugaron más de lo habitual a la mañana siguiente. Los alumnos de Durmstrang habían dejado ya su nombre en el Cáliz de Fuego cuando Eira y sus compañeros bajaron a desayunar y, como había sucedido la noche anterior, Viktor tenía la atención de la mayor parte de estudiantes sobre él. Aunque parecía acostumbrado a ello, de modo que no le importaba demasiado.

—Será él el campeón de Durmstrang —comentó Luke, observándolo al otro extremo de la mesa de Slytherin—. Todos lo piensan, incluso Karkarov.

—Viktor es muy bueno —admitió Eira—. No solamente en quidditch, es también un buen mago.

Había quienes pensaban que solamente era bueno en quidditch, pero ella lo conocía bien, y sabía que no era cierto.

—Quiero saber ya quiénes serán los campeones —comentó Daphne, mirando a su alrededor como si tratase de adivinar a quién escogería el Cáliz de Fuego.

Draco, que se encontraba sentado cerca de ellos, escuchó la conversación.

—Yo espero que no sea nadie de Gryffindor. ¿Os imagináis tener que apoyarlo?

Eira no pudo evitar imaginarlo, y la idea le pareció ridícula. Las casas de Gryffindor y Slytherin no se apoyarían entre ellas, ni siquiera en una situación tan excepcional como el Torneo de los Tres Magos. Ella era la única alumna de una de las dos casas que apoyaría a la contraria.

—Deberíamos unirnos todos por una vez —comentó.

—Sabes que no será posible —respondió Daphne—. No imagino apenas a nadie de nuestra casa apoyando a Gryffindor... ¿y crees que un Weasley o Potter apoyaría a nuestra casa?

Sabían que algo así no sucedería.


Era aquella noche cuando se decidiría quiénes serían los campeones de los tres colegios, tras el banquete de Halloween. Los alumnos estaban impacientes, y pareció que todos comían más rápido de lo habitual para conocer los nombres lo antes posible.

—Que no sea un Gryffindor —escuchó Eira murmurar a Blaise, que se encontraba sentado cerca de ella.

Cuando acabó el banquete y Dumbledore se levantó, no había un solo alumno que no prestase atención. Dumbledore apagó las velas, siendo el cáliz con su luz blanca azulada lo que más llamaba la atención. De pronto las llamas se volvieron rojas, saltaron chispas y salió una lengua de fuego que arrojó un trozo de pergamino. Dumbledore lo tomó, lo acercó a las llamas para iluminarlo y leyó el nombre.

—El campeón de Durmstrang será Viktor Krum —anunció.

Todo el mundo aplaudió. Eira vio cómo Viktor se levantaba, caminaba hacia la mesa de los profesores y desaparecía después por una puerta que daba a una sala contigua. Se alegró de que hubiese sido escogido.

—La campeona de Beauxbatons es ¡Fleur Delacour!

Se levantó una joven que llamó la atención de gran parte de los chicos. Incluso Orión pareció sonreír un poco al verla, aunque no hizo ningún comentario al respecto. En la mesa de los alumnos de Beauxbatons, sin embargo, dos chicas lloraban, y todos parecían muy decepcionados.

Cuando Fleur desapareció también por la misma puerta que Krum, se hizo de nuevo el silencio. El cáliz se tornó rojo de nuevo, y expulsó un nuevo pedazo de pergamino.

—El campeón de Hogwarts es ¡Cedric Diggory! —anunció Dumbledore.

La mesa de Hufflepuff estalló entonces en aplausos. Todos se habían levantado y hacían gran estruendo mientras Cedric se levantaba y se unía a los otros dos campeones. Tardó en hacerse el silencio, pero cuando volvió la calma al Gran Comedor, Dumbledore habló de nuevo.

—¡Estupendo! —dijo en voz alta y muy contento cuando se apagaron los últimos aplausos—. Bueno, ya tenemos a nuestros tres campeones. Estoy seguro de que puedo confiar en que todos vosotros, incluyendo a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, daréis a vuestros respectivos campeones todo el apoyo que podáis. Al animarlos, todos vosotros contribuiréis de forma muy significativa a...

—Mirad el cáliz —dijo alguien.

Dumbledore se había callado, y el cáliz de volvía rojo de nuevo. Arrojó un nuevo pedazo del pergamino que el director cogió, no sin sorpresa. Durante unos momentos, no dijo nada, y todos se miraban entre sí, preguntándose qué sucedería. Finalmente, Dumbledore leyó en voz alta el nombre escrito en el pergamino:

—Harry Potter.

Todos estaban aturdidos por lo sucedido. Nadie aplaudió, pero todos se volvieron para mirar al Gryffindor, algunos incluso se levantaron. McGonagall comenzó a hablar con Dumbledore rápidamente en la mesa de los profesores. Y mientras tanto, Harry permanecía sentado, como si no supiese lo que estaba sucediendo.

—No puede ser —susurró Luke, impresionado.

Eira miró a Orión. Él sabía que algo extraño sucedería, era el motivo por el que le había dicho a Luke que no metiese su nombre en el cáliz. Aunque tampoco él parecía haber esperado que Harry fuese escogido para participar en el torneo.

—¡Harry Potter! —llamó Dumbledore—. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!

El azabache se levantó finalmente y caminó entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. Nadie sonreía, ningún profesor le dedicó un solo gesto de apoyo cuando llegó hasta su mesa, ni siquiera Hagrid, con quien mantenía buena relación. Nada. Finalmente desapareció por la misma puerta que el resto de campeones, seguido por Ludo Bagman. Poco después, los tres directores, el señor Crouch, Snape y la profesora McGonagall también se dirigieron hacia el mismo lugar.

Mientras tanto, los alumnos se levantaban en el Gran Comedor, todos ellos comentando lo sucedido.

—Querrá llamar la atención, como siempre —comentaba Draco, molesto.

Se dirigieron hacia su sala común, y Eira oyó por el camino cómo muchos alumnos mostraban su enfado y se preguntaban cómo lo habría hecho Potter. No fue hasta que llegó a su sala común cuando logró acercarse a Orión, quien apenas había hablado. Black se encontraba a solas con Luke cuando ella llegó.

—¿Lo sabías? —quiso saber.

—No, no lo sabía —respondió él.

—Pero sabías que ocurriría algo... le habías dicho a Luke que no participase.

Montague asintió. Parecía tener la misma duda.

—Era una mera intuición —les explicó Orión—. La Marca Tenebrosa en los Mundiales, el mismo año que se celebra el Torneo de los Tres Magos, la extraña actitud de Moody... es posible que esté equivocado, por supuesto, pero tengo la sensación de que sucederá algo, algo malo.

De hecho, se había sentido un tanto extraño desde el momento en el que había visto la Marca Tenebrosa en el cielo. Aunque no había dicho nada a nadie.

—A Harry le ha dolido la cicatriz —murmuró entonces Eira, recordándolo—. Puede que no signifique nada...

—O puede que sí. Puede que alguien trate de sabotear el torneo, por ejemplo. ¿Sabíais que Karkarov había sido mortífago? Dudo que esto esté relacionado con él... pero no confío en nadie.

Luke y Eira lo miraron. Tal vez se estuviesen precipitando, pero era cierto que había algo extraño en aquello. Además, estaba el hecho de que hubiese salido un cuarto campeón y que hubiese sido precisamente Harry Potter. Eran demasiadas coincidencias.

—Potter no ha podido meter su nombre en el cáliz, ¿verdad? —preguntó Luke.

—No. No habría podido pasar la línea de edad. Además, alguien ha debido de confundir al Cáliz de Fuego, y Potter no tiene los conocimientos suficientes como para hacerlo. Dudo incluso que un alumno de séptimo los tuviese.

—Pero, ¿a quién le podría interesar que entrase en el torneo? —preguntó Eira.

—No lo sé —admitió Orión—. Lo único que sé es que algo está ocurriendo en Hogwarts.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro