Se había bañado rápidamente y se había ido a acostar de inmediato, pensando que quizá después de dormir podría sacarse aquella imagen de la cabeza. 

Era imposible. 

Era como un ciclo vicioso, mientras más buscaba borrar la imagen de su otro yo de la cabeza más aparecía en su mente. Quizá fuese un poco narcisista o algo por el estilo pero... 

¿Por qué le parecía tan atractiva y atrayente esa versión de sí mismo? Y no es que quisiese verse como él, no. Simplemente le parecía atractivo, ver esos profundos y oscuros ojos azulados, como un cielo nocturno sin ninguna estrella, era simplemente hipnotizante. 

~¿Pensando en mí, mi Rey?~ 

Se giró para mirar rápidamente el espejo más cercano que tenía... ahí estaba él, ese él, de colores oscuros y con una sonrisa ligeramente burlona. 

-¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Qué quieres?- 

~Una pregunta a la vez, mi Rey~ 

-¿Por qué me dices así? ¡¡Y responde a mis preguntas!!- La imagen del espejo rio suavemente, como la risa de un adulto que trata con un niño pequeño. 

~Me llamo Isiksiz (I-sic-sais), soy el espíritu que se encuentra bajo su mando, mi deber y querer se basan en protegerlo y hacerlo feliz, mi Rey, y si le molesta ese título puedo llamarlo de otra forma, mi Señor, o mi Amo ¿Cuál prefiere?~ 

La figura sonreía de forma cordial y luego se hablar se inclinó suavemente, haciendo una reverencia y volviendo a mirarlo a los ojos.

Vegetta se sintió temblar bajo el escrutinio de esa mirada oscura, sin que él lo notara sus ojos volvieron a brillar en color rosa. Se sonrojó inmediatamente y cualquier duda y sentimiento de peligro desapareció de su cabeza. 

-Con que me digas "Mi Rey" está bien, gracias... entonces... ¿Tengo un espíritu sirviente? ¿Cómo es eso posible?-Isiksiz sonrió, sabiendo que había logrado su cometido. 

~Estaba encerrado en el bastón de aquel sucio mago que usted venció, dado que usted me salvó y liberó al romper el bastón se ha formado un vínculo mágico y ahora estoy a su completa disposición mi Rey~ 

-Oh... y... ¿No preferirías ser libre o algo? Quiero decir, eres un espíritu, por algo te encerraron- El dueño de la isla flotante miró con desconfianza al espíritu en el espejo. 

Mientras más lo miraba a los ojos, la desconfianza menos sentido tenía en la cabeza de Vegetta. 

Aquello que Isiksiz había dicho tenía sentido, realmente podrían tener un vínculo, y en caso de no hacerlo, Isiksiz parecía estar encerrado en los espejos, así que mucho daño no podría hacer. 

Mientras más lo miraba a los ojos, más caía hipnotizado por la oscuridad de sus ojos.

~Yo soy feliz sirviéndole, mi Rey, pues es usted el mejor de entre todos los reyes~

Los espíritus solo poseen el poder de infectar la conciencia de una persona, manipularla con palabras o volverla loca. Los demonios en cambio son más poderosos mágicamente hablando, y su mayor truco se basa en encantar con la mirada a sus presas, así, mientras más se les mire a los ojos, más hechizados están.

Isiksiz, pronunciado I-sic-sais, proviene de la palabra Işıksız (Turco) que según traductor de google significa "Oscuro" o "Sin luz"