11
Los días pasaban y TaeHyung seguía deprimido por las palabras de Jimin, se repetían una y otra vez en su cabeza y no lo dejaban estar bien. Young notó el estado del pelinegro y se preocupó.
Tae llegaba a casa y solo se acostaba sin hablar con ella, aveces lo encontraba llorando solo y cuando intentaba entender qué sucedía para poder ayudarlo él solo negaba y decía que todo estaba bien.
La pelirroja no confiaba en esas palabras, algo debió dejarlo así y tendría que descubrirlo para poder ayudarlo.
Luego de salir del trabajo la chica visitó a su mejor amigo, necesitaba hablar con alguien y no había quien la entendiera mejor que Jimin.
— Hola — sonrió y lo abrazó. De verdad que necesitaba ese abrazo.
— Que milagro que vengas por aquí — comentó y cerró la puerta tras ella.
— ¿Que dices? — rió & Vengo siempre.
— Sí como no.
El pelirrosa se sentó frente a ella, notó su mirada triste y supo que algo andaba mal.
— ¿Problemas con Tae?
Ella asintió cabizbaja.
— No sé que le sucede, está triste todo el tiempo. Llora por los rincones, no puedo verlo así. — suspiró — Creo que tuvo que haber pasado algo, todo este comportamiento es desde el día que llegó a la casa diciendo que quería ser capaz de sostenerme.
— Oh... — Jimin la miró serio — Creo que es mi culpa...
La chica lo observó y escuchó sus palabras.
— ¿¡Estás loco Jimin!? — gritó molesta — ¿Por que le dijiste algo así? Ni siquiera tienes la razón.
— ¿Ah no? — bufó y se levantó — Young, sabes muy bien que sí tengo la razón. TaeHyung vive en una burbuja, ahora mismo necesitas que se deje de estupideces y se comporte como debe.
— ¿Que? — frunció el ceño — Tae no tiene que cambiar nada ni hacer nada para poder ayudarme. Solo tiene que estar a mi lado feliz. Solo eso.
Negó, no tenía la menor idea de que algo así fuera lo que estuviera atormentando la cabeza de Tae.
— Mira — le habló — Conocí a Tae y me gustó de la manera en que es, lo amo tal cuál. No quiero cambiar absolutamente nada.
— Young... — Jimin la observó — Sé que estuve mal, pero yo solo quería ayudar. Solo tú llevas toda la seriedad y el peso de la relación.
— Perdona que diga esto, pero es nuestra relación. No tienes que meterte en nuestros asuntos. Es mi vida Jimin.
Dijo eso y salió por la puerta. Estaba verdaderamente molesta con él.
(...)
— Tae.
La chica abrió la puerta de la habitación y entró observando al pelinegro recostado sobre la cama con la vista pérdida en algún punto del techo.
— Mira lo que te hice — puso el plato con dulce sobre la cama.
TaeHyung observó el plato y negó, no estaba de ánimos para comer nada.
— Pero... — su novia hizo un tierno puchero — Yo y el bebé lo preparamos con mucho amor, ¿no vas a comerlo? Vamos a estar tristes si no lo haces.
— No soy estúpido — dijo.
Young lo miró confundida, ¿en que momento lo había llamado estúpido?
— No dije nada de eso amor...
— El bebé no puede cocinar, ni siquiera es un bebé aún — volvió a hablar — Piensas que soy estúpido y que creeré en esa tontería.
— Tae solo intentaba jugar contigo... — lo miró. Le dolía mucho verlo así — Tenemos que hablar, no quiero que estés así. Quiero que vuelvas a ser el Tae de antes, el que me llamaba Youngie.
— Ya no seré así — se levantó y la miró de frente — Prometí cuidarte y ser capaz de sostenerte. Lo haré.
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