Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Un reto.

Día 2; [Primer beso]

Tener tu primer beso es emocionante, pero es normal sentirse nervioso e inseguro sobre lo que debes hacer. Es más, es probable que la persona que quieras besar sienta lo mismo.

Advertencia: creo qué es y será el único capítulo de la week con algo de lemon, contiene contenido algo explícito.

—¡A-Aaah, Hitoshi! ¡Espera!

Gemidos ahogados salían de su garganta a más no poder, se sentía sediento y caliente, en busca de algo qué pudiera saciar su deseo.

Pero aquel rubio no estaba en busca de agua o algo por ese estilo, él estaba en busca del atractivo hombre qué tenía enfrente. Y no se había equivocado, esa profunda mirada lo llamaba a gritos con apenas hacer un pequeño contacto visual.

Aquello fue suficiente para tomar la decisión de aclamar por el hermoso joven qué había conocido apenas hace algunas horas. Con eso en mente le pidió ser suyo un par de horas.

Pero con un par de horas, no se imaginaba tanto tiempo, ni el enorme placer qué le causaba ser embestido de esa forma tan bestial, apenas pudiendo reemplazar palabras por calientes gemidos sólo para Hitoshi. Aún sabiendo qué era malo entregarse de esa forma...

¿Entonces por qué se sentía tan bien?

No había tenido la oportunidad de hacer algo cómo aquello, ni experimentarlo a tal magnitud, pero definitivamente amaba la nueva sensación de ser invadido hasta más no poder.

Y Denki lo aceptó, lo agradeció y le encantó.

Le había gustado de una forma tan intensa qué incluso al terminar el intenso acto entre ruidos bochornosos, sudor y besos fogosos, se quedó en aquella cama, observando las hermosas amatistas qué lo veían atento, brillando en la pequeña oscuridad del cuarto.

Por alguna razón... A Kaminari le había gustado esa sensación de adoración en su pecho desde qué vió al hermoso joven.

Y a partir de ahí comenzó a quedarse más tiempo en esa casa, aún sí sólo había sido un beso de una sola noche. Aún sí lo había conocido de pura casualidad y aún sí lo había conocido hace una noche... Ese chico parecía haberlo conocido de toda una vida.

Y Denki necesitaba más de ese chico, muchísimo más.


.



.





.


No sabía hasta que punto había comenzado a hacer esa especie de juegos en bares. Iba con sus amigos a tomar, a bailar, a hacer travesuras y a poner retos bastante divertidos, incluso para Denki siempre era el mismo reto: tratar de robarle un beso a la persona qué sus amigos dijeran.

Para suerte de él, siempre resultaba bastante victorioso en todos los sentidos. Y tenía el presentimiento de qué esa noche también sería de esa manera.

Cuándo la noche comenzó, lo primero fue llegar a aquel bar observando atento a cuál mesa debería ir a poder esperar a sus amigos. Una vez elegida la mesa, se sentó a esperar unos momentos bastante eternos, pidiendo un cóctel y esperó pacientemente a sus amigos, los cuáles después de un buen rato llegaban de uno en uno.

Momo, Ochako, Eijirou, Bakugo, Izuku y Todoroki eran los qué habían arribado esa noche a su mesa. Los demás aún no llegaban, y Denki no se sorprendería sí no los veía.

Con eso en mente, esa larga noche comenzó cómo de costumbre.

—¿Y entonces?.—preguntó Ochako bastante emocionada.

—¿E-Entonces?.—murmuró el chico pecoso en respuesta a su mejor amiga, esperando no fuera lo qué esperaba.- ¿Ya vas a comenzar con esos retos?

—¡En efecto, mi estimado!.—exclamó Ochako a todo volúmen, bastante emocionada por la travesura qué tenía en mente.— ¡Tranquilo Izuku, hoy no te haré hacer nada vergonzoso con Todoroki!

Denki al oír eso último se rió con bastante fuerza, se sentía mal por su pobre amigo Izuku qué siempre era obligado a hacer toda clase de cosas con Todoroki, el cuál parecía estoico ante eso, de hecho... Parecía disfrutarlo de alguna manera.

Eso sí esa perturbador.

—No me digas, ¿es lo qué pienso?.—preguntó Kaminari con una gran sonrisa, teniendo una mirada cómplice con la castaña.

—Chicos, por favor, vayan a pensarlo bien. La última vez qué Kaminari hizo algo así, todos terminamos una noche en prisión.—mencionó la más racional de ese grupo de locos, Momo.

—¡No seas aguafiestas, yo quiero poner el reto! ¡Ya me toca!.—alegaba con una gran sonrisa Kirishima, observando por unos segundos a su amigo Denki.

—¡Bro! Eres malo en realidad.—Denki reía por la maldad disfrazada de su bro. Pero aún sí lo amaba cómo un hermano, no se salvaba de bromas y retos.

—¿Qué opinas Bakugo? ¿Quieres poner el reto?.—preguntó de la nada Todoroki dispuesto a hacer la noche interesante.

Cómo siempre, eso sólo colmo la paciencia de Bakugo.

—¡JODER! ¡¿Es qué siempre tienen qué hacer sus estupideces?!.

La voz potente del rubio sonaba por todo el lugar, aún habiendo bastante música su grito bastó para llamar la atención unos segundos.

—¡Bro, baja la voz! Estás haciendo mucho escándalo.—cómo siempre Kirishima era el primero en tratar de calmar a Bakugo, recibiendo un buen codazo por parte del mismo.

—Bueno... Ya qué no seré yo quién será atacado ésta vez, opino qué nos pongamos de acuerdo con el reto.—la voz de Izuku por un momento sonaba bastante racional, bastante calmada.

Aunque por dentro, Kaminari sabía muy bien qué Izuku sólo quería ver el mundo arder.

—No lo sé...-cortó de pronto el mencionado quién iba a cumplir con el reto.— Ya no voy a besar a ningún tipo mayor qué quiera mis nalgas, ni besaré a un menor para ser considerado acoso.

—¿Qué es lo qué diría Sero en éste momento?.—preguntó Eijirou pensando muy atento, sabía qué siempre que venía Sero, proponía cosas muy interesantes.

—¡Lo tengo!.—exclamó Ochako bastante emocionada, teniendo de inmediato el objetivo perfecto a la vista.

Denki al darse cuenta de aquello, decidió voltear a dónde la castaña había visto. Y joder, sí qué había sido una pésima idea.

—Tienes qué estar bromeando...

En ese momento Denki no pudo evitar flaquear al ver al chico qué tenía enfrente. A decir verdad, poseía una buena musculatura, tal vez no se notaba por su vestimenta oscura y ese suéter de color negro qué era bastante holgado para el contrario, pero Denki sabía qué tenía buena musculatura.

Podría babear al ver el resto de su cuerpo, piernas no tan delgadas, brazos qué a simple vista, se veían algo aprisionados por el mismo suéter. Parecía un chico de su edad, aunque, poseía un cuerpo de Adonis sin importar qué estaba vestido cómo para un funeral.

Sin embargo, Denki no prestó toda su atención a aquello, sino a esa hermosa cabellera qué lo llamaba a gritos.

¿Por qué se había fijado en eso?

No lo sabía, era un misterio pero lo qué sí sabía era que quería, no, ¡necesitaba! tocar ese cabello con sus propias manos. Podría imaginarse enterrar sus dedos sobre aquel cabello rebelde, no tan esponjado, pero tampoco liso. Era un hermoso color índigo, aunque uno muy oscuro.

Realmente sí así se veía la presentación, no se imaginaba el producto. Y vaya qué no se había equivocado al poder observar por unos segundos el rostro de aquel atractivo extraño volteando ligeramente.

—¡Dios mío, Ochako, no! ¡¿Lo viste?!.—preguntaba alarmado el rubio, volteando de inmediato a ver a la de menor estatura con una gran sonrisa.— ¡Ese tipo puede tener a quién quiera! ¡Está más guapo qué Todorico!

—¡Eh! ¡No es verdad!.—exclamó Izuku de repente mientras se negaba a aceptar qué alguien fuera más Todorico qué su Todorico.

—Bueno, bueno, sin ofender. Pero ese tipo es un papucho, Midoriya. ¡Un verdadero papucho! ¡Su cara parece tallada por los mismos ángeles!

—Calmate un segundo Denki, sí tú no eres capaz de hacerlo, alguien más puede hacerlo.—una relajada Momo le sonreía al nervioso Kaminari mientras tomaba un poco de su bebida.

—¿Saben qué?.—preguntó Bakugo con una sonrisa bastante grande.— Momo tiene razón, entonces no seas gallina, bro.

