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Las teorías acerca del envejecimiento celular no eran pocas. Aunque era posible distinguir entre dos categorías específicas, en las que identificar cada teoría propuesta sobre el tema. Una de estas categorías contemplaba el azar, declarando que el envejecimiento se debía a una serie de variables aleatorias de las que, por obviedad, no era posible predecir con certeza. A ellas las denominaron teorías estocásticas. Las segundas, conocidas como teorías deterministas, por el contrario, consideraban que las causas del envejecimiento celular eran dadas, es decir, predeterminadas.
Para Min y el equipo, era de mayor peso el segundo tipo de teorías. Seokjin había atendido en particular la teoría del acortamiento cromosómico, el cual explicaba la reducción de los telomeros de 4 Kb a 2 Kb. De esta manera, las replicaciones no resistían el periodo previsto y debían desecharse porque el uso de tales células no era factible a largo plazo. Una solución para este inconveniente era el agregado posterior de enzimas que subsanarían el daño, pero este proceso llamado telomerasa no era verdaderamente efectivo.
Seokjin insistía en tratar la célula de origen.
Cuando Jimin le preguntaba por qué tal acortamiento era riesgoso para desarrollar su experimento, Seokjin sonreía. Entendía que fuese algo confuso para los que lo oían por primera vez, y para quienes llevaban algunos años investigando también solía serlo, pero tal vocabulario rebuscado podría explicarse con el ejemplo clásico de Dolly.
–¿Dolly, la ovejita? –preguntó Jimin, sentándose en su regazo y empujándolo más lejos de la mesa de laboratorio.
Los compañeros de trabajo de Seokjin se habían despedido de él hace una hora, y media hora después Jimin llegó y se coló en el laboratorio. Si bien era una irresponsabilidad permitir el ingreso de personas ajenas a la investigación, Seokjin estaba enamorado y tenía concesiones especiales para con Park Jimin.
–La ovejita, exacto –acarició con un pulgar la piel expuesta en la cadera de Jimin, estrechándolo más–. Ella tenía seis años cuando fue sometida a una intervención para extraer material genético.
–Es cruel –murmuró Jimin, bordeando con las yemas de los dedos el labio inferior de Seokjin, sonriendo cuando este intentó morderlo–. Seguí.
Se los notaba relajado el uno con el otro. El tema de la casa quedó resuelto en el itinerario ya que la agencia inmobiliaria llamó para dar aviso de que la primera opción que habían visitado fue liberada. Apenas Seokjin llamó a Jimin para comentarle la novedad este le confirmó para que envíen el primer pago, a modo de reserva. El veinticinco de ese mes tendría oportunidad la firma del contrato y la entrega de la llave. El alivio de Seokjin fue enorme ya que el deseó esa casa para compartir con Jimin en cuanto la vio. Adoró los espacios abiertos, el jardín que él cuidaría –hobby que a Jimin le parecía aburrido– y quedaba al paso tanto del laboratorio como de la facultad de Jimin. A Jimin le convenció que tenían una galería techada donde él podría pintar y que, según la ubicación, el amanecer iluminaba bellamente para los desayunos.
–Lo que obtuvieron fue suficiente para producir, al menos, cinco elementos de los que sobrevivió apenas uno.
–Dolly.
–Sí, ella logró superar la división celular más allá de las cuatro células iniciales, lo cual, fue fascinante debido a que en ese... –Jimin le cubrió la boca, y Seokjin lo miró ceñudo, fingiendo enojo–. Lo siento. A lo que iba, completó el proceso con éxito. Dolly era la clon perfecta y la maravilla, ese milagro científico –bufó, haciendo cosquillas en el pecho de Jimin que estaba a la altura de su boca–, que conmocionó al mundo.
–Supongo que sí, ¿fotocopiar seres vivos? ¡Vaya cosa!
–Fotocopiar, ¡aish! Te amo, ¿sí? Puedo perdonarte ese error –se besaron bruscamente, juntándose cuanto fuera posible y cuanto sus excitaciones demandasen, aunque no empujaron los límites porque no querían arriesgarse allí donde estaban–. ¿Por dónde iba? Ah, claro. El logro fue mencionado por todos, y su indiscutible éxito es en la actualidad digno de estudio y reconocimiento.
–¿Y dónde entra lo del acortamiento?
–En el proceso celular mismo. No podemos, aun –dijo, comedido–, detener el avance del tiempo. Y esto es válido para un ser clonado, puesto que, el donante de células le hereda la edad celular.
–Me perdés –Jimin apoyó la cabeza en el hombro de Seokjin, jugando con la pulsera que había sido regalo de sus padres, para la suerte.
Seokjin se distrajo, como cada vez, repasando los dijes con runas de protección que Jimin había detallado cuando consultó al respecto. La fe, la superstición, para un científico era apenas un desafortunado hábito, no que pudiera desmerecer la carga simbólica.
–Dolly tenía seis años, ¿sí? –Continuó, apoyando la mejilla en la cabeza de Jimin, respirando su perfume–. Y sus células contaban esa edad biológica también.
–Así que el clon nació con esa edad.
–Correcto, y vivió el tiempo promedio de una oveja.
–¿Cuánto?
–Las ovejas viven doce años, por lo que Dolly, heredando la edad genética, murió a sus seis años de edad.
–Oh, entendí –Jimin se levantó para encarar a Seokjin, que lo observaba divertido–. No me veas así, me siento tonto.
