26
Pov Jimin
Me asusté, más de lo que debería o tenía permitido. Sentí que estaba a punto de morir, sin embargo, el miedo no era nada comparado a todo el escalofrío que me recorrió con sólo una palabra saliendo de sus labios.
— Desnúdate.
Estaba en shock, con la respiración agitada y mi cuerpo no quería responder. Un jalón de cabello erizó mi piel. Me levantó sin soltar mi cabello, colocándome de pie. Recuperé el equilibrio y lo miré asustado.
— Yoongi, yo-
Mi voz tiembla. Trago saliva y suspiro tiritando.
— ¿Estás sordo? Te dije que te quitaras la ropa. — Se acercó a mí, tomando mi rostro con una de sus manos frías. — Esos ojos llorosos no funcionarán ésta vez, Jimin. — Gruñe dándome otra bofetada.
Negué con la cabeza y temblando comencé a desabrochar mi camisa blanca llena de tierra y sangre. La dejé resbalar por mis hombros, luego bajé mi pantalón blanco que estaba manchado de igual forma. Quedando solamente en bóxer cubrí mi entrepierna sin verlo a los ojos, viendo mis pies descalzos y sucios de tierra.
— Tengo frío, Yoongi.
Tenía miedo por lo que llegara a sucederme. Nunca antes lo había visto tan enfadado.
— Discúlpate. — Ordenó mientras caminaba alrededor de mi cuerpo.
— D- Disculpa.
— A ver, Jimin. Quiero que me digas porqué te estás disculpando. — Pidió sin dejar de rodearme a paso lento, jugando con el pequeño cuchillo en su mano.
— P- Por mirarte feo y desobedecer. — Mis dientes chocaban entre si mientras hablaba. Comenzaba a temblar un poco más abrazando mi cuerpo con mis brazos. — Y por ordenar que me obedezcas. Lo siento.
Se detuvo justo al frente de mí. Guardó la navaja en su bolsillo y se acercó. Subí la mirada para verlo mientras apretaba los labios. Lo vi escanear mi cuerpo con una expresión neutral. Juré que había pasado una eternidad cuando sus ojos cruzaron con los míos. Mis dedos y nariz se congelaban más rápido que el resto de mi cuerpo.
— Te disculpo. — Murmura abrazándome contra su pecho de un jalón.
Las cálidas lágrimas calentaron mis mejillas y mis dedos con las uñas moradas se aferraron a su camisa. Sollozo en su pecho mientras mis piernas desnudas tiemblan.
— Parece haber un arroyo cerca. Te daré un baño, no quiero que estés sucio, cuerpo puede enfermarse. — Habla cariñoso con esa dulce voz propia de su personalidad inestable. — Vamos. Te ves cansado y con frío.
Rodeó mis hombros con su chaqueta y me cargó en sus brazos. Por un momento sentí que estaba a punto de caer en los brazos de morfeo. Estaba tranquilo, después de tantas noches con Edawn abrazándome y roncando mientras hablaba entre sueños, por fin tenía algo de paz.
Posiblemente pasaron unos minutos que me parecieron casi eternos. Yoongi me sentó en una piedra tibia. Escuché el sonido del agua correr y suspiré abriendo los ojos. Era un lago que no se veía del todo profundo. Traslúcido y con algunos peces de colores extravagantes.
— No debe estar tan fría el agua porque tiene un claro justo encima. — Dijo Yoongi señalando el gran hueco de hojas verdes que daba espacio a la luz de la luna sobre el lago.
— Pero tengo frío.
— No te preocupes, arreglaremos eso.
Comenzó a quitarse la ropa hasta quedar desnudo por completo, se dirigió a mí y me cargo de tal forma que mis piernas se entrelazaron en su cintura y así mi pelvis quedara pegada a su abdomen. Ingresó con cuidado al lago y chillé al contacto del agua que estaba a temperatura ambiente, aunque mi cuerpo la sintió tibia del frío que hacía.
Al estar hasta los hombros bajo el agua, mi mirada se encontró con la suya. Sonreí y suspiré recostando mi frente sobre su hombro. Estábamos tan locos. Estamos locos.
— ¿De qué te ríes? — Preguntó acariciando mi espalda baja mientras me soltaba para separarme de su cuerpo. Sujetándome de sus hombros moví mis pies bajo el agua acariciando las suaves piedras debajo de mis dedos.
— De lo locos que estamos. — Respondí alejándome hacia una piedra en donde apoyé mi espalda para verlo frente a frente. Se acercó viendo directamente mis labios. Le saco la lengua y arrugo la nariz con burla mientras le echo agua al rostro.
No pareció afectarle en lo absoluto. Sonrió y me acorraló con su cuerpo contra la piedra en la que reposaba mi espalda. No pude reaccionar, besó mis labios sin dar aviso.
Sus manos fuertes, su actitud imponente y posesiva, Yoongi me dominaba del todo. No dejaba de ser dulce a pesar de comer mi boca con frenesí como si quisiera ahogarme con sus labios. De hecho, me sentí desmayar cuando su miembro rozó mi entrada al mismo tiempo en el que sus manos se aferraban a mis muslos, acomodándolos según su comodidad a los lados de su cadera.
Iba a retractarme, pero ya estaba entrando en mí. Se sentía tan bien, su dureza entrando crudamente mientras yo temblaba y me aferraba más a sus hombros temiendo caer, rasguñando con fuerza su piel al sentirme inestable a pesar del agarre de sus manos en mis piernas.
Grité su nombre entre quejidos agudos cuando dió una embestida dura en mi interior. Era doloroso pero no dejaba de excitarme esa sensación de ardor y placer.
Sus gruñidos en mi oído, su respiración pesada y su mirada clavada en mis labios entreabiertos. Todo lo que hacía en mí y sobre mí, me ponía completamente nervioso, revolviendo una sensación de angustia y con una de deseo en la boca de mi estómago. Era inexplicable cómo Yoongi me hacía sentir tan sólo con clavar su mirada en mí.
No pasó mucho para que el movimiento de caderas se volviera monótono. El agua del lago se movía gracias a nuestros movimientos. Sus jadeos roncos se intensificaban aún más, y mis caderas se movían por sí solas a la vez que me abrazaba a su cuerpo buscando más seguridad y protección.
Irónico, que un asesino psicópata me diera esa sensación de estar a salvo con solo una caricia, un beso o siquiera con hablarme. La situación conmigo mismo era del todo bipolar, incluso le podía llamar inestable.
Mientras me embestía y yo gemía enloquecido, no discernía entre mis propios deseos sexuales, o mis sentimientos reales. Todo se volvía tan confuso justo cuando su pene llegaba tan a fondo en donde más me gustaba.
Gemí más fuerte cuando sujetó mis caderas y dió más rápido justo en mi próstata. Besé sus labios, desesperado, chillando, mordiendo su lengua y jalando su cabello agresivamente, obteniendo un par de arañazos en mis glúteos de su parte. En un abrir y cerrar de ojos estábamos fuera del lago, me encontraba debajo de él sobre una piedra lisa y gris en la que acomodó mi cuerpo para cogerme con más comodidad. Abrió mis piernas, colocando mis rodillas contra mi pecho y penetró sin medirse.
Lo miré a los ojos con los labios entreabiertos. Sentía mi cuerpo mojado, no sabía si de sudor o por el agua del lago en el que estábamos recientemente. Estaba a punto de correrme mientras apretaba mis puños a los lados de mi cuerpo.
Entonces salió de mí sin avisar, como si supiera que estaba en mi límite, a punto de llegar.
Sin decir nada, dió media vuelta a mi cuerpo colocándome sobre mis rodillas dando una concisa nalgada, sacando con ello un chillido de mis labios. Me penetró sin avisar aferrando sus grandes manos a mi cadera. Follando mi culo sin detenerse ni para respirar, jaló con una de sus manos mi cabello y el agarre en mi cadera lo mantuvo firme con su otra mano. Sentí más placer que nunca por la corriente eléctrica que me recorrió desde mi espina dorsal hasta el resto de mi cuerpo.
El chocar de nuestros sexos se escuchó como un eco en medio del bosque, impactando una y otra vez contra su pelvis acompañando el sonido de nuestros gemidos y gruñidos. La carne de mi culo se estampaba contra la palma ansiosa de su mano, que buscaba marcar severamente mi piel, como si ya no fuera suficiente las anteriores veces que me había azotado.
No podía aguantar más, estaba exasperado, apretando mis manos en puños sobre la piedra. Gimiendo agudo su nombre entre palabras incompletas, me corrí en medio de un alarido ahogado apretando con fuerza su miembro en mi interior.
Le tomó tiempo correrse, por lo que salió de mi interior y se masturbó, llenando mi entrada y nalgas de su espeso tibio semen. Lo miré de reojo aún con la respiración agitada y mordí mi labio inferior bajando la mirada, reposando mi frente sobre una de mis manos mientras arqueaba la espalda buscando relajarme.
— Te amo, Jimin. — Habla un poco menos agitado mientras se inclina a dar besos en mi espalda. Mis mejillas ardieron casi tanto como mi trasero. Sonreí y lo miré por encima de mi hombro al tener su rostro cerca de mi nuca.
— Yo también te amo, Yoongi. — Respondí dando media vuelta a mi cuerpo para abrazarlo con mis piernas una vez se acostó sobre mí buscando un poco de reposo luego del agitado acto.
Nos mantuvimos en silencio, entre caricias, hasta que le dije que sentía frío. Nos separamos y le entregué su ropa para que se vistiera. Me coloqué su abrigo y me cargó con rumbo a la cabaña. Al llegar estaba Edawn abrazado a Hoseok en la cama, ambos dormidos muy tranquilamente.
Yoongi me sentó sobre un sofá que había en la pequeña sala de estar, el lugar por suerte estaba bien conservado. Me pidió que lo esperara mientras lavaba la ropa de ambos. Lo esperé un rato hasta que volvió sacudiendo sus manos.
— Dejé tu ropa secando afuera. Para mañana va a estar lista y podremos seguir adelante. — Explicó quitándose la camisa. Me la entregó sonriendo. — No quiero que mi hermoso príncipe se enferme. Colócate la camisa y déjate el abrigo, yo estaré bien solo con ropa interior. — Habló. Iba a refutar, pero alzó una de sus cejas viéndome amenazante. Suspiré y obedecí sin decirle nada al respecto.
Pasaron unas horas en las que estuvimos acariciándonos mutuamente en el sofá, acostados uno encima del otro, con las piernas entrelazadas. Lo miré verificando que realmente durmiera y agarré su teléfono del bolsillo de su pantalón.
Saco la tarjeta de memoria y lo vuelvo a guardar en su pantalón. Sonriendo, me trago la pequeña tarjeta negra y haciendo una mueca suelto un suspiro sintiendo escalofríos.
— Buenas noches, Yoongi. — Murmuro cerrando los ojos con una sonrisa.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
A la mañana siguiente, como dijo, la ropa estuvo seca. Pude vestirme para que Yoongi llevara su camisa y chaqueta de vuelta. Se negó a dejarme caminar, me cargó en sus espalda mientras caminaban con rumbo a nuestro destino. Después de presionarlo e insistir en que me bajara de su cuerpo, lo convencí de que llamara a su amigo. Lo hizo, por suerte estábamos cerca de la carretera. Tuvimos que esperar sólo unos pocos minutos a que nos vinieran a buscar en una gran camioneta. Subí al asiento trasero con Hoseok y Edawn mientras que Yoongi estaba en el asiento del copiloto.
— ¿Qué maldito desastre hiciste ahora? — Preguntó el hombre abogado del tal Mark que vi antes en la corte.
— Debo dejar a estos chicos con Taehyung. Luego te explico, por el momento, tienes que deshacerte de mi celular. — Vi como entregaba su celular en manos de aquel hombre que conducía a una gran velocidad.
— Claro que lo haré. — Lo vi colocar un dispositivo en el celular mientras le dejaba el volante a Yoongi. Lo activó y lo lanzó por la ventana. Observé el aparato caer barranco abajo por la montaña. Tres, dos, uno... ¡Boom! El fuego se hizo presente junto a una explosión que dejamos atrás.
— Espero no te hayas metido en problemas. Hablaré con Taehyung, sigue conduciendo. — Explica el abogado cambiando de lugares con Yoongi quien fácilmente se aferró al volante. Yo solo los observaba de vez en cuando con curiosidad.
— Yo los dejo en el departamento de alquiler de Taehyung, nadie sabe que él a veces se queda allí, luego me llevas a mi casa y resolveremos éste asunto. — Dijo Yoongi a Lucas desviándose por otro camino hacia el centro de la ciudad.
Cerré mis ojos de apoco hasta quedar profundamente dormido sobre el hombro de Edawn.
.
.
.
.
.
.
.
.
Al despertar, estaba en una habitación con una manta cubriendo mi cuerpo. Me parecía conocido el lugar, por lo que salí y bajé las escaleras. Escuché ruidos y caminé a la cocina, cruzando al frente de un espejo por el pasillo, notando que tenía puesto un pijama azul oscuro.
— ¡Despertaste! — El chillido de Edawn me asustó. Volteé a verlo, encontrándome con su abrumador y asfixiante abrazo. Lo abracé un poco viendo su pijama violeta. — Hoseok se está bañando, esperemos en la sala, Jin hyung está cocinando.
¿Jin? ¿No era ese el detective?
Corrí a la cocina y vi efectivamente, al amigo de Jungkook, el detective, cocinar en camiseta, con un delantal sencillo amarrado a su cintura. Me miró y sonrió volviendo su atención a las ollas.
— Hola Jimin ¿cómo te sientes?
— Bien ¿Puedo usar el teléfono? — Pregunté algo nervioso disimulando mi ansiedad.
— Claro ¿a quién llamarás? — Seca sus manos y saca de su bolsillo el aparato para desbloquearlo.
— Quiero hablar con Jungkook. — Murmuro extendiendo la mano hacia él.
— Bien, hazlo. — Vió la pantalla y me lo dió.
Asentí agradeciendo aún algo confundido mientras salía de la cocina, alejándome hacia el estudio para tener más privacidad. Marqué el número y sonreí apenas escuché su voz.
-- ¿Hola?
— Lo tengo, tengo todo. — Hablé con una sonrisa mordiendo mi dedo pulgar.
-- ¿Tienes las grabaciones, las llamadas?
— Tengo todo lo que necesitas. Ahora tienes que darme lo que quiero. — Murmuro sentándome en el escritorio.
-- ¿Y qué es lo que quieres exactamente?
— A Yoongi.
-- Pero ¿qué harás con él?
— ¿Qué crees que voy a hacer? — Pregunto divertido agregándole un tono infantil a mi voz.
-- ¿A qué te refieres con eso?
— Que esto aún no acaba, Kim. — Gruño relamiendo mis labios decidido.
-- Per-
Colgué sin dejar que respondiera. Borré el número de la llamada y llamé a Jungkook, sin embargo, no me contestó. Fruncí el ceño y salí del estudio para devolver el teléfono a Jin. Lo dejé sobre el mesón a un lado de él y salí de la cocina.
Todo estaba marchando según lo planeado, estaba más que listo, estaba preparado para abrazar a Yoongi y ver quien resistía más en medio de ese abrazo.
— ¿Quieres abrazarme, Yoongi? — Pregunté en medio de un susurro riendo bajo mientras veía el suelo alfombrado.
Realmente, me estaba divirtiendo con éste estúpido y arriesgado juego.
~o~
Todo irá tomando sentido a medida que vayan saliendo más y más capítulos.
Todo tiene su porqué, nada es al azar, nada en ésta historia es simple relleno, así que hay que comenzar a analizar y sacar teorías, porque no todo aquí es tan fácil como se ve >:)
¿Con quién habló Jimin?
¿Ahora que sucederá con Yoongi?
¡Gracias por leer!
Besos
❤
Pd: Perdón por el lemon caca, espero mejorarlo pronto :'u
[ Capítulo Corregido ✓ ]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro