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Capítulo 14: Buscando pareja para el baile

—La pobre Winky aún no se adapta bien, pero estoy segura de que pronto se acostumbrará a Hogwarts, y Dobby está feliz aquí... estoy segura de que los demás elfos pronto verán lo bueno que es ser libre y querrán ser como él y cobrar también...

Eira comenzaba a arrepentirse de haberse sentado junto a Hermione aquel día. Llevaba varios minutos hablándole de cómo habían bajado a las cocinas para ver a los elfos domésticos. Allí habían encontrado a Winky, la elfina que había pertenecido al señor Crouch y de la que se había deshecho el día de los Mundiales de quidditch, y a Dobby. Pero, mientras que el elfo parecía contento por poder cobrar y ser libre, la elfina se sentía avergonzada por el hecho de que su amo le hubiese dado la libertad.

—Pero los elfos domésticos no quieren ser libres, Hermione —le dijo Eira, cansada del tema pero intentando disimularlo. No quería hacer daño a su amiga.

Mientras hablaba, apuntaba con su varita a la gallina de Guinea que se encontraba ante ella y la convertía en un conejillo de indias. Era el objetivo de la clase de Transformaciones de aquel día. McGonagall miró con aprobación la transformación de la Slytherin, pero no dijo nada.

—Eso es porque nunca lo han sido —replicó Hermione, muy convencida de lo que decía.

Eira no insistió. Discutir con ella no tenía ningún sentido, porque no lo comprendería viniendo de una familia de muggles. Había cosas que no le podía explicar.

Cuando la clase estaba a punto de terminar y todas las gallinas se encontraban en una jaula, la profesora McGonagall llamó la atención a Harry y Ron y anunció a la clase que tenía que decir algo. Los alumnos prestaron atención de inmediato, intrigados.

—Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo deseáis podéis invitar a un estudiante más joven...

Eira y Hermione se miraron entre sí, sonriendo un poco. Nunca habían tenido un baile en el colegio, y a ambas les gustaba la idea. Además, la primera rió un poco al imaginar a todos buscando pareja para ir al baile durante los siguientes días. Sería divertido verlo.

Dos chicas de Gryffindor miraron a Harry con una risita que, al parecer de Eira, resultó un poco infantil. El chico las ignoró.

La profesora continuó explicando que deberían llevar túnica de gala y a qué hora sería el baile, además de exigir a los alumnos de su casa buen comportamiento. No le importaba si los de Slytherin no se comportaban como era debido, pues era responsabilidad de Snape.

Harry tuvo que quedarse hablando con McGonagall cuando todos salieron de la clase. Hermione parecía contenta con la idea del baile, mientras que Ron tenía el ceño fruncido.

—¿Ocurre algo? —preguntó Eira.

—¿Un baile? —Ron bufó—. ¡Tendremos que buscar pareja!

Aquello parecía ser un problema para él, pero Hermione y Eira solamente rieron.

—Tú lo tienes fácil —acusó el chico a la Slytherin, cruzándose de brazos.

Aquel año, la mayor parte de los alumnos de cuarto en adelante se quedarían en el colegio durante las vacaciones de Navidad. Eira había escrito junto a Orión una carta a sus padres para explicarles que también ellos se quedarían, aunque la bruja lamentaba no poder ver a su hermano quien, como cada año, regresaría a casa.

—Eira —llamó Luke, habiendo pasado solamente un día desde el anuncio del baile—. Supongo que sabrías que te pediría venir conmigo al baile...

Ella lo miró como si hubiese dicho lo más extraño del mundo.

—¿No quieres? —preguntó él, pareciendo por un momento preocupado.

Eira se apresuró entonces a negar con la cabeza.

—Luke... pensaba que estaba claro —dijo—. No creo que haga falta que me lo pidas, ¿no?

—Bueno... era posible que no quisieras ir, o que hubiese otra persona, o...

—No seas tonto —lo interrumpió ella, riendo.

Luke pareció tranquilizarse. Por lo general, era una persona segura de sí misma y decidida, pero todo aquello parecía cambiar cuando estaba con Eira. Era consciente de que era una bruja más poderosa que él, y se había dado cuenta de la envidia con la que lo miraban algunos chicos cuando estaba a su lado. Aunque ella no parecía percatarse de ello.

Poco a poco, las parejas se iban formando, y quienes aún no habían encontrado a quien fuese con ellos estaban nerviosos, porque se les acababa el tiempo.

—¿Sabes que Draco irá con Pansy Parkinson? —preguntó Daphne, mirando al rubio, que se encontraba a poca distancia de ellas—. Fue ella quien se lo pidió... estaba desesperada por ir con él.

—Supongo que tú irás con Zabini —comentó Eira.

—Claro que sí.

