16
— ¿Por qué miras tanto hacía todos lados?
Preguntó Young Hee mirando a TaeHyung, desde que habían llegado a la estación el pelinegro no paraba de mirar hacía su alrededor como si buscara algo.
— Tengo el presentimiento de que Jimin va aparecer en cualquier momento.
Contestó y la pelirroja soltó una sonora carcajada.
Ambos caminaron hacía el tren y subieron buscando sus asientos.
— ¿Estás cómoda?
— Sí — asintió sonriendo y le dio un beso en los labios a su novio.
— Te amo Youngie.
— Yo más — sonrió acariciando su cabello.
Luego de unas horas en el tren al fin llegaron a Busan.
Fueron recibidos por el padre de TaeHyung quién los esperaba con su auto a la salida de la estación. Abrazó a su hijo con alegría y luego a su querida nuera. Él al igual que la Señora Kim estaba muy alegre por el embarazo de la pelirroja.
— Vamos a casa, tu madre debe estar inquieta porque lleguen — los ayudó con las maletas.
— ¿De verdad está feliz? — preguntó el menor.
Nunca había visto a su madre emocionada por nada, estaba muy ansioso por verla.
— No te imaginas cómo está, si es que ya no sabe que comprar.
Los tres subieron al auto y emprendieron viaje a la casa de los Kim. Young sonrió al observar el camino, una vez ella viajó sola por esas calles y en aquel entonces no imaginó cuan especial iba a ser todo después de eso. Conocer a Tae había sido lo mejor que le pasó en la vida.
Llegaron y la madre de Tae salió por la puerta con una sonrisa. La chica se bajó y fue recibida por los brazos de la mujer, el gesto la impactó pero la abrazó también.
— Bienvenidos — sonrió la mujer y la observó — Y lo siento.
— No se preocupe — Young sonrió también y luego entraron a la casa.
Primero que todo se dirigieron al cuarto para dejar sus cosas en orden y se llevaron una gran impresión al ver lo que había allí.
La habitación de Tae seguía como él la había dejado. Con su estante, sus libros y algunos discos que había dejado. Pero había algo más, en la esquina frente a ellos había una cuna decorada con sábanas y adornos azules.
— Es hermosa — los ojos de Young se llenaron de lágrimas y se acercó. Sobre la cuna habían muchas cositas para él bebé. — Tan tierno — le enseñó a Tae un monito de vestir muy pequeño con dibujos de ositos.
— Me gustan estos — Tae agarró un zapatitos pequeños — Ya quiero verlo con ellos puestos.
— JunHyun será mimado por su abuela.
Comentó y siguió viendo los regalos que había comprado la mamá de Tae para el pequeño que venía en camino.
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