08
Pov Jungkook
Había salido recién de un caso perdido. Un chico me había pedido que le ayudara a salvarse de la cadena pero ¿Cómo planeaba hacerlo si había asesinado y violado por lo menos diez chicas?
Me recosté en la silla de mi oficina acariciando mi sien mientras colocaba mis pies sobre la madera del escritorio cruzando los tobillos. Suspiro y abro los ojos buscando mi celular en el cajón, estaba sonando.
Iba a colgar y apagarlo. No estaba de humor para más clientes pero quien me buscaba era ¿Hoseok? Eso era realmente raro. Le dije que me contactara en caso de que tuviera algún problema, podría ser una emergencia.
Deslizo el dedo en la pantalla para contestar y coloco el teléfono en mi oído. No pude saludar siquiera, me gritó como un histérico.
— JUNGKOOK, AYÚDAME POR FAVOR — Aparto el aparato un poco de mi oreja viendo de reojo son disgusto el celular y vuelvo a colocarlo al ver que ya no estaba gritando tanto.
— Hoseok ¿Qué sucede? No tienes que gritar de ese modo. — Me quejo un poco mientras juego con un lapicero que estaba sobre una libreta a mi lado.
— Estoy detenido. Necesito que me ayudes. Por favor. Te lo suplico, te pagaré. Yo no los maté. No fui yo. — Comenzó a hablar con la voz temblorosa. — Creo que fue Jimin, o tal vez no. No lo sé.
¿Jimin?
— Un momento, Hoseok. Cálmate. No hables nada por teléfono. Iré a verte. Deja de llorar y dicta la dirección. — Pedí para que dejara de decir todo. Podrían usarlo en su contra y él no lo sabía.
Me dictó el lugar exacto en donde se encontraba. Lo anoté en la libreta a mi lado y asentí con la cabeza repetidas veces mientras le seguía escuchando llorar. — De acuerdo. Necesito que te calmes. Iré enseguida, no te preocupes. Vas a estar bien. Pareció entender mis órdenes así que colgué.
Carajo, en qué se había metido Hoseok.
Llamo a mi secretaria y ella aparece tan pronto como pudo. Le dije que investigara sobre el caso de Hoseok y me lo enviara por correo electrónico.
Me levanto del escritorio con el maletín en mano. Guardo mi celular en mi bolsillo y salgo de mi oficina apresurado hacía mi auto. Al entrar arranco de inmediato.
Manejé rápido por la vía durante unos veinte minutos más o menos viendo mi iPad en el camino, suficiente para ya tener toda la información en mi correo. Muerdo mi labio inferior al estacionarme al frente de la estación de policía. Leo el correo y me sorprendo al ver que Hoseok era acusado de ¿Doble asesinato? No podía ser posible, ese chico no asesinaría ni a una mosca. Quizás por eso estaba tan alterado cuando me llamó, evidentemente no fue él quien asesinó a ¿Sus padres? No. En la llamada mencionó a ¿Jimin? ¿Su amigo de la infancia? Era cada vez más raro ¿Por qué Jimin haría eso? ¿Por qué Hoseok lo acusaba de manera tan abierta?
En fin. Eso tenía que aclararlo con él.
Bajo del auto y camino dentro de la comisaría. Varios policías me vieron con sorpresa, seguro se impresionaron porque yo era uno de los abogados más caros y conocidos de la región ¿Y cómo no serlo? He salvado a culpables de estar tras las rejas por grandes sumas de dinero.
— Jung Hoseok. En dónde está. — Le dije al hombre detrás de la barra de recepción. Al levantar la mirada alzó sus cejas y frunció el ceño.
— Ese chico asesinó a sangre fría a sus padres ¿Qué piensas hacer? Tenemos más de una prueba en su contra. — Habló bajando de nuevo la cabeza concentrando su atención en su computadora sin dejar de teclear.
Aprieto la mandíbula y me cruzo de brazos para no golpearlo. — Jung Hoseok tiene derecho a un abogado, y si no me deja verlo, usted será sancionado por no cumplir la ley que le corresponde, oficial. — Amenazo con la voz grave y firme, ganándome su mirada algo atolondrada.
Me señaló con la barbilla un pasillo que conducía al salón de visitas mientras descolgaba el teléfono para avisar de mi visita. Le notifiqué al guardia que venía a ver a Hoseok para que lo trajera inmediatamente. Me senté en la mesa y esperé. Segundos después lo trajeron y lo sentaron al frente de mí en la mesa. Saco el celular y lo coloco en el medio de los dos sobre la mesa, comenzando a grabar.
— ¿Cómo estás? ¿Te encuentras bien? — Pregunté tomando su mano para que me viera. Tenía los ojos llorosos y fijos en sus piernas.
— Aún me duele un poco la herida en la pierna. Pero estoy bien. — Musitó con una sonrisa triste en su rostro.
— ¿Herida? — Exclamo alterado mientras me levanto.
— No te preocupes. — Subió su mirada para que me calmara. — Me atendieron adecuadamente primero en un hospital y me trajeron aquí después, ya va cicatrizando muy bien. Duele poco.
Suspiro y acaricio su mano de nuevo mientras vuelvo a tomar asiento. — Explícame desde el principio. Todo. Con cada detalle que recuerdes será esencial para salvarte de ésta situación tan apretada. — Comento soltando su mano. — Me dijeron que eres acusado de matar a tus padres ¿Es cierto que lo hiciste?
— ¡CLARO QUE NO!
Alzo la mano para que no gritara y frunzo el ceño. — Te creo, pero no grites. — Niego con la cabeza y vuelvo la mirada al teléfono. — Dicen que tienen pruebas ¿Sabes de qué se trata?
Asiente con la cabeza y me mira con los ojos llorosos. - Tienen el cuchillo y el arma. Esas pruebas son reales, pero las drogas, esas no son mías. Lo juro. — Negó frenéticamente con la cabeza dejando las lágrimas resbalar por sus mejillas a medida que comenzaba a sollozar.
Saco un pañuelo del bolsillo interno de mi traje y se lo entrego. — Calma. Te creo todo lo que digas. Sé que no eres capaz de hacer todo eso, pero empieza desde antes de llegar a tu casa ¿En dónde estabas? — Pregunté.
— En el hospital, por Jimin. Él intentó suicidarse. Su novio y yo- - No pudo seguir porque lo interrumpí tomando su mano con mi mano libre.
— ¿Su novio? ¿Por qué quería suicidarse? — No tenía ningún sentido nada de esto.
(Ansiedad en su máximo esplendor.)
— Antes de irme de viaje con mis padres, hace más o menos tres meses, fui a ver a Jimin para avisarle que estaría ausente durante ese tiempo. Era para que no fuera a mi casa ya que yo no estaría. Ese día estaba con su novio en su casa. Era curioso ver que su madre no fuera la que me abriera la puerta, aunque llevaba un buen tiempo sin verla porque parecía estar saturada de trabajo. Me explicaron que llevaban dos años de relación juntos. — Suspira para relajarse y continuar. Yo le escuchaba atento. — Al regresar de mi viaje fui a verlo de inmediato. Escuché que su novio gritaba que se detuviera, que no lo hiciera y me angustié. Grité y su novio, Yoongi, me abrió la puerta. Vi a Jimin con un cuchillo en su mano y el abdomen sangrando. Entre Yoongi y yo limpiamos su herida, lo vendamos y cambiamos de ropa mientras llegaba la ambulancia ya que me gritó prácticamente que llamara una. Ésta llegó y la seguimos en el auto de Yoongi. Me explicó que Jimin estaba deprimido y que a veces alucinaba. Que se estaba medicando.
Parpadeo un par de veces y le interrumpo por un momento. — ¿Qué medicamento estaba tomando Jimin? ¿Sabes si algún experto se los recetó? — Le pregunté. Parecía un relato muy alborotado, así que saqué una libreta y comencé a anotar todo.
— Si. Yoongi me dijo que Jimin estaba tomando antidepresivos. Y no, nadie le recetó nada. Al parecer se estaba automedicando. — Confirmó. Quedé callado para que prosiguiera. — Yo lo vi con mis propios ojos. Al llegar al hospital Jimin dijo que quería verme primero y cuando lo vi, me dijo que Yoongi estaba loco, que había matado a sus padres. Inventó una locura como esa sólo por su estúpida depresión, bueno, por su locura. — Soltó una risa algo triste. — Joder, Jungkook. Luego de allí me fui a mi casa dejando a Jimin con su novio. Yoongi me dijo que de la nada lo besó y luego lo empujó. No comprendía que le sucedía a Jimin. No le di muchas vueltas al asunto y me fui a mi casa en un taxi. Creo que eran las dos de la tarde. No lo sé. Llegué, hablé con mi mamá, la saludé. Saludé a m padre.
Aprieto un poco su mano. — Exactamente ¿Qué fue lo que hablaste con tu madre?
— Me preguntó que si tenía sed. Supongo que quería darme algo de beber. Así que le dije que no, no la dejé hablar. Quería que siguiera haciendo la cena mientras yo estaba esperando en la habitación. Sólo eso quería, tomar un descanso. Estaba agotado. — Asentí con la cabeza a su respuesta y le dejé continuar. — Al entrar a mi habitación vi un vaso de jugo y me lo tomé. Supuse que mi madre lo había dejado allí. Luego me acosté en la cama y me coloqué los audífonos para escuchar música mientras conciliaba el sueño, hasta que me quedé dormido. Desperté y al ver el reloj, eran las ocho y tanto. Me levanté, salí de mi habitación y bajé las escaleras. De repente, me encuentro con un sujeto completamente vestido de negro. Me asusté, me dijo cosas sin sentido y corrí al living. Mi madre estaba muerta y ensangrentada. En el suelo. — Comenzó a sollozar intentando recobrar lo que decía. lo vi secar sus lágrimas con el pañuelo y sorber por la nariz. Acaricié su mejilla para tranquilizarlo. — Estaba Jimin en el sofá. Con la mirada perdida y las pupilas dilatadas. Parecía no estar con la mente allí. Aquel sujeto de negro me mostró un cuchillo con sangre el cual había arrebatado de las manos de Jimin. Supuse que me amenazaba o algo, asustado corrí a mi habitación. Busqué en el fondo del cajón de mi mesa de noche el arma que tenía en casos de emergencia para protegerme. Estaba nervioso. Te juro que no sabía que estaba haciendo. Apenas alguien se asomó a mi puerta, jalé el gatillo cerrando mis ojos con fuerza. — Susurró con un expresión de miedo plasmada en su rostro. — Le disparé a mi padre. Fue accidental. Yo no quería. Yo no sabía que se trataba de él. Pensé que era el desconocido loco. — Negó sollozando. — Ese sujeto. — Se interrumpe sorbiendo por la nariz y respiró para calmarse. — Subió a mi habitación. Me dijo que Jimin asesinó a mi madre y logrando distraerme mientras me hablaba, me obligó a clavar el cuchillo en mi pierna. Luego de eso. Sólo se fue y no lo volví a verlo. Pero por precaución tomé el arma que se había caído de mis manos luego de sacar el cuchillo de mi muslo. — Apretó la mandíbula un momento y soltó un gran suspiro. — Llegaron los policías a mi casa minutos después y me llevaron a la patrulla. Hasta allí cuento todo ¿No?
— No dijiste nada cuando te dijeron que tenías que permanecer en silencio ¿O sí? — Aclaré para asegurarme de que no cometiera una estupidez.
— Les dije que fue él, que fue Jimin. Que fueron ellos quienes mataron a mis padres. Pero me trataban como un demente. — Bajó la cabeza comenzando a sollozar de nuevo.
— No podías decir nada, Hoseok. — Suspiro terminando de anotar. Tomo el celular de la mesa, guardo la grabación y le miro mientras guardo mi celular en mi bolsillo. — Por ahora. Buscaré la manera de descubrir quien está metido dentro de todo esto. Primero tengo que hablar con Jimin. Si te interrogan mientras no estoy, no digas nada, absolutamente nada ¿De acuerdo? — Asintió con la cabeza y me levanté. — Dime en que hospital se encuentra.
Me dictó la dirección y enseguida salí del sitio sin mirar a nadie en mi camino. Entro a mi auto y arranco lo más rápido que puedo con rumbo a la dirección que Hoseok me había proporcionado. Unos minutos más tarde llego sin problemas. Estaciono y bajo del auto. Entro y noto las diferentes personas pasar en diferentes direcciones. Las esquivé mediante me aproximaba a recepción y por fin, luego de intentar interrumpir varias conversaciones, pude dar con una de las enfermeras encargadas de la barra.
— Buenos días, señorita. Busco a Jimin. Park Jimin.
— ¿Usted es familiar del chico? — Preguntó sin despegar la vista de unos papeles que ordenaba sobre lo que parecía ser su escritorio.
— No. Un conocido. Soy abogado. — Extiendo mi mano amistosamente enseñando mi identificación. Sus mejillas se colorean apenas sube la mirada y sonríe levemente mientras responde mi gesto con un asentimiento de cabeza. — Me llamo Jeon Jungkook ¿Podría decirme en donde se encuentra Jimin? — Pregunté dulcemente coqueteándole un poco, en serio era esencial hablar con Jimin.
— Si señor Jeon. Está en la habitación 302, pero por favor espere a que el novio del joven Park termine su visita. — Explicó acariciando mi mano con la excusa de darle un vistazo a mi identificación.
— Gracias. — Le guiñé un ojo sonriendo más ampliamente mientras me alejaba. No me importaba si estaba o no con su novio, tenía que conversar con él, si Hoseok decía que Jimin estuvo allí con otro sujeto, había que verificar la información. Y también el porque de todo.
La puerta estaba entreabierta. Con sigilo vi a través de esta y me sorprendí un poco. En serio era su novio, ya no dudaba de ello. Se estaban besando frenéticamente. Jimin estaba sobre él con las piernas abiertas abrazando su cadera y su novio estaba sentado en la orilla de la cama sujetándolo del trasero.
Fue avergonzante quedarme viendo, sin embargo, estaba impactando.
Suponía que debía esperar, no era tan apropiado interrumpir un momento como ese. Después de todo son chicos hormonales ¿Cómo dijo Hoseok que se llamaba? Yoongi. Si, ese es su nombre.
En todo caso, si ese chico es el novio de Jimin, también es un testigo valioso. Tendría que darme algún tipo de testimonio.
Me alejo de la puerta y saco el celular de mi bolsillo. Tenía que llamar al detective Seok Jin, él me sería de mucha ayuda.
Insistí con unas cuantas llamadas hasta que por fin contestó con pesar el teléfono.
— Jin. Tengo un caso en el que empecé y es urgente que — Hablé apenas contestó con su típico 'Diga'.
— Lo sé. — Interrumpió. — Hoseok ¿No? — Dijo con su típica seriedad e indiferencia.
Respondí con un suspiro.
— Si. Todo esto me tiene aturdido. Estoy completamente seguro de que Hoseok me dice la verdad pero no le encuentro la lógica a todo. Es como si me faltara una pieza. Había más personas involucrada, una más adicional a Jimin. — Hablé caminando por el pasillo ingresando mi mano libre en mi bolsillo.
— Necesito su testimonio, Jeon. Porque acabamos de descubrir ADN de un chico en la comida que estaba en la cocina de la casa de Hoseok. Se llama... Mark. Aún lo estamos investigando. Lo detuvimos a tiempo. — Continuó hablando con pesadez.
— ¿Mark? — Dije confundido manteniendo la mirada en mis pies mientras caminaba sobre mis pasos.
¿Qué conexión tenía ese tal Mark con Jimin?
Sin pensarlo levanto la mirada y veo que está Yoongi parado justo al frente de mí con la mirada fija en lo que yo estaba haciendo. Me paralicé en mi lugar, su mirada era profunda. Mi piel se erizó en un escalofrío e intenté prestar atención a lo que Jin me respondía.
— Eso lo hablamos mañana, Jeon. Nos reunimos en mi casa a las dos de la tarde ¿Te parece? — Asentí a su invitación.
— De acuerdo. Mañana está bien. Cualquier novedad del caso me la envías. Me tengo que ir, adiós. — Cuelgo algo nervioso para así guardar mi celular de nuevo en mi bolsillo.
— Si vas a hablar con Jimin, no puedes. — Sonrió ladino. Sentí por un momento que se burlaba de mí. Como si supiera a qué venía y quién era. — Está dormido. Ya sabes. Cuando lo vengo a ver, se agota demasiado rápido. — Alza sus hombros despreocupado sin dejar de hablarme. — Si gustas, puedo hablar contigo en lo que descansa su cuerpo. No quisiera que se disgustara ya que hoy es su cumpleaños número dieciocho. — Comenta pasando a mi lado con las manos en los bolsillos de su jean. — Soy Min Yoongi. El novio de Jimin. — Se presentó a espaldas mientras yo solo le seguía a la cafetería en busca de más respuestas.
— Mi nombre es Jeon Jungkook. Mucho gusto. — Sonreí a pesar de saber que estaba dándome la espalda caminando al frente de mí.
Nos sentamos en una de las mesas solitarias, uno al frente del otro y fruncí el ceño cuando sacó su teléfono celular. Para mensajear ¿Qué clase de persona maleducada era él?
— Entonces. Dígame ¿Qué quería hablar con mi novio? — Preguntó sin dejar de teclear, con la mirada puesta en su propio asunto.
— Es un asunto serio. Al parecer está involucrado en un asesinato doble. — Hablé recostándome en el espaldar de la silla. No pude seguir mi relato ya que comenzó a carcajear bajo.
— ¿Mi Jimin? No mataría ni a una mosca. Está un poco loco, si, pero tampoco llegaría a asesinar ¿Y dos veces? Por favor. Si hace unos momentos unos policías tuvieron que deportar a un tal, Hoseok, quien había dado unas drogas a Jimin. Ese sujeto si que está demente. Sabiendo la depresión que carga Jimin, siendo su amigo. Le dió drogas tan deliberadamente. — Habló cambiando su expresión de burla a una completamente seria. Levantando su rostro para ahora fijar sus ojos en mí de manera escalofriante, ladeó su cabeza en silencio.
— Con todo respeto, Min. Soy abogado, y amigo de Hoseok. No creo que-
— ¿No cree? — Interrumpió guardando su celular en el bolsillo de su pantalón. — Vamos, abogado. Si habla de un asesinato doble no hay que creer. Hay que fijarse en las pruebas. Y según los policías que vinieron a preguntarme por Jimin, se habían encontrado pastillas en la gaveta de la habitación de Hoseok. Las cuales, eran las mismas que las que estaban bajo el colchón de Jimin. — Sonrió burlón. Gesto que me molestó. — ¿Amigo de su cliente? ¿Creer en solo un testimonio de un criminal? Que abogado más poco profesional.
— ¿Y cómo sé yo que Jimin no le dió antes la droga a Hoseok? — Pregunté apretando los puños.
— Porque le hicieron pruebas toxicológicas* a Jimin al llegar por la emergencia médica que tuvimos y solo tenía en su sistema los antidepresivos. Las pastillas que portaba Jimin aparecieron posterior a la visita de Hoseok. Además de eso. En caso de que sea así como dice, usted estaría afirmando que Hoseok aceptó la droga. Algo ilógico, porque una persona cuerda no acepta droga de un chico que acaba de intentar matarse, el cual se sabe, está inestable mentalmente ¿o me equivoco? — Seguía hablando mientras veía sus uñas con una sonrisa dibujada su rostro. — ¿No tiene otra cosa que decirme con respecto a Jimin? Hoy le dan de alta y pretendo celebrar su cumpleaños sin interrupciones. Si sabe a lo me refiero. — Alzó sus cejas volteando a verme mientras mordía ligeramente su dedo pulgar. Sólo me daban más ganas de arrancarle esa sonrisa del rostro.
— No, y no sé a qué se refiere, Min. Si me disculpa. — Me levanto disgustado por su actitud.
— Imaginé que sí. Estaba observándonos en la habitación. Supuse que se daba más o menos una idea. — Se levantó de igual forma. — Pero no se preocupe. No le diré a nadie que nos estaba espiando. — Posó su mano en mi hombro.
— Disculpe si eso fue lo que pareció. Como ya dije, quería conversar con Jimin. — Me alejé un poco nervioso y avergonzado. — Hasta luego, Min. Gracias por colaborarme.
— Hasta pronto, Jeon Jungkook. — Saboreó mi nombre.
Nunca antes nadie me llamó de esa forma tan aterciopelada. Pareciera que jugara a la pelota conmigo, cambiando tanto de humor como fuese posible.
En el instante en el que desapareció de mi vista, supe que había metido la pata al no grabar la conversación.
Diablos, Jeon. Eres un imbécil.
Aunque algo llamó mi atención en cuanto a lo que hablamos.
¿Cómo sabía Min Yoongi que las pastillas estaban en la gaveta de la habitación de Hoseok? Ni yo estaba enterado de eso. Quizás la policía le había dicho a Yoongi y no habían escrito el reporte correctamente.
~o~
¿Jungkook descubrirá lo que Yoongi se trae entre manos?
¿Yoongi podrá salvar a Mark por haber probado la comida de la madre de Hoseok?
'¿Jimin está loco?'
¡Gracias por leer!
Besos
* Gracias a todos los que me corrigieron. Pido perdón, esta historia la escribí hace mucho.
[ Capítulo Corregido ✓ ]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro