Oportunidad
IX: Oportunidad
Shinsou se sentía conforme. Una promesa de reunión y la certeza de mantenerse en contacto era mejor que seguir viviendo con la incertidumbre de un muy probable odio inminente de su parte. (T/N) le había dejado en claro que seguía molesta por haberla ignorado por cinco años y que tenía suerte de encontrarla de buen humor ese día; sin embargo, le había dado la oportunidad de enmendar sus errores de a poco.
Habían hablado en el parque. Shinsou le había preguntado por sus estudios, sorprendiéndose por la pasión y el anhelo con el que hablaba, hasta se enfrascó un buen rato narrándole ciertos casos que había presenciado en el hospital. Él también le contó cómo logró convertirse en héroe y llegar tan lejos. Aunque se vieron interrumpidos cuando Midoriya lo llamó para devolverle el perro, coincidiendo con (T/N) en que debía nombrarlo de una vez por todas.
El problema era que se le daba terriblemente mal eso de los nombres. Había pensado en varios ya, pero ninguno apelaba al cachorro. Le daba risa ver cómo se cubría las orejas ante cada nombre, uno más descarado que el anterior.
—Firulais —soltó, y el perro ladró a modo de reclamo—. Es como si me entendieras...
Shinsou soltó el comentario al aire, viéndolo ponerse con la panza hacia arriba sobre la alfombra. De repente, separó los labios y lo vio con los ojos tan abiertos como sus párpados se lo permitían. Tragó aire como un verdadero idiota.
—¡Me entiendes!
El can ladró, rodando por el suelo como si fuera lo más entretenido del mundo. Mientras tanto, Shinsou se hundía en la silla, recordando que Aizawa alguna vez tuvo un gato con un kosei; quizás, él también poseía uno. Entender a las personas o empatía o algo similar... O tal vez Shinsou finalmente había enloquecido.
—Oye. —El perro alzó las orejas—. ¿Tú entiendes lo que te digo? —El can corrió hacia él y le puso las dos patas en las piernas, agitando la cola con frenesí—. Entonces... ¿Un sí es un ladrido y un no son dos?
El perro ladró una vez, y Shinsou empezó a perder la cabeza realmente. Intentando mantener el sosiego antes de escribirle a Aizawa o a (T/N) su descubrimiento, realizó otra pregunta.
—¿Eres un gato?
El perro lo miró realmente ofendido, pero aun así ladró dos veces. Si no tuviera articulaciones y músculos que le sostuvieran la mandíbula, juraba que hubiera traspasado el suelo de la estupefacción. Bajó la mirada, jugando con sus dedos.
—¿Eres feliz conmigo?
Se puso en pie de un brinco, hizo un circuito por la sala y corrió hasta él de nuevo, aupándose en sus piernas, ladrando una vez y lamiéndole el rostro efusivamente. Shinsou rio, acariciando el pelaje rizado. Lo miró a sus oscuros ojos marrones, sonriéndole con la certeza de estar tomando una decisión adecuada e importante.
—¿Te gustaría que te adoptara?
El can movió la cola alegremente, ladrando repetidas veces mientras correteaba en círculos en la sala. Shinsou se carcajeó, contento, notando cómo todo iba encajando paulatinamente. Sin esperar demasiado, marcó el número del albergue.
:-:
Se despertó tarde.
¡Qué bien se sentía poder hacerlo sin remordimientos!
Se preparó el desayuno, leyendo el mensaje que le había enviado su mamá sobre irse a un viaje de negocios. Su padre trabajaba en el extranjero junto a un tal Midoriya Hisashi, quien esperaba no estuviera relacionado con el héroe Deku porque entonces se hubiera sentido muy estúpida.
Sin esperar demasiado, se dejó caer en el sofá, poniendo en una pila todos los libros que leería en las vacaciones. Silenció los chats de la universidad y vio un poco la conversación con Shinsou, su contacto apareciendo en línea. Antes de pensarlo, porque sus impulsos a veces la superaban, se halló escribiéndole un mensaje.
Cabellos locos
10:23: Buenos días.
10:24: Buenos días. Dormiste bien?
10:24: No me digas que recién te estás levantando...
10:28: Dónde instalaste la cámara? >.<
10:28: Y sí. Dormí de las mil maravillas.
Visto a las 10:30
(T/N) hizo el celular a un lado, disponiéndose a leer el último libro de la saga Asylum. Sin embargo, el celular vibró apenas leyó una página. Su corazón dio un vuelco y, agradeciendo que no hubiera nadie presente, abrió el mensaje, aireándose el rostro para disimular el rubor.
10:35: Lo siento. El perro está como loco. Por cierto, nos podemos ver?