No sabía qué era peor, sí Bakugo llamándolo de esa forma para burlarse, ó Bakugo pateandolo con fuerza lejos de esa mesa.

»Hola Dios, soy yo de nuevo.«

Ese era el único pensamiento en la mente de nuestro pobre Kaminari, bastante nervioso al ver a su nuevo reto.

Normalmente nunca estaba nervioso a la hora de hacer esa clase de retos, pero no todo el tiempo te encontrabas un tipo guapo. Y no cualquier tipo guapo, ese tipo guapo qué tenía enfrente.

No supo cuántos pasos había dado hasta sentarse al lado del de cabellera lila, y realmente estaba a nada de iniciar una conversación.

O eso pensaba hasta qué vió esos calientes, muy calientes, varoniles y profundos ojos de un color amatista viéndolo atento. En ese momento todo se fue a la borda para Denki, y lo supo cuándo la primera idiotez salió de su boca temblorosa.

—¿T-Te gusta el pan?.—preguntó de la nada en rubio.

En ese momento de verdad se sintió estúpido. Tantos años de ligue desperdiciados y tirados a la basura gracias a un niño bonito.

¡Era tan simple cómo robarle un beso y ya! No había necesidad de hablar de panes.

—Depende.—respondió bastante tranquilo el contrario.

»Asuputacola« pensó Denki cuándo escuchó de repente esa voz igual de profunda cómo los ojos de ese chico.

Sí así tenía la voz, no se imaginaba cómo tendría la-, ¡No Denki, no es el momento! ¡Piensa, piensa rápido!

—¿D-De qué depende?.—preguntó bastante curioso, sintiendo incluso cómo sus mejillas se prendían en un color carmín bastante intenso.

—De qué sí el pan está duro o no.—respondió el de mayor incluso un poco más divertido por las reacciones del chico.— ¿A ti te gusta el pan?

—Me gustan más los bombones.—una sonrisa un poco más calmada se dió por parte del rubio, bastante atento a cualquier movimiento de su presa.

—¿Ah, sí? ¿Qué clase de bombones?

»Bien, Kaminari, vas por buen camino. No la vayas a cagar, sólo dile qué te gustan los bombones con relleno o cubiertos de chocolate.«

—Cómo tú.

De repente el chico se quedó en completo silencio, observando incluso cómo se confundía con la respuesta.

Definitivamente la había cagado al decir lo primero qué se le vino a la mente, ¿acaso se podía ser más estúpido?

Sabía qué sí, y el haber aceptado ese plan lo era. Además de poder oír las voces de sus amigos bastante entretenidos con la escena, incluso podía observar a Todoroki atento a cualquier cosa para grabarla.

—No sabía qué te gustaban los bombones amargos.—la ligera sonrisa curiosa del contrario lo sacó de sus casillas: ese tipo era jodidamente hermoso.

Denki ya no supo cómo más responder, por lo cuál atino a sonreír un poco menos nervioso después de aquella estupidez.

—No creo qué existan los bombones amargos.

Denki podría ser creyente de muchas cosas, pero no de la existencia de los bombones amargos.

Estaba seguro qué el chico de cabellos lila era tan bueno cómo se veía.

—Eso es porque aún no me has probado.

Esa respuesta sí qué no se la esperaba. Hasta ese punto se le acababan las ideas de cómo ligar y tendría qué improvisar, lo cuál sería bastante malo porque Denki era... Denki.

Sinceramente ya no podía cagarla más enfrente de ese extraño, ni de sus amigos.

—¿Me estás invitando a probarte aún sí no conozco tu nombre?.—preguntó el menor con una sonrisa incluso más grande, pero aún sintiendo su rostro caliente, estaba muriéndose de vergüenza.

—Bueno... Los nombres no se dan hasta la segunda cita.—observó al chico ojeroso rascar su nuca con algo de lentitud.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

—Sí quieres saber mi nombre, por lo menos me aseguraré de tener una segunda cita.

—¡Oh, vamos! ¿Cómo sé qué no eres un psicópata?

—¿Cómo sé qué tú no eres uno? Preguntar sí me gusta el pan, es extraño.

Ninguno de los dos daba a torcer el brazo, las miradas se comían una a la otra, se sentía la tensión...

O eso fue hasta qué el rubio estalló en un risa gigante. Debía admitir qué ese chico le empezaba a agradar bastante.

—Bueno, eso lo diría yo. Se nota qué ni siquiera pegas el ojo.—Kaminari señaló las ojeras del chico de cabellos lilas, obteniendo otra sonrisa algo corta.

—Tengo insomnio al pensar en ciertas cosas.

—¿Cómo qué?

—Ya sabes, problemas existenciales, dudas, y mis fracasos.

—Hmmm... Eso suena mal, pero creo qué puedo ayudarte.—mencionó Denki con una gran sonrisa.

El ojeroso lo veía incrédulo, en busca de una respuesta ya mismo.

—Todo se arregla con un beso de buenas noches, ¿tu madre jamás te dió uno?.—siendo honesto, Kaminari sonaba bastante chismoso en ese punto, pero no le importaba.

—Bueno, muy pocas veces.

¡Esa era la oportunidad perfecta! ¡Era ahora o nunca!.

Sentía la expectación de todos, se sentía cómo en una comedia romántica o algo por ese estilo. Y queriendo lucirse, tomó a ese atractivo chico de la nuca, acercándose un poco más hasta robarle un suave beso.

Un beso era suficiente, pero... Ahora ya no se podía detener.

Esos labios se sentían suaves, cálidos, bastante apetecibles. Se sentía cómo una enorme explosión qué llenaba de escalofríos los pobres labios del rubio.

Y aunque fuera sólo un beso, se negaba a dejar ir a ese chico. Siendo qué apenas se separó de él, no dudó en morder ligeramente su labio con una sonrisa.

—Bueno, chico ojeroso, ahí está tu beso de buenas noches.

Kaminari sintiéndose el rey del mundo, se levantó de su asiento bastante triunfal, viendo a sus amigos bastante impactados por lo qué había pasado en esos instantes.

Dió unos pasos con toda la seguridad del mundo, aunque por dentro estaba explotando de nervios por haber tenido realmente un beso bastante emocionante. Pero Denki sabía qué eso era todo... Sí sé lo permitían, claro estaba.

O eso pensaba hasta qué sintió cómo lo tomaban del brazo hasta hacerlo voltear. No tuvo ni tiempo para responder, sintiendo esa presión sobre sus labios pero de una forma más intensa. Inclusive su cintura era suavemente sujetada sin tener oportunidad de escapar de ese excelente beso.

Aquello lo dejó tan pasmado qué apenas pudo corresponder ligeramente, el chico tenía de cabellos índigo tenía control de su mundo en ese momento exacto, y Kaminari no quería qué dejara ese control. Se sentía cómo en una montaña rusa de emociones cada vez qué el beso se intensificaba y subía de nivel.

Sabía qué comerse en pleno bar no se debía hacer, pero con semejante bombón, dónde fuera.

Unos momentos después se separaron con agitación, sus miradas eran cómplices, sus corazones brincaban con fuerza y sus labios aclamaban por más.

—Lo siento, tenía qué enseñarte a dar un buen beso de buenas noches.—susurró el contrario contra sus labios.

—¿Al menos me dirás tu nombre? Necesito saber el nombre de quién me acaba de dar semejante beso.—respondió Denki sintiendo sus orejas ponerse rojas de tanta emoción.

—Shinsou. Shinsou Hitoshi.

Escuchar ese nombre fue la gloria para sus oídos, por los cuál no pudo evitar sonreír mientras acariciaba ligeramente los labios ajenos sin ningún pudor.

—Bien, Shinsou. Yo soy Kaminari Denki, aprende ese nombre, porque será el nombre de quién ahora te dará los mejores besos de buenas noches en tu vida.

De nuevo no se contuvo a besar a aquel chico llamado Shinsou. Después de todo, ese sí había sido un primer beso espectacular.

Y Denki no se quedaría con las ganas de más, ni mucho menos de probarlo de más.

Por suerte para él, sus fantasías se habían hecho completa realidad al verse sobre la cama del atractivo joven, temblando por todos lados al tratar de regular su respiración, escuchando el sonido sordo de un cuerpo cayendo a su lado, igual de agitado qué él.

Desde ese momento, Denki lo supo. Ese momento junto con aquel chico era decisivo para saber qué pasaría más tiempo con él.

—Tengo qué decirlo... No eres nada amargo.

Pequeñas risas se hacían presentes en la habitación, ignorando el momento de hace rato.

—Y tú no eres un chico raro. De hecho, eres bastante lindo...

Sí, definitivamente, su corazón había hablado.

Estar con Hitoshi... Ahí era.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro