Capítulo 13: She's annoying.
La sonrisa que le regaló era tierna. Zen la había llevado a un lugar hermoso en el castillo de Lyrias. El olor a flores se mezclaba con el de la tierra mojada, y el sonido de agua cayendo por la pequeña cascada que estaba situada detrás de ellos, hacían que Shirayuki se sintiera como aquella vez que le dijo a su querido príncipe que lo amaba.
Él acercó una mano a su rostro, y con los dedos le acarició la mejilla.
-Shirayuki...-susurró- debo partir por la mañana a Wistal.
Una extraña sensación de malestar se apoderó de su corazón, no supo decifrarla por lo que simplemente la ignoró.
-Entiendo... ¿te irás con la princesa?
Él negó y la miró a los ojos, el brillo de sus ojos le brindó esperanza a su corazón.
-Ella se quedará aquí- dijo él.- En realidad, no sabe que partiremos.
Asentí, con la cabeza gacha.
-Shirayuki...-comenzó, sin saber cómo decirlo. -Si ella... llegase a acercarse a ti, prométeme que la vas a ignorar. Cualquier cosa que te diga. Es una víbora. Tiene la lengua demasiado larga y no sé qué es lo que te puede decir acerca de el compromiso
-Zen... yo... yo... ¡Yo confío en ti!
El ojiazul se sobresalto al oírla, pero después sonrió para envolverla en un gran abrazo.
-Gracias, Shirayuki.
[...]
Ella casi podía jurar que la mataría. Dos días después de la partida de Zen a Wistal, la princesa se había dedicado a molestarla a todas horas del día, hasta cuándo Shirayuki estaba en su horario de trabajo.
-Ne, rojita.
Shirayuki puso los ojos en blanco al escucharla de nuevo, y decidió ignorarla.
-Rojita- insistió. La pelirroja siguió con su trabajo.
-Rojita-continuó-rojita. ¡Rojita!
Shirayuki suspiró y puso una sonrisa falsa en su cara antes de girarse y contestar: -¿Qué quiere?
La morocha sonrió con superioridad.
-¿Sabías que el príncipe Zen se quería acostar conmigo?
-¿Si?- sonrió dulcemente.
-Sí, pero cómo tuve una educación muy rigorosa, me negué.
-Vaya... Yo había escuchado que fué usted quién literalmente se lanzó a los brazos de su majestad.
La cara que puso la ojiazul hizo que Shirayuki quisiera soltar una carcajada, pero se contuvo.
-¡¿Qui... Quién dijo esa blasfemia?!
Otra carcajada contenida.
-¡Señorita!-Shirayuki volteó a buscar la voz de Obi que la llamaba, el joven se acercaba.
-Debe volver a su trabajo, ¿Cómo puede descuidarlo para conversar con la vivor... digo, con la joven aquí presente?
-Soy la princesa Aleida, prometida del segundo príncipe de Clarines; Zen Wisteria.
-¿Del amo? Uf, nunca me lo había dicho. Supongo que es porque no es tan import...
-Nos vamos, Obi. Hasta luego, su real majestad.
Ambos se dieron vuelta caminando por el pasillo.
-Debe cuidar sus amistades, señorita. No vaya a ser que se le pegue lo corriente.
-Tienes razón. Ahora entiendo porque Zen quería desacerse de ella, debe ser un suplicio estar con esa niña mimada.
-Pobre del amo. No entiendo cómo podía estar con ella en un carruaje por más de cinco minutos.
-Es un misterio- contestó, asintiendo.
Etto... gracias. <3
Jamás imaginé que esta loca historia sería leída. Agradezco de verdad sus votos y sus lecturas.
Gracias por leer esto, quién quiera que seas.
~Annie. ✨
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