—Mira Alice, el día de hoy eres mi musa. —Le muestra el retrato en el que trabaja. Se encuentra en el suelo, recargada en el sofá.

—¿Podrías guardar silencio un momento? —Responde Alice con frustración y no cuida su volumen. —Estoy tratando de resolver algo. —Cierra los puños sobre el cuaderno en sus piernas.

Decepcionada, la rubia guarda sus lápices de colores en el estuche, cierra su cuaderno mientras se levanta. Entonces toma su bolsa, se dirige a la puerta principal.

—Llámame... Te amo. —No recibe respuesta, mira por última vez a la chica que parece estar en su propio mundo.

¿En qué momento su relación se fue por un caño? ¿Fue cuando Alice se inscribió a la maestría? No, antes de hacerlo ya había una ligera distancia, pero jamás había reaccionado así.

—Es solo estrés, más tarde cuando hablemos todo estará bien. —Se consuela recordando las ocasiones pasadas.

Parte a la pensión donde vive, caminar la ayuda a relajarse y hacer que deje de sentirse triste. Trata de no volver a pensar en lo ocurrido, distrae su mente mirando los productos en los aparadores de las tiendas por las que pasa.

<<Nuevo inquilino>>, piensa al ver a un chico —demasiado alto y con una cara con la que podrías concluir que es extranjero— subiendo unas maletas. Podría ayudarle a cargar por lo menos la más pequeña, podría, pero quiere evitar la fatiga y no sabe si eso podría molestar al chico.

Lo saludará diciéndole "Bienvenido, soy Mia" apenas lo alcance y después se irá hasta su departamento, esa es la idea, hasta que ve que una no es una maleta, sino una transportadora para animales.

Adora a los animales, demasiado, no puede subir sin conocer al nuevo o nueva residente. El dueño batalla con una maleta mientras que ella se agacha y trata de ver dentro de la caja.

—Me asustaste. —Después de solucionar su problema, el chico voltea a ver a su mascota, se asusta al ver una chica cargándola. Habla en un idioma distinto al de ella. —¿Quién eres tú? —Dice en inglés.

—Yo soy Mia, ¿quién es ella?

—Su nombre es Bella y yo soy Lucas, acabo de mudarme.

—Bienvenido. —Dice sin verlo. —Puedes continuar, pasa por ella en el 21. —Trata de seguir subiendo, pero él la detiene.

—¿Estás tratando de secuestrar a mi hija?

—Te dije que estaremos en el apartamento 21, ¿dónde está la madre? Le pediré permiso a ella, porque tiene una madre, ¿no es así?

—Claro, pero no ha venido con nosotros. —Fugazmente ve una pizca de tristeza en sus ojos.

—Entonces no hay problema, en el 21.

Ignora los intentos del nuevo inquilino para que le regrese a "su hija" y con pasos rápidos se apresura a llegar a su hogar. Le da un pequeño recorrido a Bella y le hace preguntas como << ¿De dónde vienen? >>, << ¿Por qué eres tan linda, Bella? >>, entre otras, como si el animal pudiera responder. El tiempo jugando con ella se le pasa volando, al principio trata de ignorar los golpes en la puerta, luego reacciona sobre quien podría ser.

—¿Podrías decirme dónde comprar un nuevo marco para una fotografía? Por accidente deje caer...

—¿Eres nuevo en la ciudad? —Lo interrumpe.

Asiente. —Y también en el país. —Le responde.

—Eso explica por qué Bella no me entiende, por supuesto, te llevo a una tienda. ¿Tienes su correa?

Caminan guardando por lo menos un metro el uno del otro, Mia lleva la delantera, tiene la correa de Bella en la mano izquierda. La distancia de su vecindario a la tienda es muy grande, pero el clima es tan agradable que de un momento a otro ya están ahí.

—¿De qué tamaño es la foto...? —La tienda es más una bodega, no tienen problemas al entrar con Bella, ya que es pequeña pueden cargarla sin problemas.

—Mi nombre es Lucas. —Saca del bolsillo trasero de su pantalón la fotografía.

—Supongo que es la madre de Bella, no creo que sea tu hermana. Felicidades, tienes una novia muy guapa.

—Es mi mejor amiga. —La corrige.

—Tu novia, entiendo. —Le arrebata el papel de la mano para ponerse a buscar el marco adecuado. —Toma, ¿algo más? —Le entrega el marco.

—Gracias, por el momento seria todo. Muy amable Mia, pero te repito, ella es mi mejor amiga.

Ahora él le arrebata la foto, alisa las esquinas que se doblaron un poco y vuelve a guardarla en su pantalón.

—Querido, he visto "Love Rosie" cientos de veces, puedo asegurarte que lo tuyo con esa chica no es solo una amistad, tan solo mira la foto, la mano ahí significa <<Es mía, alejense>>

Las dos personas en la fotografía usan toga, el chico (Lucas) abraza a una castaña muy linda con una sonrisa deslumbrante. Su mano no pasa detrás de sus hombros, está en su cintura, su agarre es firme.

—No conoces la historia detrás de esa foto.

—¿Y por qué no me la cuentas? —Su celular vibra en su pantalón. —Espera, tengo una llamada.

Deja a Bella en manos de su dueño. Se aleja un poco para responder.

—Hola Zoe, —Saluda. —¿planes para esta noche? —Sonríe de manera automática al escuchar la respuesta del otro lado de la bocina.

—Te aprendiste el camino de regreso, ¿verdad? Surgieron algunas cosas y no regresaré a casa. Bienvenido Lucas y Bella, nos vemos después.

—Está bien, de nuevo gracias por traerme y cuidar un rato de ella.

Terminan de despedirse y Mia se apresura a salir de la tienda, corre hasta llegar a la fila de taxis al final del estacionamiento. Elige cualquiera y después de saludar indica la dirección.

. . .

Llega a un lugar en el que no se atrevería a entrar sino supiera que es totalmente seguro, el club de su amiga Zoe por fuera parecerá un edificio abandonado, pero apenas cruzas la puerta, todo es diferente, luces neones que evitan que caigas, sofás de cuero, mesas de billar y una muy grande colección de bebidas detrás de la barra, ya no hay ni un taburete disponible y ni siquiera ha caído la noche.

Mia busca con la mirada a una chica de cabellos blancos con uñas postizas más largas que ella misma.

—Mia se reporta. —Abraza a su amiga Zoe, accidentalmente derrama un poco de su bebida, cae sobre ella. —Ahora apestare a vodka.

—De una forma u otra, no saldrás limpia de aquí, ¿Alice? —Hablan y caminan, Zoe se coloca detrás de la barra y Mia se recarga frente a ella, acepta gustosamente el vaso que le sirve.

—Ocupada. —Se limita a responder antes de beber el primer sorbo.

—Entonces, —Le arrebata el vaso y si antes estaba ligeramente mojada, ahora está empapada, ya que su blusa es delgada se transparenta un poco su sostén. Zoe se muerde el labio y enseguida suelta una carcajada. —esta noche es solo nuestra. —Completa la frase.

—No lo creo, mañana es día laboral.

—Si lo hacemos a esta hora no llegaras tan tarde a tu casa y estarás bien para mañana. —Imita la mirada del gato con botas de Shrek y rápidamente la convence.

—No trates de exceder mi limite.

—Conozco bien tus condiciones Mi.

Nuevamente le sirve un vaso, llama a alguien y en poco tiempo ya se están dirigiendo a la zona privada del establecimiento, en donde ya hay varias personas divirtiéndose y que bien lo están haciendo. 

Bienvenidas a esta historia, espero que sea de su agrado y les guste.

Un pequeño aviso:
Las actualizaciones no serán diarias (por lo menos al principio).

Que tengan un excelente día/tarde/noche.