4._Inpresiones
En silencio Mary apartó la vista y fue hacia la mesa de bocadillos.
-¿No vas a decirle nada?- le cuestionó Champa que fue tras ella- Tu novio está charlando con otra mujer...
-Me alegro por él-contestó Mary con un ánimo frío no volviendo a hablar con Champa ni con nadie más.
El dueño del hotel pareció un poco decepcionado y algo molesto también, pero no insistió en el tema.
Leyla era graciosa. Una mujer bastante divertida y que parecía saber disfrutar de la vida. Tenía una actitud fresca y parecía muy inteligente también. Fue ella quien notó la presencia de Mary en el restaurante apenas entró.
-Tu chica está aquí- le dijo a su compañero antes de beber el último trago de su copa.
Bills giro un poco la cabeza, por encima de su hombro, siguiendo la dirección en que ella miraba. No tardó en ver a Mary en la mesa de bocadillos. No pareció sorprendido mucho menos nervioso, solo un poco intrigado por verla allí.
-¿No irás con ella?- le cuestionó la mujer.
-Seguro ya debe haberme visto. Vendrá cuando quiera- respondió con bastante calma, hasta con frialdad, regresando su atención a la cerveza delante de él.
-¿No te asusta que tu novia te vea hablando con otra mujer?-le cuestionó Leyla con cierto interés.
-Mary no es celosa- le contestó Bills sonando un poco cortante.
La mujer arqueo un poco una ceja y luego soltó una risa ligera, musical y coqueta.
-¿Y eso te molesta?- le consultó Leyla descansando su rostro en su mano. Tenía una expresión coqueta.
Bills la miró de reojo. No respondió y con una excusa barata dio por terminada la conversación para volver a la mesa de bocadillos, según con la intención de ir a probar algún otro nuevo platillo. Leyla lo siguió con la mirada hasta que Bills desapareció entre la gente.
Mary tenía los ojos fijos en un plato de mariscos. El aroma de esa preparación le hacia agua la boca, mas no podía probarlo por una alergia. Se conformó con saborear un postre en una copa que alguien tomó antes que ella. Enseguida reconoció la mano del individuo por lo que al voltear hacia él lo hizo cruzando los brazos y diciendo:
-Era mío Bills.
-Fuiste muy lenta- le dijo él sonríendo casi con travesura.
Mary separó los brazos y se volteó a la mesa para tomar un cóctel.
-Esa era la chica de la playa ¿no?
¿Cómo se llama?- le preguntó con calma, pero sin mirarlo.
-Lila o Lina...algo así- contestó Bills acercando la copa a su nariz para respirar el aroma del postre.
No era raro que Bills confundiera los nombres de la gente o que por falta de atención simplemente los llamará por alguno que sonara parecido al original. Pero en ocasiones por alguna jugarreta no era extraño, tampones, que fingiera no acordarse. Mary se sonrió con una expresión indescifrable y luego de manera traviesa le robó a Bills la primera cucharada del postre. En represalia él intentó apoderarse de la bebida de la mujer, pero esta la puso muy lejos de su alcance. Champa los observó a la distancia. Tenía una mirada de profunda desaprobación respecto de esos dos.
Leyla no fue tema entre Bills y Mary esa noche. Y no lo hubiera sido el día siguiente de no ser porque los tres coincidieron en la piscina. Bills estaba recostado en una de esas sillas bebiendo un refresco por medio de una pajita cuando Leyla apareció del otro lado de la alberca y lo saludo levantando la mano antes de desprenderse del pareo y saltar al agua. Era una mujer muy hermosa, Mary reconoció eso en un comentario antes de beber de su botella de soda.
-¿Qué?- exclamó la muchacha cuando Bills clavo sus ojos en ella- Soy bisexual. Lo sabes.
-Eso no quiere decir que debas andar haciendo ese tipo de comentarios...
-¿Y por qué no?- le consultó Mary mientras miraba la cola de Bills moverse suavemente en el borde de la silla.
-¿Te gustaría saber que a mí me parece atractiva e interesante?- le cuestionó Bills con una extraña tonalidad en la voz. Una mezcla de burla y provocación.
-Sí, si me gustaría saberlo- contestó Mary y sonó muy sería.
Bills se le quedó viendo casi como si hubiera querido hacer una pregunta más. Una interrogante casi odiosa, pero no la artículó por lo que Mary, en vista de que no habría más diálogo, se quitó el vestido para ir a meterse a la piscina. A Bills le sorprendió que se pusiera un traje de baño. Desde que la conocía solo la vio usando una prenda como esa dos veces. El conjunto verde y amarillo de la mujer obtuvo de él algo más que una mirada indiscreta. Bills no pudo evitar dibujar una sonrisa mañosa en su rostro mientras la veía ir hacia la alberca.
-Esa chica si que te tiene idiotizado- comentó una voz a su espalda que él reconoció bastante rápido.
-Champa...- murmuró Bills mientras su hermano se paraba a su costado. Llevaba una bermuda con el mismo diseño que la suya solo que en lugar de ser azul era roja- ¿Se puede saber qué tanto estás mirando?- le cuestinó al notar que los ojos de su hermano estaban en Mary.
-Obviamente no a esa mujer. Yo sería incapaz de fijarme en una chica con tal mal gusto- le contestó Champa quitándose las pequeñas gafas de sol que llevaba- Aunque admito tiene un par de buenas...
El vaso de Bills voló a la cara de Champa justo antes de que él terminará de decir la frase. El golpe fue directo y sin ninguna consideración. La nariz de Champa estalló en sangre quedando un poco aturdido. Dio dos pasos atrás cayendo sentado en una de las sillas desde donde se levantó para increpar a su hermano por lo que había hecho.
-¿Por qué me golpeas? ¡Yo no tengo la culpa de que ella las enseñará..!
-¡Ella estaba en el cuarto conmigo y tú entraste sin tocar, otaku pervertido!- le gritó Bills antes de estampar su puño en la cara de su hermano desatando una pelea en la que los guardias tuvieron que intervenir para separarlos. No fue para nada una tarea sencilla.
Una hora después Bills estaba sentado a lo jefe indio sobre la cama de su habitación y de rodillas, frente a él, Mary intentaba limpiarle las pequeñas heridas que se ganó en aquella pelea.
-Habia visto a hermanos pelearse a golpes, pero ustedes lo llevan al extremo- comentó Mary frotando el algodón sobre el lugar donde Bills hubiera tenido una ceja de haber sido un humano- Esto se va a inflamar...
-Ten cuidado- exclamó Bills cuando un poco de líquido le cayó en el ojo.
-Tengo cuidado. El problema es que tú no te quedas quieto- le señaló Mary.
Bills se cruzó de brazos, casi ofendido, y se movió menos permitiéndo a Mary seguir con lo que hacía. De todas las magulladuras que le quedaron, había una un poco más profunda que al contacto con el algodón ocasiono un leve dolor en Bills, aquello le saco a Mary una sonrisa de nostalgia y tomando una curita le preguntó si sentía lo que su hermano sentía. Él no pareció entender a qué se refería.
-Mí madre tiene una hermana gemela. Cuando era niña había ocasiones en que le surgían malestares sin ninguna explicación. Un dolor en la mano, en el costado de la cabeza, cosas así. Cada vez que eso pasaba ella decía: "seguro mi hermana se ha golpeado con algo" y entonces, tiempo después, cuando veía a mi tía yo le preguntaba si se había golpeado la cabeza o la mano cierto día respondía que sí. Pasaba igual con algunas emociones. De la nada mi madre entristecía o se ponía feliz...- le explicó la muchacha mientras él la observaba en silencio- Mi tia me contó que incluso sintió los dolores de parto de mi madre cuando yo nací. Mi madre, en cambio, no sintió nada. Los gemelos son...especiales.
-Cuando éramos niños era común que nos sucediera eso- le contó Bills después de un largo silencio en que pareció considerar cosas secretas- Pasaba hasta con la comida. Si Champa comía algo salado yo podía saborearlo. Y cuando yo me lastimaba él lloraba, pero con los años dejó de suceder. Y es un alivio. Ese idiota era un atolondrado que siempre estaba sufriendo toda clase de accidentes.
