Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

único.

saturni circulum:
mi persona especial.

     El amor sí existe, pero deja de buscarlo en tu municipio.

yeonangelic
LiliJoannie
DianaToledo8
M31_M1
taetheffy_
tetepapi
MinSonyGlow
fiore0217
reba2020

POV: JUNGKOOK.

     Hoy tuve un día bastante extraño, por llamarlo de alguna manera. Se suponía que sólo haría un viaje común en metro hasta una entrevista de trabajo –que con mucho esfuerzo logré conseguir–, pero definitivamente no fue un camino común, o al menos no desde que crucé toda la central para encontrar la estación correcta.

     Esa central tenía líneas de metro que podían llevarte a cualquier parte de Seúl, e incluso fuera de éste, por ello siempre estaba llena de gente y con demasiado ruido por doquier. No me hacía ilusión estar entre ese mar de personas y tener que transbordar dos veces, pero estaba dispuesto a soportarlo con tal de tener empleo.

     Había luchado por una entrevista en ese lugar, una compañía disquera que buscaba ayudantes para los productores. ¿Saben lo que eso significaba? Si lo hacía bien, podría un día ser yo el productor. Y esa idea hacía que el metro no me pareciera tan malo.

     En fin, con mi pequeña mochila en mano y mis auriculares bien puestos, avancé por la ruidosa central, pasando entre decenas de personas que estaban igual o más apuradas que yo. Hasta ese momento no había chocado con nadie –por fortuna–, pero evidentemente en un lugar así era imposible pasar ileso.

     Justo en la taquilla, al darme vuelta ya con mi boleto en mano, choqué con un chico, gracias a que ya iba bastante corto de tiempo, y simplemente avancé sin ver, error que por poco hace que ambos cayéramos al suelo debido al repentino impacto. Incluso mis auriculares quedaron colgando en mi cuello después del golpe.

     — Ay, lo siento... —dije apenado, sosteniendo su mano para evitar que cayera hacia atrás.

     — No te preocupes —levantó la mirada y me sonrió levemente—. No sucedió nada grave.

     — Cierto —correspondí la sonrisa.

     En ese momento, con tan sólo dos segundos de contacto, sentí una corriente extraña recorrerme desde la espalda hasta el cuello, y el calor comenzó a subir a mis mejillas. Lo miré a los ojos por escasos instantes, él no dejó de sonreírme, y eso hizo que me quedara como idiota ahí viéndolo, sin moverme, por al menos diez segundos más.

     Lo que sea que me haya sucedido, fue interrumpido rápidamente por otro chico, casi de la misma altura que yo, y que parecía confundido por la situación.

     — Cariño ¿tienes los boletos? —habló con voz suave, dirigiéndose al chico peliazul frente a mí.

     — Ah, no, aún no los compro, cielo —responió con una ligera risa nerviosa.

     Él era su pareja, lógicamente. En cualquier otra ocasión me hubiera dado totalmente igual el asunto, sin embargo, por alguna razón que desconocí en ese momento... Me dolió un poco el darme cuenta de su relación.

     Después de unos segundos incómodos para mí, él avanzó nuevamente a la taquilla y compró dos boletos, mientras su novio me miraba raro. Creo que tenía sentido que me viera así, pues yo a duras penas podía despegar los ojos de su pareja.

     — Listo Beomi, vámonos —le extendió uno de los boletos.

     — Vamos Tae —respondió sonriendo y tomando dicho papel.

     — Hasta luego —el chico se giró a verme, dándome una última sonrisa amistosa.

     — Eh... Sí, adiós —contesté nervioso.

     Así que su nombre era... ¿Tae? ¿Taehyung? Supongo que algo similar. Ah, claro, y su novio Beom. Era sumamente extraño para mí el sentirme atraído de cierta forma hacia un desconocido –o ni tan desconocido, pero en fin–, no podía dejar de seguirlo con la mirada hasta que, por su dirección prácticamente contraria a la mía, lo perdí.

     Cuando su imagen desapareció de mi vista, pude reaccionar, y correr hacia mi vagón con la prisa totalmente atravesada, pues por quedarme ahí mirándolo se me estaba haciendo tarde para irme.

     Y así, durante todo el día estuve pensando en él, en sus facciones que alcancé a detallar en esos diez o doce segundos que lo observé, y su nombre daba vueltas en mi cabeza sin cesar. Realmente me sorprendió mi memoria, ya que no suelo recordar tantos aspectos de una sola persona o cosa, pero de él... Aún después de horas seguía teniendo su imagen clara.

     Cabello azul, lacio y algo esponjoso, sobresaliendo por debajo del gorro gris que portaba. Un abrigo color marrón, que por su estatura ligeramente mayor a la mía, le llegaba a los muslos. Pude ver que usaba un par de aretes pequeños y varios anillos en sus manos. Y lo más importante... Su rostro... Su hermoso rostro... Con un par de ojos brillantes poseedores de un tono casi miel y labios abultados pintados de rosado.

     Conforme más pensaba en él, más quería golpear mi frente contra una pared, porque para cualquier persona estos pensamientos serían considerados raros e incluso psicópatas. ¿Quién se quedaría tan enganchado a una persona que se cruzó por menos de cinco minutos?

     Evidentemente, sólo Jeon Jungkook y su mente estresada.

ꈍᴗꈍ

     Día tras día, procuraba llegar exactamente a la misma hora a la taquilla de la central, y aunque desearía decir que sólo lo hacía por puntualidad a mi empleo -sí, me contrataron-, en realidad mentiría al asegurarlo.

     Porque además de eso, tenía la esperanza de volver a ver a Tae, aunque fuera de la mano de su novio, yo sólo pedía unos segundos para tenerlo cerca nuevamente. No me enamoré de él, eso sería loco hasta para mí, pero sí me gustaba bastante en el ámbito físico. Además, parecía ser alguien dulce, y eso me atraía en una persona.

     Creí que, de poderlo conocer formalmente, nos llevaríamos bien. Y bueno, uno nunca puede predecir el futuro de una amistad ¿cierto?

     En fin... Fue así durante más o menos una semana, siete días en que él no apareció en mi camino. Llegué a pensar que jamás volvería a cruzarse conmigo, incluso creí que había sido un simple sueño demasiado real. Hasta que, justo cuando mis esperanzas estaban a nada de irse, lo volví a encontrar, aunque un poco lejos de la taquilla.

     Lo vi a la distancia, mientras compraba un par de cafés expresos para él y su pareja, yo estaba a punto de subir a mi respectivo vagón. No quería irme, pero no tenía la opción de quedarme, pues si faltaba a mi empleo, podría perderlo. Así que ya resignado, y antes de abordar, saqué mi celular y le tomé una fotografía, agradeciendo la buena resolución de mi cámara –y por supuesto, que nadie me había visto hacerlo–, y subí con una sonrisa idiota dibujada en mi rostro.

     Porque aunque sea a metros de separación, lo había visto otra vez, y ahora estaba en mi teléfono, por más acosador que suene. Prometo que yo no soy de ese modo, pero, todos alguna vez hemos tenido amores platónicos en la calle ¿no es así? No pueden culparme por querer verlo un poco más.

     Pasé el resto del trayecto observando su foto, que aunque era un poco borrosa por la lejanía, en ella había capturado el momento justo cuando sonrió al pagar sus bebidas, y la iluminación del lugar se reflejaba perfectamente en su silueta. Desearía tener una cámara HD. Sí, definitivamente me gustaba un chico del metro, y me negaba a pensar que estaba mal. O algo así.

ꈍᴗꈍ

     Una semana más transcurrió, y yo todavía miraba esa fotografía cada mañana, tarde y noche, sin poder creer todavía lo bonito que era ese chico. De principio, ni siquiera pensé que fuera real, hasta que volvió a aparecer en mi camino, y juro que no había visto un rostro más lindo en toda mi vida. Tan delicado y dulce...

     Me di cuenta que Tae sólo iba a la central un día específico, los lunes, así que me aseguré de llegar más temprano ese día para poder verlo. De ese modo no pasé toda la semana esperando como tonto en una banca, y que bueno que deducí su agenda, porque los policías comenzaban a verme de forma sospechosa.

