Capítulo 10.
¿Qué carajos? ¿Cómo está malnacida sabe qué es mi cumpleaños? Si desde que llegué aquí solo he hablado con la cocinera o algún que otro guardia.
Lo único que hago es levantarme y seguir caminando pero en dirección a los baños, mientras que escucho como todos se ríen de mi.
-Tarde o temprano vas a explotar Ehilyn. No vas a durar estos seis años que debes cumplir aquí, con esa paciencia que tienes. Tarde o temprano lo vas a hacer, y yo me voy a encargar de que eso pase- Escucho a lo lejos, mientras entro en los baños.
Me lavo la cara quitándome el arroz y la vergüenza al mismo tiempo. No es la primera vez que pasa.
Ni siquiera había pasado una semana cuando me escondió mi uniforme mientras me duchaba.
Luego me lanzó una cubeta con agua fría y sucia mientras estaba en el sanitario haciendo mis necesidades.
Hubo un día que hizo que todos escupieran mi comida. Ese día no comí absolutamente nada.
Me ha hecho limpiar todo un mes los baños de hombres, porque supuestamente me tenía que dar una lección por ser creída. ¿En que momento he sido yo así?.
Me dispongo a salir del baño, cuando muevo la manilla y me doy cuenta que la puerta está cerrada.
-Feliz cumpleaños Ehilyn. Disfruta limpiando los baños. Este es mi regalo, espero te guste. Todo lo que necesitas está al lado de la papelera Jajajaja- Escucho detrás de la puerta.
Miro en la dirección que me dijo y veo que hay una cubeta con agua y jabón, y un cepillo de dientes.
-Feliz cumpleaños para mi...- Digo irónicamente.
Aún no entiendo porque los guardias no le dicen nada. Bueno, al fin y al cabo es la novia del hijo del dueño.
No puedo dejar que me haga enojar, porque si pasa es posible que me culpen de homicidio pero no va a ser intencional.
Debo aguantar hasta que mi padre me pueda sacar de este lugar. Tarde o temprano va a pasar. Se que el, no se va a cansar hasta lograrlo...
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Estoy en mi celda acostada en el piso con un pedazo de cartón sobre el y una toalla de baño cubriendome del frío. Es lo único que me deja usar mi compañera de celda.
Se llama Anne y esta aquí desde hace más de tres años. La culparon de homicidio en segundo grado, por haber planeado con sus amigos la muerte de su novio.
Dijo que lo había encontrado más de cinco veces acostándose con distintas mujeres, y además la golpeaba cada noche después de que llegaba borracho, que se lo merecía. En cierta forma la apoyo, ella merecía que no la trataran como si fuera juguete. Pero aún así el juez la condenó a veinte años.
Siempre me dice que no es que me tenga rabia o algo, sólo que debe cumplir con lo que le diga la reina dragón o mejor dicho Camile. Porque si no la trataran igual que a mi y no quiere pasar por eso otra vez.
Se preguntaran el ¿por qué le dicen reina dragón? Bueno, es porque ella es la novia del hijo del dueño, y a el le dicen rey dragón. He escuchado que el tiene un tatuje que le llega desde los brazos hasta el abdomen de un dragón.
Dicen que es una persona fría y que todos sus súbditos tienen una marca que el mismo les ha hecho con algo caliente. Pero nunca lo he llegado a ver, así que no se si será cierto...
Como siempre, no logro conciliar el sueño y miro el techo blanco. Pienso en Estrella y Jimy, los extraño mucho. La verdad esto me pasa casi todas las noches.
Y como casi todas las noches, exactamente a las dos y tres minútos de la madrugada se va la electricidad. No se porque pasa eso.
Salgo cuidadosamente de la celda, estas son electrónicas, así que se me hace fácil salir usando un pequeño trozo de cartón.
Que bueno que no duermo en la cama, porque Anne se daría cuenta. Mi vista siempre a sido un poco rara y me permite ver en la oscuridad. Si, soy rara.
Con sumó cuidado, camino por el largo pasillo esquivando a los guardias que a pesar de que no hay electricidad están dormidos en sillas. Es un largo y peligroso trayecto para llegar hasta el tejado, pero vale la pena.
Miro las estrellas. Veo las constelaciones de Géminis, Escorpion, Tauro, Picis y a Sagitario. Me encanta mirar las estrellas, cuando lo hago me siento en paz y tranquila, siento que me da fuerzas para seguir adelante. Me recuerdan a Jimy y a Estrella.
Ya habrán pasado como veinte minútos. Me queda una hora, hasta que vuelvamos a tener electricidad...
Estoy contando las estrellas tal y como hacía Jimy. Cuando de pronto siento que algo me golpea la cabeza y cae entre mis piernas.
Miro hacia todos lados rápidamente. No hay nadie. De pronto veo el reflejo de una persona en la puerta pero cuando veo no hay nadie.
-Creo que sería mejor que me vaya- Digo para mi misma.
Me dispongo a levantarme cuando escucho que cae algo de entre mis piernas.
Agarro el objeto y me doy cuenta de que es un collar. Lo veo la máximo que puedo pero no logro ver como es la diadema. Solo lo agarro, lo meto en uno de los bolsillos.
Paso otra vez el largo pasillo. Todo esta como siempre. No se escucha absolutamente nada. ¿Quién me habrá lanzado el collar y por qué?
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