—Mi respuesta a lo que dijiste hace rato es... Sí. A sido así desde hace un buen tiempo. Pero, por ahora perdona mi egoísmo y espera. Eventualmente...diré palabras correctas y me expresaré apropiadamente.
—Bien.

Tiempo después

Ambos se besaban anhelantes y aliviados. El beso demostraba el alivio de ella al saber que su tan amado príncipe estaba bien. Y él... él sentía cómo una sensación de fuego, -que sólo aparecía cuando estaba con la pelirroja- crecía dentro de su cuerpo.

—Ze... Zen. Yo... me caeré.

Y él la miró, sonrojado, dándose cuenta de que el fuego de su cuerpo tenía un nombre, y era deseo.

—...Eso será malo.

Sus palabras tenían un doble sentido, sin embargo la muchacha de ojos verdes nunca lo supo.

Me gustó como quedó.
Es la primera vez que me animo a publicar una de las muchas ideas que salen de mi cabeza.
Disculpen las faltas de ortografía, trabajo en ello.

Gracias por leer ésto, quien quiera que seas.

-Annie.✨