     Pero, ésta vez tenía un pequeño plan, que según yo, no podía fallar. Chocar con él a propósito y así hablar como gente normal, créanme, sonaba menos extraño en mi cabeza. Debía conocerlo, quería hacerlo, por lo que me esforcé mucho para que mi plan tuviera éxito. Y adivinen qué, lo logré.

     Yo salía de la taquilla, y los vi caminar entre la gente con rumbo a comprar sus boletos. Sólo ahí tendría mi oportunidad, así que caminé algo rápido, con la mirada baja, fingiendo que no sabía lo que hacía. Obviamente, acabé chocando mi brazo con el suyo, lo suficientemente fuerte como para llamar por completo su atención, y bueno, también la de Beom.

     — Ah, lo lamento —dije fingiendo sorpresa, él había soltado un quejido por mi acción.

     « Lo siento, debo conocerte o me volveré loco », pensé.

     — No pasa nada —me miró unos instantes, como analizándome, hasta que comenzó a sonreír de a poco—. Hey, yo te conozco.

     — ¿Si? —grité internamente, se acordaba de mí.

     — ¡Sí! Casi me caigo contigo hace unas semanas —sonrió por completo, mostrando una adorable sonrisa cuadrada, y yo me derretí ahí—. Deberíamos dejar de encontrarnos de esa forma.

     — Sí, deberían —intervino su novio, con una evidente mueca de celos. Vamos amigo, relájate, no te lo vine a robar. Aún.

     — Cielo, ¿por qué no vas a comprar los boletos? Te toca a ti —habló dulcemente, supuse que para calmar a su pareja. Yo agradecí por eso.

     Un poco más de convivencia con él, y seguramente me habría golpeado por ver con ojos de enamorados a su novio.

     — Mmm, vale —avanzó a la taquilla con clara desconfianza, desapareciendo de mi vista rápidamente.

     Nos quedamos un par de segundos en silencio, pues yo no sabía que decirle. A pesar de haber deseado este momento desde hacía muchos días, mi mente estaba en blanco gracias a su cercanía, los nervios me estaban comiendo justo ahí. Por supuesto, no iba a decir algo como ''no he dejado de pensar en ti, y ahora tengo la necesidad de seguirte para ver tu cara''.

     Probablemente llamaría a la policía, así que sólo esperé a que él mismo iniciara la conversación. Sería lo más factible que podía hacer.

     — Y... ¿Cuál es tu nombre? —rompió el silencio por fin. Luché por no sonrojarme sólo por escuchar su voz otra vez.

     — Ah... Jeon Jungkook —respondí algo nervioso—. ¿Y el tuyo?

     — Kim Taehyung, un gusto —ahora ya sabía su nombre completo. Estrechó mi mano con la suya, y fui feliz por dentro al sentir nuevamente su calidez.

     — Que lindo, te queda bien —dije mientras me soltaba, e hice que sonriera. Pero que bonita sonrisa...

     — Lo mismo digo —correspondí el gesto, sintiendo como mi cara comenzaba a calentarse. Seguramente me veía rojo sin quererlo.

     De nuevo, nuestros ojos se conectaron, causando que mis neuronas se apagaran y el habla se me fuera. Su mirada transmitía ternura, y junto con sus mejillas abultadas y sonrisa dulce, fueron una combinación peligrosa para mi corazón. Pero, como la primera vez, apareció un chico para evitar que yo muriera ahí por culpa de su belleza.

     — Listo, Tae, hay que irnos —Beom había regresado, fue ahí donde salí de mi trance.

     — Claro —contestó mirándolo de reojo, para luego dirigirse a mí—. Espero que la siguiente vez que te vea no sea con un choque.

     — No será así, prometido —reímos ligeramente, bajo la mirada celosa de Beom.

     — Hasta pronto, Jungkook —movió su mano en un ademán de despedida, mientras avanzaba con su novio hacia los vagones.

     — Adiós, Taehyung —solté aún sabiendo que ya no me escuchaba.

     Ahora que ya no somos desconocidos, ¿puedo decir libremente que me gusta? Porque sí, en un par de minutos había confirmado que Taehyung tenía mi total atención, sin haber hecho absolutamente nada más que aparecer de repente.

     A pesar de querer darme ánimos con eso, sé bien que ésto es un error, y que tarde o temprano debo dejar el sentimiento atrás. No era normal ni viable, y aunque me hiciera tener muchas hermosas sensaciones en pocos segundos, tengo claro que no durará tanto como quiero.

