Capítulo 12: La primera prueba
Harry y Hermione decidieron buscar en la biblioteca algo que los ayudase a enfrentarse al dragón. Al parecer, Sirius conocía un hechizo sencillo, pero no había tenido tiempo de decírselo a Harry. Eira los ayudaba cuando podía, aunque tampoco ella conocía ningún hechizo que pudiesen utilizar.
—Creo que debería decirle a Cedric que deberemos enfrentarnos a dragones —comentó Harry, pensativo—. Madame Maxime los vio, por lo que Fleur ya lo sabrá, y Karkarov también estaba por allí y se lo habrá dicho a Viktor.
Eira no lo dudaba. Los directores de Durmstrang y de Beauxbatons harían lo que fuese necesario por ver triunfar a sus campeones. De no saber en qué consistiría la prueba, Cedric estaría en desventaja con respecto a los demás.
—Sería lo más justo —opinó Eira.
De modo que, a la mañana siguiente, Harry fue en busca de Cedric para contárselo.
Eira, por su parte, se acercó a Orión y a Luke y les pidió hablar con ellos a solas. Algunos de sus amigos la miraron mal por interrumpir, pero Eira los ignoró y se llevó a un lado a los dos chicos. Éstos se mostraron un tanto sorprendidos.
—¿Ocurre algo, Eira? —preguntó Luke, preocupado.
Ni Orión ni él habían pasado demasiado tiempo con Eira durante los últimos días. La bruja había pasado la mayor parte de su tiempo con sus amigos de Slytherin, como Daphne, Blaise y Theodore, o ayudando a Harry y Hermione. Los pocos momentos que había pasado con Luke no habían estado a solas.
—¿Qué sabéis sobre la desaparición de Bertha Jorkins? —les preguntó ella en voz baja—. Es una empleada del Ministerio. Dicen que desapareció en Albania, donde los últimos rumores sitúan a tu padre, Orión.
Los chicos se miraron entre sí, asimilando aquella información. Ambos habían oído acerca de la desaparición de aquella bruja, pero no lo habían relacionado con Voldemort ni con lo sucedido en el torneo. Hasta el momento.
—Es posible que mi padre esté relacionado con su desaparición, tendría sentido —comentó Orión, asintiendo con la cabeza.
—Habría obtenido información acerca del torneo —continuó Luke.
El hecho de que el mismo Voldemort pudiese estar implicado lo cambiaba todo. No era solamente una persona que desease acabar con Harry. Era posible que todo aquello fuese más grande de lo que habían imaginado.
—Puede parecer extraño, pero os aseguro que, si mi padre es responsable de lo que está ocurriendo, yo no sé nada —comentó Orión, mirando a ambos—. Todo lo que sé acerca de él lo he sabido a través de sus diarios, o de personas cercanas a él. En ningún momento ha tratado de ponerse en contacto conmigo. ¿Me creéis?
—Claro —le dijo Eira—. Tú no eres culpable de nada de lo que él haga.
Luke asintió, dándole la razón.
Orión nunca antes se había preocupado tanto por que alguien le creyese, demostrando incluso debilidad. Estaba claro que le importaba realmente que tanto Eira como Luke le creyesen.
Cuando, aquel día, Eira se encontró con Harry, ya por la tarde, éste le contó que le había dicho a Diggory en qué consistiría la primera prueba, y le contó también que Moody le había ayudado a pensar un plan.
—Me vio hablar con Cedric —explicó—. Dice que puedo utilizar mi punto fuerte, que es volar. Utilizaré un encantamiento convocador para conseguir la Saeta de Fuego, que estará en el castillo. Aún tengo que practicar el encantamiento, por supuesto...
—¿Necesitas ayuda? —preguntó, preocupada.
—No, no te preocupes. Hermione me está ayudando...
En el fondo, Harry esperaba que su amiga se quedase también, pues era la mejor del curso junto con Black y, además, así podría pasar tiempo con ella. Sin embargo, ella no insistió, sino que asintió, le deseó buena suerte y se marchó con sus amigos. En aquella ocasión no fue con Luke, que estaba con su hermano y varios amigos, pero sí con Daphne, Blaise y Theodore.
Al día siguiente, Harry estaba muy nervioso. Eira se acercó a él en el desayuno para darle ánimos, y él le dijo que al fin había logrado hacer bien el encantamiento convocador.
—Me alegro —respondió Eira—. Todo saldrá bien, ya lo verás.
—Gracias —respondió Harry con sinceridad.
Apenas prestaba atención a quienes le deseaban suerte o a quienes le decían que no aguantaría, pero el hecho de que fuese Eira le hacía especial ilusión, a pesar de ser consciente de que se encontraba con Luke.
Cuando Eira fue hasta su mesa, fue más consciente que nunca de lo mucho que todos detestaban a Harry. Draco y sus amigas no dejaban de mirarlo con odio, y Luke y Orión no podían evitar esbozar pequeñas sonrisas cuando oían alguna broma acerca del azabache. Eira era la única que lo defendía.
Cuando dijeron que los campeones debían marcharse ya, Krum aún estaba terminando de desayunar, pero se levantó de inmediato para marcharse con Karkarov. Cuando pasó por su lado, Eira lo detuvo.
—Suerte —le dijo—. Y ten cuidado, Viktor.
Él asintió y le revolvió un poco el pelo antes de marcharse, mientras que su profesor le dedicó una fría mirada.
Eira decidió no estar junto a Draco en las gradas. No porque tuviese mala relación con él, sino porque sabía que iba a criticar en todo momento a Harry, y no quería escuchar demasiados comentarios contra su amigo. Luke y Orión, por otro lado, por respeto a ella, no se burlarían, o al menos era lo que esperaba. Blaise también estaría con ellos, para dejar algo de espacio a Daphne y a Theodore.
Eira estaba nerviosa. No solamente por Harry, sino también por Viktor. Estaba segura de que sabía en qué consistiría la prueba y de que Karkarov le habría aconsejado, pero cualquier cosa podría salir mal, tanto para Viktor como para Harry.
—Cedric —comentó Blaise cuando vio que el primero que se enfrentaría a la prueba era el Hufflepuff.
Los campeones debían conseguir un huevo de oro que se encontraba entre huevos auténticos, para lo cual debían burlar a su respectivo dragón. La estrategia de Cedric consistió en transformar una roca en un perro labrador que distrajo al dragón, pero solamente durante un tiempo, hasta que el dragón cambió de opinión y se volvió hacia él, lanzando fuego y quemándole. La multitud contuvo el aliento, pero parecía que no le había hecho demasiado daño, dado que Cedric continuó hasta coger el huevo.
La siguiente fue Fleur, cuya estrategia parecía consistir en hipnotizar al dragón, o algo semejante, mediante un encantamiento. Funcionó, dado que el dragón pareció quedar dormido, pero al roncar, echó un chorro de fuego que prendió la falda de Fleur. Ella se apresuró a apagarla echando un chorro de agua por la varita, y consiguió el huevo.
Eira era consciente de que el próximo sería Harry o Krum, y prestó más atención. Fue Krum.
Escuchó claramente los ánimos de sus fans y de sus compañeros de Durmstrang, además de los de Karkarov, que gritaba más que ninguno.
—¡Vamos, Viktor! —se oyó gritar a sí misma.
—Lo hará bien —la tranquilizó Luke—. Es Krum.
Y no decepcionó. Lanzó un encantamiento a los ojos del dragón rápidamente. El dragón se tambaleó y cayó sobre los huevos, aplastando varios de los auténticos. Viktor pudo acercarse y no le costó rescatar el huevo dorado, ganándose el aplauso de la multitud.
—¡Bien! —dijo Eira, emocionada—. Le restarán puntos por aplastar los otros huevos... pero lo ha hecho bien.
—Ha sido el mejor hasta el momento —comentó Orión, imparcial.
El último era Harry, que de inmediato hizo el encantamiento convocador. Eira contuvo la respiración, esperando que le saliese bien, hasta que la Saeta de Fuego llegó volando y se detuvo a su lado.
Inició maniobras de distracción, esquivando el fuego del dragón como si se tratase de una bludger en un partido de quidditch. Eira sabía que Harry lo veía así porque ella lo habría visto de la misma manera.
En una de las maniobras, el dragón movió la cola y alcanzó a Harry en el hombro con uno de sus pinchos, desgarrando la túnica. Pero continuó.
Tuvo que elevarse provocándolo para que el dragón finalmente se alzase sobre sus patas traseras y extendiese las alas, momento que Harry aprovechó para lanzarse en picado y hacerse con el huevo de oro. La multitud estalló en vítores y aplausos.
—Ha sido el mejor, y el más rápido —opinó Eira.
Los miembros de su casa no parecían demasiado contentos por ello, pero era cierto.
La bruja se levantó corriendo cuando la prueba terminó y bajó de las gradas rápidamente, sin decir a sus amigos ni a Luke a dónde se dirigía. Estaba impaciente por ver a los campeones.
Alcanzó a Viktor cuando estaba rodeado por varios compañeros. Alumnas chicas de Hogwarts ya habían bajado también para verlo de cerca, aunque no se atrevían a acercarse demasiado. Eira corrió hacia él y lo abrazó. Él rio con fuerza.
—¡Enhorabuena! —dijo ella, emocionada—. Estaba preocupada... ¿Estás bien?
—Estoy bien —aseguró él—. Y me han dado la mejor puntuación hasta el momento.
Aquello era cierto, a pesar de los puntos que le habían restado por aplastar el dragón los huevos auténticos. Sin embargo, aún faltaban por saberse los puntos de Harry.
No tenía tiempo de ir en busca de su amigo, dado que estaban a punto de dar la última puntuación. Debido al cuatro que Karkarov otorgó a Harry, tanto él como Krum iban en cabeza como ganadores.
Los campeones debían dirigirse a la tienda preparada para ellos, porque los esperaban allí, y Eira se despidió de Krum.
No vio a Harry tras la prueba.
Como no podré actualiza ni el domingo ni el lunes, actualizo hoy, viernes. Espero que os guste la historia. Con este capítulo, hemos llegado ya a la mitad.
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