Capítulo 10: Harry campeón
Luke, Orión y Eira habían acordado no mencionar a sus compañeros su conversación. Preferían mantener en secreto el hecho de que sospechaban que algo fuera de lo normal sucedería. Además, probablemente los demás pensarían que exageraban.
Aquella mañana Eira no vio a Harry en el Gran Comedor, de modo que después de desayunar, preguntó por él a un grupo de alumnos de Gryffindor, que le dijeron que había salido con Hermione a pasear. La bruja salió del castillo para buscarlos, y los encontró cerca del lago. Se unió a ellos.
—¿Estás bien? —le preguntó a Harry.
—Sí. ¿Tú también crees que fui yo quien metió el nombre en el cáliz?
—No —afirmó la joven, recordando lo que Orión había dicho la noche anterior—. Creo que alguien lo ha hecho. Tú no podrías pasar la línea. Además, el hecho de que haya un cuarto campeón...
Vio alivio en los ojos de Harry al saber que ella creía en su inocencia. Muchos alumnos no lo hacían, y a excepción de los de Gryffindor, los demás parecían molestos. Incluso los de Hufflepuff.
—Moody cree que alguien ha lanzado un confundus al cáliz, que le ha hecho creer que hay un cuarto colegio cuyo único representante era yo, para asegurarse de que mi nombre saldría elegido —le contó.
—Es muy posible —admitió Eira—. Además, que haya sido precisamente tu nombre el escogido... Es sospechoso. Puede que alguien quiera ir en tu contra.
—¿Crees que podría haber sido... Black?
La bruja se detuvo y lo miró, incrédula. Sabía que Orión no había hecho nada, pero Harry insistía en acusarlo.
—En segundo pensaste que había abierto la Cámara de los Secretos, el año pasado pensabas que ayudaba a Sirius Black... ¿y ahora esto? Él no lo ha hecho.
Harry no discutió. Se había equivocado en dos ocasiones respecto a Orión, y no quería arriesgarse a que Eira también se enfadase con él por acusar directamente a su amigo.
—Bien —se limitó a decir.
—¿Le has contado a Sirius acerca de esto?
El curso anterior, Harry había descubierto que Sirius Black, un preso de Azkaban cuya inocencia había descubierto, era su padrino. Los cuatro confiaban en él, y opinaban que debía de estar al tanto de lo que ocurría en el colegio. Era por ello por lo que Harry le había contado que le dolía la cicatriz, y por lo que Eira pensaba que debía contarle lo sucedido con el Cáliz de Fuego.
—Todavía no, pero lo haré —aseguró Harry—. Solamente espero que esto se solucione pronto... incluso Ron está enfadado, ¿sabes?
Pero aquello no se solucionó pronto. Durante los días posteriores, eran muchos los alumnos que no le dirigían la palabra a Harry. Los alumnos de Hufflepuff, con los que siempre había tenido buena relación, no le hablaban, ni tampoco Ron. Aquello era lo peor para Harry, el hecho de que su mejor amigo no le hablase. Sentía que podría llevar mucho mejor aquella situación si Ron estuviese a su lado. Aunque le aliviaba que Hermione lo creyese y, sobre todo, que Eira lo hiciese.
Los miembros de Slytherin eran los que más detestaban tener a Harry como campeón, y no dudaban en demostrarlo. Incluso habían creado insignias que llevaban en las túnicas, en las que se podía leer:
Apoya a CEDRIC DIGGORY:
¡el auténtico campeón de Hogwarts!
El mensaje cambiaba al apretarse para convertirse en:
POTTER APESTA
Eira se había negado a llevar la insignia, al igual que Orión, quien había dicho que no estaba interesado en aquel asunto. Todos los demás, sin embargo, llevaban la insignia, incluso Daphne, Blaise, Theodore... y Luke. Eira no había tratado de convencerlos de que no lo hiciese, pues no quería hacerlos estar en contra de su casa. No podía hacerlos elegir entre Slytherin y ella.
Harry descubrió las insignias durante una clase doble de Pociones. Antes de que Eira se diese cuenta, Harry y Draco habían sacado sus varitas y se atacaron el uno al otro. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Hermione.
Eira corrió hacia su amiga, a quien los dos incisivos superiores le habían empezado a crecer. No sabía cómo detenerlo, y ella parecía realmente agobiada. Ron también se acercó a su amiga quien gritó, horrorizada, al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.
—¿A qué viene todo ese ruido?
Snape acababa de llegar.
La mayor parte de los alumnos de Slytherin comenzaron a hablar a gritos, todos al mismo tiempo. Snape señaló a Malfoy con un dedo y dijo:
—Explícalo tú.
—Potter me atacó, señor...
—¡Nos atacamos el uno al otro al mismo tiempo! —se defendió Harry.
—...y le dio a Goyle. Mire...
El profesor miró al Slytherin, en cuya cara habían comenzado a brotar unos forúnculos grandes y feos.
—Ve a la enfermería, Goyle —indicó Snape con calma.
—¡Malfoy le dio a Hermione! —dijo Ron—. ¡Mire!
Cuando obligó a Hermione a destaparse para que el profesor pudiese ver lo ocurrido, varias alumnas de Slyetherin, entre ellas Pansy Parkinson, comenzaron a señalarla y a reírse de ella.
—No veo ninguna diferencia —dijo Snape tras mirar a la Gryffindor.
Hermione gimió y se marchó corriendo sin que nadie pudiese detenerla. Harry y Ron comenzaron a gritar al mismo tiempo y, aunque Snape no pudo entender exactamente lo que decían, captó la esencia y restó cincuenta puntos a Gryffindor, además de castigar a los dos chicos.
Si a Snape le había molestado el incidente, se enfadó aún más cuando un alumno menor de Gryffindor interrumpió la clase diciendo que necesitaban a Harry para unas fotos. Eira observó a sus compañeros con sus insignias contra Harry cuando éste salía del aula, y apretó los dientes. Odiaba aquella situación y que todos estuviesen, una vez más, contra su amigo.
—Cómo le gusta llamar la atención —comentó Draco, que se encontraba justo delante de Eira—. Estará contento...
—Draco, podría ocurrirle algo durante las pruebas —le dijo la bruja. Debía admitir que le preocupaba su amigo.
El rubio se volvió hacia ella.
—Estará bien —comentó—. Habrá seguridad. No dejarán que a los campeones les ocurra nada. Si su vida estuviese en peligro, no se hubiese presentado... o tal vez sí. Por la fama.
Eira puso los ojos en blanco al escucharlo. Draco no cambiaría. Siempre mantendría aquel odio hacia Harry. Ella no comprendía por qué odiaba tanto a un chico que había quedado huérfano siendo muy pequeño, que había tenido que vivir con sus tíos muggles, que lo trataban mal, y cuya vida había estado en peligro varias veces desde que había comenzado a estudiar en Hogwarts.
—No digas tonterías —le dijo—. Si dice que no se presentó, yo le creo.
—Porque tú eres demasiado buena, Eira —dijo Draco.
No dudaba de que tuviese cualidades de la casa de Slytherin, pero una parte de ella nunca cambiaría.
—Ahí tiene razón —comentó Orión.
Supongo que os habréis dado cuenta de que la historia ha cambiado de portada. ¿Os gusta la nueva? La realizó ItsSxmmm , al igual que la anterior.
También hay banner para la historia, que lo ha realizado @firewxll_ en la editorial ewonderland.
¡Estoy muy contenta con los nuevos gráficos! ¿Qué opináis?
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