Su sonrojo se hizo más profundo, su corazón cediendo ante los amores de antaño mientras su cabeza le recordaba que se suponía debía ponérsela difícil. Coincidiendo con su mente, se apresuró a responder.
10:37: Para qué? Ponle nombre -_-
10:37: Para eso.
10:39: ¿?
10:39: No te entiendo...
10:40: Para ponerle nombre. Espera, déjame llamarte.
—¡¿Eh?! —Por alguna extraña razón, empezó a arreglarse el cabello.
10:41: Puedo llamarte, verdad?
Entró en pánico, leyendo los mensajes. Nunca había escuchado a Shinsou por el teléfono; de hecho, a ella misma no le gustaba mucho cómo sonaba su voz a través del auricular. Sentía que, si Hitoshi seguía comportándose de esa manera, sin ella tener que usar alguna excusa para seguirle recriminando sus pecados, terminaría superando el aparente aplomo con el que deseaba tratarlo para que sufriera un poco.
10:45: Estás ahí?
10:46: (T/N)...
10:47: No me dejes visteado.
Y mandó un emoticón de un gato haciendo pucheros, y (T/N) se sintió morir. Eso había sido adorable, inesperadamente adorable. Hecha un poema sonrosado, se apresuró a escribir.
10:48: Llámame.
El celular no tardó en empezar a sonar, y ella tampoco quiso dejarlo esperando demasiado. Después de todo, a esas alturas del partido, un segundo más o menos intentando calmar los nervios no haría la diferencia.
—¿Por qué te tardabas tanto? —preguntó en cuanto cayó la llamada.
—Lo siento... Estaba ocupada. —Hubo un prolongado silencio, curvó una ceja—. ¿Shinsou? ¿Pasa algo?
—Ah. —Soltó una interjección de sorpresa—. Solo estaba pensando que tu voz suena muy linda.
(T/N) se sonrojó un tanto más, dejando deslizar una sonrisa de satisfacción. Al parecer, el nuevo Shinsou era toda una caja de sorpresas.
—La tuya suena como siempre, adormilada —mintió, porque debía admitir que la voz baja, como el ronroneo de un felino, se le antojaba sensual.
—Qué raro... Ayer dormí bien. —Soltó aire por la nariz de forma ruidosa—. En fin, (T/N), quería saber si nos podemos reunir en la tarde. ¿En el almuerzo?
—Espera, ¿por qué? —repitió, curvando una ceja—. ¿Qué buena razón tienes? Es decir, yo estoy aquí, cómoda en el sofá de mi casa y tú vas a obligarme a salir.
—Lo adopté. —Pudo adivinar una sonrisa en sus labios, su tono tiñéndose con optimismo—. Quiero ponerle un nombre y me gustaría que me ayudaras. Y, no me vas a creer, pero creo que tiene un kosei. Entiende todo lo que le digo y...
—Tranquilo. —Lo detuvo entre risas, notando que se le trababa la lengua mientras hablaba—. Me alegra que hayas decidido adoptarlo.
—Gracias. Eres a la primera que se lo digo.
(T/N) sonrió. Sentía su corazón palpitando despacio, con cada latido inundando de calidez su pecho. No quería admitir que le gustaba el joven héroe; pero estaba siendo tan amable y atento que se la estaba ganando más rápido de lo que se suponía. Suspiró con ánimo.
—¿A qué hora nos vemos?
—A... —Shinsou trastabilló, al parecer sorprendido porque hubiera aceptado—. ¿A la 1 en la playa Dagobah?
—Bien. —Asintió y sonrió con sorna—. ¿Debería llevar traje de baño?
Se sintió satisfecha cuando lo escuchó pasando saliva con dificultad.
—Nos vemos, Shinsou.
—N-no, (T/N), espe...
Colgó la llamada, permitiéndose carcajear, victoriosa, al haber incomodado tanto al chico. Se echó aire en el rostro un tanto más, sintiendo las mejillas entumecidas por el exceso de sangre. Esperaba que, con tanto sonrojo, hubiera agotado sus reservas del día; una cosa era hacerlo cuando él no la veía, y otra cuando él podría intuir que ella no estaba tan enfadada.
Sin esperar demasiado, decidió ir a arreglarse. Algo sencillo bastaría. Sencillo y cómodo, dos palabras que le encantaban.
Continuará~
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Una idea que siempre me ha llamado la atención es la de los koseis en animales, así que no pude resistirme para agregarlo aquí.
Por cierto, el perro ya tiene nombre, el cual será revelado pronto. Me falta un capítulo y medio para terminar de escribir la historia, ese es el otro motivo por el que no actualicé, quería acabarla primero. Así que constará con catorce capítulos y un epílogo ^^
¡Espero hayan disfrutado el feriado y que pasen excelentemente esta semana!
¡Plus Ultra! >.<
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