CAPITULO IX
- MIRADAS DISCRETAS O NO -
Los días iban pasando, así que Maia y Remus llevaban todo con total discreción. Maia aveces pensaba en contarle a Evan sobre sus encuentros con Remus pero pensó que lo mejor sería no hacerlo y continuar con lo que sea que se traían a escondidas.
Aveces mientras ella se encontraba en la biblioteca el llegaba y se miraban por minutos indeterminados dónde después Maia terminaba guiñando el ojo hacia Remus y el sonreía mientras sus mejillas se tenían de rojo.
- ¿Que haces? - Evan le pregunto a Maia.
La chica se sobresalto al escuchar la voz de su mejor amigo, temiendo que se hubiera dado cuenta.
- Ensayo de Slughorn - Respondió ella.
- Es lo que me falta. - Evan dijo mientras se sentaba frente a ella.
- Igual a mí. - Maia dijo mientras escribía en el pergamino - Bueno, me faltaba. Lo he terminado.
La chica se levantó y comenzó a tomar los libros que había necesitado.
- ¿Los ocuparas? - Maia señaló la pila de libros.
Evan negó.
- Tomaré tu ensayo y le cambiaré algunas palabras - Maia negó al escucharlo y se dirigió a los estantes.
Comenzó a dejar cada libro en su lugar, mientras pensaba en qué momento llegaría hasta donde estaba ella.
Al terminar se dirigió a un hueco que había entre tres estantes y cuando entro se pego al Gryffindor que la esperaba ahí.
- Te he extrañado todo el día - Le dijo el mientras le daba un beso y Maia se aferraba a su túnica.
- Créeme que yo lo he hecho incluso más - Maia le dijo mientras lo tomaba del cuello y lo atraía hacia ella.
- Ay si, me uno - Maia se separó inmediatamente de Lupin y observó a Evan que se encontraba mirándolos con el ceño fruncido.
Remus miraba como Maia abría y cerraba la boca, incapaz de poder pronunciar algo y solo podía pensar que Evan y la chica sostenían una relación amorosa.
- No entiendo el porque ocultarme esto - Evan miro a su mejor amiga - No juzgo y creo que te he dejado eso claro.
Maia solo miraba hacia sus zapatos.
- Si me cuestiono el porque Lupin - Siguió diciendo Evan y Maia soltó una risa - Pero no te voy a juzgar por querer y no lo haré.
La expresión en Evan se suavizó.
- Gracias - Evan y Remus escucharon la voz de Maia y ambos la voltearon a ver. - Es solo que... es difícil para mí y lo sabes, Evan. El hablar sobre el como me siento y no fui criada para hacerlo, he vivido reprimiendo lo que siento y ahora que estoy sintiendo tanto pareciera que solo quisiera gritarlo pero siento como si alguien me tomara del cuello y evitará eso.
Maia suspiro y continuo.
- Jamás me había sentido atraída hacia otra persona y experimentar esto ha sido algo nueva para mí. No fue planeado y creo que me hace sentir viva. - Maia miro a Remus y el solamente la veía con una sonrisa dibujada en su rostro.
Después, Maia noto que Evan miraba directamente al licantropo y luego ambos conectaron miradas. Maia no había pensado en que haría Evan, pero pudo respirar bien cuando solo vio que le susurro algo al oído y después se fue de ahí, dejándolos otra vez solos.
- Pudo salir peor - Dijo Maia mientras veía a Remus y este asentía. - ¿En qué estábamos?
Después de eso, Remus y Maia duraron un poco más ahí escondidos. Mientras Evan trataba de que nadie los descubriera.
••••
Enero le abrió paso a Febrero y después comenzó Marzo, entonces Maia por fuentes muy confiables se enteró que el cumpleaños de Remus se aproximaba.
El diez de marzo el licantropo cumplía diecisiete años y Maia trato de prepararle algo. Maia en verdad trataba de que su relación con el licantropo funcionase y por esa razón se encontraba en su habitación acomodando lo que junto a Evan había llevado desde las cocinas hasta ese lugar.
Se había encargado de conseguir la trilogía de "El señor de los anillos" firmada por el autor, para obsequiarsela a Remus. Sabía que el quería leerla pero por cualquier razón no había podido adquirir los libros.
Aparte, junto a Evan los había encantado para que por más que los años pasasen, esos libros se mantendrían intactos.
Miro a su alrededor antes de salir por Remus y sonrió. Había barras de chocolate, pastel de chocolate, chocolate líquido y frutas. Sabía que Remus estaba obsesionado con el chocolate y no podía faltar.
Salió de su habitación y se aproximó a cruzar la sala común, que se encontraba vacía, y salir por la gárgola. Ahí afuera estaba Remus y ella se apresuró a tomarlo de la mano y meterlo en la sala común, no le dio tiempo a hablar cuando ella salió corriendo a su habitación y al tenerlo tomado de la mano lo llevo junto con ella.
- ¿Pero q...? - Remus comenzó a decir pero fue interrumpido por Maia que se lanzo a sus brazos.
- ¡Feliz cumpleaños! - Dijo Maia mientras besaba la mejilla del chico. - Ya eres legal.
- No podré demandarte por andar con un menor - Bromeó Remus.
- Me he salvado - Maia dijo mientras reía.
Remus tomo a la chica por las mejillas y le dijo una beso en los labios.
- Gracias por esto - Remus dijo. - Creo que con solo estar conmigo era suficiente.
- Y falta algo - Le dijo Maia y Remus no pudo evitar mostrarse emocionado.
- ¿A si? - Preguntó el y Maia asintió. La Black se apresuró a tomar la caja que tenía en la mesa y se la paso a Lupin.
- Abrela - Le dijo Maia y Remus le hizo caso.
El chico abrió la caja y sonrió al ver los tres tomos de "El señor de los anillos" pero su sonrisa se desvaneció cuando los abrió y observó la firma del autor.
- Esto es demasiado, Maia. Lo agradezco pero...
- ¿No puedes aceptarlo? , estás loco - Maia lo interrumpió. - Yo no leo eso y es un regalo para ti. Tómalo y despues podrías leer para mí.
- Pero... - Remus comenzó a hablar y Maia puso la palma de su mano sobre la boca del chico.
- Acéptalo.
Remus la tomo de la muñeca y retiro su mano mientras asentía. El chico se acercó a Maia y la tomo de las caderas mientras la pegaba a él y comenzaba a besarla, ella rápidamente rodeo el cuello de el con sus brazos.
Maia hizo que Remus se sentará en su cama y rápidamente se sentó a horcajadas encima de el robándole un gemido. Ella sonrió y volvió a besarlo.
Lupin cómo sus manos dentro de la blusa de la chica y ella no se hizo esperar y se la quitó mientras el la observaba embobado.
- Eres perfecta - Le dijo el mientras en una maniobra la dejaba bajo su cuerpo y volvían a besarse.
Remus se quitó la camiseta y comenzó a besar el cuello de la Ravenclaw mientras escuchaba los leves jadeos que ella emitía. Ella comenzó a bajar su mano y comenzó a desabrochar el pantalón de el, se separaron un poco y el se los quitó por completo. Maia se arrodilló en la cama y se quitó la falda para después lanzarla a algún lado de la habitación.
Después de varios besos, caricias, suspiros y jadeos ambos estaban completamente desnudos.
- ¿Estás segura? - Le preguntó Remus a ella. Maia lo miro y fue cuando comenzó a pensar en lo que ha sufrido desde los cinco años.
No podía dejar que eso eclipsara el momento y decidida hizo que Remus quedara sentado y ella encima de el a horcajadas. Le gustaba Remus, se sentía segura y cómoda a su lado, tal vez por eso fue que decidió ir más lejos con el.
- Si no lo estuviera - Comenzó a hablar ella - No hubiéramos llegado tan lejos.
Remus tenía sus manos en las caderas de ella y la beso mientras ella se alzaba un poco y el se alineaba en su entrada.
Ese día, no solo ambos avanzaron hacia la intimidad. Ese día Maia Black comenzó a enfrentar a su pasado y tratar de superarlo. Hay muchas maneras de superarlo y Maia sabía que dejar que Remus la besara y tocará era un gran avance en el problema que no la había dejado avanzar.
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