Viktor captó la atención de todos durante el banquete, aunque una de las alumnas de Beauxbatons tampoco dejó indiferentes a los chicos. Muchos miembros de Slytherin trataron de entablar conversación con Viktor, entre ellos Malfoy. Pero el jugador estaba demasiado interesado en la conversación de Orión como para prestar demasiada atención a lo demás.

—¿Podéis cambiar de tema por una vez? —preguntó Eira, cansada, mirando a ambos chicos.

Los magos intercambiaron una mirada entre ellos, y no tardaron en asentir. Ninguno habría estado dispuesto a que alguien les hablase de aquella manera, pero si en algo coincidían era en que Eira no era cualquier persona. Para ninguno de los dos.

—Supongo que te presentarás al torneo... —comentó la bruja dirigiéndose a Viktor.

—Por supuesto. Me apoyarás, ¿verdad?

La joven asintió. Si Viktor resultaba escogido para participar en el Torneo de los Tres Magos, ella lo apoyaría, como siempre había hecho. Había confiado en él incluso en sus comienzos en el quidditch, cuando sus padres opinaban que no debería malgastar su tiempo en aquel deporte.

—No necesitas preguntarlo —aseguró ella, y después se volvió hacia Luke—. ¿Tú te presentarás?

El mago intercambió una rápida mirada con Orión, que le pareció un tanto sospechosa a Eira, y después negó con la cabeza.

—He decidido no hacerlo —comentó, sin mirar directamente a la bruja.

—Luke, te conozco. Dudo que cambiases de opinión tan rápidamente... ¿Qué ha ocurrido?

—Serán pruebas muy duras, Eira —intervino Orión—. Es lo mejor.

—Lo que quieres decir es que esto es cosa tuya —le dijo ella, desafiándolo—. Y tú nunca haces nada sin un motivo. De modo que, ¿por qué no quieres que Luke participe?

Orión negó con la cabeza y continuó comiendo.

Muchos los miraban con curiosidad. No era habitual que alguien discutiese con Black, y hacía mucho tiempo que Eira no lo hacía. Menos aún en público.

—Orión, contesta —dijo la chica.

—Es peligroso —respondió él—. No hagas preguntas... no es el momento.

Ella suspiró. Lo conocía lo suficiente como para saber que no lo haría cambiar de opinión. Miró por tanto a Luke, quien negó con la cabeza.

—Tampoco a mí me ha dicho mucho más —dijo a modo de disculpa—. Pero confío en él.

Eira puso los ojos en blanco. Debería haber supuesto que la lealtad de los que seguían a Orión, como Luke y su hermano, les cegaba. Que no necesitaban de ninguna explicación para hacer cuanto él deseaba. Pero ella no era así, y quería que le explicase por qué no quería que Luke se presentarse al Torneo de los Tres Magos, que sería una oportunidad única.

—Hablaremos después —dijo Orión cuando se dio cuenta de que no desistiría.

—Sí, puede ser muy persistente —comentó Viktor—. Aún no sé cómo lo hace, pero siempre consigue lo que quiere...

Cuando el banquete terminó, Dumbledore explicó que el Cáliz de Fuego escogería al campeón de cada colegio, que debería meter su nombre escrito en un pergamino en el cáliz. Se trazaría una línea de edad para que nadie menor de edad pudiese presentarse. Una vez que alguien fuese escogido, no podría retirarse.

Habían ido hasta Hogwarts Ludo Bagman y Barty Crouch, del Ministerio de Magia, como organizadores del torneo.

Después del discurso, la gente comenzó a levantarse para ir a dormir. Karkarov se acercó entonces a sus alumnos para meterles prisa.

—Al barco, vamos —les dijo—. ¿Cómo te encuentras, Viktor? ¿Has comido bastante? ¿Quieres que pida que te preparen un ponche en las cocinas?

Krum negó con la cabeza mientras se ponía su capa de pieles.

—Profesor, a mí sí me gustaría tomar un ponche —dijo otro alumno de Durmstrang.

—No te lo he ofrecido a ti, Poliakov —contestó con brusquedad Karkarov.

Viktor miró a Eira antes de marcharse al barco para dormir, la abrazó y revolvió su cabello cariñosamente. Su director no perdía detalle de cada movimiento.

—Me alegro de volver a verte —dijo Viktor con cariño.

—Vamos, Viktor —dijo el director de Durmstrang—. Debes descansar...

Entonces todos los alumnos de Durmstrang siguieron a su director. Sin embargo, éste se cruzó con Harry, Ron y Hermione en la puerta, y se detuvo mirando fijamente al primero. Parecía haberse quedado helado al ver al Niño que Sobrevivió. Comenzó incluso a ocasionar un atasco, dado que el resto de alumnos se había detenido tras él.

No regresó a la realidad hasta que llegó Moody, aunque Eira no logró oír lo que decían desde el lugar en el que se encontraba. Sin embargo, se dio cuenta del sospechoso comportamiento de Karkarov, quien miró al nuevo profesor de Hogwarts como si apenas pudiese creer que estuviese allí realmente. Finalmente salió del Gran Comedor seguido por sus alumnos.

Eira se acercó a Harry, Ron y Hermione antes de que se marchasen a la sala común de Gryffindor.

—¡Has hablado con Viktor Krum! —fue lo primero que dijo Ron, sorprendido.

—Sí —comentó ella, restándole importancia—. Nos conocíamos de antes...

—¿Podrías conseguirme un autógrafo?

—Claro.

Ron pareció emocionarse al escuchar aquello. Eira llevaba años conociendo a Krum, y había conocido a muchos fans incondicionales como Ron, de modo que no se sorprendió por su comportamiento.

—¿Quién pensáis que será campeón de Hogwarts? —preguntó Eira.

—Espero que sea un Gryffindor —comentó Hermione—. Aunque supongo que me conformaré si no es de Slytherin.

Eira dudaba de que el campeón pudiese ser alguien de su casa, aunque no lo mencionó. Era consciente de que Luke era bueno, por lo que habría tenido posibilidades de ser escogido, pero no muchos más alumnos de su casa podrían serlo.

—¿A vosotros no os gustaría participar? —preguntó—. Debe de ser emocionante... Además, el ganador ganaría fama, y los mil galeones.

—Me encantaría —respondió Ron—. Una lástima que seamos menores... Mis hermanos tratarán de pasar con una poción envejecedora.

Hermione suspiró, y Eira conocía el motivo. Al igual que ella, la Gryffindor sabía que una simple poción no vencería a una barrera mágica puesta por Albus Dumbledore personalmente. Habría tenido en cuenta aquella posibilidad.

—Yo aún no sé de mucha gente que se vaya a presentar —comentó Eira, pensativa.

—Puede que metan su nombre en el cáliz cuando los demás nos acostemos —comentó Harry—. Yo lo haría así si me fuese a presentar, preferiría que nadie me viese. ¿Y si el cáliz te manda a freír espárragos?

Eira rio. Estaba de acuerdo con su amigo; también ella lo habría hecho de aquella manera, y estaba segura de que muchos otros alumnos también.

Se despidió de sus amigos para dirigirse hacia su sala común. Muchos alumnos no se habían ido a los dormitorios, sino que se habían quedado en la sala común, hablando sobre el Torneo de los Tres Magos, y sobre los alumnos de Durmstrang y de Beauxbatons. Su presencia no había dejado a nadie indiferente.

—Eira —llamó Luke, separándose de sus amigos para acercarse a la bruja que acababa de llegar—. Siento no habértelo dicho antes...

—No hay problema —dijo ella—. Aunque no pensé que fueses a hacer lo que Orión desease sin tener siquiera una explicación...

—Tú no lo viste... No sé explicarlo, pero parecía hablar en serio. Confío en él.

Ella asintió. Conocía a Orión lo suficiente como para saber que, si le había dicho a Luke que no participase, no era para perjudicarlo de alguna manera. Debía de haber una razón de peso para ello, aunque ellos aún no la conociesen.

—Puede que tenga razón —admitió.

Luke, sonrió y, tras inclinarse hacia ella y darle un improvisado beso en los labios que todos cuantos se encontraban en la sala común pudieron ver, le dio las buenas noches y volvió con sus amigos mientras ella se dirigía a su dormitorio.

Estoy ya terminando de escribir esta historia, aunque por el momento continuaré publicando un capítulo por semana hasta que pueda comenzar a escribir la próxima historia (no tengo mucho tiempo ahora mismo).

La verdad es que me siento muy emocionada por el apoyo que está teniendo, MUCHAS GRACIAS. Cuando comencé a escribir sobre Eira, no pensé que conseguiría tanto... todo gracias los lectores que apoyáis capítulo tras capítulo.