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━𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝙸





Glosario del capítulo

Platón: fue un filósofo griego seguidor de Sócrates​ y maestro de Aristóteles.​ En 387 a. C.

Hliðskjálf: es el nombre del trono del dios principal Odín, que le permite ver todos los reinos.

Spjót: Eran lanzas con cabezas de metal de cuchilla. Si no fue posiblemente el arma de guerra más popular, sí fue bastante común entre los vikingos. La popularidad del spjót era cultural y religiosa, al ser  el arma preferida del dios Odín, fue indispensable en el arsenal de los guerreros durante la época vikinga.

Krytill: La túnica que se utiliza en la época vikinga.

Berserker: Los berserkers eran guerreros vikingos que combatían semidesnudos, cubiertos de pieles. Entraban en combate bajo cierto trance de perfil psicótico, casi insensibles al dolor, se dice que eran casi tan fuertes como osos o toros.

Úlfhéðnar: Guerreros que combatían vestidos de pieles de lobo. Estos guerreros iban a ala guerra con una lanza, el arma favorita de Odín. Tanto la lanza como los lobos eran atributos de Odín.

Valhalla: En la mitología nórdica, Valhalla ​ es un enorme y majestuoso salón ubicado en la ciudad de Asgard gobernada por Odín. Era una especie de cielo o paraíso en el que vivían los dioses.















































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"DE NOCHE, ESPECIALMENTE, ES HERMOSO CREER EN LA LUZ". Son las palabras de Platón. Unas de las tantas frases que leí en los libros en las noches de Constantinopla, pero en esta ocasión la luz no llega. A pesar de que hay dos príncipes entrenados en el arte de la guerra, no es suficiente para detener a los ladrones. 

Ellos son más.

Se que vamos a perder. Lo se, cuando el cuerpo de Lambert cae al suelo por el golpe que le da uno de los ladrones.

Veo todo.

Veo como la espada de uno de ellos se clava en el vientre del líder de mi pueblo.

Escucho su grito, y el de Eivor. Y observo como ella corre al cuerpo de su antiguo amante. Veo todo, como Odín sentado en su Hliðskjálf.

Sostengo con fuerza Spjót con mi mano.

Debo reaccionar, debo atacar, debo defender.

No me gusta la guerra.

¿Qué hago? ¿Qué debo hacer? Mi pies retroceden hasta que mi espalda toca la pared de la casa comunal horrorizada por la imagen que está al frente de mi. 

Ya no está oscuro. Los ladrones que no están luchando se dedican a quemar nuestras casas logrando que la batalla sea totalmente visible a mis ojos. Y observo como uno de ellos se acerca al cuerpo de Eivor, quien aún llora en el cuerpo inerte de Lambert.

Sin pensar, y sin dudar acomodo mis pies y mi cadera en la posición indicada para lanzar el Spjót de mis manos en dirección al ladrón. La fuerza del lanzamiento logra que la lanza se clave con fuerza en el torso del hombre.

He matado una vida para salvar a otra.

—¡Padre! —Una voz desconocida llega a mi oído. Observó cómo un joven se acercaba al cuerpo del ladrón asesinado. Sus manos rodean la lanza y la retiran del cuerpo del hombre. La sangre brota aún más.   

El joven ladrón gira su rostro para encontrar quién es el culpable. Y en su visión solo capta mi figura.

Hvitserk aparece en el momento que el hijo del ladrón decide caminar a mi dirección. Sus armas chocan una con la otra. El ladrón busca la forma de herir al hijo de Ragnar, pero Hvitserk se defiende en cada ataque. Mueve su espada con un perfecto movimiento, y su destreza me recuerda al líder del ejército de Constantinopla.   

Hvitserk logra desequilibrar al enemigo con un fuerte movimiento. El golpe consiguió que el cuerpo del ladrón cayera al suelo, pero antes que la espada del hijo de Ragnar se clavase en el cuerpo del otro, los demás ladrones impiden el movimiento. El cuerpo de Hvitserk retrocede al sentirse amenazado.

La figura de Ubbe llega con rapidez a posicionarse al lado de su hermano menor. Al lado de ellos se une Eivor, Seren, Erik, el pequeño Einar, y todos quienes son capaces de levantar un arma. No somos muchos, pero con la fuerza y la experiencia de los príncipes los ladrones empiezan a retroceder.

Mi pies empiezan a moverse con rapidez al cuerpo del líder de nuestro pueblo.

Lambert tiene los ojos abiertos, inexpresivos. Mis rodillas caen al suelo para buscar su cuello, en donde debería latir el bombeo de su corazón. Mis dedos tocan, pero no encuentro nada.

Está muerto.

Cierro con suavidad los ojos de Lambert.

Que Odín te reciba en el Valhalla —murmuró en su oído.

Escucho el murmullo de las voces de los príncipes. Sus bocas se abren para dictar órdenes, pero nadie obedeció. Los ojos de los habitantes de nuestro pueblo están en Lambert.

Kaupang ya no tiene un líder.

—Debemos movernos... —Reconozco la voz de Ubbe. Mis ojos se despegan del cuerpo sin vida de Lambert para observar el rostro perfecto del príncipe.

Su piel está pintada de rojo, el color de la sangre mancha su rostro, cuello y el bello Krytill.

—Volverán —añade el príncipe de Kattegat—. Debemos movernos.

—No podemos viajar de noche. Es peligroso —indicó levantando mi cuerpo para quedar a la altura del príncipe—. La gente mayor no puede moverse con rapidez.

—Volverán —repite el príncipe las palabras—. Debemos arriesgarnos.

Niego con la cabeza ante su idea.

—Tardaran en agruparse, y en decidir el siguiente paso. Al parecer has matado al líder de ellos. —La voz de Hvitserk se entromete en nuestra conversación con una voz ligera, casi divertida. Observó su rostro ensangrentado, aún más que el de su hermano. Y sus ojos verdes se conectan con los míos—. ¿Quién te enseñó a lanzar Spjót de esa forma? Es imposible que una mujer lance con tal fuerza.

—El secreto está en la posición de los pies.

—Debes enseñarme —pide Hvitserk alargando una sonrisa en su rostro.  

—Debemos movernos —repite una vez más Ubbe Ragnarsson.

—No. Debemos esperar que amanezca. No debemos ingresar al bosque en plena oscuridad. Es peligroso. Quieres escapar de los ladrones, pero encontrarás la muerte segura en las manos de un animal. —Y esa vez no soy yo quien alza la voz. Eivor se acerca a nuestro lado secando las lágrimas que caen por sus ojos—. Tenemos mucha gente mayor, y tres pequeños niños que debemos salvar.

—Aquí no estamos a salvo —apunta Ubbe Ragnarsson enfocando su mirada en el rostro de Eivor—. No tenemos la fuerza para resistir otro ataque, y no tenemos más guerreros.

—Kattegat no está muy lejos... —añade Hvitserk encogiéndose de sus hombros.

—No lo está... —Antes de que Ubbe intentara convencernos, Hvitserk lo interrumpe.   

—Puedes ir a buscar más guerreros. Será más rápido que trasladar al pueblo a Kattegat.

La idea del hermano menor de Ubbe nos deja perplejos. Sus palabras son ciertas. Es más rápido ir en busca de guerreros que trasladarnos ante los peligros de un ataque animal o de los ladrones en medio del bosque.

—Busca a Bjorn, él reunirá a los hombres —asegura el príncipe Ubbe apoyando una de sus manos en el hombro de su hermano.

—Eres mejor jinete que yo —admite Hvitserk frunciendo su ceño—. Tu deberías cabalgar a Kattegat.  

Observó la duda en los ojos del príncipe Ubbe, y su mirada azul se enfocó en mí por unos momentos hasta que el cuerpo de Hvitserk se acerca a él lo suficiente para susurrar algo en su oído. Ubbe asiente con su cabeza cuando su hermano menor se aleja.

—Volveré lo más pronto posible.

El cuerpo del hijo mayor de la reina Aslaug se mueve con rapidez para perderse en la oscuridad en búsqueda de su caballo. Se que se dirigió al establo, pero mi cuerpo se inquieta al perder su figura.










