Yoongi estaba plasmado, tan nervioso que casi pudo sentir el roce de las hojas de los árboles por el viento que se paseaba de vez en cuando por las ramas de estos. Su corazón estaba golpeando fuertemente en su pecho y no sabía lo que le vendría. No sabía qué hacer.

Asesínalo...

Acaba con él...

Con todos ellos...

Asesina a Jimin

Asesina a Jimin...

Matar...

Asesinar...

Matar...

Gritó con fuerza cubriendo sus oídos mientras se tambaleaba hacia atrás cerrando los ojos con fuerza. — ¡Cállate, cállate, cállate, cállate! — Negando con la cabeza sintió que casi se desmayaba por la falta de oxígeno.

— ¡Yoongi! — Una voz lo despertó de su trance. Abrió los ojos y se encontró con los orbes marrones de Jimin quien lo sacudía para que entrara en razón. — ¡Tenemos que irnos!

Asintió. No tenía un plan ¿Debían sólo correr y correr para qué? Tenía que pensar. No podía abandonar todo y ya. Los alcanzarían.

— Oh, sangre. — Edawn estaba jugando con el cadáver mientras abría su abdomen con sus manos y estrujaba sus entrañas como si fueran de plastilina.

Hoseok por su parte, se sujetó de un árbol y vómito todo lo que traía en el estómago. Era demasiado para él. Estaba mareado, cansado, y asqueado.

— Hyojong. Levanta tu culo de ahí, tenemos que irnos. — Ordenó Jimin molesto cargando al flaco chico alejándolo del cadáver.

Yoongi se quedó allí. Mirando el suelo, procesando que hacer y qué no hacer. No podían irse nada más así. Tenían que idear un plan.

— Mi teléfono. — Yoongi sacó su teléfono y marcó a Mark. Era el único con tiempo y disposición de ayudarlos.

Comenzaron a caminar. Mientras Yoongi hablaba por teléfono cargaba a un Hoseok desmayado en su espalda. Sus pasos eran ruidosos por las hojas secas que parecían un colchón natural que adornaba el suelo el cual no se sabía si era de tierra o césped por la abundante cantidad de éstas.

Jimin llevaba a Hyojong de la mano para no perderlo, al parecer el chico se distraía con la más mínima cosa que pasaba a su lado. Pareciera como si no hubiese salido nunca de aquel psiquiátrico. Como si fuera prisionero desde niño.

Yoongi colgó y guardó su celular en el bolsillo. Había una carretera cerca y tenían que llegar. Mark los esperaría allí con una camioneta negra. Aunque había un pequeño detalle ¿Cómo llegar a un lugar el cual su paradero es incierto? Simple, activando el GPS. Sin embargo, si lo hacía, los iban a descubrir.

— Yoongi.

La voz del chico que lo movía lo hizo caer en cuenta de que debían moverse. Sin más se agachó y quitó todas las hojas del suelo haciendo un espacio en el cual comenzó a cavar con sus manos.

— Jimin, Edawn. Ayúdenme a cavar. Hoseok, tú quédate allí. — Le habló al cuerpo desmayado de Hoseok el cual había dejado caer a un lado.

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Taehyung intentaba lidiar con la policía para que no lo culparan de nada. Él estaba muy al tanto de que Yoongi venía pero era una información que no le convenía manifestar. Al poco tiempo llegó Jungkook que lo ayudó a no meter la pata. Debía agradecerle, y mucho, por todo lo que había hecho por él.

— Bien. Me temo que parece ser algo que se salió de control. Los estaremos contactando. — Habló el oficial anotando algo en su libreta mientras se retiraba dejando a Taehyung y Jungkook solos.

Jungkook gruñó cruzando sus brazos, volteó a ver a Taehyung esperando una buena explicación para todo el desastre del lugar. Solo había sangre y cadáveres en el pasillo principal, sin dejar de mencionar que Jimin y Hoseok no estaban.

— ¿Y bien? ¿El gato te comió la lengua? — Preguntó Jungkook esperando a que Taehyung hablara.

— Yuta. Era un enfermero que al parecer estaba obsesionado con Jimin y fue quien asesinó a una parte considerable de mis trabajadores. — Comienza a explicar Taehyung. — Yoongi debe estar con Jimin y-

— ¡¿Que él qué?! — Interrumpió el abogado. — ¡Ahora mismo lo llamas, porque me niego a que Jim-! ¡Mhfmnf! ¡Sfueltafme! — Forcejeó mientras intentaba quitar la mano del mayor de su boca. Entre golpes y empujones se trasladaron a otro lugar más discreto.

— ¡Basta, quédate quieto y deja que termine de explicarte! — Gritó Taehyung sacudiendo a Jungkook. Cuando lo vió más tranquilo, lo soltó y suspiró. — Jimin estará bien. Si está con Yoongi, le garantiza una protección de un cien por ciento. Así que deja de hacer un maldito alboroto. Los cuatro deben estar bien justo ahora. No podemos llamar a Yoongi al teléfono o lo van a rastrear.

¿Los cuatro? Jungkook no comprendía. Si estaba Jimin con Yoongi, y en el mejor de los casos se sumaba a Hoseok ¿Por qué eran cuatro?

— A ver ¿me puedes explicar ese numerito? Porque no me dan bien los cálculos.

— Uno de mis pacientes más cercanos se hizo amigo de Jimin, a pesar de estar un poco deteriorado mentalmente, es buena persona, y estará con ellos tres.

Eso realmente no le preocupaba del todo. Aunque tomando en cuenta que Taehyung atiende enfermos mentales, comenzaba a ponerse nervioso ¿Y cómo no lo estaría? Hoseok y Jimin están con un enfermo mental y un asesino psicópata, vaya esperanzas.

— Como uno de mis dos chicos salga herido, te reviento el pene, Kim Taehyung. — Amenazó viéndolo a los ojos.

Ambos se retiraron en el auto de Jungkook con rumbo a su casa, allí estaría Jin esperándolos para poder resolver esto sin ayuda de la policía.

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~Horas más tarde~

Después de enterrar el cadáver unos tres metros bajo tierra, se dedicaron a caminar montaña abajo. Por suerte no estaba tan empinada y podían caminar con naturalidad. Estaban algo cansados, el sol había desaparecido, provocando que brisas comenzaran a enfriar sus cuerpos los cuales no querían cooperar en seguir avanzando.

— Me siento mal. — Murmura Hoseok que se sujetaba de Edawn pasando su brazo por encima de su hombro.

— Aguanta. Ya vamos a estar a salvo. — Intentó calmar Jimin mientras palmeaba su espalda.

Yoongi miraba a Jimin de reojo fijamente mientras caminaban. Detallaba sus gestos, sus mejillas regordetas que siempre resaltaban a pesar de que el menor bajara de peso. Sus labios abultados y sus ojos.

Por primera vez, al cruzar miradas con Jimin por una milésima de segundos, sintió miedo. No era uno de esos gestos a los que estaba acostumbrado. Lo miró fijo con más seriedad de la que en realidad hubiese usado, sintió que el tiempo casi se detuvo. Avanzando muy lento mientras sentía que se asfixiaba, volvió su mirada al frente.

¿Cómo describir que en realidad sintió morir con la filosa mirada del menor? Sabía que su instinto le quiso advertir algo que su cerebro no procesaba aún. Casi pudo presumir que en realidad él era el idiota en este sitio en medio del bosque, caminando sin rumbo hacia adelante. Pero en realidad, nunca pensó sobre los demás.

Yoongi estaba muy ocupado intentando planear algo sin darse cuenta de que Jimin estaba demasiado callado. Seguía caminando hacia adelante sin siquiera sentirse perdido o desorientado, como si supiera a dónde iban. Un escalofrío recorrió toda la espalda de Yoongi sintiéndose desnudo de repente, era una sensación de angustia que casi le provocaba ganas de llorar desesperadamente.

— Yoongi. — Lo llamó Jimin con el timbre de voz un poco más bajo de lo normal. El nombrado se detuvo y miró hacia atrás al menor, notando que éste estaba señalando hacía su derecha una cabaña pequeña que parecía estar vieja y abandonada.

— Vamos a refugiarnos ahí. Hoseok está herido y todos estamos cansados.

Yoongi intentó mantener la compostura caminando al lugar mientras apretaba sus puños.

Jimin lo siguió tomando la mano libre de Hoseok caminando junto a Edawn quien sujetaba a Hoseok del otro lado para evitar que se desmayara o cayera de nuevo.

Al entrar a la cabaña, tosieron por el polvo que se levantó apenas abrieron la puerta. El lugar era pequeño, con una sola habitación y varias velas apagadas en distintos lugares.

Encendieron cada vela con el encendedor de Yoongi y luego se acomodaron en la vieja cama de la habitación un poco iluminada por las dispersas velas.

— Yoongi, dame tu teléfono. — Habló Jimin extendiendo su mano hacia el mayor.

Bien, la situación se volvió incómoda. A pesar de amar a Jimin, dudaba sobre sus intenciones, sobre todo en estas circunstancias en las que podía suceder cualquier cosa. Yoongi se mantuvo inmóvil, analizando las duras expresiones del menor.

— ¿Por qué debería darte mi teléfono? — Preguntó a la defensiva, retrocediendo un paso mientras metía una de sus manos en el bolsillo derecho.

Definitivamente no confiaba en Jimin, una especie de instinto le decía que corriera lejos, sin embargo, el amor por el menor lo tenía allí atado, como atrapado en una jaula con barrotes que soltaban descargas eléctricas.

— Con eso nos pueden rastrear. Voy a destruirlo. — Aclara Jimin extendiendo la mano.

Hoseok se mantuvo viendo la escena junto a Edawn desde la cama. Ambos estaban callados y un poco asustados con la situación. No sabían qué hacer.

— Para algo puede servir. — Gruñó Yoongi saliendo de la cabaña con la respiración agitada. Apretó sus manos y bajó la mirada. Su nariz, orejas y los dedos de sus manos, en cuestión de segundos, se pusieron fríos a causa del frío nocturno.

— ¡Min Yoongi, dame ese celular! — Gritó Jimin siguiéndolo mientras golpeaba el piso con los pies descalzos. Salió de la cabaña y lo vio frente a frente. Sin embargo, no hubo contacto visual en absoluto.

Los ojos del mayor se obscurecieron cuando levantó la mirada y la cruzó con la de Jimin. Sonrió, como si acabara de ganar la lotería. Escaneó el cuerpo del pelinaranja y mordió su labio inferior. Sintió que algo más que su propio yo se adueñaba por completo de su mente y le pedía a gritos asesinar a Jimin.

Sacó la navaja y se abalanzó sobre el menor soltando un alarido grave apretando el arma blanca en su mano. Jimin logró esquivarlo y entre forcejeos, al sujetarlo de las muñecas, estampó su cuerpo contra un árbol provocando que de éste cayeran algunas hojas secas por la sacudida. Yoongi lo miró a los ojos y de un movimiento cambió de lugares. Tomando el cuello de Jimin estampó su espalda contra la corteza carrasposa del árbol y lo miró.

— ¿Qué te parece si jugamos a que te asfixio mientras te castigo? — Pregunta Yoongi al oído del menor rozando sus labios con la mejilla de Jimin mientras aprieta su agarre. Disfrutó cada segundo en el que Jimin no podía emitir sonido, admirando como poco a poco su rostro se colocaba rojo.

Vio las pequeñas manitos del menor agarrar su brazo intentando apartarlo débilmente. Era tierno, un poco macabro, presenciar como la vida de Jimin dependía de sus manos. Se sintió lleno de poder y con ganas de apretarle el cuello hasta romperlo, pero se detuvo. Aflojó el agarre y sin soltarlo, se mantuvo firme, reemplazando su gesto burlón por una expresión seria.

— Que sea la última vez que intentas ordenarme algo, Park Jimin. — Murmura mientras lo mira con detalle de arriba a abajo, luchando por respirar y no desmayarse en medio del bosque.

— S- Si. Lo s- siento. — Logró hablar con un hilo ronco de voz mientras rasguñaba al mayor para que lo soltara. Justo cuando se sintió libre del agarre, buscó desesperadamente aspirar y suspirar mientras tosía acariciándose el cuello y el estómago.

Se reincorporó y antes de poder parpadear para dispersar las lágrimas en sus ojos, su mejilla ardió a la misma vez que una bofetada había volteado su rostro. Su mejilla comenzó a tornarse caliente, adoptando un rubor leve mientras se acariciaba conteniendo el llanto.

— Te disculpo, Jimin. — Dice gélido, palmeando su cabeza como si fuese un pequeño cachorro muy obediente. — Pero eso no quiere decir que no vaya a castigarte.

— Yoongi. Por favor, no. — Le suplica mientras se recuesta del árbol al sentirse mareado.

— Desnúdate, Jimin.

~o~

¿Qué sucederá con Jimin?

¿Qué estará planeando Yoongi?

¿Cómo se salvarán de la policía y sobrevivirán en medio del bosque?

¿Jungkook y Taehyung los encontrarán primero?

¡Gracias por leer!

Besos

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Llamada

¿Hola?

Lo tengo, tengo todo.

¿Tienes las grabaciones, las llamadas?

Tengo todo lo que necesitas. Ahora tienes que darme lo que quiero

¿Y qué es lo que quieres exactamente?

A Yoongi.

Pero ¿qué harás con él?

¿Qué crees que voy a hacer?

¿A qué te refieres con eso?

Que esto aún no acaba, Kim.

Per-

*Beep*

Fin de la Llamada

[ Capítulo Corregido ✓ ]