ꈍᴗꈍ

     Se completó un mes, tiempo en que lo había visto sólo en una ocasión más. Ese lunes habíamos cruzado escasa palabras, pues de nuevo debía irse rápidamente con su novio.

     Sin embargo, yo había decidido algo, por mi propio bien. Ya no podía dejar que ésto me quitara el sueño ni me hiciera pensar de más todo. Me gustaba mucho, sí, y seguramente si la situación fuera diferente, ya lo habría invitado a salir. Pero él ya tenía a alguien a su lado, y conmigo apenas y había hablado un par de minutos. ¿Qué oportunidad poseía? Creo que ninguna.

     No me iba a interponer entre ellos, sólo por un extraño sentimiento sin pies ni cabeza, y tampoco iba a continuar siguiéndole la pista como loco, pues ninguna de las dos opciones estaba bien.

     Entonces, luego de pensar la situación con una gran cantidad de realidad, concluí que lo mejor sería dejar de jugar. Abandonar el estúpido impulso de seguirlo con la mirada, parar de ver su fotografía en mi celular, no buscarlo más en la central. Aceptar que sólo había sido uno de esos ''amores pasajeros'' que todo en algún momento tenemos, y ya. En resumen, ser realista.

     No diría que me rendí rápido, más bien, me di cuenta a tiempo de el orden de las cosas. De seguir así, podría salir herido por mi propia culpa, yo sólo me rompería el corazón por mis ideas sacadas de contexto. Y honestamente, él se ve feliz con ese tal Beom, y no sería justo hacerlo pasar por problemas sin sentido.

     Era mejor continuar mi rutina, enfocarme en mi trabajo, y olvidarme de Kim Taehyung.

     Pero, yo nunca dejaría atrás mi costumbre de exagerar mis acciones, así que para ''despedirme'' de ese chico del metro, escribí una pequeña carta expresando mis sentimientos idiotas. Necesitaba sacarlos de mi sistema, figurada y literalmente, y escribirle era mi única opción.

     Aquel lunes, llegué a mi vagón con tiempo de sobra, sólo para esperarlo por última vez.

     Tenía nervios y miedo, pues era la primera vez en mi vida que haría algo tan descabellado como ésto. Pero no había vuelta atrás, sólo así lograría hacerme a la idea de que todo había sido tan efímero como una estrella fugaz.

     Lo vi con un café en la mano, siendo abrazado por su pareja, como siempre. Respiré profundo, y decidí acercarme con mi cara más amistosa, recibiendo una expresión para nada agradable por parte de Beom cuando llegué frente a ellos.

     « Sí, ya sé que me odias, pero tranquilo, los dejaré en paz », poco me faltó para decirlo, pero preferí abstenerme.

     — ¡Ah, hola Jungkook! —me saludó, tomándose la libertad de darme un pequeño beso en la mejilla.

     — Ho-hola —respondí atónito por el gesto, y seguramente tan rojo como un semáforo.

     — ¿Por qué siempre estás aquí? —preguntó Beom, con un claro tono molesto. Entendí, por supuesto, que era una pregunta retórica, pero aún así contesté.

     — Ah... Yo trabajo un poco lejos, así que debo tomar el metro a diario —expliqué con la mayor normalidad que pude—. ¿Y ustedes?

     — Vivimos en Busán, pero venimos cada semana para tomar un respiro —respondió Taehyung—. Aunque eso acabará —¿lo ven? Mi corazón se rompería no por su culpa, sino por la mía.

     — ¿Puedo preguntar porqué? —apreté el papel en mi bolsillo, esperando el momento oportuno para entregarle mi carta.

     — Ya no tenemos tiempo... Además, a Beomie no le agrada subir al metro, por lo que cambiaremos de costumbre —sonrió levemente, mientras miraba de reojo a su "Beomie".

     — Vaya... Así que ésta será la última vez que te veré ¿no? —asintió con un aire entre dulce y decaído, aparentemente imitando mi expresión.

     — En fin, ¿no deberías irte ya? —ese chico pelinegro y sus celos me tenían harto, aunque, realmente no puedo culparlo demasiado.

     Si supiera que llevo pensando en su novio durante un mes entero, y que incluso tengo una fotografía suya de fondo de pantalla, quizá no atacaría sólo con frases.

     — Sí, pero antes quería darte algo —saqué mi carta, extendiéndola hacia las delicadas manos de Taehyung, ignorando casi por completo a Beom—. Perdón si es demasiado atrevido, pero en serio tenía la necesidad de entregarte ésto.

     — Ay, no te preocupes, está bien —la recibió y la guardó en su abrigo cuidadosamente, manteniendo una sonrisa-. Gracias, Kook.

     — No es nada —sonreí con un poco de tristeza, cosa que aparentemente notó—. Entonces... Adiós...

     — Adiós —se acercó a mí abrazándome suavemente y hablándome al oído—. Me agradas, espero verte algún día.

     Casi me arrepentía de de dejarlo ir, dudé de mis acciones cuando su dulce voz entró en mi sistema de lleno. Pero no, debía ser firme, esa sería mi última vez con él, no había manera de cambiarlo sin que estuviera, aunque sea un poco, mal.

     — Lo mismo digo —respondí también muy cerca suyo, separándome cuando detecté una mirada filosa clavada en mí.

     Ya voy Beom, no es fácil tampoco para mí hacer ésto. Intenta entender a un pobre desconocido.

     — Vámonos —habló de último precisamente Beom, tomando la mano de Taehyung en forma posesiva.

     Se alejaron a paso lento, mientras yo me quedé allí parado, mirándole nuevamente. Pero esta vez, mi acción cobró sentido, pues Taehyung volteó a verme y me regaló una última sonrisa. Sólo reaccioné para sonreírle de vuelta, y no borré esa expresión hasta que su imagen se perdió entre la multitud. Con eso, supe que se había apagado.

ꈍᴗꈍ

     Eso fue todo... No volvió a cruzarse en mi camino. Seguramente ahora aparece en las vidas de muchas personas más, sólo para dejar una marca e irse. Porque alguien tan atrayente como él –en todos los sentidos–, no puede pasar desapercibido.

     Pero, a pesar de haber sido un encuentro demasiado fugaz, sigue en mi memoria como una de las experiencias más bonitas de mi vida. Aquel día en que me quedé encantado con un chico único, y desconocido.

     Porque no logré cumplir del todo mi propia promesa, no lo he olvidado ni por un segundo. Pero, seguí la parte más importante, esa donde acepté que mis sentimientos más fuertes debían irse con él.

     Al menos yo, llevo ese momento que compartí con Tae en mi corazón, el único lugar donde durará para siempre. Guardándole cariño, no amor como tal. Y espero... Que él todavía se acuerde de mí, y que haya leído aquella corta carta alguna vez. Eso me haría feliz.

ꈍᴗꈍ

CARTA DE JUNGKOOK.

     Quizás será extraño que lo diga, pero siento que si no lo hago, explotaré. Descuida, esta carta no lleva un objetivo escondido, ni pretendo mover tus pensamientos con ella, solamente, necesito sacar mis sentimientos de alguna forma.

     Cuando te vi por primera vez, estuve seguro de haber encontrado un ángel, me pareciste tan dulce y bello, que no hallé otro adjetivo para describirte.

     Eres hermoso, y no puedo evitar tenerte en mi mente a cada minuto del día. Lo he intentado, porque tengo claro que es extraño, pero simplemente no puedo. Sé que estás con alguien más, y créeme, lo entiendo, y ni siquiera pienso en meterme entre ustedes de ninguna forma. Precisamente por eso, quiero desearte que seas feliz con él, porque se nota cuanto te ama. Y deseo de todo corazón poder toparme contigo una vez más en un futuro, aunque sea sólo para volverme tu amigo.

     Porque, aunque nunca podré estar contigo, estoy feliz de haberte conocido aquel día en el metro.

     Cuídate, y sonríe siempre, que esa hermosa curva que se forma en tu rostro nunca se borre. Te ves aún más lindo así, cuando ese cuadradito aparece junto a la más bella sonrisa que he visto.

     Adiós, Tae.

Atte. Jeon Jungkook, el tonto al que le gustaste a primera vista.

FIN.

original:
@yeonangelic.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro