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Pov Jungkook

Jin y yo nos alejamos de la puerta cuando escuchamos a Jimin jadear. Suponíamos que se estaba masturbando a causa de la frustración, después de todo, luego el pobre no lo iba a poder hacer. Fue vergonzoso verlo salir quince minutos después con el rostro colorado. Ignorando ese hecho, lo llevamos de vuelta a la celda junto a Hoseok.

Este periodo no ha sido el mejor que he tenido. Por primera vez tenía miedo de perder el caso. Hoseok y Jimin eran mi responsabilidad ¿Cómo sacarlos de este agujero? Ni siquiera con ayuda de Jin podía lograrlo.

Estaba realmente seguro de que Yoongi tenía que ver con esto. Se burlaba en mi rostro y era realmente astuto en esconder pruebas relevantes.

Esa noche, analicé hasta tarde pruebas con Jin pero no logramos encontrar más que hipótesis. Estaba cansado, hace algún tiempo que no bebía en el local que solía frecuentar, por lo que decidí ir a beber algo y relajarme.

Con ayuda de un taxi llegué en cuestión de minutos. Saludé a los guardias de la puerta y me dirigí directamente a la barra a pedir un trago que me relajaría y liberaría tensiones de mi cuerpo. Le pedí lo de siempre al hombre tras la barra y para cuando me dió el trago, tomé casi hasta la mitad del vaso, sintiendo el ardor quemar mi garganta.

— Pareces algo frustrado. — Murmura una voz grave, melodiosa y joven a mi lado. Volteo encontrándome con un chico apuesto de ojos marrones.

— Lo estoy, el trabajo es duro. — Reí volviendo la mirada al vaso en mi mano, posando los codos al borde de la barra. Por alguna razón me intimidaba la manera en la que él me estaba viendo, fijamente.

— Si, me pasa igual ¿Trabajas en algo que te roba tiempo? — Me habló con un tono de voz algo coqueto. — Yo soy psicólogo, y en los años que pasé ejerciendo, nunca vi a un chico tan joven y lindo.

Inevitablemente sonreí. Hace bastante que ningún hombre me hablaba de esa forma tan discreta y coqueta.

— Soy abogado y jamás me habían coqueteado así, pero es dulce de tu parte intentar conquistarme. — Le sonreí tomando del vaso en mi mano. — ¿Tuviste un mal día? — Pregunto acercándome al igual que él lo hacía conmigo.

— No un mal día. — Murmura ladeando la cabeza. — Mejor dicho, un día de mierda.

Solté una risita ante lo dicho por él y acabé con el contenido de mi vaso, solo dejando el hielo.

— Oye, abogado ¿No quieres bajar la tensión un poco? — Deslizó sobre mi mano sus dedos, acariciándola.

Volteé a verle esta vez dándome cuenta de que su rostro estaba más cerca que hace un rato. Me sonroje y fruncí el ceño. — ¿No crees que es un poco precipitado insinuar tus intenciones sexuale con un desconocido?

Su mano acarició mi rostro. — Yo creo que eres un chico apuesto, con un hermoso cuerpo, un rostro como de porcelana y unos labios que no puedo dejar de mirar con ganas de morder. Así que, no, no creo que sea precipitado. — Susurra sobre mis labios, los cuales apreté asustado.

Iba a gritarle, decirle que no, que se alejara, pero ¿Hace cuánto que un hombre atractivo no me hablaba tan lindo? Además, tuve un muy mal día lleno de mucho trabajo y estaba en mi derecho de hacer lo que quisiera para relajarme. Un chico apuesto me estaba demostrando deseo, eso me importaba mucho, no todo el mundo lo hacía así nada más arriesgándose a ser rechazados. Además, no he tenido actividad los últimos meses.

— Eso es lindo. — Le sonreí de nuevo sintiendo mis mejillas, y sobre todo pómulos, tibios por el rubor. Me aferré a su mano en mi rostro y la aparté desviando la mirada, estaba avergonzado. — Vamos. — Dejé el dinero sobre la mesa y él copió lo que hice para seguirme.

Aún tenía el maletín así que le dije que debíamos pasar por mi apartamento para dejarlo. Jin me confió las pruebas de ADN del chico que al parecer puede salvar el caso ¿Cómo se encontró el ADN de Mark en la escena? No lo sé, pero nos ayudaría bastante para dar conexiones, porque puede que tuviera algo que ver con Yoongi, y su ADN era una excusa para hacerlo confesar algo.

En un taxi en el que no dejó de hacerme reír y decirme más que un comentario bochornoso, por fin llegamos al edificio. Bajamos del vehículo tras pagarle al chofer y me siguió dentro del conjunto recidencial. Ambos caminamos hasta el elevador en donde presioné el último piso.

Tarareaba la canción del ascensor manteniendo la vista en los número que se iluminaban de a uno mediante íbamos subiendo.

De repente perdí un poco el oxígeno al sentir mi espalda compactar con una de las paredes del el elevador y unos labios presionar contra los míos. Perdí el aliento, comenzando a corresponder el beso entre jadeos pese a la sorpresa, al mismo tiempo que dejaba caer el maletín para sujetar mis manos de su cuello.

Dios, besaba realmente bien.

Nuestros labios se movieron sin detenerse. Me separé para sujetar mi maletín y avanzar rápidamente por el pasillo hcia mi apartamento apenas abrieron las puertas del elevador. Saqué las llaves de mi bolsillo mientras intentaba ponerlas en la cerradura con las manos temblando. Su pecho rozó mi espalda y su entrepierna justo en mi trasero.

Definitivamente, este era mi día de suerte.

Jadeo un poco por como comienza a besar mi nuca y susurro victoria al por fin lograr abrir la puerta. Agradecí, porque si no quien sabe que pudo haber pasado en el pasillo.

Apenas entré, tuve que dejar el maletín caer en el suelo. Sus labios volvieron a atacar mi sensible cuerpo, esta vez en mi cuello. Un escalofrío me recorrió junto a un vergonzoso gemido. Apreté la mandíbula sujetándome de su nuca. Escuché que cerró de un portazo la puerta a su espalda y avanzamos al interior (o más bien, me hizo avanzar) justo hacia el sofá.

Lo empujé para apartarlo y negué con la cabeza. Joder, si íbamos a hacerlo como dios manda por lo menos que sea en la habitación. Para algo tengo un apartamento de soltero.

Las ropas no tardaron en caer al suelo. Entre besos hambrientos, susurros inentendibles y jadeos, llegamos a estar sobre la cama completamente desnudos. Su cuerpo bien formado estaba sobre el mío frotándose con insistencia mientras devoraba de nuevo mi cuello (seguramente las marcas no se quitarían en días)

No sé en qué momento pero me estaba dilatando y lubricando con sus dedos con ayuda de un lubricante que él mismo portaba.

Si así se movían los dedos dentro de mí, no me quería imaginar su...

— No sé tu nombre. — Jadeo sobre sus labios sintiéndome derretir mientras lo tomo de la nuca intentando no gemir ruidosamente.

— ¿Quieres saberlo? — Sonrió.

— Si.

— Puedes decirme Tae ¿Y tú?

— Puedes decirme Jungkook — Respondí.

Apenas sus dedos salieron, su miembro rozó en mi entrada. Ya estaba preparado para un poco de diversión. Me dolería, si, pero era de esperarse. No lo había hecho desde hace unos meses atrás.

*~Censurado~* Sorry

~A la mañana siguiente~

Con los ojos aún cerrados y las sábanas sobre mi cintura, busqué con mi brazo el cuerpo a mi lado, pero no lo encontré. Abrí mis ojos y suspiré. Era de esperarse, pensé que ésta vez sería diferente.

Me siento en la cama parpadeando un poco. Bostezo y froto mis ojos. Tenía que levantarme. En unas horas era el juicio de Hoseok y Jimin.

Con el cuerpo algo adolorido, camino al baño para lavarme los dientes y bañarme al mismo tiempo. No me gustaba desperdiciar los minutos.

Al terminar, salí del baño rodeando mi cintura con una toalla. Agarré el teléfono y le marqué a Jin. Él tenía que saber por lo menos la noche que tuve. Era una especie de mejor amigo y estos detalles no los podía dejar escapar.

Buenos días, Kookie ¿Preparado para hoy?

— ¡Sí! Si supieras la noche que tuve. Conocí a un chico, en el bar y-

No me digas que-

— ¡Oh sí! Se sintió tan bien, Jin. Besaba tan ¡Agh! Era perfecto, pero ya se fue. — Hice puchero. — Me dejó sólo como el de la otra vez. Aunque sea valió la pena, me hizo calmar un poco-

Eres un caso. — Le escucho reír — ¿Tienes el maletín preparado? Menos mal y te lo di. Yoongi no quería salir de aquí con el cuento de que no dejaría a Jimin solo.

— Si, dame un momento y lo busco.

Caminé a la sala de estar y vi el maletín tirado al frente de la puerta justo donde lo dejé. Lo tomé con mi mano libre y lo coloqué sobre la mesa para abrirlo. Sin embargo, algo no estaba bien aquí.

— Mierda.

Estaba vacío. No había nada. Todo lo que Jin y yo preparamos para el juicio no estaba.

¿Sucede algo?

— Jin. No está. Nada. — Mis ojos lagrimearon. — Ni las pruebas de ADN de Mark. Ni los informes del interrogatorio de Jimin. Absolutamente nada.

¡¿Cómo que no están?! ¡No puede ser posible!

— Es imposible. Ayer después de que salí de la estación con el maletín en mano, fui al bar y, en ningún momento lo solté, solo aquí en mi apartamento cuando. Cuando estaba...

Tae.

¿Estás queriendo decir que el chico que te cogiste anoche puede que se lo robara todo?

— Es la única posibilidad. — Suspiro. — Te dejo. Buscaré alguna pista en nuestros archivos y te aviso ¿A qué hora es el juicio? — Pregunto.

A las diez.

— Bien. — Miro el reloj. — Tengo un par de horas, nos vemos, adiós. — Cuelgo.

Estaba asustado. Nunca antes me había pasado algo como esto. Busqué minuciosamente alrededor del apartamento con la esperanza de encontrar algo, pero tan solo encontré una tarjeta en el suelo con su nombre y su número de teléfono. Gruñí guardandola. No se saldría con la suya.

Me duché, me vestí lo más rápido que pude para reunirme con Jimin y Hoseok y salí rápidamente con rumbo a la corte en un taxi. Al llegar a la estación de policía, me crucé con quien menos quería hablar.

— Permiso, Yoongi. — Pedí. Se había atravesado en todo el pasillo.

— Pensé que el abogado iba a tener una buena noche ¿No lo hizo?

Mi sangre hirvió. Lo sabía.

— Cállate, maldito infeliz. — Me acerqué apretando mi mandíbula. Tenía unas ganas inmensas de golpearlo. — Te pudrirás en la cárcel y me aseguraré de verte sufrir.

— Me contaron que tiene ciertas habilidades para tragarse lo ajeno. — Me barrió con la mirada. — ¿Por qué no se arrodilla y lo averiguamos?

Gruñí apretando las manos en puños y lo quité de mi camino de un empujón. Era eso o golpearlo hasta que se desmayara.

Caminé a paso apresurado e ingresé a un baño. Me sentía mal. El maldito de Min Yoongi había preparado todo, y yo había caído como un idiota en su trampa.

— No llores, precioso. — Una voz familiar a mis espaldas me hizo dar media vuelta sobre mi eje.

— ¿Tae? ¿Qué haces aquí? — Sorbí por la nariz.

— ¿No es obvio? Soy el psicólogo participe en el caso. — Sonrió y se acercó. — Por cierto, anoche estuviste fantástico. Espero que pueda repetirse.

Mi mano impactó en su mejilla volteándole el rostro de una bofetada. — Eres un traicionero. No me vuelvo a acostar contigo. Imbécil. Nunca me imaginé-

— ¿Seguro? Anoche parecías disfrutarlo tanto.

— Cállate, sólo vete.

Sentí un beso sobre mis labios y antes de poder lanzar otro golpe, Tae estaba sujetandome con fuerza de la cintura.

No podía ser peor ¿Cómo es que Yoongi pudo hacer esto?

~o~

¿Quién ganará?

¡Gracias por leer!

[ Capítulo Corregido ✓ ]

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