-¿En serio no puedes decir algo de tu hermano sin insultarlo?- le cuestionó Mary sonriendo divertida. Bills miró a otro lado descansando su cabeza en su mano y ahí se quedó, sin intención de decir nada más al respecto.
Mary le dio un beso en la comisura de la boca y luego le preguntó si tenía hambre. Acabaron por almorzar en el cuarto de manera bastante abundante. Después de unas jugarretas íntimas, estando satisfecho en todos los sentidos, el buen humor de Bills regreso, pero no se mostró muy entusiasta con la propuesta de la muchacha de salir juntos a hacer cosas divertidas.
Bills se quedó en la habitación el resto del día, Mary prefirió salir a disfrutar de alguno de los servicios que ofrecía el hotel. Así fue como de casualidad se encontró con Champa que tenía una delgada gasa sobre la nariz. Su aspecto era un poco cómico por lo que Mary no pudo evitar sonreír y para disimular miró a otro lado, aunque eso no evitó que él la llamara por su nombre y de un modo algo hosco.
-¿Qué estas haciendo tú sola por aquí? ¿Acaso el idiota de Bills no puede pararse después de la paliza que le di.
-Claro que no. Te garantizo que él levanta todo- le respondió Mary no pudiendo evitar reír por sus propias palabras- Solo prefirió dormir un rato.
-Ese cretino se lo vive durmiendo- murmuró Champa mientras intentaba descifrar el mensaje oculto en las palabras de esa mujer- Te ves de buen humor...no parece que te preocupe demasiado lo que pase con el imbécil de Bills.
-Sí lo dices por tu riña...para mí fue un juego de niños- le contestó Mary frotando su abdomen descubierto por la camiseta.
La mujer tenía unas cicatrices en esa zona. Eran muy finas, casi no se notaban, pero Champa las vio y llamaron su atención.
-¿Qué?- exclamó Mary- ¿Ahora quiere ver desnuda mi parte inferior?
-¡¡Cállate atrevida!! ¡¡Yo jamás querría hacer eso!! ¡¡A mí no me gustas nada, ni siquiera me caes bien!!- le gritó Champa con la cara roja y ofendido a más no poder.
Mary se le quedó viendo con cara de inocente.
-Ustedes dos se parecen bastante- se medio rio la muchacha- Pero Bills grita más fuerte y da más miedo.
-¡¿Insinuas que doy risa?!
-Yo no dije eso- le respondió Mary manteniendo la calma pese a que a su "cuñado" las venas de la cabeza parecían le iban a estallar en cualquier momento.
-¿Qué quisiste decir entonces? ¡Y te advierto que si fue un insulto te expulsare de mi hotel y te cobraré por todo lo que..!- decía Champa hasta que notó la presencia de otros pasajeros.
La pareja paso murmurando por el pasillo y Mary se dispuso a seguirlos, pero Champa se lo impidió preguntándole si quería ir a beber algo. La muchacha arqueo una ceja, lo meditó un momento, y aceptó. Así terminaron en el bar del lugar. Era temprano todavía como para beber algo muy fuerte y Mary no era amiga del licor por lo que optó por un trago sin alcohol.
-Hasta para beber das la impresión de ser aburrida- comentó Champa que pidió un cóctel muy elegante, pero con mucho color.
-¿Y cuál es el problema con que sea aburrida?- le preguntó Mary sin ofenderse por aquellas palabras.
-A Bills nunca le gustaron las mujeres como tú- respondió Champa con cierto despecho en la voz- Puede que prefiera chicas discretas, pero jamás una aburrida como tú.
Mary hizo un gesto como de quién descubre un billete en el parque, pero salpicado de mierda de perro. Guardo silencio medio sonríendo.
A esa misma hora Bills se levantaba medio dormido para abrir la puerta. Pensaba que quien estaba golpeando era Mary que había olvidado la llave del cuarto así que al echar la puerta hacia atrás le soltó un comentario al respecto, pero para su sorpresa era Leyla quien estaba ahí.
-Hola- le dijo ella- Vi la pelea que tuviste en la alberca y quise ver si estabas bien- agregó mientras le enseñaba una de esas loncheras para mantener las cosas frías- Te traje paletas heladas ¿puedo pasar?
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