1._Hermanos
El autobús avanzaba a unos ochenta kilómetros por la desierta carretera que serpenteaba por la costa. Del lado derecho una pared de piedra blanca infinita y por la izquierda un acantilado bajo el cual bramaba el océano hasta donde alcanzaba la vista. Adelante iba una señora de atuendo gris y en la parte de atrás Bills y Mary descansando cómodamente. El viaje era un tanto largo por lo que aprovecharon de dormir un poco, aunque él despertó a medio trayecto. Aprovechando que el autobús estaba prácticamente vacío, Bills estiró las piernas a lo largo de la hilera de asientos. Mary se sentó sobre ellas y usando el pecho de él como almohada se sumergió en un profundo letargo. Bills le rodeo la cintura con la cola y doblo los brazos tras la cabeza manteniendo los ojos cerrados pese a que no fue capaz de conciliar el sueño otra vez.
-¡Hey, señor!- exclamó el chófer viendo por el lente retrovisor- Su parada está a dos minutos- le aviso a lo que Bills contestó agitando la mano de manera algo desganada.
Un rato después él y Mary estaban parados a un lado de la carretera de asfalto viendo abajo el mar azul que iluminaba el ardiente sol de finales de la primavera. Era una vista maravillosa. El viento marino agitó el largo vestido de la mujer que sujetaba su sombrero con su mano izquierda.
-Es un lugar muy bonito- comentó Mary mientras se frotaba un ojo con la mano libre- Aunque está bastante aislado- agregó después de bostezar.
-Solo al idiota de Champa se le pudo haber ocurrido poner un hotel aquí- exclamó Bills recordando el tren y los dos autobuses que tuvo que tomar para llegar.
-Ve el lado positivo. Estaremos dos semanas gratis en un recién inaugurado hotel- le dijo Mary sonriendo de manera simpática.
-Sí el dueño es mi hermano será mejor que no te hagas muchas ilusiones- le advertío Bills colgándose la mochila de la muchacha sobre su hombro izquierdo y tomando su bolso con la otra mano para cruzar la calle.
Mary le pidió su equipaje, pero él no se lo dio. Ella todavía no terminaba de despertar así que se sujeto del brazo de él para bajar por aquella empinada escalinata hasta el edificio construído en las rocas que rompían las olas.
El hotel era bastante grande y de un aspecto fastuoso. Se veía un tanto fuera de lugar en aquel paraje tan natural y sencillo. Había un pueblo no lejos donde la mayoría de la gente se dedicaba a la pesca y otras actividades asociadas al mar. Para acceder al hotel había que bajar la amplia escalera, por la que ellos descendieron, que estaba pegada al muro de piedra blanca salpicada de nidos de hermosas aves marinas. Una vez terminabas ese vertiginoso trayecto llegabas a una amplia terraza en la que habían puesto una docena de palmeras bastante altas. El lobby era amplio y había sido construido en acero y vidrio. El techo tenía forma de panal con algún filtro para evitar el sol cayera con fuerza sobre el lugar y dando un toque tostado al ambiente. Mary no pudo evitar apreciar las finas terminaciones de la estructura que la hicieron pensar que el hermano de Bills debía ser alguien con muy buen gusto.
No había nadie allí para recibirlos. El sitio daba la impresión de no estar abierto al público, pues no había ningún empleado a la vista. Ni siquiera la recepcionista. Mas a poco andar apareció un sujeto cuyo aspecto se ganó el inmediato interés de Mary. Y es que se parecía demasiado a Bills, mas no lo asoció como el gemelo del que su pareja le había hablado. El tipo era obeso, llevaba un traje de un color rojo oscuro y sonreía de manera un tanto mezquina. Su voz era algo chillona, pero al llamar hermano a Bills acabó con las dudas de la mujer que, con un aire medio inocente, puso las manos tras su espalda y guardo silencio solo para ver como interactuaban esos dos. Es que era la primera vez que veía a Bills con una persona cercana.
-Cuando dijiste que no vendrías solo no creí que hablaras en serio- comentó Champa después de saludar "amorosamente" a su hermano- ¿Se puede saber de dónde sacaste a esta mujer? Seguro le has pagado o algo así para que finja que es tu novia...nadie en su sano juicio querría aguantarte.
-¡Yo no necesito pagarle a nadie para algo así! ¡A diferencia tuya yo si le caigo bien a la gente, es a ti al que nadie soporta!- le gritó Bills dejando la mochila y bolso en el suelo para dar dos grandes pasos hacia su hermano.
-¡Eso es mentira! ¡Siempre te lo pasabas persiguiendome para tener algo de atención de la gente porque no le agradabas a nadie!
-¡Ese eres tú, gordito!- le respondió Bills subiendo las mangas de la camiseta.
-¿Cómo me llamaste?...
Era como ver dos niños de primaria. Mary no pudo evitar echarse a reír con el espectáculo de esos dos y fue su risa lo que terminó con el conflicto. La pobre mujer obtuvo dos miradas feroces, pero la de Bills se suavizó rápido y enseguida recupero la compostura fingiendo que no pasó nada.
-Deberías darme las gracias por invitarte a la inauguración de mi hotel. Vas a pasar dos semanas disfrutando de mis instalaciones y servicios completamente gratis...
-Como serás de avaricioso ¿acaso le cobrarías a tu hermano?
-No mezcles las cosas Bills. Que seamos hermanos no quiere decir que puedas venir a aprovecharte de mi negocio...- le contestó Champa.
-Y yo pensaba que mi hermana y yo nos llevamos fatal- murmuró Mary medio riendo.
Ese comentario la hizo obtener la atención del anfitrión. Champa la miró de los pies a la cabeza de un modo un tanto despectivo.
-¿Qué tanto la estás viendo?- le cuestionó Bills.
-Eres linda- le dijo Champa a Mary- Podrías haberte conseguido algo mejor que este palillo...
-¡Ya deja de estar diciendo tonterías!- le gritó Bills y comenzaron de nuevo.
Después de una discusión y unos pequeños empujones, Champa llamó a un empleado para que los llevará a su habitación. Obviamente recalco a Bills que debía ser más agradecido por el gesto que estaba teniendo con él. Su gemelo solo gruñó, tomó a Mary del brazo y siguió al tipo que levantó el equipaje hasta un cuarto en el tercer piso.
La habitación era bastante amplia y muy cómoda. Elegante como todo el resto del edificio. Tenía vista al mar, incluso un balcón. A Mary si le pareció que debían mostrar gratitud a Champa, pero se guardo el comentario para no molestar a Bills que no se veía muy contentó, aunque tampoco estaba enfadado como podía parecer.
-¿Quieres descansar un poco?- le preguntó Mary a lo que él no respondió, pero se quitó los zapatos para brincar a la cama y quedarse sentado ahí a lo jefe indio, descansando el rostro en la mano, como pensando.
Mary se sonrió. Le hizo mucha gracia ver a Bills con su hermano. Puso su mochila sobre la cama y comenzó a sacar su ropa para cambiarse. Fue entonces cuando tomó el tríptico que les había dejado el botones. Ahí se detallaban las instalaciones que contaban con un restaurante, bar, piscina y varias cosas más. La muchacha se quedó leyendo con cierto entusiasmo, algo que no pasó desapercibido para Bills que le hizo un comentario al respecto de manera algo desganada. Parecía tener ganas de dormir.
-Es el primer viaje que hacemos juntos- respondió Mary sonriendo contenta. Realmente parecía hacerle ilusión toda la situación.
-Crei que no te gustaba la playa ni los climas cálidos- comentó Bills antes de bostezar.
-La playa no, pero si el mar- contestó Mary que había terminado de ordenar su ropa y la llevo hasta el mueble para guardarla.
Bills la siguió con la mirada sin mucho interés, pero cuando ella intentó tomar su bolso prácticamente salto encima de su equipaje para evitarlo. La actitud fue vista con curiosidad por la chica, pues por lo general él nunca ponía objeción a que ella tocará y organizará sus cosas.
-¿Qué estás escondiendo?- le preguntó Mary con una mirada suspicaz.
-Nada- contestó abrazando su bolso y mostrándose bastante nervioso.
Mary inclinó la cabeza a un costado y cruzo los brazos de manera relajada.
-Tú sabrás- exclamó bajando los brazos otra vez- Tu hermano nos dio una buena habitación ¿crees que podamos hacer uso del spa? Me encantaría un masaje.
-No hace falta que vayas por un masaje a ese lugar- le dijo Bills con un tono travieso.
Mary anuncio se daría un baño antes de tomar su oferta, pero cuando salió Bills estaba dormido. Él mismo puso su ropa en el mueble lo que despertó todavía más suspicacias en la mujer, pero al fin se encogió de hombros y le resto importancia al asunto. Bills a veces escondía las cosas más simples por alguna razón que ella nunca terminaba de entender. No se molestó porque se hubiera dormir. Se puso una falda larga y una de esas camisetas que mostraban los hombros para después tenderse junto a él.
-Ahora sé como lucirias estando obeso- le susurro antes de darle un beso en la mejilla. Se apartó de él para que durmiera cómodo y dejó la habitación para ir a recorrer el hotel.
Mary y Bills llevaban poco más de un año de relación. Ella sabía él tenía un hermano hace mucho tiempo, pero Bills no lo menciono más que un par de veces y de manera muy poco descriptiva. No hablaba con rencor de él, sino con algo parecido al desdén o más bien a una rivalidad medio infantil. Desde luego Mary siempre sintió curiosidad por conocer al único pariente de su pareja, mas nunca hizo presión o insinuó que aquello sucediera. Sin embargo, cuando Bills recibió la invitación de su hermano para pasar dos semanas en su nuevo hotel le hizo feliz que él aceptará, aunque las fechas coincidían con la de su cumpleaños y Navidad que sucedía una semana después de su natalicio, lo que la incómodo un poco por razones muy íntimas que nunca le comentó a Bills. Como ninguno hablaba de su pasado a ratos se volvía difícil conseguir algunos detalles. Estar allí era una oportunidad para muchas cosas, pues tal como ella dijo era la primera vez que ambos viajaban juntos.
En el hotel no parecía haber muchos pasajeros. Mary apenas vio unas diez personas además de los empleados. Todos parecían ser gente adinerada, aunque viendo el edificio era obvio que allí no entraba cualquiera. Después de conocer la piscina y el spa, Mary volvió a su habitación. Encontró a Bills disfrutando del servicio a la habitación sin mucha consideración por las finanzas de su hermano. Se veía feliz. Él siempre estaba feliz cuando estaba comiendo. El primer día parecía iniciar bastante bien, pese a que Champa llamó al cuarto para advertirle a Bills que si no media su apetito le comenzaría a cobrar todo lo que comiera. También lo invitó al bar después de que se gritaran mutuamente un rato.
-¿Quieres venir?- le consultó Bills a Mary cuando se preparaba para ir a reunirse con su hermano.
-No, yo mejor me quedo aquí. Seguro tienen mucho de que hablar ustedes dos- le contestó la muchacha.
-Eso lo dices porque no conoces a ese bueno para nada. Es más probable sostener una conversación con un niño de prescolar que con el imbécil de mi hermano- le dijo Bills.
-Al menos no parecen tener la necesidad de charlar de esas cosas incómodas de cuando uno se reúne con la familia- rio la muchacha sentandose en la cama.
Bills le dio una mirada de esas frías como hoja de afeitar, a lo que ella contestó arrojándole un beso.
-Sí bebes de más, intenta no llegar haciendo un escándalo- le pidió Mary.
-Yo tengo bastante resistencia al alcohol...a diferencia tuya- le contestó Bills antes de salir. Mary le enseñó la lengua.
Se había vestido semi formal para reunirse con su hermano en aquel bar que parecía sacado de Las Vegas. Había poca gente también ahí y fue bastante fácil ubicar a Champa que lo estaba esperando en una mesa cerca de la barra. No era raro que de vez en cuando se vieran y una de las fechas que siempre los reunía era su cumpleaños, aunque esa festividad había pasado.
-¿Se puede saber para qué me hiciste venir aquí?- le cuestionó Bills.
-¿Tanto te molesta hablar con tu hermano?
-Nuestras conversaciones nunca terminan bien- señaló Bills cuando un mesero se acercó a la mesa para ponerle una pinta de cerveza en frente.
-Eres demasiado irritable. Eso no es culpa mía- le dijo Champa usando un tono odioso de burla- Cualquiera hubiera creído que tener una chica a tu lado te hubiera mejorado el carácter, pero ya veo que eso es imposible...
A Champa le dieron una copa grande con un licor color aceituna que Bills miró con frialdad. Su semblante se había endurecido un poco, sus ojos se agudizaron como si hubiera descubierto algo molesto.
-Dime una cosa Bills ¿En serio crees que esa mujer te ama? ¿Estás seguro de que ella siente algo por ti?- le preguntó Champa sonriendo, regocijandose en una idea que hizo a Bills enseñar su perlado colmillo mientras arrugaba la nariz.
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