Asistir a una academia lo regresa a su época escolar, la única diferencia es que ahora acepta con mucho gusto el almuerzo que le prepara su madre para llevar.

Pone atención en todas las clases, practica cuando está solo, se reúne con Yeji o tienen llamadas largas. También ha salido más con Yuqi, a cenar principalmente. En ocasiones tiene información sobre Mia por medio de ella, ya que como es de esperarse, Yuqi a diario habla con Lucas.

La comunicación con Mia es algo escasa, Jaemin no imaginaba hablar día y noche con ella, pero tampoco creyó que hablarían de vez en cuando, aunque si, sus llamadas se prolongan casi una hora, recuperan tiempo perdido, se ponen al día.

—¡Wong Yuqi!

—Qué quieres Na.

—Vamos a cenar. —Responde en inglés. —Paso por ti, ¿dónde estás?

—Rumbo a mi casa, dime el lugar. Yo puedo llegar sola.

—Humíllame, señorita auto propio.

Se reúnen en la puerta del restaurante, chocan las palmas como saludo. Entran y piden una mesa, mientras llegan hasta ella, hablan sobre su día. Se toman su tiempo para ordenar y enseguida Jaemin menciona su viaje. Está impaciente porque llegue ese día.

—Mi inglés ha mejorado bastante estas semanas. —Dice en el otro idioma. —Cálculo que en dos meses más me confundirás con un hablante nativo.

—Presumido, ¿sabes cuál es mi prueba final? Con la que te diré si eres digno o no.

—Podré con ella, te lo aseguro.

—Es la misma que le puse a Lucas y lo aprobó hasta el tercer intento. Cantar una canción de Eminem.

—¿Eminem? ¿Eso de que sirve?

—No cuestiones mis métodos. Suerte.

Continúan revisando el calendario para decidir las posibles fechas. Yuqi sugiere que lo mantengan en secreto, para sorprenderlos. Jaemin rápidamente acepta. Todo transcurre con tranquilidad, cenan, bromean.

Hasta el momento en que deciden pagar para irse, el celular de Jaemin suena, es Yeji.

—Hola Hwang. —Dice al responder. Espera escuchar la voz de su amiga, cuando alguien más responde aleja el celular de su oreja para ver que no haya una equivocación.

Ocurrió un accidente, Yeji está en el hospital. Mientras habla, otra llamada entra a su teléfono. No revisa quien es, solo obtiene la información sobre el hospital y se despide de Yuqi, le deja dinero para que pague. Sale casi corriendo hasta su camioneta, avienta su teléfono al asiento del acompañante lo

y conduce lo más rápido posible.

Llega al hospital, entra a la sala de emergencias preguntando por su amiga. Siente que vuelve a respirar cuando le dicen que su estado no es grave. Es guiado a donde está Yeji.

Está dormida, según le dicen, tiene algunas pequeñas heridas en la cara y vendada parte de la cabeza. Un accidente de tráfico, eso es lo que pasó. Alguien no respeto la luz roja del semáforo y se estrelló contra el auto de la chica. Quedó inconsciente al momento, pero la ambulancia no tardo demasiado en llegar. Fue atendida a tiempo, su cabeza recibió un golpe fuerte, pero según estudios no hay nada de qué preocuparse. Obviamente, seguirá en observación.

Jaemin toma un banco para sentarse junto a ella. Toma su mano para esperar a que despierte. Susurra su nombre de vez en cuando. Aproximadamente una hora después ella abre los ojos.

—Na Jaemin. —Dice.

—¿Qué pasó? —Responde él, sus ojos comenzaban a cerrarse por cansancio.

—Un... Idiota. —Suspira. —Gracias por venir.

—Me asusté mucho cuando recibí la llamada.

—Lo siento. Mis padres, ¿lo saben?

—Oh, creo que no. Olvidé llamarlos. —Busca su celular sin soltar la mano de su amiga, recuerda entonces que lo dejó en la camioneta. —No tengo mi celular.

—¿El mío está bien?

—Si. Debe estar por ahí, iré a preguntar.

—No, después. —No ha recuperado todas sus fuerzas, sin embargo, Yeji trata de apretar su mano, evitar que la deje. —No fue algo tan aparatoso, pero creo que será una nueva pesadilla en mi lista.

—Las hierbas malas nunca mueren.

—¡Oye!

—Perdón. Es broma.

Una enfermera pasa, le hace un pequeño chequeo antes de que se la lleven para un examen. Entonces podrá ser trasladada a una habitación (no propia) para que pase la noche. Jaemin aprovecha para llamar a sus padres para avisarles que no irá a casa esa noche y a los Hwang, para contarles sobre la condición de su hija. Como está utilizando el celular de Yeji, al principio a la señora Hwang se le hizo raro que alguien más utilizara el celular de su hija. Después de darles la noticia y asegurarles que ella está bien y que no se separara en ningún momento, Jaemin guarda el teléfono y se dispone a esperar que terminen el examen.

—A primera hora nos darán los resultados, el gran golpe fue en la cabeza, quieren asegurarse que no haya nada malo. Descansa, mañana saldremos de aquí y vendrán tus padres. —La cubre bien con la manta. Él se acomoda en la silla, espera que Yeji cierre sus ojos para poder hacer lo mismo.

Al mismo tiempo, pero en un lugar diferente, bastante lejano. Hay alguien que trata de ser fuerte, que lucha con ella misma y sigue tratando de hacer que su llamado sea respondido antes de que sea demasiado tarde.

. . .

Caminar por esas calles tan familiares para ella se sienten diferentes desde que hay carteles publicitarios con su foto. La primera vez que vio uno rápidamente le tomó una foto para enviársela a sus padres, "Felicidades hija", le respondieron.

Esa fue la primera vez que lloro desde su regreso. La relación con sus padres no es la mejor, se distanció por su adicción y la desaprobación a sus preferencias sexuales (aunque Mia les explicó sobre el 45% de posibilidad de poder darles nietos, ya que probablemente termine casada con un hombre y no con una mujer).

Sus niños del preescolar han sido de ayuda para mantenerla ocupada en algo. De pronto su mundo se había teñido de tonos grises. Vive esperando las llamadas o mensajes de Jaemin, trata de no sentirse sola, pues, regresar de Corea es un equivalente a despertar de un hermoso sueño.

—Cuidado con lo que haces Lucas, no dudaré en llamar a Yuqi. —Mia toma entre sus brazos a la pequeña Bella, su amigo tiene que asistir a una cena obligatoria de la empresa.

—Será aburrido y créeme, seré un ángel.

—Aja, daremos una vuelta por ahí antes de dormir.

—Vayan de una vez, antes de que el sol se oculte por completo.

—Estamos en mi territorio, sé qué hacer.

—Ahora no estás sola, quiero que mi pequeña esté bien. En fin, me voy o llegare tarde.

Ve a su amigo marcharse, cierra la puerta y baja a Bella, se dirige a la pequeña cocina para llenar un tazón de agua para Bella, posteriormente va a darse una ducha, después saldrán a pasear.

Hay pocas personas en el parque, la mayoría son parejas teniendo una cita, Mia camina rápido para seguirle el paso a Bella, al final decide soltarla un momento para que disfrute sola del paseo. Se sienta sobre el césped y vigila que no se vaya muy lejos.

—Querida Mia. —Escucha a unos metros. Hace el esfuerzo de no voltear, proviene de alguien a quien no quiere volver a ver. —Hola Mia, soy yo, Zoe. —No tiene otra opción más que levantar la cabeza.

—Hola Zoe. —Responde sin sonreír, la chica se sienta a su lado sin recibir invitación.

—Todos te hemos extrañado, ¿por qué no has vuelto al club? Me enteré sobre lo de Alice. Lo siento.

—He decidido continuar, cambiar muchas cosas de mi vida.

—Excelente, ¿sabes qué? Esto merece una celebración, yo invito. Vamos al club.

—No, no lo haré.

—¿Por qué? —Alice se acerca más. —¿Has olvidado lo bien que te sientes?

—Te dije que he decidido cambiar. Ya no quiero... Saber nada de ti, lo siento Zoe, pero es hora de terminar con nuestra amistad. No pienso decepcionar a más personas. —El recuerdo de ver a Jaemin sonreír aparece en su mente, si, por él está dispuesta a intentarlo.

—No Mia, hoy sólo estás de mal humor. —Ve como la chica mete la mano en el bolso que cuelga de su brazo, enseguida saca una carta de baraja, no, no es sólo eso.

Mia se aleja, pero está sentada, la diferencia no es mucha. Zoe guarda la tarjeta en la bolsa del suéter.

—Es mi regalo de bienvenida, me enteré que te fuiste al otro lado del mar. Llámame cuando quieras más.

Y sin decir o hacer algo más, se marcha. Mia no tarda demasiado en imitarla, busca a Bella y la carga para poder correr, llega a una tienda de autoservicio. Compra una cerveza, solo una.

Una vez en su departamento, se avienta a su cama. Bebe la cerveza mientras llora. Se ha mantenido alejada de las drogas por mucho tiempo, ¿medio año? Quizá. Desde que terminó con Alice no tenía contacto, pero ahora, ¿será capaz de no caer en la tentación?

Bella está inquieta, quiere jugar, pero la rubia no tiene ánimos de nada. Juega con ella un poco, hasta que la pequeña se queda dormida, Mia trata de imitarla, pero sus ojos no duran más de un minuto cerrados.

<<Ojalá Lucas regrese pronto>>

Enciende la televisión, cambia de canal sin mirar con atención que es lo que están transmitiendo. Lo hace por varios minutos más antes de presionar el botón de apagado.

Las horas pasan y no hay noticias de su amigo, se rinde de esperarlo y vuelve a intentar dormir. En todo ese tiempo, su mano ha tratado de sacar la cosa en su bolsillo.

Ya no tiene nada más que hacer para tratar de no hacerlo, busca su celular y marca el número de Jaemin. Escuchar su voz podría ayudarla. Aunque eso sólo demostraría lo dependiente que es de él y eso tampoco lo considera correcto.

No importa cuántas veces lo intente, Jaemin no responde. Le parece raro, pero no demasiado, entiende que tal vez esté ocupado.

<<Si, está ocupado. No ignoraría mi llamada, Nana está ocupado>>, se repite una y otra vez hasta creérselo, deja de intentar después de varios intentos. Toma el suéter que hace horas usaba y se encierra en el baño, se pone de rodillas frente al retrete, saca la carta de Zoe y toma el pequeño sobre pegado al reverso. Lo despega de un jalón, abre la pequeña bolsita para vaciar el contenido en el escusado, una vez que termina, mete la punta de los dedos en el agua para asegurarse que la bolsa quede totalmente limpia, algo asqueroso que logra calmarla.

<<Ya no quiero depender de nadie>>

<<No quiero sentirme mal>>

<<No quiero volver a caer>>

<<Quiero ser feliz otra vez, vivir tranquilamente>>