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Nombre

Capítulo XI: Nombre

El perro cayó exhausto junto al árbol en el parque Tatooine, donde ambos se ponían al día sobre todas las cosas que habían pasado en esos cinco años. Descubrió que (T/N) se había decantado por veterinaria luego de que su padre la llevara unas vacaciones a ayudar en una finca donde conoció al veterinario del área. Recordaba que la chica era una bola de incertidumbre por no saber qué estudiar y se alegró por ella cuando le comentó que se sentía satisfecha con su elección. Le apasionaba su carrera tanto como a él ser un héroe.

—¿Cómo lograste entrar al curso de héroes? —preguntó, echándose para atrás cuando una refrescante brisa sopló y elevó unas cuantas hojas de otoño.

—Aizawa-sensei... Eraserhead me ayudó a entrenar y me dio una oportunidad, sin él no estaría aquí —expresó con agradecimiento—. Recuerdo que te encanta All Might, ¿cómo te tomaste su retiro?

—Eraserhead... —susurró, prometiéndose ir a investigar al héroe luego de eso—. Pues, ¿qué diré? Lloré a cántaros. Aunque sentía alivio, él es tan genial y frágil a la vez que me hizo pensar que también era un humano normal como nosotros y si él pudo llegar tan lejos, entonces nosotros también. Sigue siendo una inspiración para mí. Respeto a Endeavor como héroe número uno, pero no puedo admirarlo.

—El sujeto da miedo. —Shinsou admitió luego de unos instantes—. Una vez mi mentor y yo tuvimos que trabajar junto a su Agencia. Y, bueno, no debe ser tan bueno si su propio hijo parece despreciarlo.

—¡Oh! El héroe Shoto es genial —Los ojos le brillaron de la emoción y él curvó una ceja—. Me encanta su kosei y es muy apuesto, siempre sale bien en las fotos.

—Uhm... Pues es un buen chico. —En cualquier otra ocasión, hubiera intentando hablar bien de Todoroki, pero la fascinación de (T/N) por su compañero hizo que el pecho le punzara.

—Oh. —Juntó las manos con una sonrisa, y Shinsou se permitió ahogar en las reminiscencias de sus horas hablando de héroes cuando eran tan solo adolescentes—. También me gusta Deku, siento que brinda seguridad a todo el mundo. No es tan llamativo como otros héroes de tu generación, pero sé que puedo confiar en él. Además, cuando hablé con él me pareció una gran persona y resultó ser mucho más guapo en persona.

—Ya veo... —Entornó la mirada y vio cómo el perro le colocaba la cabeza en el regazo, como si lo estuviera consolando—. ¿Y qué opinas de Puppeteer?

—¿Puppeteer? —Esgrimió una sonrisa pícara—. Está ahí. —Hizo un ademán de mediocridad.

—Lo estás haciendo para molestarme, ¿verdad?

—¿Cómo lo descubriste? —Rio suavemente—. Me parece que eres el tipo de héroe que se aparecerá cuando más lo necesites. En los suburbios pasan tantas cosas y tú cubres esa área. Creo que sabiendo que tú estás vigilándonos, me siento segura.

—Y... —Acarició distraídamente la cabeza de su mascota—. ¿Y te parezco apuesto?

—... —Ella le sonrió mientras las mejillas se le arrebolaban cálidamente, sin poder mirarlo, respondió—: Un poquito.

—¿Solo un poquito?

(T/N) rio de forma nerviosa y carraspeó, algo incómoda por la conversación y por los comentarios atrevidos del chico.

—A lo que vinimos, Shinsou. Un nombre para él. —Señaló al cachorro y él alzó las orejas, batiendo la cola de forma perezosa.

—Estaba pensando en darle un nombre poderoso, el nombre de un dios o algo así. Estaba pensando en Cerbero, el nombre del guardián del Inframundo. Suena genial. —Shinsou hablaba apasionadamente, deseando sumergirse en los detalles más irrelevantes de la mitología griega, pero captó a tiempo la mirada de escepticismo que le enviaba (T/N)—. ¿No te parece?

—Creo que mi expresión habla por mí —Suspiró—. Es un perro de raza mediana a grande, es un mestizo con pelaje del color del manjar, no creo que un nombre así le quede.

—... Le quieres poner nombre de princeso —acusó.

—¡No! Solo algo tierno, que suene bonito. Algo como Spot, tiene manchitas en los costados.

—No. ¿Quizás Zeus? ¿Apolo?

—Y tú sigues con tus dioses griegos. Entonces, que sea Thor.

—Lo dices porque te gusta el actor, así que no. —(T/N) puso los ojos en blanco y él le sonrió con sorna—. ¿Qué tal Jack?

—No. Conocí a una persona que les ponía a todos sus perros ese nombre para no confundirse...

—Eso es cruel. —Se frotó la barbilla—. ¿Hades? ¿Hermes? ¿Ares?

—Ya basta con los dioses griegos. —Se carcajeó—. ¿Mighty?

—¿Por All Might?

—Algo así. —Asintió, pensándolo un poco mejor—. Puede ser también porque es un perro fuerte. Carga consigo un pasado que ninguno de los dos puede imaginar. Pero me dijiste que lo consiguieron abandonado en la casa de su anterior dueño, ¿no llevaba placa?

—No. —Se pasó la mano por el cabello, mesándolo un poco—. Los del refugio me lo asignaron y solo me dijeron que había crecido amarrado a un árbol, nunca había paseado y, supongo, su dueño tampoco se interesó en darle un nombre...

—Eso es horrible. —Suspiró—. ¿Tú no haces voluntariado?

—No tengo mucho tiempo. Solo me apunté como hogar temporal para mascotas; después de que aceptaron la solicitud, he tenido unos cuantos perros y gatos. Con el trabajo se complica un poco.

—Entiendo. Yo sí he podido hacer voluntariado, pero mis padres no aceptan que seamos hogar temporal. —Se encogió de hombros—. Ya sabes cómo es mi gata de territorial.

—¿Todavía tienes a Haru?

—Este año cumple once años conmigo y sigue actuando como si tuviera un año... Pero nos estamos desviando del tema de nuevo. ¿Te gusta el nombre?

—Suena bien. Prefiero Cerbero, sin embargo.

—Preguntémosle a él, entonces.

El perro alzó la cabeza cuando sintió la mirada de ambos sobre él. Le prestó atención a quien había decido convertir en su amo, a pesar de que el aroma de la chica con la que estaban no le desagradaba para nada.

—¿Te gusta Cerbero? —preguntó Shinsou, a lo que el cachorro ladró dos veces—. ¿Mighty?

(T/N) podría jurar sentirse en el borde del asiento cuando el can estuvo varios segundos en silencio, casi como si cavilara su respuesta. Abrió el hocico y ladró dos veces, a lo que Shinsou se burló.

—Entonces, ¿qué nombre te ponemos, amigo? —se quejó (T/N) mientras Shinsou agradecía prolongar el tiempo junto a ella.

Entonces, el perro ladró una vez, agitando la cola. Hitoshi y (T/N) se observaron intrigados.

—¿Amigo? —dijo el héroe, extrañado por el nombre que su perro había decidido, pero ladró una vez más con alegría.

—Amigo... —(T/N) inclinó la cabeza a un lado—. To-¿Tomo?*

El cachorro se puso en pie y se le lanzó encima, lamiéndole el rostro mientras ella reía. Shinsou le acarició la cabeza cuando (T/N) logró sacárselo.

—Tomo... Es un nombre bonito —coincidió Hitoshi con su mascota—. Aunque suena a un nombre que le pondría un niño de primaria.

—Lo eligió él, así que supongo que ya no puedes quejarte. —Le empezó a rascar la oreja, procurando no chocar la mano con la de él—. Pero, en serio, Cerbero...

—Siempre he querido ponerle ese nombre a una mascota. Lo haré algún día.

(T/N) agitó la cabeza con una sonrisa de diversión en los labios. Hacía unos meses jamás se hubiera imaginado hablándole a Shinsou de nuevo. En serio quería odiarlo, pero tan solo verlo una vez la había hecho flaquear, porque no podía detestarlo cuando su actitud no le daba fundamentos para hacerlo. Hitoshi se había vuelto un héroe, era mucho más amable y también sincero. Si bien estar a su lado aún le dolía un poco, creía que las preciosas memorias que estaban construyendo juntos podían solapar y borrar los rastros de tristeza.

—¿Qué piensas? —interrumpió Shinsou al notarla tan callada, acariciando distraídamente a Tomo.

—En cuán malo fuiste conmigo —dijo sin ambages, notó cómo él bajaba la mirada avergonzado—, pero también en lo bueno que eres ahora. Me gusta que hayas cambiado para bien, me... me alegra que podamos estar juntos ahora.

(T/N) observó cómo Hitoshi se sonrojaba como una colegiala, sus mejillas tornándose más rojas con el paso de los segundos. Desvió la mirada y curvó los labios. Sin advertirle, rodeó sus dedos, anteriormente separados por escasos centímetros. Se quedaron varios minutos disfrutando del silencio que se había instalado entre ellos, acariciando los puntos de contacto de su piel con suavidad.

—Me gustas, (T/N) —susurró, una parte de sí deseando que sus palabras se las llevara el viento y el sonido de las aves al atardecer, y otra parte queriendo que lo haya escuchado.

Sin embargo, ella no dijo nada y él supuso que no lo había oído. Le sonrió y tiró de su mano para ayudarla a levantarse.

—¿Te acompañamos a casa?

—No es necesario.

—Insisto. Ya va a anochecer y...

—Y quieres estar un rato más conmigo, admítelo. —Le sonrió de manera socarrona, logrando que Shinsou desviara la mirada.

—Sí, ¿hay algún problema?

(T/N) negó y le pidió llevar la correa de Tomo. Se adelantó un par de metros para darle espacio a ambos para sonrojarse a su antojo. No sabía si estaba jugando con fuego siendo tan atrevida, pero no quería regresar a ser la chica de antaño que lo admiraba e idolatraba ciegamente, quería que viera que había madurado, que él era prescindible —del mismo modo que ella lo era para él—, y que ahora estaban en el mismo nivel.

Sin embargo, no pudo evitar ruborizarse cuando el corazón tamborileaba en sus tímpanos y la desconcertaba otro tanto ante su tacto. Había pescado su mano en el vaivén de su caminar, envolviendo los dedos callosos alrededor de los suaves de ella. Le sonrió con una mezcla paradójica de timidez e inseguridad, pero se confió un poco más cuando ella no lo apartó y se limitó a acortar la distancia, dejando que sus brazos se rozaran suavemente.

—Sigues viviendo en el mismo sitio —comentó, sin dejarla ir a pesar de haber arribado.

—Tú debes vivir en otro lugar, ¿no?

—Sí. Me independicé hace poco menos de un año. Por cierto, hoy te ves bien; es decir —carraspeó incómodo—, linda.

—Lo sé —dijo, altiva; pero le sonrió agradecida—. Tú estás igual que siempre.

—¿Es eso bueno?

—Creo que sí —musitó meditabunda—. Me gustaste por tu franqueza y amabilidad desinteresada, eso sigue siendo igual; y tu cabello también continúa siendo una mezcla de algas marinas con trapeadores...

—Tú tan amable. —Rio y la miró fijamente, notando cómo ella no se dejaba amedrentar y enfrentaba sus pupilas—. ¿Puedo besarte?

Shinsou la vio titubear un instante, pero esbozó una sonrisa radiante que despertó una chispa del cariño que reflejaba en sus ojos.

—Sí, pero ¿dónde quieres hacerlo?

Ante la pregunta, casi como si ella supiera de antemano que sería incapaz de vocalizar sus intenciones, bajó la mirada para percatarse de cómo Tomo pasaba la cabeza de un lado a otro cuando alguno de los dos hablaba o se movía.

Sin ambages, se inclinó hacia ella y rozó su mejilla tiernamente, sintiéndola estremecer por las cosquillas que le causaba la punta de su nariz en la piel. El sitio que había besado terminó cálido y ese calor se difundió a sus mejillas, haciéndola sonreír.

—Buenas noches, Shinsou.

—Buenas noches.

Recibió la correa y, sintiéndose un alboroto de emociones caóticas por dentro, empezó a caminar rumbo a su casa. Tomo trotaba a su lado. Sin embargo, dio media vuelta y se encontró con el rostro de sorpresa de (T/N), atrapándola echándole un vistazo a su partida con un anhelo que se podía adivinar en sus ojos a pesar de que sus labios no lo habían expresado.

—¿Podemos vernos mañana también?

Y ella simplemente le sonrió.

Continuará~

*Tomo: Viene de 'Tomodachi' que significa 'amigo'.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Como cuando volví a leer el capítulo para editarlo y me pregunté cómo pude escribir algo tan cursi jaja

Por fin le puse nombre al perro; y sí, si algún día tengo un perro, le pondré Cerbero xD Alguien comentó que podría ser Kokoro, pero creo que es nombre de niña, aunque gracias por la recomendación ^^

Con eso me despido, ¡tengan un excelente inicio de semana!

¡Plus Ultra! >.<

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