–No sos tonto por no comprender a la primera esto. Es saber obtenido del estudio. No podés pretender conocimientos génicos sin instrucción alguna –Seokjin entrelazó su mano a la de Jimin y besó sus nudillos–. No me hace más inteligente tampoco, solo desconozco menos porque me dediqué a ello.
–Es amable tu manera de decirme ignorante –se rio Jimin, levantándose y acomodándose la ropa mientras echaba un vistazo alrededor sin hallar el ambiente más cálido que una sala de espera del dentista–. Ahora vamos, ¿sí?
–¿Vamos?
–Oh, no, no –Jimin se cruzó de brazos, una postura que lo hacía lucir ridículamente adorable–. Tenemos una cita hoy, lo prometiste el viernes, ¿no te acordás?
Seokjin titubeó, poniéndose de pie y yendo hasta la agenda digital donde navegó hasta la casilla de viernes y leyó Cena en Garden's Joy con Chim. Jimin espió y sonrió ante su apodo, envolviendo los brazos en la cintura de Seokjin que se recargó en él unos minutos.
–Está bien... –sonó dudoso, pero asentía y Jimin no dejaría que se zafe de la cita–. Solo esperame acá, ya vuelvo.
No pasó demasiado cuando Seokjin regresó, vestido diferente y sonriendo tanto que Jimin sospechó que hacía su mejor esfuerzo por no enojarlo. Cierto que podían posponer la cena, pero a Jimin le gustaban sus citas. Era parte de su noviazgo con el científico, algo de lo que se aferraba cuando sus horarios no les permitían verse las veces que quisieran. Sin embargo, la actitud de Seokjin solía delatar que prefería quedarse en su trabajo y luego ir a su casa, cenar tarde y dormir juntos. Por lo menos la primera hora de la cita, hasta que la velada lo convencía y terminaba relajado, conversando y disfrutando.
–¿Ya?
El científico asintió, moviéndose inquieto como si quisiera salir cuanto antes. Para Jimin fue confuso un momento, pero aprovechó el entusiasmo para arrastrarlo lejos de su área de trabajo. El Garden's Joy no solía ser concurrido los miércoles, pero llegar temprano les daría espacio a alguna otra actividad tras la cena, como el cine o una caminata por la avenida de los artesanos donde había presentaciones y espectáculos al aire libre y al coste del donativo voluntario.
–Siento que voy a estallar –comentó Seokjin, riéndose mientras salían del restorán, tomados de la mano y tan cerca el uno del otro que podían combatir el aire fresco que helaba la noche–. Esa foccacia fue mi perdición.
–Pensé que la volverías a rechazar cuando te invité –comentó Jimin, que seguía sorprendido por la actitud afable de Seokjin ante su alimentación vegana.
–Lo siento por eso.
Se quedaron esperando que la señalización peatonal de verde para avanzar y, en tanto, Jimin sopesó sus opciones. Sí, había insistido en salir con Seokjin, pasear y alejarlo de su enfrascado trabajo así como él despejarse de sus estudios, pero viendo cómo el ánimo de Seokjin demostraba cuan comprometido con la cita estaba solo quiso una cosa.
–Vamos a tu casa.
+
Las manos de Seokjin se apretaron en sus caderas, sosteniéndolo mientras Jimin lo montaba con ímpetu, clavándose certero en la erección y rozando su próstata con puntería. Le gustaba la presión en sus caderas, que luego bajó hasta sus muslos donde el dolor de la fuerza inconsciente con que lo aferraba Seokjin le contó cuan cerca estaba este de perder el control y dominarlo.
Aunque lo suyo era una relación de equidad, a Jimin le gustaba provocar a Seokjin hasta que este se dejaba llevar, como ahora, que lo detuvo para empujarlo con no tanta fuerza sobre la espalda, le eleva las piernas para que se acomoden en los hombros y lo penetra con un gruñido de satisfacción al sentir la nueva posición más libre para arremeter. Además, la vista era un beneficio extra en esta postura, porque a Jimin le gustaba darle espectáculos, tocándose con caricias sugerentes, pellizcándose los pezones, bordeando su ombligo mientras que su otra mano se ocupaba de su miembro que goteó sobre su vientre.
–Te tengo, amor –dijo Seokjin, reemplazando su mano y acariciándolo hasta que Jimin dejó caer la cabeza con un suspiro ronco–. Sí, cariño, vamos juntos, ¿mmm?
–Me gusta eso –gimió, despegando un poco la espalda del colchón cuando Seokjin rascó su frenillo suavemente.
–¿Qué, amor mío?
–Vos, hablándome así –sonrió, parpadeando hasta enfocarlo y ver que este ladeaba la cabeza, dudando. Sus arremetidas ralentizando–. Aprecio los comentarios sucios, no te creas, pero hoy... –volvió a gemir cuando Seokjin martilló su próstata en un golpe duro–, hoy estás diferente.
–Diferente bien –no fue pregunta, pero Jimin descolgó las piernas de sus hombros para enroscarlas en las caderas de Seokjin mientras lo tomaba del brazo para que se recueste sobre él–. Adivino que diferente bien, rico.
–Rico –trató de reír, pero Seokjin empujaba sin piedad en él y estaba comenzando a sensibilizarse dado lo cerca que su orgasmo se anunciaba–. Te amo.
Y así, abrazados, construyeron su clímax casi a la vez.
Nota:
Malditas prácticas, me esclavizan. Necesito vacaciones ia.
Adoro escribir Jinmin, y de esto me percaté cuando tengo más de cinco fics de ellos dos en borradores jajaja
Nada, eso.
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:)
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