En aquel momento, Viktor Krum llegó hasta donde las dos chicas se encontraban hablando, y sin decir nada, Daphne se alejó para que pudiese hablar a solas con Eira.

—Supongo que tendrás pareja para el baile —comentó él, y sonrió cuando Eira asintió con la cabeza—. Perfecto. No quería dejarte sola en caso de que no tuvieses.

La bruja rio. Viktor la cuidaba en exceso en algunas ocasiones, como en aquella. A pesar de que se moría de ganas por ir con otra persona.

—Pídeselo a Hermione antes de que busque a otra persona, anda —le dijo, y Krum asintió y se marchó para buscar a la Gryffindor, hacia la biblioteca. Eira estaba segura de que su amiga aceptaría.

Orión, por su parte, no decía nada acerca del Baile de Navidad, pero Eira suponía que tenía pareja. Era un chico atractivo y sabía perfectamente cómo llamar la atención de una chica. Pedirle a una que fuese al baile con él no le costaría mucho esfuerzo. Siempre era muy discreto con su vida sentimental, pero Eira sabía que no le iba mal. Muchas brujas querrían ir con él.

—¿Has encontrado ya a alguien? —le preguntó con curiosidad una noche en la sala común.

Se encontraba con él y Luke en las butacas frente a la chimenea. Daphne y Blaise se habían ido solos a dar un paseo y aún no habían regresado, y Theodore se encontraba terminando deberes que tenía atrasados. Acababa de pedirle a Astoria Greengrass, la hermana de Daphne, que lo acompañase al baile, dado que ella quería ir y que él era amigo de su hermana.

—Eres una cotilla —acusó Orión, aunque esbozó una pequeña sonrisa—. Encontré a alguien el primer día, y me ha servido para que dejen de molestarme. No hacían más que preguntarme si iba a ir con alguien...

—¿Y con quién vas? —continuó preguntando Eira.

—Solamente te diré que es de Beauxbatons.

—¿Fleur?

Orión sonrió un poco, haciendo saber que había acertado. No era de extrañar, en realidad, porque él siempre apuntaba alto. Llamaría la atención al abrir el Baile de Navidad junto a la campeona. Aparentaba gran madurez y era atractivo, y nadie se fijaría siquiera en el hecho de que era menor que ella.

—Pareces sorprendida —comentó—. Estaba muy interesada en venir conmigo al baile, en realidad. Aunque, claro, sé cómo hay que pedírselo...

—Pues podrías darle unos consejos a Harry, que aún no tiene pareja...

Luke estalló en carcajadas, llamando la atención de todos los presentes, y Orión la fulminó con la mirada, como si hubiese dicho lo peor que se le podía ocurrir. No podían siquiera imaginarlo dando consejos acerca de chicas al mago que hizo caer a su padre siendo solamente un bebé.

Harry aún no había encontrado una pareja para el baile, y estaba nervioso porque, como campeón, le correspondía inaugurarlo. No podía aparecer solo. Pero aunque en un principio encontrar pareja había parecido sencillo, ahora se daba cuenta de que no lo era tanto.

—Supongo que tú irás con Luke —le había dicho a Eira aquella misma tarde, con la esperanza de que hubiesen discutido o algo similar y no fuesen a ir juntos. Pero ella había confirmado que iría con él—. Vaya.

—Encontrarás a alguien —había dicho ella.

—Tal vez se lo pida a Cho...

Pero la Ravenclaw tenía pareja. De hecho, era la pareja de uno de los campeones, Cedric, y Harry no tenía nada que hacer.

Ron, por su parte, había caído bajo los encantos de veela de Fleur y le había pedido ante una gran cantidad de personas que fuese con él al baile. La chica lo había mirado sin ninguna intención de aceptar, y Ron había salido corriendo.

Eira no podía evitar sonreír divertida cuando recordaba la mala suerte de sus dos amigos para encontrar pareja.

—Hay algo que me preocupa —murmuró—. Yo... no sé bailar. ¿Y si hago el ridículo?

—No lo harás —la tranquilizó Luke—. Solamente sigue la música... dudo mucho que los demás lo hagan bien. Además, bailaremos juntos. ¿De verdad piensas que podemos hacer el ridículo?

—Solamente tienes que estar segura de ti misma —le dijo Orión—. Si no lo estás, lo notarán.

Elaia asintió. Le alegraba tener a amigos como ellos a su lado.

¡Espero que os esté gustando la historia! Podéis dejar cualquier opinión en los comentarios!

No publicaré otro capítulo hasta la próxima semana, pero si a algun@ le interesan las historias de novela juvenil, tengo una completa en la cuenta nestar_12 .

Oh, y siento si a algún comentario no respondo... intento responder, pero hay veces que se me pasan o que estoy tan centrada en escribir que se me olvida... Muchas gracias por leer, votar y comentar!!!💚💚

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