— INEVITABLE —

El regreso a Grimmauld Place fue rápido, Regulus se encerro en su habitación y Maia se dirigió hacia ahí, logro abrir la puerta y se encontró a su hermano sentado frente a la chimenea sosteniendo su antebrazo con su mano derecha.

Maia se acerco y se sentó a un lado de el, cuando lo miro observó como las lágrimas recorrían el rostro de Regulus y ella lo abrazo.

El chico se rompió ante el contacto y se permitió llorar entre los brazos de su hermana mayor.

— La debo dejar, Mai — Dijo el chico y ella se confundió pero no tardó para comprender.

Estaba consciente de los sentimientos de Regulus hacia la hija menor de los Potter, sabía que Regulus suspiraba por Kaia Potter y ahora le estaban arrebatando eso.

Fue cuando Maia comprendió que llegara un momento donde terminará dejando a Lupin...

O tal vez el la termina dejando a ella.

•

Maia se sentía muy agotada, su madre la había despertado muy temprano y durante todo el día sin descanso estaban de tienda en tienda. A medio día, su prima Narcissa de unió a ellas y todo se volvió más insoportable.

— Madre, ¿cuál es el motivo? — Preguntó Maia por cuarta vez. — Solo quiero ir a dormir, estoy cansado y no aguanto más.

— Cállate, Maia — Decía Walburga y Narcissa solo miraba con pena a su prima, parecía que todos excepto Maia y Regulus sabían lo que sus padres estaban planeando.

Maia rodó los ojos y no mucho después se dirigieron hacia el número 12 de Grimmauld Place. Al llegar ahí su madre le ordenó que se fuera a dar un baño y se alistara, le pasó un vestido para después Walburga subir a la habitación de Regulus.

La chica Black obedeció y se encerró en su habitación mientras hacia lo que su madre le había ordenado, estaba agotada pero aún así debía cumplir con todas las tonterías que su madre planeaba.

Realmente a veces odiaba ser una muggle con vida normal.

Después de colocarse unos pendientes y unos anillos, su madre llevaba gritando desde hace media hora pero Maia estaba ignorandola, se colocaba los zapatos cuando su madre irrumpió en su habitación.

— ¿Que esperas? — Le preguntó Walburga a su hija.

— Estaba terminando de prepararme — dijo la chica mientras se ponía de pie alisando el vestido.

Su madre salió de la habitación y Maia no tardó en seguirla hasta el piso de abajo, apenas se había dado cuenta que los elfos se encontraban apresurados e iban de un lado a otro guiando a los invitados hacia el gran salón.

La chica confundida camino hacia el lugar y diviso a su hermano, se notaba enfurecido, ni siquiera le prestaba atención a Brook que parecía hablar y hablar.

Maia se acerco hacia ellos y Brook se lanzo a sus brazos.

— El pequeño Black está enojado — Soltó Brook y Regulus por fin miro hacia ella.

— Solo quiero hacer otra cosa y no estar aquí...

— Quieres estar con Kaia, acéptalo — Rabastan le dijo y Regulus gruño mientras Walburga y Orion entraban junto a los Travers y las puertas se cerraban.

Julia venía mirando al suelo mientras los cuatro adultos estaban sonriendo.

— Tenemos un gran anuncio que hacer — Walburga empezó a hablar. — Es maravilloso para los Black y Travers anunciar el compromiso de Regulus Black con Julia Travers.

Los aplausos no se hicieron esperar, Maia miro hacia su hermano que tenía la mirada perdida, las manos le temblaban y no sabía que hacer.

Walburga lo miraba directamente y parecía que el chico ya sabía que hacer, porque saco un anillo de su abrigo y sin querer hacerlo tomo la mano de Julia poniéndolo en el dedo correspondiente.

Todos en esa habitación aplaudían, parecía que estaban felices y Maia no podía sentir una abundante tristeza cuando veía la mirada de su Reggie, el no quería y al ver a Julia sabías que ella tampoco.

Julia y Regulus no querían casarse.

•

Cuando la noche termino, Maia subió a su habitación, esa reunión había sido horrible y más porque Evan no asistió, sabía que era algo relacionado a los mortífagos.

Mientras se quitaba el vestido y se deshacía de todo lo que se había colocado, no dejaba de pensar en su pequeño hermano que ahora estaban obligando a qué se casará y sin saberlo, estaban obligandolo a dejar a la única chica que el había amado.

Temía tanto que lo suyo con Remus se terminará, lo peor es que sabía que en algún momento eso sucedería.