Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20

Pov Yoongi

Acariciaba con fuerza su cuerpo sobre aquel escritorio mientras él besaba y succionaba mi cuello. Vaya que eso si sabía hacerlo muy bien, incluso sentí celos por un momento. Lo disimulé mientras jalaba con fuerza su ropa interior dejando la parte inferior de su cuerpo completamente descubierta para mí.

Nuestras respiraciones eran agitadas en medio del beso que se formó por iniciativa suya mientras mis manos amasaban como podían sus muslos y trasero. Sabía que le iba a dejar algunos moretones pero no era de mi incumbencia, si alguien intentara tocarlo sabría Jimin ya tenía dueño.

Con su ayuda mi camisa desapareció. Bajé mi bóxer junto a mi pantalón mientras lo acercaba más a mí recostando su espalda en el escritorio para así ingresar sin cuidado dos de mis dedos en su entrada. Sus uñas trabajaron mi pecho y abdomen, marcando aún más mi cuerpo lleno de cicatrices. Mordí su cuello mientras me encargaba de dilatar su ano con mis dedos.

Nada más con imaginar cómo su anillo apretaría mi pene como lo hacía con mis dedos me sentí más duro. Era tan sexy verlo gimotear con los ojos llorosos y las mejillas sonrojadas. Aunque él luego dijera que no quería esto, sabía que justo ahora lo estaba disfrutando tanto como yo.

No quise prepararlo más. Él tenía prisa, yo también. Así que saqué mis dedos y sujetando su erección con una mano, posiciono mi miembro en su entrada. Me miró con una expresión que no supe descifrar mientras que con sus muslos apretó mi cadera y con sus talones me apegó más a él, haciendo que por inercia solamente la punta de mi longitud abriera paso en su interior.

Tomó aire mordiéndose el labio sin apartar la mirada se mis ojos. A medida que me ingresaba lentamente en él, sus labios se separaron gimiendo sin pudor alguno.

Al yo estar por completo dentro, cerró los ojos y apretó la mandíbula gruñendo bajo. Sujeté sus muslos por debajo de las rodillas, abriendo sus piernas, tuve una vista perfecta de su erección rosada y su culo tragándome por completo el pene.

Comencé a mover mis caderas lentamente pero con fuerza gruñendo viéndolo gemir y morder sus labios.

— Así me gusta, que me sientas. — Susurro ronco clavando mis uñas en sus muslos mientras arrugo la nariz aumentando un poco la velocidad del vaivén. Su cuerpo de retorcía y sus piernas se tensaban cada vez que llegaba más profundo. De pronto, comenzó a gemir un poco más alto mientras su mirada parecía desconectarse por completo.

Pidió casi sin aliento que no lo embistiera tan fuerte. Suelto sus muslos para que me abrace libremente con sus piernas y me inclino para besar sus labios mientras intento son ser tan brusco. Me sujeto a los lados del escritorio con fuerza para no perder estabilidad y continúo con el vaivén de mis caderas.

No podía evitar ser así. Si algo me molestaba de Jimin, quería castigarlo. Sin embargo, siempre pensaba en el placer que necesitaba Jimin durante sus castigos. No podía lastimar a Jimin, yo lo amo, y no quiero que sufra por nadie que no sea yo. Que no deje de pensar en mí, ni en lo que hacemos juntos. Que cuando me extrañe, recuerde como tuvimos sexo e hicimos el amor.

— Te amo, Jimin. — Susurro al separarme de sus húmedos e hinchados labios. Mirarlo. Oírlo. Todo de él me extasiaba y me llevaba a mi límite, en el que tenía que elegir si negociar con la cordura o mandarla al carajo.

— También te amo, Yoongi. — Gimió en mi oído jalandome de la nuca. Eso bastó para sacarme de mi burbuja de control y comenzar a embestir sin cuidado alguno, sintiendo como nuestros fluidos provocaban un chapoteo sucio al chocar su piel contra la mía. Mis muslos se acoplaban una y otra vez con su culo, sus piernas me abrazaban con fuerza mientras sus manos rasguñaban mis brazos en medio de gemidos.

Sus ojos estaban acuosos, nublados de placer. Se quejara o no, no me detendría. Estaba en mi punto máximo donde sólo quería seguir y seguir. Lo besé, me correspondió entre gruñidos rasguñando mi nuca y espalda, mientras que mis caderas trabajaban por dar una y otra con fuerza.

Nuestros labios chasqueaban desesperados. Su lengua quería ahogarme y la mía a él. Mordiendo y chocando a veces los dientes, no dejábamos de devorar nuestras bocas como si nuestro problema fuese un hambre insaciable. Se abrió paso a gemir sin escrúpulos sobre mis labios, rozándolos una y otra vez, pasando sus manos bajo mis brazos, rasguñando la piel de mis costillas más libremente sin dejar de quejarse mientras lo embestia.

Estábamos a punto de colapsar. Fue cuando echó su cabeza para atrás gimiendo mi nombre a más no poder, cuando me di cuenta que estaba dando justo en su próstata. No presté atención a sus chillidos desesperados diciendo barbaridades irrelevantes.

Un gruñido casi como el de un lobo salió de mis labios al correrme en su interior, llenándolo por completo de mi esencia. Temblamos al mismo tiempo en medio de nuestro mutuo orgasmo en el que pasé una mano a su pene, bombeándolo con la respiración agitada sin perder de vista su rostro que se fruncía en una mueca de alivio y placer. Mi mano lo ayudó a liberarse, soltando por fin su orgasmo sobre su abdomen.

Su vientre quedó lleno de su propia esencia, el resto de su cuerpo, con sudor, al igual que yo. Salgo lentamente de su interior viendo mi pene manchado de mi propio líquido y luego observo mi semen salir al resbalar fuera de su rosado orificio que se expandía y contraía.

Le doy una bofetada en el culo y acaricio sus muslos con suavidad para que me soltara. Suspirando todavía con su pecho subiendo y bajando, me soltó. Me aparto sonriente y comienzo a vestirme.

— Voy a limpiarte — Saco una servilleta del bolsillo de mi pantalón y limpio sus muslos hasta dejarlo decentemente presentable.

Lo ayudo a sentarse en la orilla del escritorio y le coloco la ropa con cuidado. Mañana le dolería la espalda, piernas, y culo. Se merecía mucho, pero mucho cariño. Dejé besos en su rostro sin dejar de sonreír mientras acomodaba su vestimenta. Lo peino un poco con mis dedos y beso sus labios.

— No me beses tanto. — Desvió el rostro frunciendo el ceño.

Ladeo la cabeza confundido y sonrío. — Comprendo, estás cansado. — Alzo mis hombros y le coloco los zapatos que seguramente eran prestados, porque le quedaban una talla más grandes.

Al estar de pie al frente de mí, me abrazó. Devolví el abrazo con una sonrisa en mi rostro. A pesar de todo era un niño, lindo y mimado. Un niño que dependería de mí, sólo de mí, porque Park JiMin es solamente mío, de mi propiedad. — Mío. — Murmuro apretándolo un poco.

— Yoongi — Gruñó. Me separé de inmediato tomándolo de los hombros. Me sonrió y se acercó a mis labios deslizando sus manos en mi cuello. — ¿Sabes? No tienes idea de lo que te espera.

Sonreí de igual forma tomándolo de la cintura para apegarlo más a mí. — Claro que tengo idea. Me espera tu culo y piernas abiertas en aquella habitación blanca de hospital psiquiátrico. Implorando que te folle una y otra, y otra vez, destrozándote y volviéndote a armar como a una muñeca.

Se separó un poco con una expresión de terror o confusión, pero por su sonrisa, era evidente que estaba disfrutando mis palabras. — ¿Soy acaso un rompecabezas?

— Eres mío, Jimin. — Mi sonrisa desapareció. — Completamente mío, y me gusta hacer contigo lo que se me dé la gana para demostrarle a los demás, o bien sea, a ti mismo, que me perteneces. — Digo clavando mis uñas en su cadera sacando un quejido de dolor de sus labios.

— Estás loco. — Murmuró rodando los ojos con fastidio.

— Te amo tanto, que soy capaz de todo menos asesinarte. — Sonreí dulcemente peinando un mechón por detrás de su oreja. — Tanto, que mato por ti, porque estoy enfermo de amor gracias a ti, tus ojos, tu nariz, tus regordetas y pomposas mejillas, tus labios. — Me detuve para mirarlos y relamer los míos. — Tus labios son lo más sexy que tienes, además del culo, claro. Despiertan los más perversos escenarios en los que estás involucrado.

— ¿Si? A ver ¿Que pasa por tu mente si hago esto? — Sacó su lengua abriendo su boca y luego mordió su belfo inferior.

— Follarte la boca. Es lo primero que viene a mi cabeza. Lo que sea que chupes me emociona y me pone duro.

— Eres asqueroso y repugnante.

— Así me amas. — Respondí besando sus labios.

De pronto alguien interrumpió el momento tocando, y luego, abriendo la puerta. Era el detective Jin, supongo yo ésta ers su oficina.

— Disculpen. Jimin tiene que salir ya, Yoongi. Empaca las cosas para Jimin. Al conversar con mis superiores me notificaron que como vivías con él, sólo tú puedes empacar sus cosas, ya que él no puede salir de aquí mientras se preparan los trámites para su traslado. — Explica su motivo de interrupción mirándonos de arriba a abajo.

— Bien. Iré ahora mismo. — Hablo separándome de Jimin para caminar a la puerta. — Nos vemos, cariño.— Le guiño un ojo y salgo pasando a un lado de Jin.

Más adelante me encontré con el abogado que solo me miró de mala manera. Con la frente en alto, le sonreí. Me daba risa verlo tan frustrado. Y espero no se concentre tanto en mí o se descarrilará de su propia vida.

— Hola, Hoseok. — Saludé al ver al amigo de Jimin sentado en una banca. — Nos veremos pronto ¿Sabes? — Achino mis ojos sonriendo ampliamente. — Y nos divertiremos como no tienes idea. Vas a tener un nuevo amigo contigo. — Canturreo retirándome.

Él se mantuvo ¿confuso? no lo sé. Pero lo que sí sé, es que esto apenas comenzaba.

~o~

Espero que guste el capítulo y mi lemon kk

¡Gracias por leer!

Besos

[ Capítulo Corregido ✓ ]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro