Héroe
Capítulo XIV: Héroe
Shinsou hallaba cierta fascinación en la naturaleza de su relación.
Seguían siendo amigos, cada vez mejores, pero también, cuando estaban solos y en confidencia, se mostraban afecto sin temor a los prejuicios, desde una simple caricia hasta besos que, a medida que ganaban confianza, se volvían más fogosos dependiendo de la situación. Le gustaba tanto poder tocarla y tener la incipiente certeza de que estaría a su lado, que empezaba a acostumbrarse; la cama se sentía vacía por las mañanas; extrañaba su risa retumbando por las paredes del departamento; sus juegos con Tomo; y las miradas furtivas acompañadas de gestos extremadamente coquetos. Su calor se le antojaba como propio, al punto que creía que, si se apartaban, permanecería en la eterna tundra de la soledad.
Se escribían a diario cuando no podían verse por culpa de semanas enteras atiborradas de asignaciones en sus distintas ocupaciones. Él trabajaba y ella estudiaba, pero la distancia era algo con lo que habían aprendido a vivir luego de cinco años cargados del egoísmo de cada uno, él queriendo perseguir sus sueños, y ella perdiéndose en sentimientos que terminaron guiándola a él y a sus aspiraciones. Pero eso les había enseñado a batirse en lides que concluían en consensos donde ambos ayudaban al otro en sus objetivos, habían aprendido que la comunicación era la base de toda relación.
Se sentía bien percatarse de que su relación era estable, constructiva y sana.
Ese día en particular, después de meses de posponerlo, se llevó a cabo una presentación pública de héroes recorriendo las calles, firmando autógrafos y tomándose fotos; las entrevistas estaban prohibidas. Se habían dividido en grupos para cubrir toda la ciudad, no supo cómo ni por qué cayó en el grupo de héroes jóvenes populares. Iba con Deku, Shouto, Creati, Honezuki, Kendo, Uravity, y otros, acompañados por Edgeshot, el único héroe veterano. Sin embargo, había visto que cubrirían varias manzanas cerca de la universidad de su novia y le emocionaba la idea de demostrarle que podía ser tan genial como cualquiera de sus colegas.
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Apenas el profesor terminó de anunciar el fin de las clases, tomó sus cosas y se lanzó por la puerta, bajando tan rápido como sus piernas le permitían las escaleras del alto edificio. Algunos perros que la facultad había adoptado le batían la cola y la acompañaban al trote por un trecho, mientras los gatos, siempre altivos, la miraban desde arriba de las máquinas expendedoras.
Sin embargo, tuvo que frenar cuando alguien la tomó de la mochila, casi tumbándola.
—Tranquila, Rayo McQueen. —Souya le sonrió—. También queremos ver el desfile.
—Es una suerte que seamos una de las pocas facultades que logró conseguir permiso para no tener clases... Las calles van a estar atiborradas —comentó Haru, haciendo que el chico soltara la mochila de su amiga.
—Hitoshi dijo que estaría por aquí hoy —mencionó por quincuagésima vez después de enterarse del evento.
Sus dos amigos compartieron una breve mirada burlesca, pero la siguieron mientras ella franqueaba la multitud para tener vista de la exhibición de koseis de los héroes.
En ese instante, Uravity flotaba en el aire con presteza mientras varios niños más la acompañaban entre carcajadas, todo sobre la seguridad de una red que Creati había creado. La multitud los ovacionaba a la par que algunos aprovechaban y se tomaban fotos con los héroes desocupados. Tanto Deku como Shouto y Ground Zero estaban rodeados de fans; un poco más allá estaba Puppeteer hablando con un grupo de chicos de secundaria que lo observaban con devoción, cada uno con algún ítem de la escasa mercancía que sacaban de él.
(T/N) no necesitó más, enfiló hacia él mientras sus amigos se quedaban en el camino para hablar con otros héroes. Captó la atención de Midoriya y este le sonrió brevemente, ella le devolvió el gesto con timidez al caer en cuenta de que ese chico se convertiría en el Héroe Número Uno. Furtiva, se coló entre el pequeño grupo alrededor de su novio.
—La cuestión es nunca perder la esperanza —terminó sus palabras francas mientras la gente aplaudía conmovida.
—¡Oh por All Might! —chilló un fanboy.
Shinsou dirigió la mirada a la figura de edición limitada a escala que habían sacado cuando apenas ganó popularidad, la caja estaba sellada y era sostenida por unas manos que reconocía a la perfección. Se enfrentó a las oscuras pupilas que lo observaban con una mezcla de diversión y vergüenza.
—Eso está valorado en miles de yenes —profirió otro estudiante como si estuviera viendo un tesoro nacional.
—Pero no era tan caro cuando recién salió. —Se ajustó los lentes otra.
—Héroe. —(T/N) lo llamó con la voz temblorosa y el aludido dio un respingo—. Puedes... ¡¿Puedes firmarlo por favor?!
Shinsou pasó saliva y extendió las manos, aceptando el objeto y sonrojándose al ver la suave sonrisa que le dirigía. Sin embargo, en su mente de joven adulto recién salido de la pubertad, se le antojó excitante el tono imponente con el que lo había llamado héroe, y no podía creer que estuviera descubriendo un fetiche en ese instante.
—No tenías que gastar dinero en... —musitó bajo su respiración y ella le sonrió.
—¡Gracias! —Recibió de vuelta la caja y la metió en la mochila con sumo cuidado después de admirar los trazos de su firma.
—¿Quieres una foto? —carraspeó, incómodo—. Tomémonos una foto.
El mundo se le iluminó un poco más cuando ella le sonrió ampliamente. Rodeó sus hombros y llamó a la primera persona conocida que pasaba entre la multitud: Shouto.
(T/N) apretó la parte posterior de su traje, claramente fangirleando mientras él procuraba no dejar que sus facciones lo traicionaran con una carcajada que sabía solo ella podía dilucidar en su expresión aparentemente taciturna.
Todoroki los analizó luego de pedirle a las personas que le dieran espacio, la pareja sonrió con alegría y mesura. Por su parte, (T/N) no podía creer que alguien con una cicatriz de ese tipo pudiera ser tan apuesto, era más alto que Shinsou y cargaba un aura de sosiego perfecto para calmar víctimas en desastres; aunque se repitió mentalmente que Hitoshi era mejor, su héroe número uno.
—¿Es tu novia? —susurró cuando le devolvió el celular a la chica—. Es obvio cuando la has estado abrazando por más tiempo de lo normal.
Ambos se separaron al instante, captando la diversión en las pupilas de Todoroki. (T/N) se excusó con ambos e inclinó la cabeza con deferencia hacia Shouto.
—Es tal y como la describió Midoriya —comentó luego de unos segundos—. Felicitaciones, parece una buena chica.
—Lo es —aseguró—. Algún día se las presentaré formalmente. Ella te adora.
—¿En serio? A mí me pareció que sólo tiene ojos para ti.
Shinsou parpadeó varias veces, ruborizándose satisfecho. Con el enamoramiento burbujeándole en el vientre y mejorando su humor a niveles sospechosos para la caterva de civiles que le rodeaba, recordó que su novia lo estaría esperando en su casa ese día para celebrar su cumpleaños atrasado.
Se preguntó qué harían, seguro ella le prepararía su platillo favorito para cenar, comerían pastel y ella había prometido tenerle una sorpresa, y no sabía si debía estar ansioso al respecto o no porque (T/N) podría salirle con una maratón de películas o con otra cosa que se le antojaba más excitante, a pesar de que ambos eran dos vírgenes sin remedio y muy probablemente harían el ridículo juntos.
Aunque (T/N) le llevaba un poco de ventaja porque había estado con otros dos chicos, seguía siendo un tanto torpe cuando se trataba de hacer algo erótico, las manos le temblaban y le entraba una risita nerviosa que se le contagiaba; pero no era como si él fuera algún tipo de dios del amor, era neófito y aún no le hallaba la maña a desabrochar un sostén, los dedos se le enredaban entre la ropa y se frustraba un poco. Sin embargo, aprendían juntos, se divertían y se respiraba ese aire de confianza que servía de soporte en su relación.
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Se arregló el cuello de la chaqueta cuando estuvo frente a la puerta de su apartamento, escuchó la risa de (T/N), los ladridos de Tomo y olfateó el agradable aroma de la cena. Sonrió cuando, al abrir la puerta, Tomo se le echó encima para que lo saludara; a los pocos segundos, (T/N) se acercó y él inclinó el rostro para besar a su novia dulcemente.
—Bienvenido a casa.
—Ya llegué. —Curvó los labios, conmovido al saber que ellos lo esperaban, que no lo saludaban cuatro paredes y el sempiterno silencio, que su hogar estaría a donde ellos dos fueran.
Tomo corrió a la sala para darles privacidad y disfrutar del hueso-bocadillo que (T/N) le había obsequiado anteriormente para divertir su atención de lo que tenía planeado hacer esa noche.
La muchacha pasó los brazos por sus hombros y volvió a unir sus labios con más ímpetu, saboreando perezosamente su boca y clavando las pupilas en las de él sin aturullarse. Sus manos se deslizaron por su pecho, extasiándose por la firmeza de sus pectorales, y se dedicaron a la tarea de desabrochar los botones de su camisa. Bajó los labios a su cuello y depositó ligeros besos que le hacían cosquillas y lo excitaban un poco, cuidando no marcarlo para no tener inconvenientes después.
Shinsou pasó los dedos por su cintura, dejándose llevar por sus deseos más primitivos, hundiendo las yemas en la poca piel que podía tocar bajo su suéter, y soltando suspiros de placer. Se inclinó en búsqueda de sus labios y, cuando se hizo de ellos, los besó dulcemente, embargando con pasión un gesto que buscaba ser tierno. Luego apoyó la frente de la de ella, apreciando el brillo lujurioso de sus ojos, la sonrisa coqueta y la inquietud de sus dedos por seguir explorando su cuerpo.
—¿Y la cena?
—El orden de los factores, no altera el producto, Hitoshi —dijo con sorna, dejando que él entrelazara sus dedos para besar sus nudillos—. Verte hoy... Yo... —Una ola de vergüenza la asedió y apenas tuvo el valor para no apartar la mirada—. Te veías tan sensual, tan profesional que no podía sacarte de mi cabeza y me dije a mí misma que hoy tenía que ser el día para...
—Entiendo. —Ladeó el rostro, dejando que un suave arrebol espolvoreara sus mejillas, presa de la vergüenza que sentía a esas alturas—. ¿Vamos a la cama?
Asintió y lo besó con más timidez, pero Shinsou juntó sus caderas y la guio, reanudando el juego previo que ella había iniciado con tanta gallardía.
A medida que flanqueaban el pasillo las prendas iban cayendo al suelo, entre risas, algunos gruñidos y gemidos. Todo parecía perfecto y querían dejarse llevar por esa sensación de un infinito final feliz que solo ellos podrían vivir, porque nadie más tenía por qué enterarse.
Continuará~
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Ese momento en el que me doy cuenta de la cantidad de imágenes de Shinsou que tengo guardadas jaja
Muy bien, penúltimo capítulo y me siento emocional porque es la primera vez que publico una historia tan larga. Con todas las cosas que han estado pasando en mi vida, me siento genuinamente feliz de cómo está resultando esto.
Espero traer el siguiente pronto después de editarlo ^^
¡Deseándoles un excelente fin de semana!
¡Plus Ultra! >.<
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