—¿Tienes miedo? —Hvitserk pregunta mientras las llamas consumen el cuerpo de Lambert y el pueblo se congrega alrededor de la pira funeraria que hemos improvisado.

—No le tengo miedo a la batalla, ni a la muerte —contestó sin despegar mi mirada del fuego.

—¿A qué le tienes miedo?   

—A la furia de los dioses —contestó con rapidez sin dudar de mis palabras.

Hvitserk se queda en silencio. Giro mi cabeza para observar el rostro ensangrentado del príncipe. Sus ojos verdes están en mi, al parecer esperando una respuesta más larga. 

—¿Y usted a qué le teme?

—No debes tratarme de aquella forma. No hay necesidad de formalidad —añade Hvitserk borrando su ceño fruncido para sonreír. 

—Es el príncipe de Kattegat. Hijo de Ragnar Lodbrok —indico con obviedad—. Le debo mi respeto. 

—No es el respeto lo que buscamos —murmura el príncipe, su sonrisa persiste, y su alegría se refleja en los ojos.

—¿Y qué busca? ¿Cuál es el objetivo del príncipe de Kattegat? 

La sonrisa de él desaparece para aparecer nuevamente su ceño fruncido. Su mirada baja a la humedad del barro.

—Formar una familia... —Creo que esas son las palabras que dictan la boca del príncipe. No estoy segura, su voz es un murmullo y su mirada aún permanece observando el suelo—. Sueño con una esposa y varios hijos.

La mirada del príncipe se levanta y se conecta con mis ojos.

—No estás riendo —señala Hvitserk casi desconcertado.

—¿Por qué lo estaría? —Él se encoge de sus hombros—. Estoy segura que muy pronto cumplirás lo que buscas. 

—No se lo mencione a mis hermanos...

—Nunca lo haría. Tienes mi palabra.

—Gracias.

La sonrisa en su rostro se mantiene por unos momentos hasta que las risas de algunos habitantes provoca que nuestras miradas se desconecten. Mis ojos se enfocan en ellos, especialmente en Eivor quien ríe junto a Seren y otros habitantes del pueblo.

—¿Sabes que es muy posible que ataquen antes que llegue Ubbe? —susurra Hvitserk para mi.

—Lo sé —contestó sin despegar mi mirada de la sonrisa en el rostro de Eivor—, pero ellos no lo saben. No hay nada mejor que la esperanza. 

—Si atacan, no tendremos oportunidad de sobrevivir.

No pude evitar soltar un suspiro.

Lo sabía. Por supuesto que lo sabía.

Los ladrones no tardarían en vengar al parecer quien era el líder de su grupo. 

—Sabes usar las armas. —Aquello no es una pregunta, es una confirmación—. ¿Por qué no participaste en la batalla?

—No me gusta. No soy una guerrera. No fui entrenada para ser una skjaldmö, solo se lo suficiente para defenderme.

—Ese lanzamiento va más allá de la defensa. Nunca he visto aquella técnica...

—Porque no es de aquí —señaló interrumpiendo su oración—. Pertenece al ejército Tagmata. Su técnica es una de las mejores del mediterráneo. Se destacan por ser los mejores guerreros. Su honor es impecable, al igual que la fuerza de sus ataques. Nada, ni nadie puede superar a los Tagmata.

—¿Ni siquiera los berserker o úlfhéðnar

Sonrió ante la mención de los guerreros de Odín.

—Son distintos. Tendrías que verlo para entender lo que digo. 

La mirada del príncipe se suaviza cuando en su rostro se posa una sonrisa. Hvitserk es un hombre alegre. E incluso en medio de una batalla, o en medio de una muerte segura, sonríe.

—¿Estás segura que eres de Noruega? Tienes muchas cosas que no son de aquí. —El príncipe finaliza sus palabras con una risa en su boca.  

—Te cuento un secreto... —murmuró acercando mi cuerpo al príncipe. Hvitserk asiente con su cabeza atento a las palabras que van a salir de mi boca—. No nací en Noruega.  

—¿Suecia? —Niego con mi cabeza—. ¿Dinamarca? —Niego una vez más—. ¿En donde? —pregunta Hvitserk intrigado.

Antes de que pueda responder, ruidos de pisadas interrumpen nuestra conversación, y los ladrones emergen entre los árboles.

—Creo que esta vez debes combatir como una skjaldmö.

—Creo que tienes razón —susurro, tomando el Spjót que yace en el barro a mi lado—. Nos vemos en el Valhalla.

Nos formamos. Cada habitante que aún tiene la fuerza de alzar un arma se formó cerca del príncipe. Hvitserk en este momento es nuestro líder.

Ellos son menos. Quizás su número es una docena, pero todos ellos tienen la vitalidad y la fuerza similar a la del príncipe.

No tenemos disciplina, ni estrategia para combatir en una batalla.

Hvitserk es nuestra salvación.

—No piensen, no duden, solo asegúrense que el filo de sus espadas se claven en el cuello, entrepierna o en sus cabezas. ¡No necesitan disciplina, ni estrategia, solo las ganas de sobrevivir!.

Las palabras de Hvitserk nos alientan. Logró sentir como una energía nos envuelve, y nos convence de que seremos capaces de vencer.

Pero al momento que nuestras armas chocan con las de nuestros enemigos la ilusión se desvanece.

Perderemos.

No tenemos la fuerza para combatir.

La venganza de ellos es más fuerte que nuestras ganas de sobrevivir.

Moriremos junto con Lambert.

Casi sonrió. Nuestro destino es casi romántico. Nuestra muerte está ligada con la de nuestro líder.

Un golpe logra que mi cuerpo se desequilibre y caiga al húmedo barro.

—¡Eira! ¡Pelea! Mi hijo debe sobrevivir —Escucho la voz de Eivor. Tan fuerte y claro—. ¡Lucha por él! ¡Por Einar! ¡Por Thora! ¡Por Helga!

Los nombres de los tres infantes del pueblo logran despertar algo en mi. Algo o alguien por quien vivir. Y la imagen de al aparecer quien es el hijo del hombre que mate aparece al frente de mi.

El hombre levanta su espada apuntando mi cuerpo. Trato de buscar entre el barro la lanza, pero no la encuentro.

El hombre, inmutable, sostiene una mirada de odio con sus ojos azules, destacando en su rostro ensangrentado. Reclamo la mirada que me lanza; sé que no dudará en arrebatarme la vida.

En un acto de desesperación, me arrodillo y suplico a Odín: "No me abandones. Concédeme tu sabiduría, tu fuerza y tu valentía".

Me pregunta qué estoy dispuesto a entregar.

En otra circunstancia, mi grito de miedo habría resonado, pero su voz, escuchada después de tanto tiempo, parecía una ilusión.

Prometo mi obediencia, aquí y en el Valhalla.

Una fuerza invisible se apodera de mí, tomo el arma de Odín y, sin comprenderlo, mis manos ejecutan movimientos mortales. La lanza danza entre mis manos en una danza letal.

No sé cuántos caen ante mi acto, pero veo el miedo en sus ojos. La lucha termina cuando percibo la mirada de Hvitserk, con sus ojos y boca abiertos.

Mis manos, ahora ensangrentadas, dejan caer la lanza en un silencio sepulcral. La voz de Odín resuena al observar los cuerpos inertes. Todos han caído.

Nadie habla, incluso cuando el sol ilumina las montañas y el sonido de los los caballos llegan a nuestros oídos.

Ubbe ha llegado.
















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Nota de la autora:
Hola mis bellas valquirias.
Feliz año atrasado a todas 🥂🎉 lamento no subir capítulo antes, pero diciembre fue un mes muy movido. Espero que le guste el capítulo. El siguiente está casi listo. Unos minutos en el horno y lo subo.
Síganme en tik tok subo videos del fic. Me he conectado con los personajes aún más gracias a los videos, espero que les pase lo mismo.
Usuario: @k_y_velasquez

Nos leemos pronto ❤️

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